Café y charla con Rubén de la Barrera y Abel Mourelo (I)

Nos desplazamos a A Coruña aprovechando una mañana libre. Allí nos esperan Abel y Rubén que, tras recientemente haber disfrutado de dos atractivas experiencias internacionales en Japón y Qatar respectivamente, vuelven a cruzar sus caminos en la ciudad herculina. Acompañados de un buen café, comienzan a recordar anécdotas de tiempos pasados, juntos en diferentes etapas, siendo la más reciente con la Cultural Leonesa; y otras más antiguas de sus comienzos en esto del fútbol, Conxo, Ural, Montañeros[la entrevista ha sido realizada días antes de las medidas de Confinamiento decretadas por el Gobierno]

 

Empieza el partido. Primera parte. Se habla de fútbol…

FdB: ¿Por qué entrenadores?

RdlB: Bueno, mi caso es algo que se ha convertido en vocacional desde el momento en que yo tengo 17 años. Es decir, hasta ese momento yo sentía una inquietud acerca de lo que suscitaba el juego. En este caso, mientras yo estaba jugando. Siempre me preocupé de intentar comprender o acercarme, al menos, al conocimiento que surgía de mi inquietud por intentar descifrar el porqué de las cosas. En algunos casos, bajo mi experiencia con entrenadores que he tenido, alguna duda se podía ir aclarando, y en otras, evidentemente, uno se veía obligado a un esfuerzo importante por intentar descodificar todo aquello que no solamente tenía que ver con lo que hacía, hablo por mí y como jugador, sino dentro de un marco mucho más global y caótico como podía ser un equipo de fútbol. Eso sí recuerdo haberlo sentido desde un momento bastante temprano, y con el paso del tiempo, recién cumplidos los 17 años, toda esa inquietud se fue transfiriendo hacia un sentimiento. Y ese sentimiento pasaba por formarme, tener capacidad para poder transmitir todo aquello que yo sentía jugando hacia otros. Y con 18 años se me presentó la oportunidad de asumir, o de dar ese primer paso, con un equipo benjamín B.

Recuero que ingreso en el Ural, en ese equipo, no sé si en febrero o marzo, y a la siguiente temporada ya compaginaba ese grupo, que ya era benjamín A, con la formación reglada. En este caso inicio estudios del primer nivel de entrenador. Más allá pues nos vamos llenando y acumulando experiencias dentro de la propia estructura del Ural, tengo presencia en equipos de fútbol 11… y hasta aquí. Ha sido un proceso que tenía claro que iba a ocurrir. Yo necesitaba tiempo para ir asentándolo y sobre todo, ir configurándolo dentro de mí para iniciarlo de la mejor manera posible, recibir formación reglada, acudir a bibliografía y más que ello acudir a persografía. He sido una persona que me he movido muchísimo. Todo eso promovido por ese interés que yo tenía. Recuerdo haber cometido auténticas barbaridades y locuras con el coche. Un A Coruña-Almería podía ser habitual. Un A Coruña-Portugal podía ser habitual. Un A Coruña-Madrid o Cataluña… En algunos casos con algo que iba a ser, que estaba cerrado, y en otros casos a la aventura. Es decir, presentarme en los sitios e intentar compartir un momento con gente de todo tipo y condición que yo sentía que me iba a aportar, vinculada al fútbol o al rendimiento dentro de otra disciplina o modalidad. Es algo que a día de hoy sigo manteniendo aunque no lo puedo realizar con tanta frecuencia. Pero he intentado construirme a mí mismo en base a ese movimiento constante, permanente y continuo. Reconozco que ha habido muchas personas por el camino que me han permitido un cambio de visión, y desde ese cambio, ir ahondando y ampliando posibilidades.

A.M: Yo en mi caso… como jugador solía decir que tenía los pies torcidos, los pies cambiados. Y esa no-capacidad para jugar hizo que dirigiera mi atención a lo que era intentar entender la lógica interna de ese juego. Le cogí el gusto ahí. Paralelamente a los estudios universitarios, por la tarde me dedicaba a entrenar desde chupetines, desde escola, hasta juveniles y cogerle el gusto a partir de ahí esa vocación, ese gusto por este deporte, por este juego, y a partir de ahí, como dijo Charles Bukowski, simple y claro: “Encuentra lo que amas y deja que te mate”. Encontré lo que realmente amaba, lo que realmente me apasionaba, y es este juego. A partir de ahí, como ha dicho Rubén, la inquietud continua, la incertidumbre continua, el interactuar, el leer, el ver mucho fútbol…

Tres patas principalmente: ver mucho fútbol, el acceso a la información ahora es relativamente fácil. Hace unos años cuando yo empezaba a sacar los títulos no había tanto acceso a la información. Había 2-3 publicaciones muy genéricas y el resto no había absolutamente nada. Actualmente desde revistas, libros técnicos, investigaciones científicas de universidades… con lo cual el acceso a la información es mucho más fácil: el leer, el estar actualizado en todo lo que se publica y en todo lo que se dice, en todos los nuevos paradigmas, todas las nuevas inquietudes o incertidumbres desde el punto de vista del juego, el ver mucho fútbol y el interactuar con semejantes… Y cuando hablamos de semejantes, yo por lo menos entiendo semejantes desde cualquier entrenador de una escoleta, de un chupetín, de un prebenjamín hasta los entrenadores más top, yo creo que son los tres pilares básicos para cada día estar o intentar ser un poquito mejor.

FdB: Ahondando un poco en vuestra trayectoria, en tu caso Rubén, en el Villaralbo eras el único miembro del cuerpo técnico.

RdlB: El primer año sí. allí estuvimos dos años. El primer año fue así.

FdB: ¿Cómo es eso a la hora de preparar entrenos, dirigirlos, tomar decisiones…? En una categoría tan exigente como la Tercera División.

RdlB: Pues eso te conduce a abarcar otro tipo de áreas del conocimiento donde a priori tú no eres especialista. O no te has formado para ello. Pero precisamente en Villaralbo, y ese primer año más en concreto, me acerca a ello. A la gran pasión que yo siento por el juego, a la gran pasión que yo siento por extraer o llegar más allá del límite del jugador, pues confluyen otro tipo de necesidades como son el servicio de atención, no al jugador, sino a la persona, fuera del espacio de entrenamiento, fuera del espacio de la competición. Por otro lado, ello me ligaba a interactuar con directivos de empresa que a su vez militaban en el club. Y de esa relación extraer condiciones beneficiosas para que, dentro de lo cotidiano, todos los jugadores, que por otro lado, muchos no eran de Zamora, viviesen lo mejor posible. Y si lo tenemos que tratar desde ese proceso construido, orientado al mejor de los rendimientos, la realidad pasaba por implementar un modelo de liderazgo fundamentado en el juego, porque yo llego allí con 25 años, sin experiencia como jugador en el fútbol de máximo nivel, sin experiencia como entrenador en el fútbol semi o profesional; sintiendo que al ser precisamente la única persona del staff, si algo te aleja de aquello que todo el mundo perseguía, muy probablemente supondría un adiós. Y un adiós en ese momento de mi carrera muy probablemente implicaría un reset y volver a empezar. Y seguramente ese restart no sería en la misma categoría, no sería en Tercera División, porque si mal no recuerdo, yo me había reunido, muy poquito antes de firmar en Villaralbo, con un club aquí en Galicia de Tercera División fruto del interés de una persona próxima a un presidente, me acercó, y el presidente no dudaba absolutamente de nada. Sí de la edad y sí de las connotaciones que yo precisamente tenía. Es decir, que no lo veía.

Por tanto, si lo de Villaralbo no llega a salir bien, seguramente me vería abocado a asumir de nuevo un equipo en categorías inferiores, no sé si en Galicia, no sé si en Coruña, fruto del impacto o de la huella más o menos profunda que dejase mi estancia allí. Dicho lo cual, recuerdo darle muchísimo valor y enfatizar muy mucho en un nivel importante de detalle todo aquello que tenía que ver con mi intervención: Organización y estructuración semanal, día a día, construcción de concepción de una forma de juego que nos iba a permitir competir, lograr puntos, mientras se van posibilitando mayores opciones dentro del equipo. Y evidentemente a mí me va a permitir optimizar mi conocimiento y por consiguiente, mi intervención. Todo eso se dio. Se promovían sesiones donde la esencia de la misma era el juego del equipo. Dentro de lo que yo era en ese momento, pretender que mi equipo sintiese todo tipo de situaciones de manera similar me obligaba a dar un paso e ir más allá para pensar en alineaciones. Esas alineaciones yo las vinculaba con las personas, esas personas las vinculaba con la estrategia de ese partido… y uno se veía obligado a anticipar escenarios partiendo de una base que era que si en el día del partido del partido algo sucede, que para nada se pretende, la única persona que le puede dar respuesta a ello soy yo. Soy yo porque no tenía a nadie en quien apoyarme. Miraba a la derecha y a la izquierda y me encontraba con una delegada y con un fisio y con un grupo de chicos que no eran de la partida.

En definitiva, Villaralbo ha sido un máster pagado. En esos dos años las cosas fueron muy pero que muy positivas. Dos años, dos playoffs de ascenso. Fuimos finalistas de la Copa de Castilla y León, habiendo a equipos como Guijuelo, como Salamanca, como Zamora, como Valladolid… enfrentándonos a aquel Mirandés que logra el ascenso a Segunda División en ese año y que tan buen papel desarrolló en Copa del Rey. La verdad es que fue, para empezar mi aventura, en el fútbol semiprofesional, en Tercera División, fuera de mi comunidad, con jugadores con una trayectoria contrastada en este tipo de categorías, Tercera, Segunda B… y tan dispersos a nivel geográfico, constituyeron una fuente de aprendizaje constante, diaria… por lo que fue y cómo fue esa experiencia. Y a la postre tremendamente productiva, porque el resultado que se obtuvo fue o excedió las expectativas iniciales que el propio proyecto en sí había generado.

 

«durante tu trayectoria te vas encontrando con personas, que son las que te van enriqueciendo y posibilitando o facilitando llegar a ser lo que eres o en lo que te estás convirtiendo, porque esto es un cambio continuo.»

Abel Mourelo

 

FdB: Quería centrarme en dos proyectos al inicio de vuestra trayectoria, que agrupó a una serie de personas muy inquietas, Abel en el Conxo y Rubén en el Montañeros. ¿Por qué se juntó esa gente inquieta en esos clubs? Y cómo influyó esa experiencia en el camino que os vino después.

A.M: En Conxo fue… yo siempre digo que las cosas pasan por algo, por alguna razón. Y aquello tuvo que pasar para que yo hoy esté sentado aquí y haya podido experimentar o vivir todo lo que he vivido. Como dice Rubén, durante tu trayectoria te vas encontrando con personas, que son las que te van enriqueciendo y posibilitando o facilitando llegar a ser lo que eres o en lo que te estás convirtiendo, porque esto es un cambio continuo. El caer en Conxo es una casualidad, a través de una persona que conozco en Santiago que estaba colaborando con el Conxo. Me dice que si me animo. Yo estaba en segundo año de carrera, año 95. Y allá que voy.

A partir de ese momento, estudiábamos por la mañana y a primera hora de la tarde bajábamos a las instalaciones de A Mercé y allí nos tirábamos desde las 5 de la tarde hasta las 11 de la noche. Entrenando desde chupetines hasta lo que nos tocara. Evidentemente los primeros años, edades más tempranas y a partir de ahí fueron 5 años en el CD Conxo donde como tú dices, confluimos una serie de personas, una serie de amigos, que al final acabamos siendo una pequeña familia. Todos estábamos estudiando, éramos jóvenes, no teníamos experiencia en ese mundillo. El CD Conxo era un club modesto, un club de barrio, del barrio de Conxo en Santiago, y todo confluyó para que poquito a poco fuéramos construyendo algo desde el punto de vista personal y deportivo para que el club tuviera una repercusión, primero para nosotros, porque hicimos una gran familia, con personas como Fran, como Tito Valdés, Suso Regueiro… y toda aquella gente que coincidimos en Santiago. Todo esto dirigido y encabezado por la primera persona que me facilita el amor por este juego, que es José López Canosa. Para mí en aquellos años… ya hablaba de una idea, de sentir el juego que a mí me enganchó por completo y me abrió la mente en muchos aspectos y me hizo conocer el juego. A partir de ahí, crecimiento personal y deportivo. Una familia, yo así lo resumiría. Y una etapa preciosa e inolvidable, por lo menos para mí.

RdlB: Yo en mi caso hay un punto de inflexión que es el paso del Ural al Atlético Arteixo. A ese Arteixo juvenil en el que, recuerdo, fue un año increíble en muchos sentidos. Primero porque yo disponía de 20-21 años y los jugadores 17-18, éramos prácticamente de la quinta. Ese año se ganó liga y copa, hicimos muchísimas, muchísimas cosas interesantes y eso permitió que el Montañeros me llamara para formar parte del staff técnico del Juvenil División de Honor. En ese año estoy de segundo entrenador de Manolo Corredoira. En ese momento sentía o me sentía dichoso porque yo siempre tuve la ilusión de poder ser entrenador o ser staff en esa categoría porque personalmente siempre me pareció una categoría preciosa. Creo que se ha ido difuminando esa percepción o el significado de esa competición en la actualidad. Pero en aquella época yo recuerdo una División de Honor juvenil fantástica. Creo que era lo más similar a la élite. Por tanto, fue un año increíble a todos los niveles. He podido compartir mucho tiempo con una persona que ha vivido múltiples experiencias, que tenía muchos más años que yo y yo eso debería aprovecharlo y absorber todo tipo de conocimiento. Y evidentemente el nivel de los jugadores que allí había era importante. Con el añadido de que tus rivales no eran los que venían siendo sino que pasabas de enfrentarte al Racing de Santander a hacerlo con el Real Oviedo, de ahí íbamos a jugar contra el Sporting de Gijón y al terminar el partido empezábamos a preparar la visita del Celta. Eso suponía o tenía correspondencia con aquello que yo quería ser en un futuro próximo, ser entrenador y enfrentarme a grandes equipos con grandes entrenadores y grandes jugadores. Cuando acaba esa temporada, en el Montañeros se me posibilita la opción de ser primer entrenador en el juvenil de Liga Nacional. Y tras esa experiencia llega la famosa llamada de Villaralbo.

FdB: Los dos habéis sido primer y segundo entrenador. ¿Cómo es ese cambio de rol de pasar de primer a segundo entrenador? Y tu caso reciente más “chocante” porque pasas de primer entrenador en un Segunda División a segundo en un Primera.

A.M: Yo, vivido con total y absoluta naturalidad.

 

«el rol de segundo es complementar a ese primer entrenador. Primero con una palabra que es la fidelidad. Total y absoluta. Total y absoluta a esa persona y a ese entrenador, pero primero a la persona. Y segundo, complementariedad. Es decir, qué necesita de mí, qué quiere de mí…»

Abel Mourelo

 

FdB: Tiene más de la que le damos a veces ¿verdad?

A.M: Sí, muchísima. Muchísima más. Yo desde que empiezo en el 95 a entrenar, aunque había hecho mis pinitos anteriormente, hasta el 2014, que es el año en el que yo inicio mi experiencia como segundo entrenador en el CF Badalona de la mano de Manolo González, hasta ahí había sido primero, pasando por todas las categorías como te digo,  y coincidiendo absolutamente con que la División de Honor Juvenil, cuando trabajas en el fútbol formativo, siempre es la categoría que tienes como referencia, y evidentemente, como objetivo. Es lo más parecido a la élite en todos los sentidos. Difuminada con el paso de los años. A mí me surge la posibilidad de ser segundo entrenador tras todos esos años como primero, y a mí se me abre la posibilidad de conocer una categoría semiprofesional o profesional como la Segunda B, en el grupo catalán, con un entrenador que conocía perfectamente, también era gallego, de Folgoso do Courel, provincia de Lugo. Con lo cual me lanzo con toda la naturalidad del mundo. El cambio es aceptado. El rol es aceptado, asumido y ejecutado con toda la normalidad y toda la personalidad profesionalidad del mundo.

A partir de ahí el fútbol me vuelve a juntar con Rubén. Hay un año en que me llama, en su segunda etapa en Guijuelo y no es posible el juntarnos y al año siguiente, yo recuerdo perfectamente cuando Rubén me dice: “Vale perfecto. Este año acepto un no pero la próxima no acepto un no”. Y así fue. Después de esas dos temporadas en Badalona ya me incorporo con Rubén. Con perfiles de entrenadores totalmente diferentes. A partir de ahí el rol de segundo es complementar a ese primer entrenador. Primero con una palabra que es la fidelidad. Total y absoluta. Total y absoluta a esa persona y a ese entrenador, pero primero a la persona. Y segundo, complementariedad. Es decir, qué necesita de mí, qué quiere de mí… y a partir de ahí si el primer entrenador te dice: «quiero que coloques los conos así; eres el mejor colocador de conos del mundo. Si quiere que repartas petos, eres el mejor repartidor de petos del mundo. Y si quiere que le des contenido, eres el mejor complementario de contenido del mundo». En la función que él te demande, intentar ser el mejor. Pero sobre todo eso: fidelidad a la persona y al entrenador y luego intentar complementarlo en todo momento y en todo lo que él necesite. Pero para mí, normalidad absoluta, y además es un rol en el que me siento cómodo, en el que por mí personalidad me permite un contacto incluso más físico y “sentimental” con la persona, con el jugador, aparte de con el primer entrenador y los compañeros de staff.

FdB: Desgasta menos a estos niveles que el rol de primero.

A.M: Desgasta diferente. Evidentemente el desgaste que tiene el primer entrenador es increíble. Pero a mí me gusta ese contacto. El llegar a la persona, el tocar a la persona, el sentir a la persona. Y este rol me lo permite, y me siento muy cómodo. La gente me pregunta si no tengo inquietud en volver a ser primero o tener alguna experiencia de primero… Yo lo que sí siento es que cada día que pasa estoy más preparado. Soy mejor que el día anterior. Pero ningún tipo de predisposición, intención, ansia, prisa por ser primer entrenador, en absoluto. Me siento muy cómodo en este rol, y me permite seguir formándome además de la mano de gente maravillosa, de personas increíbles y profesionales realmente top. Mientras yo en este rol, en este contexto, pueda desarrollarme y algo más importante… pueda seguir siendo yo y pueda seguir amando este juego como lo amo, no tengo ninguna intención de dar ningún paso ni ningún cambio en mi función.

RdlB: En mi caso he sumado dos experiencias como segundo entrenador. La primera en ese año, en ese Montañeros División de Honor Juvenil, y la segunda como tránsito entre la Segunda División como primer entrenador y la Primera División. Yo cuando finaliza la temporada en Segunda División dispongo de oportunidades para seguir en esa categoría en equipos con objetivos que iban a ser importantes, pero paralelamente recibo una propuesta de la Real Sociedad para formar parte del staff técnico del primer equipo. En el momento en que se decide que iba a ser Asier Garitano la persona que iba a liderar ese staff, lo tratamos, lo abordamos, nos juntamos en Madrid todas las partes (club, Garitano y yo), exponemos lo que es y lo que no puede llegar a ser. Tenemos claro que, o yo tengo claro, o me preocupo por transmitirles de la mejor manera mi voluntad. Y mi voluntad es, en ese caso, el aceptar y asumir la proposición del club y evidentemente por cubrir una necesidad que Asier me transmite en ese momento. Él quería darle una vuelta a su staff, relacionarse con otro tipo de personas o porque consideraba que debía darle una vuelta a la composición de su staff y finalmente se produjo.

Y la suerte que yo he tenido son dos. Por un lado, estar con un entrenador que lo había hecho muy, muy, muy bien en su anterior etapa en Leganés, y la segunda por poder desempeñar esa labor en un club histórico como es la Real Sociedad cuyas posibilidades son infinitas, y a su vez me iban a permitir desde otra posición sumar o multiplicar sintiendo que compartías con jugadores que muchos de ellos ya presentaban una trayectoria muy, muy importante. Alguno tiene alguna Champions en casa, otros han jugado en clubs de la talla de Dortmund y Manchester United, otros juegan o habían jugado competiciones europeas, y otros van a jugar ya no sólo competiciones europeas sino Eurocopas y Mundiales con España sin duda. Seguro 100%.

Todo ello, a nivel individual a mí me repercute positiva y favorablemente. Pero yo no cambio ese momento en la Real Sociedad como segundo por nada del mundo. Porque me he podido beneficiar desde otra posición de todas las personas que conforman parte del club, de Asier Garitano, de los otros compañeros del staff, y evidentemente de la plantilla de jugadores, que precisamente son una fuente de conocimiento permanente y de los que yo intentaba impregnarme y empaparme para ir completando mi persona, con fin de optimizar mi intervención.

 

«Si alguien puede tener la capacidad de conectar con gente joven y gente de ahora, porque nosotros somos hijos de nuestro tiempo, no de nuestros padres, es precisamente una persona joven, dinámica…»

Rubén de la Barrera

 

FdB: ¿Cómo llegan, entrenadores jóvenes como vosotros, y desde ya mucho tiempo, a ese conocimiento y sobre todo a esa gran inquietud y ambición por conocer el juego? Que no es tan habitual esa querencia de conocimiento del juego. ¿Qué os lleva y cómo os vais formando durante esta trayectoria para la mejora como entrenadores?

RdlB: En mi caso, sentir qué hándicaps podía presentar yo durante mi vida deportiva. Me explico: yo empiezo muy joven por tanto lo referente a la edad podía ser un problema. Por otro lado, mi no pasado como futbolista de élite podía condicionarme de cara al acceso a determinadas categorías. Por tanto… sí recuerdo, fehacientemente, como si fuera ayer o hace unos minutos, de meterme en lugares donde el único que era consciente de lo que estaba haciendo era yo porque nadie me veía. Me recuerdo rodeado de un ordenador, de tres millones de libros y cuatro millones de libretas y haciendo mis cosas y estudiando mucho y dándole muchas vueltas a todo aquello que iba revisando para precisamente eso, en el momento en el que me llegase una opción, no desaprovecharla porque sabía que era la mía. Y eso guarda relación con la pregunta: si tu edad en ese momento no constituye un aliciente para la parte contratante y a su vez tú no presentas pasado como ex jugador reconocido, de cara a otros tu forma de liderar se origina, considero, en el conocimiento del juego. Por tanto, yo pretendía generar valor desde el conocimiento del juego. Con el fin de hacer sentir a todas las partes que conmigo podrían de disponer de un espacio importante de mejora. Y a su vez, por mi edad, creo que curiosamente, esa juventud, más que alejarte, te acerca. Creo que hay un concepto muy equivocado de la edad en la parte ejecutiva, en los que mandan. Si alguien puede tener la capacidad de conectar con gente joven y gente de ahora, porque nosotros somos hijos de nuestro tiempo, no de nuestros padres, es precisamente una persona joven, dinámica… Evidentemente, eso también obliga a que dentro de tu vida y a poder ser dentro de tu staff, sentirte y verte complementado por ese otro tipo de conocimiento. Una persona que pueda disponer o no, porque creo que no se guarda relación causa-efecto, pero sí con otro tipo de experiencias, con un pasado profesional que te pueda ayudar en el desempeño de tu trabajo en el día a día…

Por tanto, esa inquietud surge por esos dos condicionantes, pero preferentemente por el hecho de no haber sido jugador de élite o haber llegado o haber llegado a mi primer reto sin haber pasado por otro tipo de experiencias que en el momento en que tú entras en un vestuario la gente siente que llega alguien diferente. Entonces, como yo eso no lo tenía me sentía con la necesidad y obligación de traspasar esa barrera y compensarlo desde el conocimiento del juego.

A.M: En mi caso cumplí procesos diferentes porque yo compagino los inicios de mi andadura entrenando con mis estudios de biología y mi proceso es diferente. Pero sí que es cierto que esa inquietud va inherente en una forma de ser propia. Ese inconformismo, ese querer ser cada día mejor, ese preguntarme cada día las cosas, el no consumir de una manera ansiópata todo lo que nos venden. Intentar discernir, intentar diferenciar lo que no me vale y el saber el porqué me vale esto y no me vale aquello. Creo que es algo innato en mí, esa es una característica de mi personalidad. Siempre quiero ser mejor, saber por qué esto sí por qué esto no… son cosas que me pregunto permanentemente. A partir de ahí mi proceso es diferente, pero hay un punto que confluye en lo que acaba de decir Rubén: que tú no hayas sido ex futbolista, que no hayas tenido una experiencia como jugador y tengas que hacer muchos más méritos para llegar a determinadas categorías hace que tu liderazgo, o que tu punto fuerte sea ese. El llegarle al jugador o a la persona que decide sea a través del conocimiento del juego. Y sobre todo también desde esa relación personal. Ahí creo que también entran unas características importantes a la hora de llegarle a la gente, no olvidemos que nos encontramos en un deporte no de relaciones, de interrelaciones.

Actualmente creo que el acceso a la información, para este proceso, es importante, fácil… Tú puedes llegar fácilmente a publicaciones científicas, tesis doctorales, revistas, libros, etc, donde la gente habla de juego o de diferentes aspectos de diferentes estructuras, desde el punto de vista de la teoría sistémica, de lo que es el juego. Hemos abierto un poquito la perspectiva en el juego a nivel de los deportes de equipo. Ya no sólo centrándonos en el fútbol sino acudiendo a otros deportes de equipo como pueden ser baloncesto, balonmano, hockey hierba… donde a nivel de lenguaje o a nivel conceptual a nosotros nos han aportado una inmensa riqueza. Es buscar en todos esos ámbitos cosas que te puedan aportar y que tú puedas llevar a tu día a día.

Y luego también el conocimiento del juego te lo abren las personas con las que vas coincidiendo. En este caso, para empezar en mi trayectoria, López Canosa, todos esos amigos que formábamos la familia del Conxo que empezamos a cogerle el gusto a esto, y luego personas como Manolo que me da la oportunidad de estar en Segunda B, o una etapa anterior de 4 años en el juvenil del Mataró donde conseguimos el ascenso a División de Honor, jugar en División de Honor haciendo la mejor temporada de la historia del club en la máxima categoría juvenil. Y donde, como ha dicho Rubén y es muy importante, no sólo entrenadores, no sólo información, no sólo publicaciones, sino los jugadores también son un nicho de conocimiento tremendo. Yo hay dos puntos en los que se incrementa mi amor por el juego de manera exponencial: la etapa de Conxo, donde empiezo a ser entrenador y coger ese gusto por el juego; y luego la etapa de Mataró donde realmente le empiezo a dar forma realmente a todos esos años anteriores. Y en Mataró precisamente, hay dos generaciones, la del 92 y la del 93 que para mí son básicas e imprescindibles. Digamos que son las generaciones que realmente me hacen entrenador y me posibilitan posteriormente llegar a Segunda B y poder trabajar con personas de un altísimo nivel futbolístico en los siguientes pasos, como son el caso de Rubén de la Barrera, Óscar Cano, Xavi Bartolo y Sergi Parés entre otros.

 

«el conocimiento del juego te lo abren las personas con las que vas coincidiendo

Abel Mourelo

 

FdB: Los dos tuvisteis experiencias fuera de España, uno con jugadores árabes y otro con japoneses. ¿Qué diferencia veis con los de aquí en cuanto a carácter, pasión, tipología de jugadores, entendimiento del juego…?

RdlB: En Qatar hay dos realidades. Por un lado todos aquéllos que han sido educados desde Aspire Academy y por otro lado todos aquéllos que se han ido construyendo desde un club. Es decir, la realidad de Qatar atiende a dos realidades: una es Aspire y otra son los clubes catarís. Es verdad que ha existido constante interacción y relación entre ambas partes, pero a su vez constituyen dos realidades opuestas, y difícilmente compatibles. Por tanto, eso nos lleva a que todo lo que ha pasado por Aspire muy probablemente, fundamentándose en un proceso europeizado, acerca a ese jugador al pensamiento de que no existen tantas diferencias a priori entre el europeo y el catarí. Pero por otro lado, la realidad del catarí que no ha pasado por Aspire en relación a cómo concebimos todo lo que tiene que ver con un proceso propio del fútbol, estamos hablando de dos realidades totalmente diferentes y que va a ser realmente complicado acercarlas o que se puedan acercar en algún momento de la vida. Me parece que para nada vaya a poder asemejarse. Sí con lo que corresponde a Aspire. Nunca atendiendo a lo que es un club allí y a las propuestas de dicho club.

A partir de ahí, estamos hablando de seres humanos, de personas. Estamos hablando desde el momento en que tú naces las necesidades de un jugador o de una persona que quiere ser futbolista aquí en Europa tiene que ver precisamente con una perspectiva, con una visión. Allí yo no he conocido a nadie que desde el momento en que comienzas a ser consciente, pretenda ser futbolista. Allí no hay una necesidad inicial, aquí sí. Por tanto, si aquí hablamos de la necesidad en contraposición con la no-necesidad, uno se va estableciendo una hoja de ruta. Allí eso no existe. Por tanto el movilizar sensaciones, el lograr implementar desde un proceso con fin de la consecución de unos hábitos que te permitan acercarte a donde, Qatar en este caso como país, pretende acercarse futbolísticamente hablando no es sencillo. Evidentemente Aspire sí que lo permite porque “extrae” a ese jugador de esa realidad. Repito, en los clubs eso no sucede. Y eso se traduce en buenos procesos de entrenamiento, múltiples experiencias, convivencias con clubs extranjeros y de primer nivel, competiciones internacionales… y todo ello contribuye al crecimiento del jugador local. Ahora mismo nos encontramos con que hay un Mundial a la vuelta de la esquina, con que Qatar ha sido campeona de Asia y el núcleo de esa selección es conocida a día de hoy. Salvo cuestiones de causa mayor, la convocatoria de ese campeonato puede llegar a anticiparse en un porcentaje elevadísimo. Dentro de que cualquier circunstancia no deseada pueda modificar o alterar 2-3-4 nombres. Pero lo demás es algo bastante cerrado. Y en la actualidad se trabaja precisamente desde ese conocimiento en dotarles de las mejores posibilidades a esos jugadores en ese país. Que por infraestructuras y por muchas otras cosas estaría sin lugar a dudas capacitada para convertirse en una liga muy potente, pero a nivel cultural muy probablemente lo condicione en número de años o definitivamente lo impida, que eso sea así.

Y como conclusión, la realidad es que allí se ejecuta en base al modo de pensar de un grupo de personas encabezadas en este caso por Iván Bravo dentro de un camino o de una manera que a los que mandan les ha ido dando la razón. Pues porque en la actualidad Qatar ha conseguido algo que era impensable, que es ser campeona de Asia por delante de selecciones importantes dentro de ese continente como pueden ser Japón, Corea del Sur, etc.

FdB: Japón, dentro de los asiáticos tiene fama de ser el más parecido a Occidente.

A.M: Al final, el fútbol es el mismo. La lógica interna del juego en Japón es la misma que en España. En Japón el fútbol tiene una repercusión, una visión y una importancia mediática importante. Partidos todos televisados de las tres primeras categorías. Buenos estadios, buenos terrenos de juego y futbolista dotados desde un aspecto de juego coordinativo o un aspecto técnico notable alto. Son jugadores que desde bien pequeñitos tienen una relación íntima con la pelota, con lo cual eso los dota desde un punto de vista técnico de un nivel notable alto siempre. Son jugadores que saben lo que es la pelota y saber jugar a la pelota. Otra cosa es que entiendan la lógica interna del juego y sepan jugar a este juego. La comprensión del juego ya es más difícil. Pero desde un punto de vista, así como culturalmente desde otros países es limitante en organización, en estructura y en desarrollo del deporte, en este caso no. Desde el punto de vista cultural, lo que es el desarrollo del deporte, ellos son muy conscientes de la importancia que tiene que tener desde el punto de vista mediático, de llevar a la gente a los estadios, incluso siendo conscientes de que no es el deporte número uno del país. El beisbol está a años luz. Pero la comprensión del juego es algo que les cuesta mucho. Pero aparte de eso, es un país maravilloso, un país para realmente vivir allí y disfrutar de este deporte, pero les falta ese paso desde el punto de vista de la compresión del juego.

Luego, como desde un punto de vista cultural, son una cultura de acción-reacción, de me dicen esto y hago esto y nada más que esto. Todo aquello que va surgiendo necesitan que tú les indiques cuál es la respuesta, cuál es la solución. Con lo cual el intervencionismo es muchísimo mayor. No son jugadores que tengan esa cierta anarquía, ese cierto descaro que podemos tener los países más latinos. Son mucho más cuadriculados. No hay ese jugador tan creativo. Sí que es cierto que están dando pasos en esa línea. También era un país que era bastante cerrado a la exportación de jugadores fuera de Japón. El jugador japonés juega cada vez más en ligas fuera de Japón. Con lo cual les da unas vivencias y experiencias en ese ámbito.

 Después, yo en mi experiencia en Japón, detecto una variabilidad tremenda dentro de un mismo partido. Muchos partidos dentro de un mismo partido, todos en función del resultado. ¿Qué me puede indicar eso? Quizás una falta de competitividad. Yo empiezo un partido. “A” se enfrenta a “B”. “A” se pone 1-0 en el marcador. A partir de ese momento, “B” domina a “A”. “B” empata el marcador y vuelve a cambiar otra vez el partido. En función principalmente del marcador hay muchísimos partidos dentro de un mismo partido. Esto nos puede indicar esa falta de competitividad o esa falta de descaro, de iniciativa propia diría yo. Es una cultura muy de acción-reacción. En todos los demás puntos de vista: personal, de liga, de juego, de repercusión… es un país para vivir, maravilloso y que para nada descarto volver. Más bien todo lo contrario, me encantaría volver a vivir esa experiencia desde otra perspectiva o casuística individual diferente, en resumen, seguro que volveré, o al menos lo intentaremos.

 

«yo entiendo este juego dentro o desde la perspectiva de lograr el mayor número de ventajas posibles con el fin de tener mayor probabilidad que tú para ganar un partido.»

Rubén de la Barrera

 

FdB: Metiéndonos en una serie de preguntas más enfocadas al juego, voy a comenzar con una poco original. ¿Qué es para vosotros el juego de posición? Además, se os asocia mucho a él.

RdlB: Realmente yo no sé qué es el juego de posición. Y si concebimos el juego de posición como normalmente vemos que se conceptúa dicho proceder, entiendo que todo es juego de ubicación. Absolutamente todo. Pues porque yo entiendo este juego dentro o desde la perspectiva de lograr el mayor número de ventajas posibles con el fin de tener mayor probabilidad que tú para ganar un partido. Y cuando hablo de ubicación, me refiero a ocupar un lugar concreto dentro de unas circunstancias concretas que tienen que ver con un momento de la jugada con una intencionalidad que va a venir determinada en el momento con balón por cómo ha movido el equipo defensor. Por tanto, partiendo de esa inicial reacción, yo he de reconocerla, y por otro lado, adaptarme para poder cambiarla. Y a su vez, ese cambio va a obligarle al rival a reajustarse teniendo en cuenta lo que yo acabo de hacer. Y eso va a ser permanente y va a manifestarse de forma continua. Por tanto, en algunos momentos lo que procede será jugar en espacios próximos al que tiene la pelota, en otros momentos procederá jugar con compañeros ubicados a una distancia mayor del que tiene la pelota, y en otros momentos tocará jugar en espacios próximos al área contraria. ¿En base a qué? En base a la estructuración y el funcionamiento defensivo del rival. El rival va impidiendo unas cosas pero de manera simultánea va posibilitando y abriendo otras.

Por tanto, nosotros hemos de reconocer qué es lo que nos va a acercar al fin de dicho proceder, que es hacer algo. Y eso, llevado a la respuesta de “¿qué es jugar bien en ataque?”. Jugar bien en ataque será tener la capacidad de finalizar con la mayor ventaja posible dándose un pase, si la jugada requiere eso, o teniendo que dar mil si la jugada requiere eso. Pero es algo que no depende de cómo uno sienta el juego. Eso obedece al ámbito de la etiqueta. Y aquí como normalmente tendemos a etiquetar a todo el mundo nos estamos perdiendo la gran posibilidad de conocer la lógica interna del juego con fines de exprimirle al juego todas sus posibilidades. Por tanto, si hablamos de juego y contamos con la realidad del que juega, que es el jugador, capacidad vital en el entrenador será la de saber ubicar al jugador en el juego. ¿Cómo te gusta atacar? Juego de posición, terceros hombres, cuartos hombres, salida lavolpiana… y todos esos conceptos con los que nos hemos ido educando, que son medios evidentemente, que te van a permitir, en este caso, generar situaciones óptimas de finalización, los hemos consumido como fines, no como medios. Y dentro de esos medios, entiendo, muchos se nos escapan de la comprensión. A día de hoy todavía no hemos sido capaces de establecer formas y lenguaje que nos acerquen. Al contrario, creo que nos distancian. Y creo que esto tiene que ver con la necesidad que tenemos como humanos, primeramente, de ir con nuestro prejuicio por delante, y por otro lado con la necesidad de ir etiquetando para, por un lado, clasificar, por otro lado, acercarnos en base a quién tiene razón y la razón la tiene normalmente el que gana. Y estamos obviando la mayor realidad, bajo mi punto de vista, que es que el juego es mucho más grande que una etiqueta, que una definición o que una forma clasificatoria de un momento con balón o del momento sin balón.

Por tanto, ¿qué es el juego de posición? Es algo que tendrá que explicar aquel que lo ha conceptuado así.

 

«como normalmente tendemos a etiquetar a todo el mundo, nos estamos perdiendo la gran posibilidad de conocer la lógica interna del juego con fines de exprimirle al juego todas sus posibilidades. […] Y estamos obviando la mayor realidad, bajo mi punto de vista, que es que el juego es mucho más grande que una etiqueta, que una definición o que una forma clasificatoria de un momento con balón o del momento sin balón.»

Rubén de la Barrera

 

A.M: Totalmente de acuerdo. Simplemente una manera de acotar, delimitar y etiquetar, con el único objetivo de reducir posibilidades, cuando realmente es todo lo contrario. Porque al final es una forma de sentir y de entender, el decir, ¿cómo entiendes el juego? A partir de la perspectiva de las ventajas. A través de un elemento vehicular, que es el balón, y a partir de ahí, elemento vehicular balón, perspectiva de las ventajas (generarlas, facilitarlas, identificarlas y aprovecharlas) y a partir de ahí, exprimir como ha dicho Rubén, que yo creo que esa es la clave, exprimir absolutamente todas las posibilidades del juego y de las capacidades de nuestros jugadores dentro del juego. Reconocer la lógica interna del juego, reconocer el juego y reconocer a nuestros jugadores dentro de ese juego. Y ser capaces de que el jugador reconozca el juego y se reconozca dentro del juego. Yo creo que eso es el objetivo máximo dejándolos ser y haciendo surgir sus capacidades y facilitándoles que expresen otras, que yo personalmente entiendo como potencialidades. Para mi las capacidades son aquellas que el jugador tiene, expresa e identificamos, y las potencialidades son aquellas capacidades que, ya sea porque no las tiene o no las expresa, o porque debido a las creencias limitantes adquiridas a lo largo de su vida y experiencia futbolística no cree que pueda expresar, y que como entrenadores debemos tener la capacidad observacional de detectar y facilitar contextos al jugador para que pueda expresarlas. En resumen, exprimir total y absolutamente todas las posibilidades del juego y las capacidades de nuestros futbolistas. Tanto en el momento con balón como en el momento sin balón.

RdlB: Y si hablamos de juego de posición, por seguir con el famoso nombre, es curioso porque lo vinculamos con algún club en concreto y algún entrenador en concreto. Pero a su vez lo relacionamos también con determinados hábitos que vinculamos precisamente a dicho proceder. Y yo pregunto: si un espacio claro de progresión no se encuentra dentro sino fuera, y a ese lugar somos capaces de llegar a través de algo que no ha sido nombrado todavía o no se ha ido asociando al juego de posición, ¿eso qué es? Es decir, lo que tengo claro es que yo tengo que lograr una ventaja. Si yo la puedo lograr con un único pase, no voy a dar dos. Si para llegar a la supraventaja yo necesito relacionarme muchas veces e implicar a muchos jugadores y perder mucho tiempo, lo tendré que hacer. ¿A dónde quiero llegar? A que todo equipo, bajo mi punto de vista, independientemente de sus potencialidades, ha de ser capaz de manifestar todo tipo de opciones fruto de lo que permite el reglamento, la lógica interna del juego, el rival… y eso pasa por una intervención que estimule a nuestro equipo en todo tipo de contextos. ¿Por qué? Porque el juego no empieza en donde a mí me gusta y no termina en donde a mí me deja de gustar. Y normalmente hay una incongruencia que tiene que ver con que como en un partido vemos lo que sabemos, eso extrapolado a la semana, los contenidos preferentes pasan por aquello que a mí me otorga falsa seguridad o control.

Por tanto, repito, nos estamos ocupando única y exclusivamente de un 1/2/3% de todo lo que yo entiendo que es juego. Y el juego precisamente es todo. Y pasa por lograr eficacia y eficiencia en cada uno de los dos grandes momentos, de las dos grandes fases. Vamos a distinguirlos para generar entendimiento. Y a su vez, todo aquello que va ocurriendo dentro de una misma fase y todos aquellos cambios que se van produciendo entre esas dos grandes fases. Y como es algo, repito, de difícil consumición, porque somos o de Guardiola o de Mourinho, y hay que ser o de uno u otro, parece, en esta sociedad, estamos desaprovechando una gran oportunidad de acercarnos a lo que realmente importa que es el juego. Exprimir todo tipo de posibilidades al juego en base a un reglamento ubicando al jugador en dicho juego para lograr identidad. Y esa identidad no tiene que ver con “estamos viendo un equipo de Guardiola” o “estamos viendo un equipo de Bielsa” o “estamos viendo un equipo de Fabio Capello” o “estamos viendo un equipo de Nevio Scala”. No. Los jugadores han de sentirse reconocidos en cada uno de los momentos con el objetivo de ir resolviendo situaciones de forma eficiente. Dotarles de los mayores recursos posibles para que eso vaya ocurriendo. Y el fin no es ni defender mejor que nadie ni dar más pases que nadie. El objetivo es ser fiable. Y esa fiabilidad llevarla al resultado, que es para lo que estamos, para ganar partidos porque sino no existirían clasificaciones. A partir de ahí, podemos entrar en debates que creo que más allá, de lo que realmente pienso, nos alejan de lo esencial, del solomillo, que es precisamente hablar de juego y de las posibilidades de un equipo referente a juego y al rival.

 

«el fin no es ni defender mejor que nadie ni dar más pases que nadie. El objetivo es ser fiable. Y esa fiabilidad llevarla al resultado, que es para lo que estamos»

Rubén de la Barrera

 

FdB: Tú atacas en función de lo que te va presentando el equipo rival. Quizás en los niveles que estáis ahora se ve menos o se habla menos, pero en niveles más abajo se habla mucho de mover al rival o intentar movilizarlo en el plano horizontal. Pero casi nunca hablamos de movilizarlo en el plano vertical. Es más sencillo moverte cuando tienes a los jugadores de tu misma línea a tu lado que coordinarte con líneas anteriores y posteriores, y creo que es más “sencillo” desproporcionarlos de este modo. Y lo digo porque veo muchas situaciones de entrenamiento o incluso de partido en las que los ataques terminan siendo partidos de balonmano.

RdlB: Lo que está claro es que independientemente de las formas de progresión, si nos establecemos en campo rival, independientemente de nuestra sensibilidad por un juego más directo o menos directo, hay una cosa que es indiscutible y evidente, que pasa por ocupar espacios de valor que pueden ir desestabilizando en este caso a la estructura defensiva del rival. Y eso no tiene que ver, repito, con una sensibilidad o un gusto estético. Tiene que ver con la necesidad de ir resolviendo ese tipo de situaciones. En algunos casos el desequilibrio, un medio para conseguirlo será, de como tú dices, de una movilización horizontal para habilitar un espacio en un eje vertical y por otro lado, dentro de esa situación o en otra, se tendrán que encadenar ambos tipos de movilizaciones. Pero eso pasa por la respuesta defensiva rival. Si mi intención principal es la de desproporcionarlos a nivel horizontal, pero ellos preferentemente, el primer defensor, el más cercano a balón, no se deja atraer, no lo captas, no lo fijas, y se van protegiendo, esas distancias entre el defensor más cercano a balón y el siguiente, evidentemente tu intención ya no puede ser la de habilitar o abrir un intervalo para meter balón delante sino que tendrás que recurrir a otro tipo de medios.

Y relacionándolos y vinculándolos, si ahora lo conceptuamos desde lo longitudinal, esos criterios de intentar atacar hacia propia portería a ver si somos capaces de beneficiándonos de que logramos que corran hacía delante, se vayan descubriendo espacios entre esos jugadores o se vayan descubriendo posibilidades lejos. No cerca. Lejos. ¿Cómo uno va reconociendo todo ese tipo de posibilidades? Una, conociendo el juego. Anticipando, provocando y reconociendo toda aquella respuesta que vamos generando en el rival. Pongo un ejemplo: si el espacio o la ventaja está detrás de una línea, lo que no tendrá sentido es pretender o insistir por delante de ellos. Habrá que llegar a ese desequilibrio. Si por el contrario, la mayor de las ventajas está, en un timing óptimo, en poner la pelota y a un jugador de cara al portero tras una serie de medios previos, habrá que intentar llegar a ello en tiempo y en forma, cuidado. A veces será antes, a veces será más tarde. Pero como estamos hablando de medios, en este caso, para la progresión, eso o ese tipo de medios los va a tener que dominar en la actualidad un equipo como la Real Sociedad, que de hecho lo domina, o un equipo como es el Getafe en la actualidad, que de hecho lo domina también. Y como etiquetamos a todo el mundo, a priori la Real Sociedad y el Getafe pretenden el resultado a través de dos maneras diferentes. Pero hay una realidad. Que los dos se ven obligados a darle respuesta a todo ese tipo de situaciones. Por tanto estamos hablando de fútbol, estamos hablando de posibilidades de equipos y no estamos cayendo en cuestiones que generan debate pero que no permiten el desarrollo y enriquecimiento de este juego. Ése es mi pensamiento.

FdB: Ahora que comentabas, que si en un pase podías tener ocasión de gol o cuando se presentaba la posibilidad, atacar la profundidad…

RdlB: ¿Sabes lo que pasa? Que precisamente lo complicado es lograrlo con un pase. Si se pudiera hacer con un pase lo hacíamos. Pero a veces no es posible hacerlo en un pase.

FdB: Supongo que cuanto más nivel menos pasará, pero ¿no hemos “acomodado” al jugador y ahora hay muchos más comportamientos que sin necesidad quieren balón a pie? Es decir, pecamos de falta de profundidad cuando hay ocasiones para aprovecharlo, sin precipitarlo. Desmarque a espalda de la última línea, desbordar… y quizá por los entrenadores, por modas…, y al final provocamos que los jugadores pasen, pasen y pasen y al final no pasa nada que decía el otro.

RdlB: Yo es que creo que no tiene que ver con la moda, sino con lo que consumimos y con el desconocimiento. A priori, un equipo que dispone o que se predispone a permitir a través de una serie de movimientos coordinados profundos se van descubriendo posibilidades en ese sentido o en otros sentidos. Es decir, no estamos hablando de disponer de la pelota por disponerla, por sumar tiempo de posesión. A mí ese dato no me interesa. A mí me interesa cómo y de qué manera desestabilizo a un rival que en un momento se me presenta así y en otro momento se me presenta asá. Y eso es a lo que yo tengo que dar respuesta. A mí no me interesa superar al rival en algo tan, tan subjetivo como la posesión. En algunos momentos habrá que tenerla mucho tiempo y en otros momentos o pretender hacerlo muchas veces pero no tanto tiempo. Dentro de un proceso de ataque que no sienta el espacio, no sienta la amenaza, el sentir amenazado al rival no va a permitir fijaciones en profundidad. Y ante la ausencia de fijaciones en profundidad no se van a ir descubriendo espacios anteriores a esa finalización. Por tanto, terminaremos seguramente pasándonos la pelota, ojo, no siendo conscientes del peligro que puede entrañar eso. Y más que acomodarte tú, a quien estás acomodando es al rival.

FdB: Un día terminaremos marcándonos en propia.

A.M: Yo con respecto a esto, sí que es cierto que estoy viendo mucho formativo. Fútbol base de equipos profesionales y compartiendo con estos entrenadores, me dicen que detectan esa falta de creatividad de los jugadores. Que llegadas esas situaciones donde esa última línea del equipo rival se tiene que sentir realmente amenazada, todo absolutamente todo, pasa a través del pase. No saben muchísimos jugadores…

 

«Nosotros somos facilitadores de contextos, facilitadores de situaciones. Los posibilitadores son ellos. Nosotros como facilitadores tenemos que generar sinergias. Y que esas sinergias den paso a generar más sinergias todavía, porque esto no deja de ser un juego de relaciones e interrelaciones.»

Abel Mourelo

FdB: Estamos siendo una fábrica de jugadores iguales.

A.M: Exactamente. No saben muchísimos jugadores que llegada esa situación de última línea, donde realmente tiene que sentirse amenazada esa última línea con una conducción, con una situación 1×1, no se da. Pretenden solucionar esas situaciones siempre a través del pase. Y a lo mejor el pase en ese momento no existe. Ellos sí que detectan esto. Y hablando con entrenadores tanto del Barça como del Espanyol, que son los que más cerca tengo y con los que más interacción puedo tener en estos meses, me llegan a decir eso. Quizás nos olvidamos de la misión metodológica real que debe tener el entrenador, sobre todo en estas edades. Nosotros somos facilitadores de contextos, facilitadores de situaciones. Los posibilitadores son ellos. Nosotros como facilitadores tenemos que generar sinergias. Y que esas sinergias den paso a generar más sinergias todavía, porque esto no deja de ser un juego de relaciones e interrelaciones. Dentro de esas situaciones que nosotros queremos facilitar tenemos que potenciar las capacidades de nuestros futbolistas, hacer que esos jugadores reconozcan el juego y se reconozcan dentro de ese juego, y además que la creatividad de ese futbolista emerja. Hay situaciones en las que no podemos coartar la creatividad. Hemos llegado a un punto en que quizás eso sí está pasando. Posiblemente estemos cerrando demasiadas situaciones en las que no le estamos dando pie al jugador a tener esa iniciativa propia, esa creatividad. Luego evidentemente hay situaciones en las que las quieren solucionar a través del pase y dicen: ¿Cómo soluciono esto? Cuando es muy claro que esa primera recepción tuya, esa última línea, ese oponente directo, se tiene que sentir amenazado con tu primer contacto de balón y con algo que tiene que ser eso, creatividad con una intencionalidad clara de desequilibrar y superar esa última línea del rival, situación más del futbolista.

FdB: Óscar Cano dice que hay entrenadores que indagan un poco más, por así decirlo, y descubren capacidades en los jugadores que estaban dormidas. Fue muy famoso cuando Lahm empezó a jugar de mediocentro. Cuando estabais vosotros teníais un caso curioso que era Isaac Carcelén que a veces jugaba de lateral y otras lo hizo de mediapunta. ¿Creéis que explotamos poco o indagamos poco en nuestros jugadores para ver todas esas posibilidades que tienen? A veces los asociamos a un puesto específico y es inamovible.

A.M: Yo, antes de que empiece él, creo que el caso de Isaac Carcelén creo que es un caso muy claro, pero creo que hay casos mucho más relevantes en ese aspecto. El identificar esas capacidades y sobre todo, lo que he comentado anteriormente, las potencialidades, esas capacidades que el jugador no expresa por la razón que sea, y que a través de, en este caso, la capacidad observacional del entrenador, le debemos facilitar esa expresión, el incluir o de reconocer… ser capaz de introducir al futbolista dándole todas las posibilidades dentro del juego. En nuestro caso, en el caso de Rubén creo que hay casos más relevantes que el de Isaac. El de Viti, el de Iván González… hay casos que incluso el propio jugador se siente impactado y luego sus capacidades se ven infinitamente potenciadas dentro de las posibilidades del juego. Absolutamente.

RdlB: Yo jugadores que consideré en su momento reubicar, creo que tengo unos cuantos por ahí. Rubén Peña, actual jugador del Villarreal… Además recuerdo el primer partido en que fue lateral derecho. Un Guijuelo-Real Oviedo. Ángel Martínez, actual jugador del Asteras Tripolis y del Deportivo B en su día y del Espanyol, Selección Española, etc, vino como lateral izquierdo y terminó siendo central zurdo. Recuerdo un futbolista que llegó a debutar con el Real Zaragoza, Óscar Valero en Guijuelo. Lo ubicábamos como interior. Una capacidad para llegar bestial. Iván González.

A.M: Viti.

RdlB: VitiIza. Y tanto otros. han sido muchos. ¿Por qué? No por cuestiones creativas o que yo me obligue a hacer algo diferente, sino de lo que yo me trato de ocupar es de conocer realmente a mis jugadores. Y creo que es de Perogrullo. Pretendemos conocer más al otro que a nosotros, y entiendo que todo forma parte lo mismo. Pero considero que invertimos muy poco en conocer lo nuestro, y a su vez, nuestras propuestas han de ser congruentes precisamente con eso. Es decir, mi modo de hacer las cosas, el modo según el cual yo propongo entrenamientos, me tienen que permitir o me tienen que facilitar un mejor conocimiento de la materia de que disponemos. Y tener presencia en la sesión evidentemente, para, a través de la observación ir sintiendo qué es aquello que nos puede venir mejor o no en relación a un momento concreto. Porque esto no es cuestión tampoco de cinco minutos. Esto tiene que ver con el jugador y con las necesidades del equipo. A veces yo puedo considerar que las prestaciones de uno podrían ser todavía más relevantes en otros lugares, pero el equipo a día de hoy no necesita eso. Entonces, ajustar lo que el jugador puede ser en otro lugar y que el equipo lo necesite en ese otro puesto, el cuándo precisamente tiene que ver también con esa parte artesanal y lo que conlleva y lo que supone ser entrenador. Esto no es cuestión de que este delantero puede ser portero y al siguiente día le doy los guantes. Entiendo que no. Ese no es el timing, la temporalidad de todo esto.

A.M: Totalmente. Conocimiento de la persona, conocimiento de las capacidades de nuestros jugadores, identificación de potencialidades dentro del juego, capacidad observacional del entrenador y necesidades en cada momento. Qué importante “hablarnos de ellos”.

 

«mi modo de hacer las cosas, el modo según el cual yo propongo entrenamientos, me tienen que permitir o me tienen que facilitar un mejor conocimiento de la materia de que disponemos. Y tener presencia en la sesión evidentemente, para, a través de la observación ir sintiendo qué es aquello que nos puede venir mejor o no en relación a un momento concreto.»

Rubén de la Barrera

 

FdB: ¿Cómo se transmite y cómo gestionáis la tolerancia al error, cuando en vuestro caso, en una categoría tan complicada como la Segunda B, hacéis un tipo de juego menos habitual? Transmitirle eso al jugador, si viene de experiencias similares o distintas, y esa tolerancia sobre todo en esos inicios y las posibles penalizaciones que pueda tener en forma de goles o resultados adversos.

RdlB: El error es parte inherente de este juego. Te vas a equivocar muchas veces hagas lo que hagas. Evidentemente buscamos reducir el margen de ese error.

FdB: Hay muchos equipos que quieren tener esa iniciativa en el juego pero después cuando aparecen los errores lo castigamos vehementemente y generamos resistencia en el jugador, probablemente para repetir comportamientos.

RdlB: Precisamente lo que hay que ajustar es nuestra intervención. Generar condiciones óptimas dentro de un inicio. Si las posibilidades están cerca y puede ser en corto, pues tendrá que ser en corto cuando la situación lo permita. Pero ya no es cuestión de salir en corto o salir largo, es cuestión de ir encadenando lo inicial. Si inicio largo qué ocurre y cómo me dispongo yo antes de que se produzca ese pase. Y si lo hacemos en corto, cómo va evolucionando todo ello en relación a cómo confronta el rival. Esto no es cuestión de llegar un día al entrenamiento e intuir: mañana vamos a disponer del tiempo suficiente en el primer momento de la jugada para iniciar en corto y desde ahí se van generando una serie de interacciones entre jugadores que nos van a posibilitar llevar la pelota al área contraria. Ahí también tendremos que jugar con presencia del rival, entorno, variabilidad en cuanto al comportamiento y respuesta defensiva del contrario para ir modificando los caminos por los cuales nosotros pretendemos progresar. Aunque todo lo que tiene que ver con el momento de ataque y atendiendo al momento de generar situaciones de inicio, de progresión, de prefinalización y de finalización a mí es algo que me apasiona. Al igual que me apasiona condicionarlo en el rival. Me apasiona. Pero me apasiona, una, porque es juego. Ambas cuestiones es juego. Y más que eso, o más importante que eso es que los partidos me van a demandar eso. Y eso, evidentemente, al igual que yo intento anticiparme al contexto defensivo rival en el momento en el que yo percibo cómo se posiciona el rival y cómo se va a comportar, al igual que yo propongo un cambio en los míos, he de ser capaz de reproducir lo mismo en el momento en que a mí me toca ser defensor. Lograr hacer sentir ser defensor a todo el mundo, punto número uno. Y punto número dos: ir jugando con la intención del oponente. Y eso pasa por un proceso importante, largo, sistemático, intervencionista, en donde el primer estímulo externo normalmente vas a ser tú. Y a partir de ahí, ir ajustando y reajustando hasta acercarte a un nivel de concreción de detalle importante.

Ahora mismo, dentro de lo que nos podemos encontrar en un partido de fútbol, a priori es un 11×11. Si reducimos el zoom nos encontramos a un grupo de jugadores contra otro grupo de jugadores. Y si reducimos todavía más el zoom nos encontramos duelos a escalas muy reducidas: 1×1, 2×1, 2×2, 3×2… en diferentes lugares con diferentes referencias. A veces partimos de un momento en que yo dispongo de la pelota. Otro en que yo la dispongo tras haberla recuperado, pero no siempre la dispongo igual. En algún momento puedo mirar la portería del rival en un espacio muy alejado, en un espacio más próximo o en la mayor de las proximidades. Con un rival próximo o más alejado, que está cerca o que está lejos de mí. Que lo tengo delante o que lo tengo en mi derecha, o a mi izquierda, o me viene por detrás en carrera y yo no lo veo. Todo ese tipo de matices, de cuestiones, hay que atenderlas. Por tanto, es una necesidad colectiva, o desde una necesidad estratégica para ganar un partido a una necesidad grupal que precisamente me permitan llevar a cabo esa estrategia, pero lo que realmente creo que le da sentido a todo esto o distinción va a tener que ver con esa información tremendamente cualitativa que le tenemos que aportar al jugador para que definitivamente se establezca una diferencia dentro de un contexto tremendamente igualado. Creo que la diferencia…

 

«el objetivo del entrenador es precisamente eso, ayudar. Estamos para facilitar. No hay ningún otro objetivo. Facilitar ayudando. No para imposibilitar ni perjudicar. Ni entrenar o hacer para nosotros. Entrenamos y hacemos para ganar, para ellos.»

Rubén de la Barrera

 

FdB2: Pequeños detalles.

RdlB: El pequeño detalle pasa por, lógicamente por el talento y la capacidad del jugador, o por una información. Y creo que nosotros los entrenadores hemos de preocuparnos por acceder a ese tipo de conocimiento para permitirnos ayudarle al jugador. Porque el objetivo del entrenador es precisamente eso, ayudar. Estamos para facilitar. No hay ningún otro objetivo. Facilitar ayudando. No para imposibilitar ni perjudicar. Ni entrenar o hacer para nosotros. Entrenamos y hacemos para ganar, para ellos. Que son los verdaderos protagonistas, dentro de que yo considero que los entrenadores tenemos mucho que decir siempre, repito, que aportemos, logremos construir una microsociedad sana, competitiva, que plantee retos de manera constante. Al fin y al cabo, que los estimule en relación a lo que el juego demanda y a la exigencia del rival. Y seguramente a una exigencia mucho mayor que la del juego o la del rival es la autoexigencia. Esas expectativas generadas por los clubes, más reales o más irreales antes de que todo comience a tener sentido, antes de que todo arranque.

Son muchas cosas, muchas competencias las que tiene que abordar un entrenador y precisamente hemos de estar preparados para, o siendo conscientes de que hemos de abarcar grandes áreas de conocimiento y a su vez configurar staffs, grupos de personas compatibles, cualitativas, que nos aporte, que nos hagan mejores para precisamente mejorarlos a ellos. No hay más. Hay que ayudar y hay que ayudarles a ellos. Con el fin de ganar muchos partidos. O ganar un partido para que la directiva te permita dirigir el siguiente. No hay más.

A.M: Errores… como ha dicho él, el error es inherente en el juego juegues como juegues. Hagas lo que hagas va a haber errores. A partir de ahí, facilitadores. Esos aspectos micro que comentaba. Facilitarles ese conocimiento para que la situación la resuelva de mejor manera y sobre todo, ser capaces de dos cosas: él ha hablado de esa autoexigencia. Yo hablaría también de creencias limitantes, porque al final las personas estamos construidos a través de creencias y experiencias anteriores. Generalmente, tanto entrenadores como jugadores tenemos unas creencias limitantes. Las creencias limitantes del futbolista lo limitan porque le hacen creer que no es capaz de hacer determinadas cosas, y ahí es donde entramos nosotros. A través de ese conocimiento del juego, a través de ese facilitarle al jugador cómo resolver esa situación y cómo hacer mejor. Cómo facilitarle y ayudarle a que eso salga mejor. Romper con las creencias limitantes, pero para eso también tenemos que romper nosotros con las propias nuestras. Tener o ser capaces de adquirir ese conocimiento que me ayude a ayudar a mis jugadores.

FdB: Esa información de esos aspectos micro. Esa mejora en pequeños aspectos. Lo realizáis a través de esa información a ese jugador, generalmente, mediante tareas colectivas, grupales, o hacéis otro tipo de tareas. Bielsa hablaba que para incorporar a determinados jugadores determinados comportamientos necesita aislarlo, hacerlo y luego ir introduciéndolo de nuevo en el juego. Vosotros hacéis así o desde el juego y en grupo más amplios, dar esa información focalizando en un jugador.

RdlB: Creo que independientemente de la relación numérica uno decide dónde pone el foco. Evidentemente creo que la intervención del entrenador en ese tipo de momentos es importantísima porque esto no es cuestión ni de desvirtuar el juego ni de convertirlo en pachanga. Moverse entre lo que no es juego y lo que es pachanga, precisamente aporta significado a lo que se va haciendo. Por tanto, si tú quieres generar impacto micro, ese impacto micro se puede dar desde un macro, se puede dar desde un meso o evidentemente, extraer a un jugador de la realidad del equipo y diseñar para que vivencia otro tipo de cosas con la mayor frecuencia posible. Pero al fin y al cabo si hay que definir micro en este caso, abordamos lo que es táctica individual, pero esa táctica individual, sintiéndola y vinculándola al entrenamiento intencional colectivo, de tal manera que nos permita capacidad de adaptación y variación de intenciones y comportamientos de rival en partido. Ahora bien, y esto lo he vivido en San Sebastián, en Real Sociedad, porque he tenido la posibilidad de que con chicos que disponían de menos minutos en primer equipo o jugadores que venían del Sanse o del Juvenil A a entrenar, al finalizar cada sesión estábamos con ellos y diseñábamos precisamente este tipo de contextos en base a una serie de necesidades que considerábamos en donde debíamos intervenir y poner el foco. Si nosotros considerábamos que Ander Barrenetxea debía optimizar ese desmarque de penetración, diseñábamos una situación en la que él, evidentemente se tenga que desmarcar en profundidad. Pero, eso no llega. Debemos arroparlos por una serie de elementos que van a condicionar cómo, dónde, cuándo… y eso pasa por dominar la variable, en este caso del desmarque: trayectorias, velocidades, etc. E interviniendo única y exclusivamente con el jugador sin ningún elemento que ayude a reproducir un contexto propio puede ser complicado. Pasaríamos a tratarlo desde una conversación, y entiendo que aquí el objetivo no es conversar, es reproducir uno, dos y mil y mil millones de veces.

FdB2: Faltarían elementos, faltaría realismo.

RdlB: Exactamente. Pero yo creo que lo importante es partir del conocimiento de ese jugador, de lo que uno considera ha de dar un paso y ponerlo en contexto. En algún caso o en muchos casos, con el equipo; en otros casos reduciendo el número de jugadores, pero también generar impacto en el micro atendiendo única y exclusivamente a ese jugador. Ayudándote de una serie de elementos que referencien ese tipo de comportamiento pretendido. Repito. ¿Lo empleas? Sí. ¿Lo crees necesario? Sí lo creo necesario. Pero lo creo necesario con todos.

A.M: Totalmente de acuerdo.

RdlB: Porque precisamente lo que da o quita son cuestiones que responden al jugador o a dos jugadores en momentos concretos. Eso es lo que permite o impide. Si eso permite o impide y yo quiero generar un impacto en alguien en concreto en un momento determinado me tengo que agarrar a todo tipo de contextos: estructuras completas, estructuras parciales, y evidentemente en extraer, para que vaya reconociendo. Por tanto, ¿la táctica individual? 100%. ¿Cuándo? Permanentemente sea cual sea. Ahora bien, en contexto de variabilidad. Variabilidad. Si pretendemos intervenir sobre lo ejecutivo. Pases con el interior. Lo que no me plantearía sería pasarnos dos horas pasándonos con el interior. Estaríamos seguramente mucho menos de dos horas pero mucho más de dos horas en momentos diferentes y dentro de esa serie de estímulos ir aproximándonos a la complejidad que el juego contiene. Táctica individual, incertidumbre, variabilidad. Eso está relacionado a la técnica. Eso conlleva o contiene o se ve condicionada por una emoción previa. Por tanto, en la táctica individual a la hora de generar impacto en ese micro, hay que tener los recursos suficientes para ir generándole estrés a ese jugador, porque el jugador, no lo olvidemos interactúa bajo unos niveles de estrés importante. Y ese estrés hay que transportarlo y hay que llevarlo a la sesión.

A.M: Estoy totalmente de acuerdo. Partiendo de lo que hemos dicho antes de que estoy es un juego de relaciones, de interrelaciones. Partiendo de que esa información diferencial, ese aspecto micro en un momento determinado es diferencial, para la eficacia y la eficiencia en un momento de resolución de una situación o de ese problema que se va generando a través del juego, yo entiendo la individualización, ese aspecto micro, la mejora de ese jugador, desde los dos puntos de vista. Desde un punto de vista desde dentro de la colectivización, dentro del sentirlo con el colectivo. Ya sea, como ha dicho él, con estructuras completas, incompletas, sectores, líneas, etc. O desde el punto de vista del jugador. Ahí está la capacidad observacional del entrenador. Ahí está la calidad informativa que tú le das al jugador en ese momento determinado dentro de esa individualización incluida en la colectivización del juego. Ahí está la calidad que tú le des para que el jugador colectivice su individualización, su casuística individual. Y luego, está también la especificidad del juego. En ese momento tu calidad informativa hace más específica una cosa u otra. A partir de ahí el impacto sobre un jugador, dos, o una línea, pues a través de los soportes que puedas. A través de soporte individual, como dice él, no es cuestión de estar dos horas repitiendo un gesto técnico o una acción táctica concreta, sino que hay que generar impacto en él. Dentro de esa variabilidad que produce el juego y a través del soporte que tú quieras.

Relacionado con esto que estamos hablando, introduciría el concepto acuñado por Paco Seirul.lo de potencia prospectiva, que se entiende por la capacidad que tiene el jugador de resolver, de forma continuada, todos aquellos problemas que le va expresando el juego. Así pues, una de las funciones más importantes del staff, relacionada directamente con los aspectos micro que estamos hablando, es la de identificar los tipos de respuesta expresada por cada uno de nuestros jugadores en la resolución de los problemas que surgen en el juego. Me explico, los jugadores expresan tres tipos de respuestas, la primera es la autónoma, aquella respuesta que el jugador expresa en una determinada situación y que es capaz de repetir en el tiempo, esta respuesta la realiza desde el consciente, en estos casos, el impacto del entrenador en el aspecto micro es el de reforzar esa respuesta, independientemente de si hay error en la ejecución o no. El segundo tipo de respuesta es la espontánea, aquella que el jugador expresa en un momento determinado pero que no identifica por qué, cómo, dónde, y además no es capaz de repetirla durante el tiempo, es aquella respuesta que el jugador realiza desde el inconsciente… en este caso, debemos tener la capacidad observacional suficiente para detectarla y nuestra intervención se debería centrar en hacer que el jugador identifique la repuesta, el contexto de la misma y que le de nombre (generar ese impacto en el jugador – aspecto micro) y llevarla al campo, así pues, deberíamos facilitarle al jugador la transformación de esa respuesta del inconsciente al consciente. Y por último, estarían todas aquellas situaciones que van surgiendo en el juego y que el jugador no expresa respuesta alguna, en este caso, impacto individual para que identifique y de nombre a lo que observa y llevarlo a campo. En resumen, otro de los objetivos como entrenadores, y que tiene que ver con el aspecto micro de mejora de nuestros jugadores en el plano individual, es la de ampliar la potencia prospectiva que tengan cada uno de ellos.

Yo recuerdo que nosotros planteamos el segundo año alguna doble sesión donde en función de las necesidades, trabajar esa individualización dentro de la colectivización, pero, por jugadores desde el punto de vista individual o desde el punto de vista de sectores o líneas. El objetivo era una situación, qué queríamos trabajar, con un impacto audiovisual, que el jugador lo viera, interactuar con él para ver qué siente el futbolista en ese momento. Trabajarlo en campo y luego volver a ver ese feedback. Era el proceso que teníamos en mente. Con lo cual, el tema de la individualización yo lo veo desde los dos ámbitos: desde el punto de vista de individualización dentro del colectivo, dentro del juego, y desde el punto de vista de generar impacto en ese jugador. Las dos cosas clarísimamente.

 

@rubibarrerafdz

@abelmourelo

 

Proximamente, segunda parte…

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