Café y charla con Rubén Albés

Tren a Vigo. Rubén está esperando nuestra llegada. 34 años y una larga experiencia en los banquillos que nos llama la atención. Como jugador, pasó por el fútbol base del AlertaTravesas y del Areosa. Ya en senior, Rápido de Bouzas en Tercera, Pontevedra B en Preferente, Céltiga en Tercera y vuelta a Bouzas, donde deja el fútbol con tan solo 23 años.

En tareas técnicas comienza ya mientras lo compagina con su etapa de jugador. Pontevedra Cadete como asistente y Rápido de Bouzas Juvenil como asistente también, con el que ascienden a División de Honor. Ya en la ciudad del Turia, y en las filas del Valencia CF, Alevín, Benjamín y el Cadete B junto con el Universitat Valencia de 2ª Regional. Burjessot y Catarroja en 3ª División hasta que se va con Benito Floro para Marruecos, donde será su asistente en el Wydad Casablanca, donde tras media temporada, apenas dan comienzo a la siguiente. A su vuelta al Mediterráneo, y tras buscarse la vida como comercial de una conocida marca de teléfonos móviles, vuelve a categorías de prestigio. Novelda en 3ª, asistente de Fran Yeste en el Eldense de 2ªB y posteriormente entrenador principal, consiguiendo la salvación en el Play-Out de descenso. Valladolid B, solamente 9 jornadas en 2ªB, hasta que Miguel Ángel Portugal decide contar con él como 2º entrenador del primer equipo en 2ª División. Valladolid B de nuevo y vuelta a «casa». 2 temporadas en el Celta B, en 2ªB y esta última, como máximo responsable del banquillo de UCAM Murcia en 2ªB, banquillo que ocupa durante las 7 primeras jornadas de Liga.

Sí, 34 años. Rubén Albés

 

FdB: ¿Por qué entrenador?

R.A: Porque me encanta el fútbol y soy un apasionado de las personas, de esa combinación entre lo humano y juego nace mi amor por este deporte, el cual siempre he podido disfrutar desde pequeño.

FdB: Estuviste en distintos roles dentro de un cuerpo técnico y con entrenadores que tienen bastante renombre como Benito Floro o Miguel Ángel Portugal. ¿En qué rol te sientes más a gusto?

R.A: Entiendo que es necesario pasar por diferentes roles dentro de un cuerpo técnico ya que ello te permite primero ser capaz de ponerte en la posición que tiene otro miembro del staff y después estar en disposición de ir adquiriendo conocimientos y habilidades. El estar con gente que puede enseñarte, que te puede mostrar diversas maneras de hacer las cosas, que te puede ir educando en la realidad futbolística es una fuente de crecimiento fundamental para tener una visión global de la profesión. Pero a día de hoy me siento primer entrenador. Es donde más a gusto puedo demostrar mi sensibilidad hacia el juego, además de poder tomar decisiones finales y son esas decisiones que implican riesgo y me generan la adrenalina con la que disfruto en este deporte.

FdB: ¿Y cómo llevas el desgaste que sufre el primer entrenador con los aspectos extra futbolísticos?

R.A: Bueno, al final, a medida que se aumenta el nivel de exigencia, está claro que lo que tiene que ver con el entorno y con la gestión de personas, resulta fundamental y ello implica desgaste. De hecho, hay muchos ejemplos de entrenadores que dedican mucho de tu tiempo en la gestión del vestuario, del entorno, de la junta directiva. Y en el trabajo de campo es el resto del cuerpo técnico quienes tienen mayor protagonismo. Esto forma parte del fútbol actual. Gestionar personas, situaciones y entornos además de tener también tiempo para construir equipos, imaginar planes de partidos y poder entrenar en campo. Claro que a todos nos gustaría ser puristas y sólo dedicarnos al juego y poder expresarlo todo en el juego pero la realidad a día de hoy es que si tú quieres convivir en el fútbol profesional es necesario el desarrollo en ese tipo de aspectos.

 

«ya no se contrata a un entrenador, se contrata un staff técnico, una imagen y un método de trabajar»

 

FdB: ¿Cómo es de complicado, una vez que eres primer entrenador, el seleccionar un cuerpo técnico? Y qué buscas en esas personas.

R.A:  Yo la verdad es que he tenido mucha suerte en cuanto a las personas que me he ido encontrando por el camino. Puedo decir que el 80% de las personas con las que me he encontrado yo volvería a trabajar con ellas y ellas volverían a trabajar conmigo. Yo valoro mucho la gente que está a nuestro alrededor y entiendo que ya no se contrata a un entrenador, se contrata un staff técnico, una imagen y un método de trabajar. Eso es fundamental. Valoro la lealtad, esta es indiscutible, y la exigencia. Me refiero, necesitamos a gente que nos mejore a nosotros. No personas que simplemente cumplan con su trabajo, sino que al final, como entrenadores nos mejoren, nos den puntos de vista diferentes. Siempre dentro, lógicamente, de una sensibilidad parecida. Una sensibilidad parecida con respecto al juego pero nos tienen que hacer mejores. Yo cuando he sido segundo siempre he dicho: míster, yo estoy para hacerte la vida más fácil. Para esto estamos, para ayudar reducir las problemáticas que tiene el entrenador y después para aportar cosas que el míster no puede ver, porque el entrenador no puede verlo todo. Esa es mi manera de entenderlo.

FdB: Tú entrenaste en Segunda B, tanto a equipos que son filiales como a otros. ¿Cuáles son las grandes diferencias que viviste entre ellos?

R.A: Normalmente en el filial hay mucho talento. Es un talento bruto, sin definir. Un talento que normalmente… es poco productivo. Para mí los filiales tienen mucho talento pero poca eficiencia. Y normalmente requieren muchísimo más trabajo de campo y teórico que un equipo que no es filial. Además los filiales tienen la característica de que son un equipo dependiente de un primer equipo. Eso implica que las semanas son muy difíciles para un desarrollo normal, implica mucho coaching para centrar al futbolista en la realidad que está viviendo y en la situación. Ellos en muchas casos no saben cuál es la realidad del fútbol porque están viviendo en una burbuja. En un filial se vive increíble. No hay presión mediática. Tienes todas las posibilidades a nivel de instalaciones, a nivel de recursos humanos, pero esto no les permite conocer la incomodidad. Y en un equipo que no es filial, el futbolista conoce más la realidad de la profesión. Ya no sólo lo que tiene que ver con la cultura táctica sino también con el mundo del fútbol. Que un día estás arriba y al otro estás abajo. Un día tienes club, otro no lo tienes. Un día tienes un buen contrato, otro día no. Y eso le permite, normalmente, ser más estable en el rendimiento. Y además todo ese bagaje que va teniendo de experiencias, le permite ser mucho más eficiente. Muchas veces decimos: «el filial juega muy bien, es muy estético, pero ha perdido por errores infantiles». Eso de errores infantiles, al final, es cultura táctica, experiencias, son situaciones acumuladas. Y equipos No filiales, son capaces de sacar mucho más rendimiento con menos recursos potenciales. Es un poco una de las grandes diferencias que existen entre ambos.

FdB: Esta pregunta igual es algo general. Estuviste en tres grupos diferentes de la Segunda B: el primero, tercero y cuarto. En diferentes momentos. Quería saber si encuentras similitudes, diferencias, si hay grupos que tienen de ser más complicados que otros por potencial económico, si la cultura del grupo cambia y el tipo de jugador…

R.A: La verdad es que es complicado porque a veces los grupos van cambiando, entonces ya se vuelve difícil. Pero sí es cierto que hay un cambio de terrenos de juego, por ejemplo. Grupo 4, creo que exceptuando un campo, todos son naturales. Grupo 1, hay mucho campo sintético. Grupo 3, hay mucho campo sintético. Eso ya es una influencia bastante grande. Después a nivel de rendimiento creo que hay buenos equipos en todos los grupos. Creo que el elemento económico, no es real. Es decir, cuando hablamos de presupuestos hay que contextualizarlo dentro de una situación. Explico: no cuesta lo mismo un jugador del grupo 4 que del grupo 1. Y los jugadores son igual de buenos. Porque el grupo 4 tiene un potencial económico más alto que el grupo 1, entonces se paga más, y ese jugador no sale de allí. Pero no quiere decir que ese jugador sea mejor que el del grupo 1, quiere decir que el potencial económico hace que se encarezca ese futbolista. Pero probablemente sea igual que el que está jugando en un equipo del grupo 1. Porque al final, el mercado normalmente, los directores deportivos, se ficha de toda España, pero es cierto que te fijas mucho más en lo que estás acostumbrado a ver y lo que ves semanalmente. Te llama más la atención. Estás más seguro a la hora de tomar una decisión hacia un jugador que has podido ver seis veces en directo ante uno que has visto una vez en directo. Entonces eso hace que grupos como el 4, con mayor poder adquisitivo, esos jugadores estén mejor económicamente a lo que pueden estar jugadores del grupo 1. Y después va a depender mucho de si hay filiales de por medio, grupos con más filiales, con menos filiales, etc. Pero ya te digo, es complicado dar un concepto general de todo eso. Por ejemplo, a mí este año me parece que en el grupo 1 hay equipos muy buenos, candidatos al ascenso, pero probablemente el nivel medio del grupo sea inferior a otros grupos. Pero sí que los buenos son muy buenos. Entonces sí que depende mucho de las temporadas, depende mucho de estas situaciones. Pero no creo que sea un elemento de condición. El año pasado tenemos un ejemplo. Ascienden dos equipos del grupo 1. Y se salva el equipo del grupo 1. En cambio otros grupos que teóricamente eran más fuertes, no pasan. Al final, todo se equilibra. Del grupo 2, que siempre se dice que es el más flojo, bueno, también ascendieron dos y también se salva el del grupo 2.

FdB: En Valladolid imagino que también. En el Celta seguro porque conozco más esta realidad al estar aquí. ¿Cómo llevas la gestión con respecto a recibir a futbolistas que están acostumbrados toda su vida a un contexto en que son dominadores y netamente superiores al equipo contrario y pasan a dar el gran salto de ir a Segunda B a un filial donde eso ya no lo tienen y competir es mucho más complicado? Tanto en el plano futbolístico como en el mental y emocional.

R.A: Hay dos cosas: por un lado, si no sabes competir es muy raro que juegues en Segunda B. Por tanto ahí se hace una selección natural muy grande. De los 22 jugadores que hay en plantilla en División de Honor el salto lo están dando 2,3,4,5 jugadores por temporada porque el resto no tiene aún adquirida la capacidad para competir. Ahí ya se produce uno de los cambios. Uno de los saltos importantes. Y después lógicamente, en el juego, es el entrenamiento y la propia competición el que te lo va mostrando. Ya no es el entrenador. El entrenador te lo va comunicando verbalmente: «no, es que esto es diferente. Aquí hay momentos en los que no vas a tener el balón. Hay momentos en que no vamos a ser dominadores. Hay momentos en que los duelos, por la situación, por el terreno de juego, van a ser fundamentales, por lo tanto, hay que ser ganadores de duelos». Eso está muy bien que lo diga el entrenador, pero al final es la competición la que te demuestra si estás preparado o no estás preparado. Lógicamente, si hay talento, yo soy de los que creo que hay que dar oportunidades e intentar que esos futbolistas sean capaces de demostrarlo, pero es la propia competición. Yo creo mucho en que es el propio juego el que va mostrando. He tenido casos en los que los jugadores que subieron del juvenil fueron titulares desde la jornada uno. ¿Por qué? Porque tuvieron la capacidad para adaptarse al nuevo ritmo de competición, a las nuevas cosas, al valor de la situación… Porque más allá del hecho de ser dominadores, es que pocas veces te penalizan los errores en el fútbol base. Cuanto menos nivel hay, menos te penalizan los errores. Tú encajas un gol en el minuto 3 por un error individual muy llamativo y a lo mejor acabas ganando 5-1, por lo tanto se difumina un poco lo que es la responsabilidad. En Primera te penalizan mucho más. En cuanto las ligas se igualan más, Segunda B, Segunda A, lógicamente ese tipo de errores te penalizan muchísimo más, por lo tanto se deben cometer muchísimos menos. Yo creo que va un poco por esa línea, el juego es el que nos va colocando y son los futbolistas los que van mostrando qué nivel de madurez tienen. Pero también es cierto que no debemos matar a jugadores porque ese salto les esté costando. Si realmente tienen capacidades, si realmente tienen talento, bueno… a lo mejor no están preparados con 20 años para competir en Segunda B, pero igual sí con 22 años para marcar diferencias en la categoría. Hay que adaptarse al desarrollo mental, futbolístico y físico de nuestro jugador. Yo confío mucho en las cesiones. Me parecen muy interesantes para jugadores que pueden tener ese talento pero que no están preparados aún y puedan desarrollarse en una categoría de menor nivel

FdB: Y ¿cómo es ese proceso de preparar el equipo para ese salto competitivo cuando muchas veces los jugadores tienen que ir a entrenar con el primer equipo? No tienes siempre a los jugadores que quieres para entrenar.

R.A: Muy sencillo. Tú, cuando firmas en un filial sabes que existe esto. Por lo tanto, si eres capaz de adaptarte, de convivir con esa incertidumbre y eres capaz de jugar con los tiempos de entrenamiento que vayas teniendo con los chicos fenomenal, sino, no firmes en un filial. Yo no comprendo la queja posterior a tu firma. Yo sé, como filial, que soy dependiente del primer equipo. Si el primer equipo necesita tres jugadores para el domingo para ir en su convocatoria, yo no puedo contar con ellos. Por lo tanto no me puede sorprender. Nosotros en Vigo hemos tenido la suerte de que se ha ido haciendo así, y en Valladolid lo mismo, con coherencia y con los tiempos adecuados. Te avisan el día previo: «oye, estos cuatro jugadores van con el primer equipo». Fenomenal. Pues adaptaremos la semana para trabajar… “Y probablemente el sábado estén contigo”. Bueno, ahí sí que tenemos muchas veces que jugar con los contenidos de ADN y de plan de partido, para saber que si me faltan tres jugadores de la línea defensiva que probablemente serán titulares; y el miércoles no lo tendremos para entrenar donde íbamos a hacer un trabajo de organización defensiva sectorial o intersectorial, pues no parece muy coherente como entrenadores que lo hagamos ese día. Probablemente tengamos que tener esa capacidad como entrenadores de improvisar. Improvisar, con un día de antelación, y organizar una sesión de miércoles con unos contenidos diferentes y el día que estén con nosotros sí trabajar esos contenidos. Requiere mucha más plasticidad. Modificar muchas más veces la  planificación para que el día de partido puedan llegar de la mejor manera posible.

 

«ahora mismo en el fútbol está habiendo mucha incongruencia entre expectativas y realidad. Y eso al final, los que primero lo pagamos somos los entrenadores.»

 

FdB: ¿Qué valoras para decantarte por un proyecto? Y dentro de la misma pregunta, el cómo encaras la fugacidad de los mismos.

R.A: A ver… es una pregunta difícil. Lógicamente valoramos las posibilidades profesionales que podamos tener. Ahí van el número uno, que son los jugadores. Es decir, cuanto mejores jugadores, normalmente, tenemos más posibilidades de tener éxito los entrenadores. Hay otro aspecto que resulta menos evidente, que es: realidad vs expectativas. Es decir, conocer qué expectativas tiene el club, porque ahora mismo en el fútbol está habiendo mucha incongruencia entre expectativas y realidad. Y eso al final, los que primero lo pagamos somos los entrenadores. Si yo tengo una plantilla, o yo como entrenador, detecto que esa plantilla es para hacer entre el 8 y el 13, lógicamente luego puedes estar por debajo o por encima. Y el director deportivo me dice que tenemos que quedar campeones, es un proyecto que yo no iría porque es un proyecto que normalmente está abocado al fracaso. Y después ya está el tema económico. La valoración económica, porque al final, la valoración por parte de los clubes… nos pueden llamar las veces que quieran los directores deportivos, los presidentes, nos pueden llamar las veces que quieran. Porque yo no conozco a ningún presidente ni a ningún director deportivo que ponga malas caras y malos gestos el día que nos estamos sentando a negociar. Pero, al final, la valoración, la fuerza que a ti te da viene también por una duración de un contrato y por un tema económico. Eso es importante. Ahí vas a detectar la valoración que te están dando como entrenador. Además hay una parte fundamental conmigo, que es poder llevarme un asistente. Es imprescindible. Sino yo no firmo.

FdB2: ¿A Toni? (en referencia a Toni Madrigal)

R.A: A Toni. Después lógicamente hay otras personas con las que me gustaría trabajar, pero sé la realidad del fútbol en estas categorías. Pero hay una persona que es imprescindible. Es decir, que si me firman a mí, nos firman a ambos. Y es una cuestión de capacidad futbolística, lucha contra la adversidad y lealtad. Porque creo que uno no se puede ir sólo a ningún lado. Así lo entiendo yo.

 

«los entrenadores tenemos tanto protagonismo en el fútbol base que el futbolista cada vez decide menos y se responsabiliza menos.»

 

FdB: ¿Cómo es la cultura táctica de los jugadores de nivel Segunda, Segunda B, que asumimos que llegan los mejores o al menos jugadores muy buenos a esas categorías profesionales o prácticamente? Que creemos que ya conocen todo del juego por ser profesionales.

R.A: Creo que hemos ido en retroceso (aunque con excepciones de clubes y aspectos de formación del futbolista). Pienso que el fútbol base ahora mismo está siendo limitante a nivel del purismo en el  modelo de juego. Los futbolistas salen de muchas canteras habiendo solo vivido un estilo futbolístico. Eso limita. Y por otro lado, los entrenadores tenemos tanto protagonismo en el fútbol base que el futbolista cada vez decide menos y se responsabiliza menos.

FdB2: Reproduce más que interpreta.

R.A: Totalmente. Anteriormente, hace muchos años ya, o no tantos, existía otra parte que yo he detectado, que era la autogestión. Los entrenadores eran más alineadores exclusivamente. Hacían las alineaciones y gestionaban un vestuario. Entonces el futbolista se veía obligado a interpretar diferentes situaciones en el terreno de juego para encontrar esas soluciones. Tampoco era lo ideal porque uno sólo puede hacer lo que conoce. Si hay algo que no conoce, no lo puede expresar. Entonces, yo creo que tenemos que encontrar el equilibrio entre ambas cosas. Entre que el futbolista asuma las responsabilidades que le implican sus decisiones, y desarrolle la capacidad para solucionar determinadas cosas; y también dotarles de herramientas para que conozcan mejor el juego y conozcan las diferentes posibilidades que existen. Es una propuesta complicada pero creo que tenemos que mejorar en ese sentido.

Es cierto que en el fútbol base, sobre todo en los equipos más potentes, son tan dominadores que se ven obligados a hacer determinadas cosas. Pero sí que es cierto que se podría jugar mucho más con estructuras… estructura con tres defensas, con cinco, con cuatro… y búsqueda de comportamientos colectivos diferentes que impliquen estímulos diferentes.

FdB: Exponer más al jugador.

R.A: Exponerle más situaciones, obligarles a defender en diferentes posicionamientos, estímulos… a nivel ofensivo, mostrar más riqueza de conductas ofensivas… Tengo mucha admiración por Bielsa en muchas cosas: en la capacidad de mostrar todas las conductas, todas las posibilidades que hay en el juego y luego el jugador tome decisiones. En el juego hay conductas que por si solo no puede enseñar al futbolista. Uno sólo puede hacer lo que conoce. Creo que debemos dotarle de ambas cosas. Es un tema muy interesante.

FdB2: Podríamos estar hasta mañana. Tiene mucha chicha.

R.A: Yo llevo un mes estudiando a Bielsa. Tiene muchas cosas interesantes y otras que no comparto.

FdB: Ya que lo mencionas, Bielsa tiene dicho que los jugadores top son capaces de hacer cosas, por su talento, que muchas veces nadie les ha enseñado. Y que el jugador medio, si alguien no se lo enseña nunca va a poder hacerlo. Pero sí podrá llevarlo a cabo si alguien se lo enseña, y así será capaz de “incorporarlo” a su registro.

R.A: ¿Cómo entrenamos la técnica? ¿Cómo nos dicen en la universidad que se entrena la técnica? Gesto analítico, introduzco al futbolista en el juego con unas condiciones de lógica interna que potencien esa acción técnica. Si todo va bien, fenomenal. Feedbacks. Si va mal alguna cosa, lo vuelvo a extraer del juego. Le presento un trabajo analítico, con mayor o menor complejidad, vuelvo a corregir esa acción técnica y lo vuelvo a introducir en el juego. ¿Por qué las conductas no se entrenan así? Es decir, si un delantero centro… porque ahora está la obsesión por jugar. Y está muy bien jugar. Yo he crecido con la Periodización Táctica, los entrenamientos sistémicos, y soy un amante de eso: de las soluciones que nos da el juego, los problemas que nos presenta el juego… todo eso. ¿Pero y si mi delantero centro no sabe hacer un movimiento circular alejándose del segundo central? Cuando tú te expresas en el juego, normalmente lo que repites es lo que te da seguridad por un lado, y lo que conoces por otro. Por tanto, ese movimiento nunca lo vas a hacer. Al menos que, como hemos hablado, sean jugadores con un nivel de talento tan brutal que sean capaces de ir “incorporando” cosas por imitación, incluso por ver, porque sienten que es así, no se puede explicar… Sino, entiendo que esas conductas, muchas tenemos que aislarlas y dotar al futbolista de todas esas conductas que puede hacer ese jugador para que después lo volvamos a introducir en el juego y las vaya expresando. Ya presentaremos la tarea con esos condicionantes de lógica interna para buscar esas propensiones de ese tipo de desmarques y que él pueda expresarlo, pero tiene que conocerlo. Si no lo conoce es imposible que lo muestre. A mí me ponen a arreglar un motor, si no conozco determinadas cosas, nunca lo voy a arreglar. Puedo estar probando muchas historias. Puedo destrozar cinco coches. Quizás consiga que vuelva a funcionar pero ¿es la mejor manera?

FdB: Igual lo arreglo, pero no soy consciente de lo que hice para arreglarlo y no lo puedo repetir. Que también pasa.

R.A: Por ejemplo. Sí, sí.

FdB: ¿Crees en el entrenador intervencionista? Hablabas hace un momento de que antes eran más gestores, alineadores… Y ahora hay un excesivo protagonismo a veces, sobre todo en la base. Y enlazado con esto, quería saber cómo era esa “confrontación” entre la naturaleza del jugador y tu sensibilidad como entrenador. Entiendo que prácticamente todo el mundo se adapta a sus jugadores, pero siempre hay algo de cada entrenador.

R.A: Voy a empezar por la segunda. Para mí es fundamental, como entrenador, y el tiempo me lo ha ido demostrando, que un equipo sin intenciones se convierte en nada. Para mí lo fundamental es que un equipo tenga intenciones, las que sean. Dentro de esas intenciones tenemos que potenciar la naturaleza de nuestros futbolistas alineando bien, adecuándonos al puesto específico, pero no creo que, como ahora mismo parece la tendencia, todo sea la naturaleza del futbolista. El futbolista no puede marcar lo que es el colectivo. Primero, porque no es homogéneo. Muchas veces lo que le viene bien a un futbolista no le viene bien a otro. Creo que las intenciones que van a conformar nuestra identidad como equipo, son algo muy grande, y después los matices nos los tiene que dar la naturaleza de los jugadores. Pero no la propia naturaleza lo construye absolutamente todo. Es un poco la sensación que yo tengo.

Y con respecto a la primera, yo creo que uno cuando es entrenador tiene que intervenir lógicamente. Pero interviene en muchas cosas. Hay algo que se está perdiendo, para mí. Y que es una de las cosas más importantes que hay, que es alinear. Ahora parece que lo de alinear…

FdB: Es peyorativo.

R.A: Es peyorativo. Alinear es difícil también. Acertar qué jugadores poner en función de lo que yo soy. En función de lo que el rival me va a plantear. A veces nos volvemos locos con planes de partido hipercomplejos, cuando un entrenador de 60 años, con todos los respetos, te dice: pero si el malo es el lateral izquierdo. Tenemos que atacar por la derecha y poner al jugador con más desborde por la derecha y buscar situaciones de ventajas temporales para 1×1, de ventajas espaciales para recibir en ese espacio y luego… Y nos volvemos tan locos…

FdB2: Eso pasa mucho cuando estás en un bar. Y hay un señor atrás, que no es entrenador.

R.A: Pero es real.

FdB2: Y tú estás buscando la clave y dice: ese lateral es muy malo. Y dices: ostia cabrón, me estás dando el partido.

R.A: O por ejemplo, el lateral es muy lento y yo pongo a un extremo a pie cambiado que no lo reta nunca. Eso es un error de alineación. Es un error estratégico lógicamente, pero alinear forma parte de eso. Igual que los estados de forma. A lo mejor tengo que poner a éste en vez de a éste. Eso nos va a dar más nivel que la tarea cojonuda del viernes. No quiero decir que no haya que entrenar, que no haya que tal… pero alinear es importante. y hay grandes entrenadores que alienando bien y haciendo los cambios bien, han conseguido muchísimo rendimiento. Porque es importante alinear.

 

«cuando hablamos de naturaleza, hablamos de naturaleza individual pero también de cómo interaccionan. No es solamente lo individual. Es cómo mezcla con determinada gente. Es importante tenerlo en cuenta.»

 

FdB: ¿Hay jugadores, cuando has estando entrenando, con más posibilidades de jugar si es juntos que por separado?  Es decir, o juegan los dos, o es difícil que por separado, por sus características, juegue alguno de los dos.

R.A: Sí. Esto me recuerda a cuando te invitan a cenar y dices: Uff, yo con el novio de esta amiga no me iría a cenar, pero si vienen los dos me lo paso de puta madre. Porque se mejoran entre los dos. Pues esto es lo mismo. Hay jugadores que se mejoran. Al igual que hay sinergias, hay antinergias. Hay jugadores que se hacen buenos. Parejas de centrales. Éste no es el mejor y éste tampoco es el mejor, pero se juntan y son la ostia. Cómo se comunican, cómo se entienden, cómo se complementan… Ese tipo de cosas pasan. Y lógicamente, cuando hablamos de naturaleza, hablamos de naturaleza individual pero también de cómo interaccionan. No es solamente lo individual. Es cómo mezcla con determinada gente. Es importante tenerlo en cuenta.

FdB: Dentro del entrenamiento, me da a mí la impresión, que tenemos sobreentrenadas y otras con mucha menos presencia. Por ejemplo, el inicio del juego. Es una situación que veo muy entrenada. ¿Por qué damos tanta importancia a esto?

R.A: Porque Guardiola dijo que si la salida de balón es buena, atacaríamos mejor.

FdB: Y te parece reduccionista o te parece que ayuda ese diferenciación o clasificación que se suele hacer: esto es fase de inicio, esto elaboración y esto finalización. Yo reconozco que muchas veces no comprendo cuándo se separan. Por ejemplo en el inicio del juego ¿en qué momento ya no es inicio y ya es elaboración? O como lo quieras llamar.

R.A: En situaciones jugadas, yo no lo diferencio. Porque en situaciones jugadas, si yo hago una salida de balón, quiero llegar a algún lado. No creo en el mantenimiento del balón por posesión. Yo salgo con balón y quiero progresar en el juego. Si soy capaz de progresar mucho, fenomenal. Si soy capaz de progresar menos, pues peor. Sí puede existir esa diferencia porque esa diferencia… nadie la sabe. Quiero decir, eso de ahora es inicio… Podemos poner los criterios que queramos. Cada uno se puede inventar: “si supera medio campo”, por espacio. “Si empiezan a intervenir jugadores de la tercera altura”. Pero la realidad es que es indivisible. Pero sí, en situaciones conductuales, más analíticas, sí que podemos, pero no como fases, sino como grupos tácticos que podemos buscar relaciones. O conductas entre grupos tácticos. Por ejemplo: una salida de 3+2, que yo he utilizado mucho. En esa relación, ¿qué posibilidades tenemos? ¿qué conductas tenemos? Juntar dentro, jugar fuera, fijar y cruzar, es una posibilidad que tenemos. Juntar dentro, fijar, estirar y progresar en el mismo carril. Bueno, ahí sí que podemos tratar de darle, a través de grupo tácticos, diferentes conductas. Pero sobre el juego, yo no soy capaz de diferenciar. No es que no sea capaz, pero creo que… porque es que además después hay una cosa, del inicio a la elaboración se puede volver a inicio. Por ejemplo los análisis, normalmente, del rival, que proponemos, los analistas les digo que inicio y elaboración vayan juntos. Entiendo que no tiene demasiado sentido buscar una diferencia.

FdB: Dentro de estos inicios de juego, una acción técnica como puede ser el control orientado, ¿no da a veces muchas pistas sobre lo que vamos a hacer después? Quiero decir, es verdad que a veces para poder superar, para luego enlazar con una conducción para fijar siguiente línea por ejemplo, es útil. Pero hay veces que a mí me da la sensación de que los jugadores hacen controles orientados que no superan a ese jugador avanzado rival por ejemplo, que dan pistas al rival sobre hacia dónde presionar y la jugada se acaba muriendo en banda muchas veces. Y sin decantar ese control se abren más posibilidades. En fútbol base, seguramente por culpa nuestra, pase mucho. Equipos que se encierran en banda habitualmente, con este tipo de conductas.

R.A: Se resumen en: «es tan importante moverse como pararse. Es tan importante conducir como atraer», por ejemplo. Al final viene la capacidad que tenemos para discriminar la situación. Por ejemplo, entiendo que en una situación de esas viene porque procede de un giro facilitado, tengo una ventaja, intento hacer control orientado hacia delante, pero mi lectura debe ser suficientemente buena para saber si puedo progresar en esa zona. Si me encierro en banda probablemente la situación no fuera suficientemente buena. Si no fuera así, seguramente no tendría que haber conducido hacia fuera. Tenia la opción de cruzar pase. Porque  yo tenia la ventaja. He girado con la velocidad suficiente, yo puedo conducir prácticamente salgo a una altura con posibilidades mejoradas… cuando yo controlo hacia delante y a mí me limitan mi campo de pase, mi campo de intervención a nivel de pase porque sólo me queda un carril, es que esa acción técnica probablemente no tendría que hacerla. No sé si me he explicado bien. Si me limita la calidad de acciones que puedo hacer significa que mi jugada ha perdido calidad. Si antes tenía cuatro pases y ahora tengo dos… No he generado la ventaja suficiente al tomar esta decisión, tenía que haber tomado otra. A lo mejor tendría que pararme. No lo sé. O a lo mejor dar un pase más. Pero es una cuestión de entendimiento. Pero no es fácil. Esta es la situación híper clásica de un 4-2-3-1 contra una salida de 4: circula entre centrales, el punta aguanta. En el momento en que sale el balón, movimiento circular, lo oriento, el central no tiene tanta ventaja como para superar y al final te voy limitando al carril exterior. Sólo te queda pase vertical o pase lateral. Pam, estás muerto. Es una de las presionas más clásicas que se hacen sobre un central con un solo punta. El mediapunta tapa el pase sobre el mediocentro y ya está todo igualado. A lo mejor ese pase no había que meterlo ahí. Seguramente si hubieses vuelto a girar el otro central tendría una ventaja brutal. O por lo menos ya exiges que ellos tengan que hacer un movimiento más.

FdB: A raíz de este tipo de presión que comentas, Guardiola mencionaba hace poco una situación que creo recordar que ejecutaba el Hamburgo el año pasado. Adelantar al portero a posición de centrales en ese inicio de juego formando una línea de 3. Aunque tiene un riesgo porque el portero está fuera de la portería. ¿Crees que más equipos se van a decantar por medidas como ésta para poder girar mejor y que un solo jugador no incomunique a los dos centrales? ¿O quizás el riesgo haga mantener lo actual?

R.A: Yo creo que no va a pasar porque el riesgo es demasiado alto y el fútbol es un juego de tanteo bajo. Cualquier error en una acción de esas te penaliza muchísimo más. No es lo mismo que en otros deportes. De hecho por ejemplo, se utiliza mucho en fútbol sala. Bueno, mucho…

FdB: O en balonmano, que sacan al portero para tener uno más.

R.A: Exacto. Pero tienen tanteos mucho más amplios por lo tanto  un 1-0 no implica victoria. ¿Cuántos partidos de fútbol sala terminan 1-0? Es muy, muy raro. Y son en situaciones concretas del juego. Momentos en que tengo que ir a por un rival, que tengo que empatar el partido… ¿Se podría dar en momentos extremos en el fútbol? Quedan 15’… a lo mejor sí. Yo creo que va a ir más tendiendo hacia eso que hacia los comienzos del partido. Me parece que es demasiado riesgo para el beneficio… aparte de que necesitas un portero con unas capacidades concretas. Necesitas un portero no, necesitas un equipo que a través de su ataque combinativo, de su juego de posición… más juego de posición que ataque combinativo, sea capaz de dañar. Si la vas a meter ahí arriba, ¿para qué? Si tú vas a jugar directo, por ejemplo, porque no tienes seguridad en el pase, el riesgo es brutal, me refiero.

FdB: ¿Qué importancia le das a esconder intenciones tácticas, sobre todo, a través del lenguaje corporal entre los jugadores del equipo?

R.A: Yo cuando hablaba de intenciones anteriormente, hablaba de conceptos muy globales y muy generales, no individuales como aquí. Intenciones es: yo quiero recuperar el balón lo antes posible. No sé cómo, con qué funcionamiento, no sé con qué estructura, pero esa es mi idea. Es la intención que tengo mía. Y va a marcar lo que es mi equipo. Luego veremos cómo. Es una idea. Es la esencia del equipo. Era para aclarar eso para que no parezca que es lo mismo.

 

«Hay que buscar un idioma común más sencillo. No un idioma de medalla para el entrenador, sino un idioma con el que nos entendamos. Ellos, los futbolistas, deben ser parte de esa construcción.»

 

FdB: Me refiero a esconder los pases, por ejemplo. O jugadores que con comunicación no verbal, ya saben lo que va a hacer el otro. Qué importancia le das a eso.

R.A: Menos de lo que me gustaría, la verdad. Nosotros hace dos años intentamos establecer un lenguaje común, un idioma. Una jerga propia, para la comunicación verbal y no verbal. Lo utilizábamos mucho en activaciones, porque es un entorno mucho más controlado, para que luego pudiera trasladarse al entrenamiento de situaciones jugadas. No nos fue mal, yo me quedo con cosas buenas, pero menos de lo que nos gustaría. Creo que hay que darle una vuelta a ese tipo de cosas. Los entrenadores deben aprovechar este tipo de elementos. Sí que es cierto que muchas veces va naciendo la comunicación por ellos mismos, por el conocimiento entre ellos, de forma natural. Y eso se lo escuchas a los futbolistas: “oye, cuando en esta situación te venga aquí, envíamela allí porque ya te voy a romper allí”. Bueno, ese tipo de cosas se van produciendo. Y es verdad que ese tipo de comunicación te la va dando el entrenamiento, sobre todo, el entrenamiento jugado te va dotando de ese tipo de interacción entre ellos. Al final no deja de ser otra cosa que conocimiento entre jugadores. Viene a darnos un lenguaje entre unos y otros. Debemos ayudar a construir un lenguaje con entendimiento común ya que por si solo el lenguaje no es lo mismo para todos. Cuando hablamos de conceptos, uno dice “achica” y uno por “achica” entiende tirar la línea hacia delante, otro ir a presionar, otro echarse para atrás… Hay que buscar un idioma común más sencillo. No un idioma de medalla para el entrenador, sino un idioma con el que nos entendamos. Ellos, los futbolistas, deben ser parte de esa construcción.

FdB: Y con las mínimas palabras posibles.

R.A: Claro. A mi por ejemplo, me gustaba que el central que marca la línea de balón, cuando hubiera un pase atrás o alguna posibilidad de ganar metros, dijera “conmigo”. Pero me encontraba a centrales que preferían decir otras palabras…

FdB2: Los sacabas de su naturalidad.

R.A: Ostia, tardaban más en pensar, por mi ego de decir “conmigo”… (a mi me parecía la más adecuada). Para ellos era mas natural otras palabras que tenían interiorizadas : “yo” o “salimos”. Si se sienten más a gusto diciendo “salimos”… debemos utilizarlo. Que nuestro ego no nos pueda, lingüísticamente, para dotar de identidad al equipo.

FdB2: A veces lo tiene ya.

R.A: Exacto. Eso ya está más que instaurado. La identidad del equipo la da lo que expresemos en el juego. Como entrenadores seremos lo que se vea en el juego. No el hecho de que salga en rueda de prensa un futbolista y me hable de alturas y colindantes. Buah, el míster tiene que ser muy bueno. Pues tampoco es eso. Yo creo que no es una cuestión de formarles educativamente en términos que nosotros nos inventemos como entrenadores. Yo creo que va un poco más en dar una comunicación básica con la que todo el mundo se entienda y yo cuando hable con ellos también. Yo sí que hay cosas que le explico a los futbolistas cuando empiezo. Qué es un eje. Es algo que utilizo con frecuencia y lo nombro tal cual… Pues oye, un eje es esto. Pero son diez- veinte conceptos básicos. Para que luego todo el mundo pueda seguir la comunicación más fácilmente. Pero no intentar incluir cada vez más cosas a nivel teórico para impresionar al futbolista, que para mí es distraer.

FdB: El fútbol cada vez es mayor velocidad. Hay que tomar decisiones a más velocidad, hay que estar más concentrado digamos, pero justamente estamos quizá en la época en que los jóvenes son capaces de mantener la concentración menos tiempo por los cambios que ha habido. Se aburren antes y cambian el foco, o lo pierden, con mayor frecuencia.

R.A: Pues es un problema. Es un problema porque estamos en una generación en que los jóvenes pueden acceder a cualquier cosa sin ningún esfuerzo. Quiero una prenda de ropa, me la traen a casa. Quiero comida, me la traen a casa.

FdB: Quiero ver una serie y me puedo ver la temporada completa, no esperar una semana para el siguiente capítulo.

R.A: Quiero ligar y le hablo por Instagram… Todo lo conseguimos, prácticamente sin esfuerzo, a través de un teléfono móvil… vivimos en la sociedad de lo inmediato, del ya. Es complicado modificar esto en el juego para un entrenador. Al final un futbolista no está acostumbrado…

FdB2: Ahora mismo chocan las necesidades del propio juego y las necesidades vitales del jugador, yo creo.

R.A: Muchísimo.

 

«el fútbol sigue siendo un vehículo educativo brutal. De respeto a la profesión, de disciplina, de superar la adversidad, y que está en continua lucha con lo que se está convirtiendo la sociedad. Yo creo que los que sean capaces de hacer eso van a tener una ventaja competitiva con respecto al resto de futbolistas. Ya no va a depender tanto del talento técnico o físico sino del talento mental.»

 

FdB2: Es antinatural.

R.A: Pero por eso sé que el fútbol sigue siendo un vehículo educativo brutal. De respeto a la profesión, de disciplina, de superar la adversidad, y que está en continua lucha con lo que se está convirtiendo la sociedad. Yo creo que los que sean capaces de hacer eso van a tener una ventaja competitiva con respecto al resto de futbolistas. Ya no va a depender tanto del talento técnico o físico sino del talento mental.

FdB: ¿Cómo conjugabas, sobre todo en el filial, aunque también en los otros equipos, el entrenar para mejorar para mejorar al jugador con la estrategia operativa para cada partido?

R.A: Intentaba combinar. Nosotros establecíamos varios sesiones orientadas, que las establecimos como de mejora del futbolista. O mejora de relaciones entre futbolistas. Donde nuestro objetivo fundamental era mejorar al futbolista para que después mejorara al colectivo. Y otros días en los que el trabajo venía dado por la combinación entre ADN propio (colectivo) y ajustes de plan de partido a nivel estratégico.

Miércoles de mañana, prioridad mejora del futbolista. Miércoles tarde, se combina futbolista y plan de partido estratégico. Viernes, combinación mejora futbolista y aspectos colectivos propios. Jueves y Sábado, táctico-estratégico colectivo. Combinábamos esos dos procesos.

FdB2: Que no son excluyentes, entiendo. Todo mejora todo.

R.A: No debería ser. Para mi imprescindibles.

FdB2: La mejora del jugador mejora de cara a la orientación estratégica. El problema es focalizarse exclusivamente en sólo veo partido, sólo veo jugador… falta equilibrio.

R.A: Yo creo que la tendencia ha ido un poco hacia sólo veo partido, el juego me va a dotar absolutamente de todo, mi proceso es: conservación, recuperación, partido reducido, partido condicionado. Y va todo por esa línea. Y se ha dejado un poco al futbolista de lado. Cuando antes era un poco todo lo contrario, se pensaba en el propio futbolista, ya sea desde un punto de vista físico solamente, desde un punto de vista de finalización solamente… Y después se hacía jugar el jueves solamente. Era un poco así. Yo pienso en el equilibrio entre las dos cosas. Si tú mejoras al futbolista, él va a mejorar en el juego. Porque el juego me va a permitir ventajas numéricas en los ataques periféricos por fuera, pero cada vez que centra el tío, la tira fuera. Estamos jodidos. Pues probablemente si los centros de ese futbolista son de mejor calidad… pero ya no sólo por la acción técnica sino por el timing cuando llega al centro es bueno, probablemente el juego se vea beneficiado porque habrá más goles, más ocasiones… Y si a nivel de juego yo voy a ser capaz de generar más situaciones donde consiga las ventajas espaciales en los carriles exteriores, me va a permitir que después brille también esa acción técnica que hemos tenido que mejorar. Se retroalimentan ambas mejoras.

 

«el hecho de tener una idea dentro de la cabeza, hace que el futbolista sea capaz de tener esa intención y después ir desarrollándola. Pero tiene que existir la idea.»

 

FdB: ¿Qué transferencia crees que tiene el entrenamiento al partido? Los equipos top que tienen entrenadores top y jugadores top, son los que menos entrenan por la continuidad de la competición; pero ahí se suele notar mucho la idea de lo que quieren hacer. La finalidad de la pregunta no es restar importancia al entrenamiento sino plantearnos si hay otras vías para llegar al jugador igual de eficaces. Igual es también por el talento del jugador.

R.A: Evidentemente, el talento lo facilita todo… pero el talento como la capacidad para aprender cosas nuevas. Tenemos el apoyo audiovisual. El audiovisual es un recurso muy interesante para los jugadores y equipos. Y después, que esto es un juego. Y que va interrelacionado para el rendimiento, con alinear, con la gestión, con la idea… Hay una frase muy buena de Origen (la película) que dice: “¿Sabéis cuál es la droga más fuerte que existe? No es un virus, no es una bacteria, es la idea que se te puede meter dentro de la cabeza”. Es decir, el hecho de tener una idea dentro de la cabeza, hace que el futbolista sea capaz de tener esa intención y después ir desarrollándola. Pero tiene que existir la idea.

FdB2: ¿Puede que la idea supere al entrenamiento? A la carga de entrenamiento.

R.A: Para mí, sí. Estoy convencido. La idea supera a la carga de entrenamiento. La idea que nosotros generemos supera a la carga de entrenamiento. Eso nos va a mostrar la identidad de un equipo.

FdB2: Sí. Después tienes que entrenar.

R.A: Por supuesto, la intención solo es el primer paso.

FdB2: Convenciendo con esa idea ganas…

FdB: Setién por ejemplo. Hay partidos en los que el Betis no tiraba a portería apenas, pero el tipo de partido que se daba era siempre muy parecido. Embotellar al equipo contrario…

R.A: Sientes que existe es idea. Debe existir idea. Pueden existir equipos con : una idea, sin idea, o muchas ideas.

FdB: Y me vas a decir que es mejor no idea que diez ideas.

R.A: Sí.

FdB2: ¿Lo que no hacer?

R.A: Sí. Porque diez ideas es no hacer nada. Uno no puede asumir diez ideas. Yo quiero vestirme bien, y un día me visto rapero, otro snob y al siguiente hipster. No puede ser. Uno tiene que tener una identidad propia. Luego puede darle matices. No vas igual a una boda que a tomar un café. Pero uno tiene que tener su intención. Pero cuando uno está cambiando…  Se convierte en nada. Sino, para eso es mejor, no te pongas nada y que ellos sean los que decidan. Que ellos vayan haciendo lo que ellos sienten.

FdB2: Los equipos más flojos. Que por ejemplo se clasifican para UEFA. Juegan, juegan. Los que tienen peor plantilla son los que al final descienden… Componentes de todo tipo entiendo. Físico, a nivel de registro de jugadores, y entiendo que el no entrenar también.

R.A: Totalmente, sí, sí.

FdB2: Y son peores jugadores también. No son el Barça.

FdB: No sé si es a raíz de la Periodización Táctica. Pero la planificación de los equipos viene muy condicionado por el factor condicional. Este día toca recuperación, éste espacios más grandes… ¿Por qué crees que es esto? Y relacionado con esto. Julio Tous hablaba que siempre iba con Antonio Conte porque sabe que no hay otro entrenador que crear más que él en su trabajo de fuerza y que le vaya a dar esa importancia. Qué opinión tienes sobre esa creencia sobre la fuerza.

R.A: Yo entreno para ganar. Por un lado quiero disponer del mayor número de jugadores disponibles como entrenador. Y por otro lado, para llegar de la mejor manera posible cada fin de semana. Existen unos principios del entrenamiento. Me refiero, el tiempo para recuperarse de un partido está estudiado. Que hay capacidades que se tienen que entrenar antes que otras también está estudiado. Luego están los matices en los que cada uno crea más. Si cree más en la fuerza, en la resistencia… En mi caso no es la preparación física un elemento que me condicione toda la semana. Es que no hay ningún elemento que me condicione toda la semana. Si hay uno es lo que tiene que ver con lo mental. Para mí es la prioridad, que el futbolista llegue bien mentalmente. Hay que tener la sensibilidad suficiente para saber qué es lo que necesita el grupo y cada jugador individualmente. La condición física, intentamos ir ajustándola a las demandas que tenemos sobre el propio juego y sobre la individualización propia de cada jugador. Tenemos casi todo el trabajo analítico más orientado a la fuerza y la prevención, pero no es algo que sea dominante en nuestra manera de entrenar.

FdB: Te lo digo porque hay gente que se limita mucho con los espacios correspondientes al día de la semana concreta y les cuesta salir de eso. Y Julio Tous, es verdad que la entrevista era algo antigua, pero decía que en España no se valoraba su trabajo, en cambio en Italia era casi tan importante como el entrenador. Que cuando llegara a la Juve había jugadores muy reticentes y después veían que se encontraban bien y le demandaban más trabajo…

R.A: A ver. Yo creo en el sentir del futbolista, en lo que necesita. Y si yo un miércoles dice la PT que es día de tensión alta y tenemos que hacer una tarea de un partido modificado… no pasa nada.

FdB2: Queremos tenerlo todo tan controlado y tan… quizás tan teorizado, que a veces perdemos…

R.A: Si juega el Jaén… ¿contra quién jugó el Jaén?

FdB: Alavés.

R.A: ¿Tú sabes la diferencia de nivel físico de uno y de otro? Ya desde el punto de vista genético y del entrenamiento. Pues le gana. Por la cabeza. No puede tener tanta influencia el nivel físico en las victorias y en las derrotas. Pero igual que no lo tiene la charla del entrenador prepartido eh. Ni la tarea de presión de ese día. Ni que acertemos en ese plan de partido…

FdB: A veces me da la impresión de que es aliviar nuestra conciencia como entrenadores. Lo hice… Y ya estoy más tranquilo.

R.A: Totalmente.

FdB2: En fútbol, tú puedes no entrenar una semana y ganar un partido. y al revés. Puedes hacer la mejor semana de tu historia y perder 5-0.

R.A: Seguro. “Nos hemos pasado, hemos hecho 20 minutos de más…”. Y eso quiere decir que estamos peor preparados para el domingo, pienso que no, porque sentimos que es lo que necesitaba ese día el equipo.

FdB2: Evidentemente.

R.A: Yo, al final, al preparador físico lo considero un asistente especialista en lo condicional. El fútbol es un juego tan colectivo, con tantos jugadores, con tanta incertidumbre…

FdB2: Variabilidad inmensa.

R.A: No hay ningún elemento que pueda ser tan importante es la suma de todas las variables la que aporta el rendimiento. Otra cosa es que a nivel de medios de comunicación sea muy fácil vender: “la preparación física nos ha hecho esto”; la nutrición: “este jugador ha marcado 17 goles por el cambio de dieta”. ¿Le ayudaría? Seguro. El analista: «el espía de no sé quién… que le hace unos informes que hacen que ganen»… Es más sensacionalismo que realidad.

FdB2: Es más eso, el sentirte reconfortado, a gusto contigo mismo por lo que hiciste. La de la variabilidad del fútbol es la primera frase que dijiste en un curso en Valladolid que diste hace años. Que es el único deporte con tanta variabilidad, que fue tu presentación.

FdB: La clásica frase de que un equipo puede no pasar de mediocampo y ganar 1-0 y otro que tira 25 veces, perder. En ningún otro deporte pasa. Balonmano o baloncesto como no pases de mediocampo…

FdB2: Yo creo que eso es la riqueza de este deporte. Por eso es tan atractivo.

R.A: Puede ganar el equipo teóricamente inferior. Y pueden ganar entrenando menos que tú. Sin preparar absolutamente nada. lógicamente los entrenadores queremos sumar desde todas las vías. Nutrición, preparación física, el dentista si hace falta, también. Pero no hay nada que sea lo que exclusivamente te hace llegar a la victoria.

 

siempre digo que la clave es alargar las dinámicas positivas y acortar las negativas.

 

FdB: Ahora que hablabas de la importancia de lo mental. Yo hay una cosa en la que creo y no sé si estáis de acuerdo. Cuando ganas y vas en una racha de ir ganando. Como que la inercia de ganar te lleva a ganar. Recuerdo la época en la que el Madrid iba perdiendo o empatando y llegaba el minuto 95 y había un córner a favor. Y toda la gente pensaba: gol. Y era gol. Y pasó varias veces. ¿Cómo puedes estar tan seguro de que van a marcar si lo normal es no marcar? Porque no se marcan todos los córners ni mucho menos, es el minuto 95…

R.A: Esto es muy sencillo. Todo esto pasa un día. Tú ganas y eso te genera una emoción. “En el 90 marcamos seguro. Tú sigue apretando que en el 90 marcamos”. La ley de contagio emocional hace que todos nos empecemos a contagiar de eso. y después está el efecto Pigmalión que hace que todos tengamos ese convencimiento, la auto-creencia de que eso se va a producir. Y pasan esas cosas. Y pasan. Eso es el resumen de una dinámica. Por eso yo siempre digo que la clave es alargar las dinámicas positivas y acortar las negativas.

FdB2: Que es jodido eso, acortar las negativas.

R.A: Es jodido. El primer año del Celta B estábamos a 10 puntos del playoff a falta de 10 jornadas. Ganamos un partido, ganamos otro… Tuvimos 7 partidos la portería a cero. Seguidos. Y el sentimiento era: «es que no nos van a hacer gol». Cuando tengamos una, ganamos y se acabó. Y eso no se puede explicar.

FdB2: Es que no se encuentra una explicación táctica ni nada.

R.A: El equipo siente esos niveles de fortaleza tan grandes. Lógicamente tienes que tener una base futbolística detrás.

FdB2: Obviamente.

R.A: Pero ese tipo de contagios emocionales que se producen, el generar contextos de rendimiento… eso es un arte.

FdB: ¿Qué importancia das al juego sin balón? Quizás uno de los grandes déficits de los jugadores. Y qué tiempo dedicas al feedback y correcciones sobre eso.

R.A: Bueno, es fundamental a día de hoy saber moverse, entender los espacios y las funciones en cada momento; un jugador aunque no tenga el balón siempre debe tener una intención táctica y reconocerla. Las organizaciones de todos los equipos cada vez son mejores, a nivel ofensivo, cada vez los equipos tienen más argumentos. Más movilidades, estructuras diferentes, mayor número de conductas individuales y grupales….  Ahora que se defiende muy zonal, resulta más importante todavía el juego sin balón. No sé si te refieres más a nivel defensivo u ofensivo.

FdB: Al ofensivo. Los jugadores que no están participando, que habitualmente están desconectando. Son espectadores.

R.A: Al final, todo depende mucho de cómo ataques. Hay modelos de juego ofensivos en los que el moverse mucho está muy bien y otros modelos en los que hay que moverse menos. Moverse menos, pero tiene una intención lo que estás haciendo. Lo importante es detectar la intención que tienes. Es decir, si estás fijando a un futbolista, por ejemplo, o estás sujetando a una línea defensiva a través de… de estar parado también. Pero al final forma parte del entendimiento de por qué se hace eso. Yo creo que en el fútbol profesional es importante el saber el porqué. Ya no es una cuestión de saber todos los movimientos que puedes tener sino de saber por qué es ese movimiento en determinada circunstancia.

FdB: ¿Cómo entrenas esto que hablas de la movilidad? Gente que lo enseña a través de un trabajo más analítico.

FdB2: Ruedas de pase.

FdB: Otros que hablan de aprovechamiento de espacios en función del rival, otros que enfrentan estructuras… Me parece una de las cosas difíciles porque es lo que decías tú hace varias preguntas. A través del juego sólo a veces es complicado que suceda lo que pretendes.

R.A: Yo creo que hay un proceso que tiene que ver con el ADN individual de cada jugador. Saber cómo uno se puede mover. Independientemente de la estructura en la que esté, los espacios… Qué conductas puede hacer. Eso para mí hay que aislarlo a veces del juego. Dotar al futbolista de esos diferentes movimientos. ¿Cómo se puede mover un lateral? ¿Qué movimientos tiene? Y después por otro lado está lo que la estructura del rival o el rival través de su funcionamiento te pueda permitir. Esa parte sí que se puede hacer más colectiva. Por ejemplo si hablamos de un delantero centro. Un delantero tiene que conocer los movimientos que puede hacer. A dónde se puede mover, qué tipo de desmarques puede hacer. Y a partir de ahí es posible que tengamos que orientar la semana a unos de esos determinados… ese principio debería ser genérico. El futbolista debería tener eso adquirido.

FdB: Hay un profesor y entrenador aquí en Galicia, Secho, que habla un poco de eso. Primero los jugadores tienen que vivenciar, conocer determinados contextos, aspectos individuales… para luego llevar a cabo la estrategia operativa. Sin eso no puedes hacer una estrategia porque el jugador no domina. No conoce.

R.A: Yo estoy bastante de acuerdo. Yo creo que al final el futbolista debe tener una serie de recursos a nivel de conductas que luego podamos ajustar, que luego podamos hacer una propensión mayor esa semana para que se produzcan 2-3 de esas. Pero debe conocer todas sus posibilidades de movimiento sintiéndolas y entrenándolas. Imaginémonos una línea defensiva que el rival la mantiene muy alta, incluso la para. De todos los movimientos que puedan tener los tres jugadores más ofensivos, probablemente tengamos que tender e incidir a movimientos dentro-fuera, fuera-dentro y al espacio. Movimientos en mismo eje apoyo-ruptura. Por lo tanto yo lo oriento más a construir al futbolista en el puesto específico y luego adaptarlo a las necesidades del  partido.

FdB: ¿Crees a nivel de entrenamiento en los hábitos, que le llamo yo? Te pongo un ejemplo: un hábito puede ser que hay que competir en todas las tareas. Que no me dé igual perder que ganar en una tarea. Otro podría ser el dar información siempre a mi compañero. Yo qué sé.

R.A: Sí, yo creo en los hábitos. Muchas veces hemos intentado establecer hábitos. Que nuestros 15 primeros minutos sean brutales. Y hemos desarrollado tareas en las que en los 15 primeros minutos de partido, nos valga doble un gol, por ejemplo. O los quince primeros minutos de partido… a lo mejor trasladado a menos tiempo. En referencia a los 90′ de juego. A los mejor si juegas 15′, los 3 primeros el gol vale doble. Bueno, porque entendemos que ése es uno de los hábitos que queremos crear. Que nuestro equipo compita muy bien en los primeros minutos de partido, o los últimos minutos de partido. O que el equipo siempre vaya a por otro gol más. Nosotros le llamamos “psico-estrategia”. Son elementos de nuestro ADN y que tienen que ver más con los psicológico, con los pensamientos o con la manera de entenderlo y que lo convertimos en una estrategia propia nuestra. Por ejemplo, que el futbolista  que salga de banquillo tenga que mejorar siempre lo que haga el que está en el campo. Nosotros lo llamamos “donar”. Bueno, pues habrá que establecer diferentes trabajos en los que se convierta en hábito para que el futbolista que no está participando mejore lo que se está haciendo hasta ese momento.

FdB: Uno de los problemas, que hablamos antes, de los filiales, jugadores que de un tipo de competición van a otra e incluso en fútbol profesional, se repiten muchos errores defensivos continuamente. El centro lateral que termina en gol del delantero que no está marcado por nadie y situado entre dos defensores por ejemplo. ¿Qué opinas de este déficit defensivo que tienen los jugadores?

R.A: Pues que es normal que se produzca.

FdB: Y si es culpa nuestra, de los entrenadores.

R.A: En parte es culpa nuestra, y en parte es culpa de la competición. Los futbolistas profesionales casi todos vienen de escuelas, de canteras importantes. Y han sido siempre mucho más ofensivos que defensivos. Mucho más dominadores. Han tenido muchas más situaciones de ataque que de defensa. Tanto en el entrenamiento como en la competición. Al final, lo normal es que tengamos un mayor desarrollo con lo que tiene que ver con la parcela ofensiva y un menor desarrollo con lo que tiene que ver con la parcela defensiva. Y si a esto le sumamos lo que hemos hablado antes de los niveles de concentración, de la capacidad para estar concentrados todo ese tiempo, y de la capacidad para valorar lo que significa un tanteo bajo en el fútbol, produce que se den errores de ese tipo.

 

«evito utilizar 17 porterías, una distribución de un terreno de juego con 25 espacios diferentes. Al final va más por un jugar más limpio, un jugar más natural y mucho feedback de calidad. Creo que al final entre los entrenadores, más que en la propia tarea, va en la capacidad que tengamos para transmitir ese feedback»

 

FdB: Es verdad que, obviamente, van unidas, pero a la hora de valorar a un entrenador o a ti mismo, si tienes que poner más el foco, en tareas, que a veces queremos darle tantas vueltas y fuegos artificiales, pero luego no le damos importancia a las correcciones. Y otras tareas a priori más normales, que no tienen tanto adorno pero que el contenido del feedback sea muy rico. ¿Con qué te quedarías?

R.A: Con el feedback, sin duda. Yo intento respetar siempre la naturaleza del juego. Intento hacer cosas muy naturales y que al final el juego es juego. Creo que la propensión de lo que queramos trabajar va más en el número de jugadores o de la orientación que pueda tener el trabajo, o de determinados matices pero, siempre respetando con lo que tiene que ver con el juego más que con grandes normativas, evito utilizar 17 porterías, una distribución de un terreno de juego con 25 espacios diferentes. Al final va más por un jugar más limpio, un jugar más natural y mucho feedback de calidad. Creo que al final entre los entrenadores, más que en la propia tarea, va en la capacidad que tengamos para transmitir ese feedback. Y para que crean en ese feedback que le estamos dando. Al final el futbolista sólo realiza un comportamiento si ve que es beneficioso para él y está comprometido emocionalmente. Tenemos que ser capaces de que eso se produzca.

FdB: ¿Qué opinas de introducir en las tareas reglas de provocación? ¿Crees que desvirtúan el juego por ser algo “impuesto”? Para algunos entrenadores la regla de provocación es a quién junta con quién. Un ejemplo sencillo: si quiere que un equipo sea muy vertical y de contraataque pone los jugadores cuyas capacidades le vayan a inducir a eso al equipo en lugar de seis normas.

R.A: Yo creo poco o no creo demasiado en las reglas. Una o dos son suficientes para condicionar. Y creo mucho más en el espacio, el espacio que le marquemos, las distancias que damos, la estructura simplificada que propongamos, el número de jugadores… por delante de establecer muchísimas reglas. “Hay que dar diez pases para atacar”. A mí me cuesta verlo. Porque al final el fútbol te demuestra que se puede atacar en el momento que se puede atacar. No es una cuestión de 10-12 o 15 sino de cuándo surge ese espacio o ese momento. Ahí a lo mejor interesa más una pequeña superioridad de un equipo contra otro en primeras alturas simplemente, que el hecho de dotas de muchas reglas que no tengan nada que ver con el juego.

FdB2: Primeras alturas le llamas en zona de inicio.

R.A: Sí, zona de inicio.

FdB2: ¿Cómo las defines las alturas? ¿Qué nombre le das?

R.A: Yo suelo hablar de primera altura, segunda altura… La primera es la más cercana. Depende de la estructura que se maneje. Hay estructuras con más alturas, o con menos. A lo mejor si el rival nos defiende con 5 a una salida nuestra de 6 (2 alturas), pues probablemente sea suficiente para intentar que ese juego combinativo se produzca. 6+portero. Queremos intentar por lo menos empezar a germinar una idea. Luego, lógicamente tiene que existir esa complejidad, ese principio de complejidad en el que iremos sumando más dificultades para que el futbolista no pierda… no entre en el confort y entre una zona de riesgo. No de dificultad extrema porque sino también existe una desmotivación y muchas dudas.

FdB2: Temor.

R.A: Mucho temor. Pero sí que tiene que haber… como en el trabajo físico. Al final tenemos que romper esa homeostasis para volver a buscar ese equilibrio. Tenemos que ir dotándoles de pequeños retos que vayan superando los futbolistas. No soy un obsesivo yo de tareas muy complejas ni de muchas reglas para provocar un solo comportamiento. “Si quiero que haya cambios de orientación tiene que girar dos veces…”. Yo no lo veo. No siento que sea así. O que deba ser así.

FdB: ¿Prefieres trabajar sobre tareas de 11×11 o con tareas más reducidas con pocos jugadores? Donde la interacción con el jugador sea más continua al ser pocos.

R.A: Lo hago todo. Quiero decir, 11×11 no suelo hacer más de un día a la semana. Enfrentados. Si puedo trabajar con 11 a nivel de movimientos y otro tipo de cosas. Pero enfrentados sólo un día a la semana. Y después hacemos 7×7, 8×8, 9×8, 9×7… con cosas más reducidas, conductas más individuales… Creo que intentamos un poco tocar absolutamente todo. Desde lo sectorial, la línea defensiva; hasta lo intersectorial, la línea defensiva + 2 extremos + 1 mediocentro. Y defender en campo propio, por ejemplo. Y otros días jugarlo completo. Hacer partidos condicionados de 7×7, quitando un futbolista por línea y simplificando la estructura. Pero no el 11×11 principalmente.

FdB: Y cuando haces esas tareas hay un equipo que se asemeja un poco a lo que hace el rival.

R.A: Sí, en ocasiones sí que se asemeja.

FdB: ¿Cómo gestionas el hecho de que el grupo que le toca sepa que está haciendo del rival? No sé si rotándolos…

R.A: Siempre establecemos roles. Hacemos cambios de jugadores. Pero ya te digo, intentamos que eso sólo se produzca una vez a la semana. Primero porque nunca se van a mostrar las mismas conductas, aunque la estructura sea igual.

FdB: Los jugadores son distintos.

R.A: Los jugadores son completamente distintos. Y la identidad que tiene ese equipo la ha adquirido con el tiempo. Tú al final los estás poniendo directamente ahí. Sí que te sirve a nivel estructural para saber que hay zonas menos pobladas en las que puedes tener ventajas e inconvenientes en otras zonas. Pero intentamos que eso se produzca una vez sola a la semana. El resto de la semana lo organizamos en tareas Meso y Micro de posibles comportamientos que posee el rival . A lo mejor es un equipo muy centrador y tú puedes establecer una tarea en la que se den muchos envíos al área a través de un centro facilitado. Una apertura en la que permito centro y estamos defendiendo centros laterales porque es algo que se va a producir.

FdB: ¿Siempre haces tareas, o prácticamente siempre, con puestos y direccionadas?

R.A: Habitualmente sí. Pero no siempre. Hay veces que alguna tarea puede ser más genérica que busquemos otro tipo de principios que se puedan producir. Principios simplemente de intenciones.

FdB: Aspectos que, juegues como juegues, y con la estructura que sea, sucedan siempre.

R.A: Por ejemplo el hecho de tener un ritmo alto de presión. Lógicamente, la mayor parte del trabajo, si tiene una orientación, si tiene un puesto específico… porque al final ni el modelo de esfuerzo ni las conductas son las mismas, ni las soluciones que tiene que dar en ese tipo de defensa. Pero hay veces que simplemente la esencia de tener un ritmo muy alto te la puede dar una tarea genérica. No creo que nos debamos cegar.

FdB: ¿A veces pueden servir esas tareas, o incluso tareas descontextualizadas, para “desintoxicar” u “oxigenar” al jugador de la rutina habitual, entrenando siempre en la posición? Algo diferente y no pensar tanto, entre comillas.

R.A: Sí, algo diferente y que tenga un germen de algo que queremos conseguir.

FdB2: Sin perder la identidad.

R.A: Esas intenciones van más allá de la estructura. El hecho de que seamos un equipo pasador puede darse en una tarea genérica. Lógicamente limitada en el tiempo y en el momento. Y por supuesto, hay que hacer muchísimas más cosas, pero yo hubo una época que sí que renegaba mucho de ellas, pero ahora estoy volviendo a utilizarlas. A ver, que durante la semana puede haber 2-3 tareas en total de este tipo. El hecho de hacer una tarea con buen timing. Para mí es una conducta genérica, que todo el mundo sepa hacer una pared. Si hasta un central puede hacer una pared. En una salida de 3. Metes un mediocentro entre los dos centrales, se separan los centrales, estás fijando… se separa un futbolista, toca y continúa. A mí, por ejemplo, esas posibilidades me gustan, entonces, ¿por qué no hacerlo? Y darles a nivel decisional, ya no sólo técnico. La pared no es sólo una cuestión técnica, sino el momento decisional en que hay que hacer la pared, cuánta distancia necesito para tirar el pase, dónde romper luego en el timing en que me la devuelven, etc.

FdB: ¿Utilizas vídeos individuales para la mejora del jugador propio?

R.A: Fundamental.

FdB: Antes comentabas que sí, que hacías trabajo táctico individual. Si crees que esas mejoras de aspectos micro acaban dando esa mejora global en el equipo. Que a veces pecamos de buscar una mejora general y la mayoría de errores están en el individuo.

R.A: Sí. Lo pequeño es muy importante. Y mejorar al futbolista individualmente a mí me parece fundamental. Dotarles de nuevas conductas que no conocen y mejorar las que conocen. Creo que eso lo hemos dejado mucho de lado y yo ahora mismo intento recuperarlo y utilizarlo bastante. Creo que al final te permite la mejora en el propio juego posterior. Elementos que, en fútbol base por ejemplo, no hay disparos de media distancia ahora mismo. Al fútbol profesional los jugadores llegan sin disparo de media distancia.

FdB: Es una cosa rara, porque cuando son pequeños, el portero no llega arriba, hay muchísimos tiros desde fuera. Y según van creciendo, van siendo como todos los jugadores iguales: pasador, no tira, no encara…

FdB2: Se busca entrar con la pelota en la portería casi.

R.A: Eso al final nos lo ha dado la manera de entrenar. Me refiero, si nosotros entrenamos normalmente con conservaciones, sean genéricas o no sean, y partidos reducidos donde la distancia de tiro es muy reducida, es muy complicado que haya disparos de media distancia. Al final esto es una cuestión de…

FdB2: De qué nos extrañamos después.

R.A: De qué nos extrañamos. Es una cuestión de horas de práctica. Si yo dejo de practicar el disparo de media distancia, lógicamente me voy a sentir menos seguro y tendré menor habilidad en el gesto por lo  que lo utilizaré menos en la competición.

FdB: ¿En qué te basas para hacer la alineación? Hablábamos antes que no es poner un once simplemente. Y que no va sólo con el esfuerzo. Va más allá.

R.A: Lógicamente me baso en el nivel futbolístico de los jugadores, en el estado de forma del futbolista, su estado emocional y me baso en las sinergias que se puedan dar, sumado a ajustes o plan de partido. Habitualmente nosotros estamos muy por encima del rival (nos fijamos más en nosotros), a la hora de hacer la alineación, pero sí es cierto que pueden existir ajustes por algún elemento interesante del rival.

FdB: Yo tenía un compañero que siempre decía que había que guardarse algo en el banquillo para poder cambiar el partido si iba mal o acabar de romperlo en tu favor… ¿Crees en esto? A veces el jugador interpreta que si es suplente es porque no está entre los 11 mejores y a veces puede responder a una estrategia, por ejemplo que el rival según pasa los minutos se desorganice más de forma habitual y a partir de ahí introducir a un jugador con determinado perfil, pueda desequilibrar el partido.

R.A: Habitualmente no lo utilizo, pienso que el futbolista que está en el banquillo también me puede dar esa solución. Pero entiendo esa posibilidad y a veces hemos recurrido a ello. Sobre todo por características, cuando a lo mejor entendemos que va a ser un partido más largo y que va a ser difícil abrirlo desde el comienzo, y hay dos perfiles de extremos que son diferentes. Uno es un perfil de esos que te pueden revolucionar el partido. Pues a lo mejor nos decantamos por algo más de control para el inicio del partido y ese futbolista que está a un nivel parecido, pero es de un perfil diferente, para la segunda parte. Pero a mí me gusta tener una mentalidad más ambiciosa: «puedo ganar el partido desde el principio».

FdB: ¿Crees en que hay jugadores que rinden mejor a 30 minutos que a todo el partido? Creo que lo mencionaba hace no mucho Simeone.

R.A: No es que crea, es que existen. Existen jugadores que son capaces con un partido más roto, con mayores espacios, cambiarte un partido. Es muy bueno ficharlos. Y existen otros futbolistas que no. Y también tiene que ver con la mentalidad. Ya no es que tengan las características, que hay muchos que las pueden tener. Es que tengan la mentalidad para ser capaces de demostrar todo eso en esos 30′ y saber que puede ser importante y aportar cosas en ese tiempo. Que no es ni un castigo ni es una situación en la que sea menos importante ese jugador.

 

«Es como con los análisis del rival. No es una cuestión de presentar mucha información, Hay cosas que no tienen relevancia pero las presentamos porque nos sentimos mejor con nosotros mismos. Yo creo que el filtrado y la síntesis de lo que realmente nos puede hacer ganar el partido es la clave. O perderlo.»

 

FdB: Durante el partido. ¿A qué le pones el foco? Y cómo es tu intervención en el descanso y ese proceso de la toma de decisión. Es decir, hasta qué punto puedes cambiar cosas durante el transcurso del partido.

R.A: Independientemente de funcionamientos y estructuras, lo primero que vemos es si nos están dañando de alguna manera, si no nos están dañando de ninguna manera, si nosotros estamos haciendo daño o no lo estamos haciendo. Tenemos la referencia normalmente de lo que es el plan de partido. Que ya tenemos adelantado dónde podemos hacer daño y dónde no. Y después las nuevas cosas que pueden surgir. A veces tú estableces un plan de partido, lo sueñas por la noche, te lo imaginas, crees que le puedes dañar de esta manera pero realmente le estás dañando de otra que no estábamos contemplando. Hay que detectarlo también eh. Y viceversa. A lo mejor pensamos que el rival sólo te podía dañar con juego directo, y por lo que sea te está haciendo daño encontrándote la espalda de tus mediocentros con su juego interior. Yo creo que la lectura va… yo intento simplificar las cosas: dónde te hacen daño y dónde lo puedes hacer. Es como con los análisis del rival. No es una cuestión de presentar mucha información, Hay cosas que no tienen relevancia pero las presentamos porque nos sentimos mejor con nosotros mismos. Yo creo que el filtrado y la síntesis de lo que realmente nos puede hacer ganar el partido es la clave. O perderlo.

Y en el descanso, siempre hablo con mi cuerpo técnico previo a la charla. Intercambiamos opiniones, cosas que hemos visto. Ya delante de la plantilla, me gusta hacer una pequeña reflexión de 30» de contextualizar la situación. Bien, mal, regular. Controlado, no controlado. A continuación hablamos de lo táctico-estratégico y posibilidades que pueden surgir por variaciones del rival… El final lo ocupan las emociones que queremos generar para la segunda mitad. De estimular o de rebajar determinado ambiente.

Pero hay una parte en la que intentamos anticiparles lo que puede hacer el rival. Nosotros tenemos un estudio previo lógicamente.

FdB2: Sobre cómo cambian.

R.A: Exacto. Modificaciones estructurales en función del resultado. Que tipo de cambios suelen hacer en función del resultado. Si suelen pasar a dos puntas por ejemplo… Pues intentamos darle una info concreta. Pero todo eso, para mí, debe estar creado… el equipo ya debe conocer la solución a la alternativa. Es decir, qué pasa cuando un rival nos juega con dos puntas o nos juega con uno. O con línea de cuatro o línea de 3…

FdB2: No es una cosa que puedas modificar sobre la marcha. La puedes decir, pero tienes que tenerlo entrenado.

R.A: Claro. Entrenado en el sentido de saber que cuando nos salen con dos puntas nos pueden pasar este tipo de cosas. Y por ejemplo, que los laterales entonces se cierren más en los centros laterales…. O nos pueden empujar más en juego directo en determinadas situaciones. Yo ahora creo mucho en la modificación de la estructura en función de cómo me ataca el rival. Sobre los mismos jugadores que están en el campo. Es decir, el rival me ataca 4-2-3-1 con un funcionamiento más o menos básico. Yo defiendo en 4-3-3. El rival me pasa a atacar en 4-4-2 y yo con los mismos jugadores paso a 5-2-3. Previamente, el futbolista ya sabe que ante esa modificación de estructura, yo cambio la mía.

FdB: Te iba a decir que Bielsa, llevado a su tipo de defensa, habla de adaptarse. Uno menos arriba, uno más atrás, y a partir de ahí se adapta. Si tienen dos delanteros, tres con ellos. Le es suficiente, no necesita cuatro.

R.A: Con una modificación… puede hacerlo a través de un cambio, pero normalmente él ya tiene futbolistas polivalentes que son capaces de ajustarse.

 

«estoy convencido que el fútbol va a tender, a la transformación de estructuras. Con los mismos jugadores durante el juego.»

 

FdB: Quizá tenderá a eso. El jugador que sea capaz de adaptarse a más contextos y situaciones…

R.A: Yo estoy convencido que el fútbol va a tender, a la transformación de estructuras. Con los mismos jugadores durante el juego.

FdB2: En ataque. Con balón.

R.A: Con balón y sin balón.

FdB: El jugador más inteligente será el que más posibilidades tenga porque es el va a entender los distintos contextos.

R.A: Nosotros por ejemplo, los dos últimos años aquí en Vigo, transformábamos nuestra estructura en fase ofensiva y fase defensiva. Siempre defendíamos muy zonal en 4-4-2 y en fase ofensiva nos transformábamos en 3-2-4-1 o un 3-1-4-2, en función de lo que entendíamos que era más beneficioso.

FdB: ¿Qué importancia le das y cómo llevas a cabo la formación diaria?

R.A: Cuando estamos inmersos en la competición y trabajando es más difícil. Me gusta mucho charlar con gente de fútbol. Se trasladan muchos problemas y soluciones que van surgiendo. Eso es fundamental, el relacionarnos con gente de fútbol. No es fácil muchas veces porque los entrenadores somos un poco celosos de nuestra pócima mágica, de nuestro unicornio.

FdB: No vaya a ser que gane…

R.A: No vaya a ser que gane con mis ideas ¿no? Pero yo creo que hay gente muy interesante con la que se puede charlar, tomarte un café, ver situaciones que se van dando. Creo que eso enriquece mucho. Otro buen formador es la lectura.

Ahora que no estoy en competición, estoy analizando cosas que hacen técnicos ganadores. ¿Por qué ganan sus equipos? Qué comportamientos, qué pautas, qué elementos, qué hábitos se dan… y ganan de diferentes maneras. Pero algunos tienen patrones en común. Y por último ver mucho fútbol.

FdB2: Ojos de entrenador.

R.A: Verlo con ojos de entrenador. Analizarlo y reflexionarlo.

FdB: ¿Qué valoras de un entrenador?

R.A: La sensibilidad con respecto a una gestión de vestuario. Y la capacidad de lectura del partido.

FdB: ¿Y de un jugador?

R.A: El respeto por la profesión y la inteligencia para adaptarse.

FdB: Un libro que recomiendes, no necesariamente de fútbol.

R.A: Te voy a recomendar uno relacionado con el deporte: Open, de André Agassi. Y otro para la vida El Principito, de Antoine de Saint-Exupery.

FdB: Un entrenador “desconocido” a conocer.

R.A: Iriondo. Ex Rayo Majadahonda.

FdB: ¿Cómo afecta a tu vida personal tu dedicación al fútbol? Problemas de impagos que comentaste, el no tener vivienda fija…

R.A: Para ser entrenador hay que convivir con la incertidumbre, porque es una profesión muy generosa y muy desagradecida al mismo tiempo. A mí la adrenalina de cada partido me permite sentirme tremendamente vivo. Pero también es verdad que los malos momentos del fútbol son muy duros.

FdB: Y te sientes muy sólo. Con tu cuerpo técnico, pero sólo más allá de ellos.

FdB2: Muy señalado.

R.A: Es difícil que la gente de tu entorno te entienda.

FdB2: Culpabilidad.

R.A: No es culpabilidad. Es la responsabilidad de que hay mucha gente que está pendiente de que tú encuentres cada solución. El nivel del entrenador viene determinada por la cantidad de incertidumbre es capaz de soportar dentro de un sistema complejo hiperinestable. Y además en el  fútbol todo el mundo opina…

Pero los buenos momentos son impagables, impagables.

 

Un placer Rubén, muchas gracias!

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#caféycharlaRubénAlbés

@RubenAlbes

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