Café y charla con Rubén de la Barrera y Abel Mourelo (II)

Lo prometido es deuda, os dejamos la segunda parte de un café con mucho juego…

 

FdB: Dentro de vuestro equipo, ¿qué importancia le dais a tener una jerga propia? Que todo el mundo se entienda con las mínimas palabras posibles. Aparte de verbalizarlo también a través de enviar mensajes con la pelota, por ejemplo. Por cómo le doy el pase, tensión del pase, a dónde… que él tenga en mente la información que yo le estoy queriendo transmitir.

RdlB: A lo primero, creo que uno de los retos de todo entrenador es precisamente a través de una serie de comandos verbales permitir reconocer unos contextos determinados. Si yo digo “área” el significado que puede tener, si nos juntamos con un grupo de jugadores, puede ser diferente. Ahora bien, es importante lograr reconocimiento de dicho vocablo. Qué significa “área” o qué pretendemos que signifique. Pues así con todo tipo de situaciones. Todo pasa por ir reduciendo incertidumbre al juego, para eso se entrena. Y dentro de dicho proceso, un reto, creo, está en a través de la menor utilización de palabras ser mucho más eficaz a la hora de transmitir un mensaje. Es decir, si yo puedo explicar algo muy grande y muy complejo con una sola palabra, creo que ese proceso comunicativo va a mejorar. Y a su vez, si nos ubicamos en la realidad, ésta nos dice que en los partidos suele haber mucha gente. Y creo que no es el momento ni el espacio como para disertar una ponencia. Creo que nos vemos obligados a…

FdB: A veces también hay muchas palabras “vacías”. Se escucha mucho “cuidado”, que es verdad que hay que tener cuidado por un peligro inminente pero falta mucha información ahí.

RdlB: Yo creo que cada uno debe establecer las suyas. El objetivo es establecer una comunicación eficaz. A partir de ahí, uno considerará que algo puede llamarse de una manera y otro de otra. Lo importante es que nos entendamos. No hay más. Igual “cuidado” para unos significa: toma, te doy un problema con el pase, tienes un oponente cerca. Devuélvemela rápido porque nos metemos en un problema los dos. Y para otro “cuidado” pueda ser: modificar una trayectoria porque se puede llegar a inhabilitar y quedar en fuera de juego. Yo qué sé. ¿Qué creo es importante? no la palabreja en sí, sino que nos entendamos todos, un lenguaje común que nos permita reconocernos. Y que relaciones el proceso de entrenamiento con el partido.

A.M: Totalmente de acuerdo. Yo creo que el lenguaje forma parte de ese proceso de aprendizaje, reconocimiento, identificación y respuesta unitaria individual y colectiva ante el mismo problema que me vaya planteando el juego. Mensajito corto y al pie.

RdlB: Lleno de significado por favor.

A.M: Por favor.

FdB2: Me voy a la segunda parte. Ese mensaje del balón, mensaje del juego.

A.M: Y tanto.

Rdlb: Y tanto.

FdB2: Sobre la tensión del pase, a dónde va el pase… pocos jugadores tienen esa capacidad.

FdB: ¿Pero lo explotamos?

RdlB: No lo sé. Mi sensación es la de los equipos en los que estoy. Yo no me puedo permitir hablar de si en otros equipos se reconocen ese tipo de cuestiones.

A.M: Hay que sentirlo, evidentemente. Importancia claro que le damos, cómo no le vamos a dar?, el pase en este caso es el medio por excelencia, los pases deben tener siempre intencionalidad, deben ir acompañados de la información pertinente al receptor para que la acción posterior nos proporcione continuidad, el pase no es un problema, debe ser una solución.

RdlB: Es decir, mi delantero reconoce, o debería reconocer, sino algo he hecho mal yo, que un pase con mayor grado de tensión puede implicar una siguiente acción u otra. Y esto nace desde que el poseedor no se predispone para pasarla atendiendo a su mejor condición, sino para pasarla en las mejores condiciones posibles para el que la va a recibir. Y eso pasa por esa interacción y esa comunicación dinámica. Nosotros pretendemos generar un equipo ruidoso, comunicativo, pero la significatividad de nuestra comunicación pasa muchísimo más por el movimiento y la información, en este caso, de un tipo de pase que de ir radiando permanentemente las posibilidades futuras del que va a poder intervenir. O bien en ataque, o bien en defensa o bien en un contraataque o bien en un repliegue.

 

«Ser 11. “11” implica conexión, implica colectividad, implica pluralidad, implica que todo el mundo tiene una misión concreta y específica. Y eso obliga a que en el proceso de entrenamiento a ello debemos atender.»

Rubén de la Barrera

 

FdB: A ti te tengo escuchado mucho la frase de que “quieres hacer sentir que atacáis 11”.

RdlB: Es que ahí está la suprasuperioridad de todo esto. Somos once en todo momento, en ataque y en defensa. Somos once, independientemente de que la participación directa o el protagonista en ese caso, en ese momento concreto, uno no va a encontrar a once. Será uno, serán dos, serán tres, serán cinco… no sé. Pero once no. Pero sí todo el mundo ha de sentir que ha de seguir jugando. Y los que tienen o el que está en este caso en espacio de intervención, tiene un rol cuyo rol atribuye una serie de funciones y misiones, los que están próximos a ese jugador, otras, los que están por delante de esa línea de balón otras, y los que están por detrás otras. ¿Qué es ser once realmente? Precisamente los once han de, una: posibilitar que esa acción obtenga continuidad y nos permita hacer gol. Y por otro lado, en caso de que eso no ocurra, que lo que yo genero o lo que estoy generando no me perjudique a mí. Es decir, que en el momento en que yo no puedo hacer gol, que finalizo sin éxito o que yo la pierdo, que no ocurra una desgracia en mi portería. De ahí la necesidad de estar permanentemente conectados al juego. Hay que estar jugando en todo momento. Pero ya no sólo desde la óptica de “estamos con balón” o “estamos sin balón”. No. “Estamos contraatacando” y los jugadores más retrasados que no van a poder intervenir han de establecer una función, en este caso compensatoria: custodiar espacios, custodiar adversarios, que en caso, repito, de que no se logre el objetivo pretendido, eso no implique una futura defensa de un contraataque del rival. Creo que es un concepto simple, más que simple, sencillo pero que tiene mucho significado. Ser 11. “11” implica conexión, implica colectividad, implica pluralidad, implica que todo el mundo tiene una misión concreta y específica. Y eso obliga a que en el proceso de entrenamiento a ello debemos atender.

A.M: Implica además, añadiría, entidad. Ser 11 implica eso también. Implica identidad. Que ante una determinada situación, nuestros jugadores sientan la resolución de la situación de la misma manera y la ejecuten de la misma manera y de forma colectiva y unitaria. Independientemente de los espacios. En función de los espacios que cada uno ocupa, su función dentro para resolver será una u otra, pero, está todo engranado. Todos responden lo mismo para que la solución sea la misma. Otro de los objetivos como entrenadores, es hacer “sentir” a nuestro equipo que somos una unidad funcional, tanto en el momento con balón como en el momento sin balón. Como dice él, el concepto es sencillo, pero llegar a eso implica muchísimo más. Aparte eso es una satisfacción para el entrenador tremenda.

FdB: ¿Es complicado hacérselo entender a los jugadores?

A.M: Bueno, muchas veces si es complicado, ya que hay muchos futbolistas que entienden o sienten que su intervención en el juego está ligada a tocar el balón, estar continuamente en contacto con el balón. Y eso es lo más difícil de hacerles comprender, creo que desde pequeñitos debemos educar y formar a los niños, a los futuros jugadores, a que su intervención en el juego no tiene nada que ver con tocar el balón. Por lo tanto, debemos encaminar la formación de nuestros jugadores desde etapas tempranas a facilitar que reconozcan los diferentes tipos de espacios, y se reconozcan en éstos, a través de los diferentes roles que pueden ir adquiriendo en función del desarrollo del juego (poseedor, fijador, receptor inmediato, receptor mediato, compensador), siempre con el objetivo de posibilitar la siguiente acción y automáticamente reconociendo en cada momento, los cambios constantes y la variabilidad de su funcionalidad, en función de cómo transcurra el juego, sea ésta a través de estar en contacto con el balón o no. Resumiendo, lo que hablaba anteriormente Rubén, que sientan que “somos 11” en todo momento, conseguir la suprasuperioridad.

FdB2: Y ser clave incluso.

A.M: Y ser clave para lo que está pasando donde está el balón y para lo que va a pasar posteriormente. Y ahí entra la intencionalidad de la que hablamos ligada al pase, no pensando en sus propias capacidades (en este caso del poseedor) y en un teórico beneficio propio, sino que la intencionalidad debe ir relacionada a las características del siguiente receptor y a la continuidad de la siguiente acción. Todo esto, para hacer sentir que cada uno de nuestros jugadores es clave, sin tener en cuenta si voy a ser el receptor inmediato (relación directa poseedor – primer receptor), receptor mediato (aquel jugador con el que el poseedor no puede relacionarse de forma directa pero al que si le puede llegar el balón a través de la circulación establecida) o si por el contrario mi participación pasa por otro rol funcional.

FdB: Nos vamos a centrar un poco ahora en el inicio de juego. A veces queremos saltarnos jugadores, dar velocidad, si estamos ubicados donde queremos permitimos que el siguiente no llegue a presionar… pero las distancias largas también son momentos en que el rival puede correr y tú, una vez sale el pase del pie, no puedes tocar el balón hasta que llega a otro jugador. Rival se puede posicionar y tú no lo puedes dañar directamente digamos.

RdlB: La distancia óptima evita precisamente líneas de interceptación. Por tanto, ajustar las distancias entre unos y otros va a permitirnos o a impedirnos. Y en ese momento concreto del juego, una línea de interceptación, en este caso que un defensor tenga la posibilidad de intervenir sobre un pase, no sobre una recepción, sino sobre un pase, seguramente implica contraataque, campo abierto, posibilidad de activar calles y seguramente a nosotros por distancia y evidentemente, por tiempo, nos impida una correcta reorganización para oponernos a esa pérdida. En muchos casos la catalogamos de imprevista, pero en ese caso, y precisamente como el rival es inherente a lo que hacemos, forma parte en todo momento de lo que hacemos, es más que previsible. Si yo no tengo referencias próximas más allá de portero-centrales-mediocentro, si esos primeros están fijados, y yo vacío la salida y opto por recargar espacios medios y recargar espacios próximos a la última línea del rival, todo lo que implique continuidad tras ese primer balón, en ese segundo, en ese tercer balón, en muchas situaciones probablemente tenderemos que preguntarnos o debatir acerca de la idoneidad de vaciar el inicio y llenar la llegada a llenar el inicio para posteriormente ir llegando a la llegada, valga la redundancia. Es decir, que en muchas ocasiones nosotros mismos nos disparamos a los pies. Fruto de que en muchas ocasiones nos limitamos a reproducir aquello que vemos por ahí, o aquello que tildan de moderno o que tildan de actual sin reflexionar acerca de la idoneidad o no de las cosas.

Por tanto, un criterio importantísimo en todo momento de ataque es el criterio de distancia óptima. Pero el criterio de distancia va a venir determinado por las distancias con respecto a los rivales. Con respecto a los rivales, respecto a su estructuración y posteriormente, su funcionamiento. Así que el criterio de distancia óptima ha de sentirse desde la indiscutible co-adaptación existente entre su intención y mi necesaria respuesta.

FdB: Se empezó abriendo a los centrales, luego empezaron a incrustar a un medio, hay equipos que salen con tres centrales porque ya los tienen de partida. ¿Creéis que van a empezar a implicar al portero como un cuarto dentro de la misma línea transformándola?

A.M: Independientemente de que sumes un tercero, ya sea involucrando a un jugador de la misma línea o de línea superior generalmente, o que salgas con los tres centrales ya dispuestos en la salida impar… la tendencia es que el portero participe en toda trasformación de línea para iniciar. Creo que va a ir por ahí. Tanto ya salgas con dos centrales, salgas con tres centrales, salgas con la participación a nivel de transformación de un lateral, de un medio, de una implicación de un jugador de misma línea o distinta línea… Yo creo que la implicación del portero en esto va a ser cada vez más importante.

RdlB: Yo creo que en un saque de portería las posibilidades del portero van a ir en aumento en base a cómo se opone el rival. Ahora mismo únicamente pensamos que el balón ha de estar justamente en el centro del área pequeña y no en un perfil. Y que ha de estar en el centro y de que el primer pasador tiene que ser el portero, y no tiene que ser así. Ahora mismo podemos pensar en que el portero pueda iniciar esa reanudación a través de una conducción. Es decir, que el saque de portería el primer pase no lo ejecute un portero, lo ejecute otro jugador. Y a partir de ahí se generen ventajas que en ese momento no están construidas, que están por construir y el portero pueda ser ese primer jugador. O un central si entendemos que eso ha de ser así, porque nuestro portero no está capacitado para ello. Eso en cuanto al saque de portería. Y lo que permite esta normativa.

¿Seguimos hablando de saques de portería? Pues hablamos que desde el puesto específico de portero seguiremos optando a relacionarnos con próximos, con intermedios o con alejados. Pero al igual que durante el juego, en ese preciso momento, que es juego, se ha de reconocer el significado de cada pase. Y el significado de cada pase hemos de relacionarlo también con qué pase y para qué paso. En algunos momentos para habilitar a alguien en espalda de su oponente directo y que permita prolongar esa primera ventaja, en algún otro momento a través de un primer pase pretender una continuidad a través de una descarga, a través de otro pase permitir una disputa habiendo asignado unos emparejamientos en concreto con respecto a su última línea, y en otro caso a otro tipo de golpeo que permita correr a espaldas de esa última línea, entre la línea defensiva y el portero. Que dentro del saque de portería estamos hablando de varias cosas: de la tipología de pase y a su vez de cómo queremos responsabilizar al portero para la consecución de esa primera ventaja partiendo de que está o va a nacer cerca, no está lejos. A través del pase podemos llegar, pero si la ventaja no está construida, está por construir nos tenemos que plantear qué nuevas posibilidades nos ofrece la nueva regla. Y creo que es algo que no hemos hecho a día de hoy, o muy poquitos han hecho.

A.M: Que va a participar cada vez más el portero…

FdB: Yo me refiero sobre todo a si va a participar… normalmente está ubicado en portería, en el centro más o menos. Si va a estar ubicado como un central más. abierto quizás, en otra altura…

RdlB: Yo veo varias cuestiones pero no por moda, ni por decir… ahora al portero le vamos a dar el 10. Esto creo que tiene que ver con las necesidades de los partidos. Pero en campo propio, y cuando hablamos de campo propio me refiero a inicios estáticos (saques de portería) e inicios dinámicos (portero o miembro de la primera línea, estando el balón en juego, ya como poseedores) hay tres tipos de contextos: emparejamientos, intermedias y evoluciones de bloque medio a bloque alto. A defensas que inicialmente se disponen en un posicionamiento medio y se defiende hacia delante desde el momento en que se reconoce una señal. Por tanto ahí creo que la funcionalidad de los porteros puede verse mejorada o puede ampliarse para dotar de mayor posibilidad al equipo. Y eso pasa por cómo movemos al portero. Y ahí seguramente tendrá que ver sus capacidades y tendrá que ver las capacidades de los integrantes de primera línea. Pero también el contexto. Y también las referencias. No es lo mismo jugar o partir jugando desde la cara que en un momento en que seguimos una trayectoria hacia atrás. Y estamos pasándonos en dirección a nuestra propia portería. Criterios como “cuarto pasillo”. Criterios como ese “+1” con portero real, que en muchas ocasiones no lo conseguimos sino que ubicamos a los primeros de tal manera que una presión individual no solamente está presionando a un jugador sino que con un defensor se presiona a un equipo. Y eso pasa por reflexionar acerca de la ubicación del portero en los distintos contextos que creo, son importantes en campo propio: emparejamientos, intermedias y evoluciones de bloque medio a bloque alto, bajo todo tipo de referencias: jugador orientado de cara con tiempo, jugador orientado de cara sin tiempo, jugador en pasillo interior, jugador en pasillo exterior, jugador ubicado en pasillo exterior de cara, lateral, portería propia… creo que toda esa serie de referencias hay que atender porque van a condicionar las ubicaciones de unos y por ende las posibilidades de los mismos.

Otra cosa es la del portero, que tú me comentabas, integrando una primera línea a una altura tan importante. Yo primero, creo que es una necesidad del fútbol de alto nivel. Creo que lo otro, es decir, jugar a tanta altura va a poder guardar relación con otro deporte como pueda llegar a ser el fútbol sala pero en momentos estratégicos concretos. Eso yo no lo descarto. Es más, creo que puede llegar a ocurrir. Otra cosa es cómo lo relaciono con algo que va a estar siempre o que va a ser siempre, que es esas posibilidades que existen desde nuestro propio mediocampo: que el rival opte por emparejarse. Hay que resolverlo. Cómo lo resolvemos. Sin la necesidad, porque si queremos dar un paso más… sin la necesidad de jugar sobre la última línea e ir generándonos las mejores condiciones partiendo de la base de que si el rival se nos empareja, normalmente estamos hablando de situaciones de 7×7 u 8×8 más nuestro portero en nuestro propio medio campo. Si le queremos dar una vuelta más, cómo y de qué manera puedo, dándole criterios a la gente, tener la posibilidad de, con esa superioridad que realmente permite mi portero, y sin tener la necesidad de ir a buscar última línea, podemos salir.

Ahora bien, lo normal es que si la primera línea y la segunda línea están fijadas, disponerlas de tal manera que se permita ir a buscar a la última línea. E ir a buscar la última línea es también, ojo, generar condiciones del mejor pase posible y ubicar a los más alejados para establecer mayores posibilidades: si es a disputa, si es a control, si es buscar situación de último contra penúltimo o si es a atacar la profundidad. No es cuestión de atraigo, sumo elementos en campo propio para jugármela allí al 3×3 o 2×2, pegarle y a ver qué pasa. Pegarle y a ver qué pasa… volvemos sí, viene de vuelta, bueno, hay una estabilidad en campo propio y a partir de ahí esa estabilidad seguramente me permita seguir en equilibrio, por tanto no estamos hablando de otro tipo de contextos. Repito, que como el juego lo exige todo, todo ha de considerarse y reflexionarse. Campo propio. Y campo contrario, creo que esa situación que me estáis poniendo como ejemplo va a tener que ver, va a poder ser pero va a obedecer al ámbito de lo estratégico en contextos de variable tiempo-marcador desfavorable. En donde te la tengas que jugar. Considerar eso. No sé cuándo va a llegar a ser lo habitual.

FdB2: El riesgo es elevado con marcador a favor, o con marcador igualado.

RdlB: No sé cuándo va a llegar a ser tendencia en fútbol ver al portero tan alto en campo propio. Lo que sí, lo anterior tiene que ocurrir pronto. Pronto porque hay que darle respuesta a esta problemática del juego.

A.M: Él te lo ha desgranado mucho más… yo creo que sí. Por lo tanto, la formación del mismo debería verse ampliada a otros aspectos más relacionados con su participación directa o indirecta en la construcción de las distancias de relación óptimas desde los primeros instantes del momento con balón, de las que hablábamos hace un momento, en la construcción de situaciones de progresión, en sus capacidades para constituir líneas de pase distintas a las ya establecidas por los compañeros, ampliar el tipo de recepciones para que le permita tener abiertas diferentes posibilidades de pase, así como aumentar la eficacia para identificar y pasar a compañeros situados a diferentes alturas y ejes (cercanos, intermedios y alejados) y capacidad para identificar su participación en los dos ejes principales (longitudinal y transversal).

RdlB: Si hablamos de relacionarnos con alejados hay que valorar contextos de ese pase largo. Contextos propios de “coscorrón” o contextos cualitativos de verdad como definir emparejamientos atendiendo a quién contra quién, atendiendo a una superioridad contra un determinado jugador, en un determinado espacio o intervenir desde un intervalo, o desde qué espacio yo voy a poder generar una disputa o una futura recepción de la manera más ventajosa posible, atendiendo, repito, a una relación que vaya a implicar a los jugadores que más lejos se encuentran de balón. Y creo que es algo a lo que hay que atender. Es decir, si vamos a ser directos, diseñar el mejor contexto posible para que en ese momento, que puede ser de lucha o no, nosotros tengamos mayor probabilidad de éxito que el rival, atendiendo a que hay un mayor o un menor espacio con respecto a la portería contraria. Es algo que también tenemos que reconocer. A qué altura defensiva se ubican los últimos defensores del rival para desde ahí establecer continuidades ventajosas que nos permitan a nosotros finalizar. No es cuestión de tirarla allá, porque eso no va a tener éxito.

FdB: Centrándonos en cómo presionar a ese inicio, hay un vídeo medianamente antiguo que a mí me gusta bastante en YouTube de Sito Alonso, de baloncesto. No es lo mismo pero creo que de ahí se pueden sacar cosas importantes para, con menos jugadores, hacer más funciones a nivel defensivo. Él habla, por ejemplo, en un 5×5, con una defensa individual, un jugador ofensivo realiza un corte y el que realiza el marcaje lo sigue. Pero cuando está pasando cerca del jugador con balón, realiza una acción instantánea sobre el jugador con balón y vuelve con el suyo. Y como ese comportamiento hay más en esa dirección. ¿No podemos darle más contenido o funciones cuando están emparejados de colaboración puntual y vuelta? Me parece que le damos pocas consignas.

RdlB: Qué entendemos por creatividad en el proceso ofensivo implica que existe una creatividad en el proceso defensivo.

FdB: ¿La exprimimos menos?

RdlB: No la consideramos en muchas ocasiones, pienso yo. Son situaciones que existen, por tanto, debemos valorar, contemplar, controlar para dominar y posteriormente implementar, hacer. No sé qué peso eso tiene en las sesiones de entrenamiento de cada uno. Evidentemente situaciones numéricamente desfavorables para nosotros, cómo convertirlas en contextos favorables para nosotros. Y eso pasa por dominar situaciones del tipo 2×1 en inferioridad defensiva. Eso ya implica la necesidad de no decantarse hasta que llegue el momento en el que sí haya que hacerlo en relación al poseedor, a las trayectorias que siga, a las posibilidades del receptor, qué espacios ocupo, si son relevantes o de mayor valor que lo que estoy desocupando o si por el contrario que desocupo porque considero que lo que voy a ocupar es más importante que el espacio que yo estaba cubriendo anteriormente. Eso creo que está insertado dentro de la creatividad dentro del momento defensivo porque defender creo que también es un arte, no solamente atacar.

Por tanto, al igual que debemos otorgarle recursos al equipo en sentido ofensivo, hay que otorgárselos en el sentido defensivo. Y tener la capacidad de incidir en los menos jugadores posibles, con el menor número de jugadores posibles sobre el mayor número de elementos posibles me parece que forma parte de la virtud. Cuestión que antes abordamos que era tener que atacar a una defensa que no se decanta y ocupa puntos intermedios entre jugadores, nos lleva a, dentro de esa defensa de intermedias a valorar que yo tengo la necesidad de intervenir sobre cuatro planos simultáneamente: delante, detrás, izquierda, derecha. Valorar qué pase y qué jugador, en ese preciso momento hace más daño, disuadiéndolo, evitándolo, y teniendo que encadenarlo con la siguiente intención, es decir, una vez cerrada esa vía de progresión del rival, relacionarlo hacia un fundamento que creo que es inherente al dominio de la defensa de intermedia, que es al pressing. Es decir, en el momento en que yo a ti te disuado de algo, en el momento en que tú lo reconoces y haces otra cosa, yo lo tengo que reconocer y a partir de ahí poder intervenir. Si relacionamos ese concepto con el de pressing, tenemos que hablar de: dominar mi intervención en esos cuatro planos ajustando mi ubicación priorizando qué pases y qué jugadores defiendo con una actividad defensiva básica, una posición defensiva básica y el pressing. Y el fundamento del press tiene que ver no solamente con la intervención sobre el poseedor de balón, sino con los momentos de esa presión, y pasa por reconocer indicios. Momentos de balón, intervenir sobre el pase o sobre una línea de pase, o sobre el control, cómo voy, a qué velocidad voy, qué trayectoria sigo, dónde me paro, cómo me paro, variables de esa frenada defensiva que a su vez a mí me permita mantener un equilibrio y poder encadenar en caso de que yo no pueda o no llegue en tiempo óptimo a ese nuevo poseedor… es decir, al igual que yo tengo que estar preparado para seguir jugando en ataque, tengo que estar preparado para seguir jugando defensivamente hablando. Eso implica el dominio de cuestiones y de fundamentos, individuales en este caso, o grupales porque si yo respondo de una manera, lo que está cerca y lejos de mí, a mi altura, por delante o por detrás, ha de ajustarlo.

Por tanto, son procesos inacabados que requieren una amplia gama de conocimiento procedimental que afecta a todo el equipo, independientemente que el que esté interviniendo en ese momento sea uno. Pero hemos tocado, creo, muchas cuestiones de ese momento concreto de una defensa intermedia de dominar los cuatro planos, de priorizar pases y jugadores más peligrosos en ese momento, de modificar tu intención, de ajustarme a la nueva, de condicionar tu siguiente pase y por ende al siguiente receptor, vinculándolo a una ventaja que es el pressing en este caso. El momento en el que lo inicio, cómo lo hago… y eso implica velocidades, trayectorias de aproximación, tener claro que no es lo mismo intervenir sobre el pase que sobre la recepción porque para intervenir sobre la recepción o sobre el control en este caso, implica que el poseedor previamente o ha sido condicionado pero no se ha visto o no se ha sentido reducido en tiempo, y cuando yo intervengo sobre una línea de pase muy probablemente tenemos que tratar o tenemos que considerar que probablemente ese poseedor sí ha estado y sí se ha sentido presionado. Por tanto, yo intervengo sobre lo siguiente decantándome antes de tiempo y sé que el espacio que he desocupado, por ahí no va a entrar la pelota. Esto es una cuestión de utilidad defensiva. Qué espacio y qué relaciones son las que realmente van a condicionar el ataque del otro a, por el contrario, que yo ocupe un espacio defensivo y yo me sienta más seguro pero realmente no estoy defendiendo absolutamente nada.

 

«para lo que tú entiendes presión, tu jugador la puede sentir como tú o no en relación al contexto, al quién se está enfrentando, porque eres tú en confrontación a un oponente. Y de ahí surge, creo, una necesidad, que es atender a precisamente la superioridad o inferioridad emocional que se establece entre la confrontación de dos jugadores.»

Rubén de la Barrera

 

FdB: Las defensas de igualación arriba, entiendo que cuanto más nivel los equipos con balón, más capacidad tienen para desbordarte. ¿Creéis que esas igualaciones son producto de esta falta de creatividad defensiva, que nos hace necesitar más jugadores porque no son capaces de amenazar a tantos? Que a lo mejor esa calidad mayor sí te obliga a llevar más jugadores arriba, pero yo creo que a veces esa igualdad arriba a la hora de presionar viene determinada por esa ausencia de estos aspectos por lo que los defensores requieren más compañeros para presionar. Depende de a quién me enfrente obviamente. Igual voy con menos a presionar arriba al Manchester City y me hacen un destrozó ahí y un destrozo allí. No llego ni delante ni atrás.

RdlB: Por partes. Normalmente pretendemos ser o somos uno menos que ellos en ese primer momento, y uno más en la última línea. Eso es discutible. También te diré que el impacto que tú tienes defensivamente hablando no es lo mismo si tú, poseedor del balón, o a ti poseedor te presiona uno o te presiona otro. Que te presione Messi a que te presione el delantero de otro equipo. Puede que estés presionado y puede que no estés presionado pero sí te sientas presionado porque ves a Messi que se predispone a intervenir sobre ti. Hay que entender eso, porque para lo que tú entiendes presión, tu jugador la puede sentir como tú o no en relación al contexto, al quién se está enfrentando, porque eres tú en confrontación a un oponente. Y de ahí surge, creo, una necesidad, que es atender a precisamente la superioridad o inferioridad emocional que se establece entre la confrontación de dos jugadores. Yo emocionalmente me puedo sentir más que tú, o por el contrario, menos que tú. En un inicio o a lo largo del partido. En un primer momento yo me siento más fuerte que tú y dentro de tres minutos por determinada circunstancia a nivel emocional tú me has comido territorio.

Por tanto, la emoción previa a todo lo que yo voy a hacer va a estar condicionada por ese sentir. Y es algo a lo que hay que atender también, porque a nivel operativo hay que construir. Dicho lo cual, preservando y garantizando equilibrio numérico y un menor riesgo en esos espacios más próximos a portería propia, una estructura en menor número que se opone a los primeros pases y otra estructura que impide que el rival te condicione en forma de giros sería lo suyo. Pero para llegar a eso implica un conocimiento importante y muchas horas y mucho tiempo. ¿Cómo minimizamos todo eso? Me voy a emparejar, vamos a pretender duelos porque desde el duelo o desde el emparejamiento, una cosa es defender duelos y otra cosa es entender el duelo como forma de defensa, que son dos cosas, creo, totalmente diferentes. Si yo voy hacia ti, ese “Uh” a ti te puede generar temor o no.

Por tanto, es la respuesta más habitual a nivel defensivo: voy a ir con mucha más gente a ver si condiciono la respuesta ofensiva del rival. Y normalmente, eso se consigue. ¿Por qué? Porque los entrenadores valoran, en este caso, la relación que existe entre el beneficio y el riesgo, y normalmente, el riesgo asumido aumenta. Desde el momento en que tú llevas a más jugadores a oponerse en ese primer momento de la jugada. Es decir, yo llevo jugadores e intuyo que tú lo que vas a buscar es precisamente una relación con alejados, te vas a saltar la primera, la segunda línea y vas a ir a buscar directamente la tercera. Y como yo creo que vas a hacer eso, me garantizo tener uno más en esa altura y desde ahí hacer más controlable la situación. ¿Cuál es el problema? Los equipos que eso lo reconocen y dicen: «ok, somos iguales pero mi portero es uno más, vamos a construir una mejor situación futura que permita que en la última línea yo ya no sea 3 sino que sean 3 los que estén más alejados pero pasemos a ser más jugadores los que puedan protagonizar esa finalización y verte condicionado en ese ciclo de juego y tener que reajustar». Por tanto, cuando tú llevas jugadores lo que queda es: una confiar en que van a buscar una relación directa y dos, rezar todo lo que sepas para que ellos en esa línea sean menos que tú en jugadores, en número de jugadores, menos que tú en capacidad y tú puedas llegar a ser ganador, sino puedes llegar a tener un problema también.

FdB: Evidentemente depende de jugadores rivales y jugadores propios, pero ¿sois partidarios, en este tipo de presiones, de fraccionar al equipo con jugadores que van y jugadores que se quedan? Criticamos mucho a equipos que están largos por X motivos. Y a veces puede responder a una cuestión estratégica. Dos bloques claramente diferenciados: uno que va a presionar y otro que se queda para ese posible golpeo, por ejemplo.

RdlB: Eso obedece a ese tipo de defensa. Yo recuerdo que había revisado con Julio Díaz en su día esos posicionamientos combinados fraccionados en que unos intervienen sobre la pelota y otros sobre adversarios y espacios que están lejos de esos primeros jugadores sobre los cuales yo intervengo directamente. Tiene sentido, defensivamente hablando. Otra cosa es cómo y de qué manera gestionamos esas distancias resultantes entre los que va y los que quedan. ¿Por qué? Porque hay equipos que en ataque se parten, se fraccionan, precisamente para beneficiarse de su capacidad y a través de descensos lograr recepciones a la cara sin estar presionado balón o habiendo movilizado, movido, arrastrado hacia otro tipo de espacios defensivos, en este caso, al rival, por lo tanto, ya se amplían las posibilidades. Por dentro, por fuera y en profundidad. Y un ejemplo claro pueda ser ese Madrid de Mourinho. Donde se vaciaba dentro. O en esa Italia de Conte donde tú te veías obligado a responder. Equipos que se separan de manera voluntaria, el reconocer por qué lo hacen y a partir de ahí cuál es su tendencia y su regularidad es importante. Dicho lo cual, un talento defensivo es, sin ningún tipo de duda, el reconocer dónde reside tu mayor capacidad defensiva. Si en un jugador o en una línea determinada, a una altura determinada o en un momento determinado. Por eso de ahí la necesidad de conocer realmente lo que nosotros somos, para predisponernos en partido a todo este tipo de situaciones.

A.M: Yo siempre y cuando no se olvide el concepto que hemos comentado anteriormente de “somos 11”, lo veo bien. Pero siempre partiendo de la base de identificar y reconocer las capacidades defensivas de nuestros jugadores, de forma individual, y de nuestro equipo, de forma colectiva, lo que anteriormente también hemos comentado, el “dejarlos ser”. A partir de esa identificación, de como ha dicho Rubén, saber y sentir cuál es y dónde reside mi mayor talento defensivo, establecer en este caso las distancias de relación óptimas para el momento de recuperación, y digo óptimas incidiendo que lo son para ese equipo en ese contexto en concreto. En algunos casos esas distancias de relación defensivas óptimas serán más reducidas y en otros casos serán más ampliadas. Me viene a la cabeza algún partido del Manchester City de este año, en el que se puede llegar a percibir esos dos bloques defensivos diferenciados, un bloque defensivo más avanzado y compuesto por pocos elementos y que pretende condicionar el ciclo de juego ofensivo rival en primeras relaciones, y un segundo bloque más retrasado, compuesto por un número de elementos más elevado y que tiene una organización estructural y funcional específica. Lo que está claro es que hay que saber por qué, cuándo y dónde utilizar esa estructura organizativa con distancias de relación defensiva más ampliadas de lo que consideramos normales, en ese caso puedo verlo en contextos en los que nos enfrentemos a equipos que prioricen las relaciones directas desde primera línea y que no tienen en cuenta la relación con los cercanos, de esta manera se intenta condicionar, con pocos elementos, la calidad de esas primeras relaciones con alejados para tener elementos suficientes en la zona de caída.

FdB: Qué importancia le dais al falseo de intenciones tanto defensivamente como ofensivamente.

RdlB: Esto creo que podemos llegar a explicarlo fácil. Es decir, hay que ser muy reconocible y muy predecible para el compañero y tremendamente impredecible para el rival. Y eso pasa por una cuestión fundamental que es el timing. Y dentro de ese timing, si seguimos rascando podemos hablar de falseos sin balón en el momento en que yo dispongo de estabilidad, hacer lo contrario a lo que realmente voy a hacer, ajustándolo en espacio y tiempo con mi compañero poseedor. Por ejemplo: un jugador que la quiere al pie, en el momento en que el compañero la tiene, amenazar espacio cuando no me ve y en el momento en que se establece conexión visual aparecer. Y ya le he ganado un espacio a mi oponente directo. O viceversa. Hacerme visible y acercarme en el que mi compañero la tiene, pero no me ve, y provocar respuesta en el rival. Si viene y en el momento en que me ve es que la quiero profunda, si no me ha seguido, evidentemente la ventaja está por delante. Está a la cara, no está a la espalda, en este caso. Eso en cuanto a futuros receptores.

En cuanto a los poseedores hablamos de mirada, de dónde pongo el foco, fintas de control, fintas de pase, fintas de regate, aglutinar gente en una determinada área para ir explotando otras vías, otros caminos… Y de ahí me voy a otro concepto que es el “paso en dirección contraria a la que miro”. Lo compro, pero en muchas otras ocasiones, hacia donde yo estoy mirando hay ventaja. Por tanto, he de relacionarme con esa ventaja. Y eso se ha puesto de manifiesto por ejemplo en el City de Guardiola del año pasado, en donde, por ejemplo, un central estable con tiempo que progresa pasa sobre el mismo eje. Laporte puede encontrar a Silva. ¿Por qué? Y están los dos en el mismo eje eh. Pues porque la pelota cabe y Silva va a estar en condiciones de prolongar esa ventaja. Si hay coincidencia en mi trayectoria sobre la del segundo atacante y la ventaja está ahí delante, yo se la tengo que presentar. No por ello… “ah, como no se la puedo pasar, no puede haber coincidencia de trayectoria pase y referencia del siguiente receptor he de modificar la trayectoria de mi conducción e ir hacia otro lado”. Muchas veces también consumimos lo que nos venden sin pasar por el filtro de la reflexión y nos perjudicamos de manera significativa.

A.M: Volvemos a resaltar la importancia de la comunicación en nuestro equipo, Rubén habla de que «tenemos que ser tremendamente impredecibles e irreconocibles para los rivales, así como predecibles y reconocibles entre nosotros», y a mi me gustaría añadir una frase de Isaac Guerrero que plasma perfectamente lo que comentamos: “Debemos ser transparentes para nuestros compañeros y opacos para nuestros rivales”. Dicho esto, me gustaría seguir insistiendo en la importancia de la estructura socio-afectiva en “nuestro jugar”, ya que es dentro de ésta donde podemos ubicar el concepto de comunicación. Para poder tener éxito en el proceso comunicativo, como afirma Enric Soriano, debemos entendernos, que serán todas aquellas relaciones socioafectivas que se dan de forma natural, conocernos, que por el contrario, será corroborado por todas aquellas relaciones socioafectivas que facilitemos y/o construyamos durante el proceso, y anticiparnos, que sería todas aquellas relaciones socioafectivas relacionadas con la inteligencia intuitiva que tengan nuestros jugadores. En resumen, el reconocerme y reconocernos en el proceso, en este caso de comunicación. Enric, además, establece una diferenciación que comparto, entre la comunicación establecida con mis propios compañeros y la establecida con los rivales, y que denomina contracomunicación, siendo en ésta, en la que podemos identificar el falseo de intenciones, tanto en el momento con balón como en el momento sin balón, y que nos va a proporcionar esa ventaja espacio temporal, siempre y cuando ejecutemos el mismo con el timing adecuado. Se puede realizar de multitud de formas, pero el concepto clave en ese falseo de intenciones es el timing, como ha resaltado Rubén.

FdB: Un equipo cuando te presiona normalmente te va marcando un poco el camino. Pero ante equipos que no saltan nunca… equipos que son incómodos porque no te van nunca. Pasaba en determinados momentos en el Nápoles-Barça el otro día.

RdlB: O hacen que no van. O te hacen sentir que no van. Te conceden iniciativa pero realmente van a ir cuando ellos quieren ir. Lo que está claro es una realidad. Contextos presionantes los hemos tratado, contextos de espera en este caso tienen que ver con tu capacidad para superar esos primeros problemas que te pone el rival cuando va. Por tanto, ellos determinan bajar la altura defensiva de esos primeros defensores, de esa primera línea o de esas dos primeras líneas, y por ende condicionar o no la altura de la última línea defensiva y de lo que se preocupan es de que ocurra más bien nada entre líneas y por espacios interiores. Eso ¿a qué nos lleva? A valorar otro tipo de posibilidades para construir situaciones de finalización. ¿A través de qué? De espacios que se desocupan. Y esos espacios si no se encuentran entre jugadores o entre líneas defensivas rivales hay que ir provocándolos. Si las cosas no están, las cosas hay que ir provocándolas. Se provocan a través de fundamentos individuales, en este caso de poseedores, de fundamentos grupales entre próximos a poseedor, y evidentemente, eso lo tenemos que relacionar también con los roles funcionales de los que están o se encuentran lejos de balón, que tienen que seguir jugando para facilitar a los próximos o beneficiarse en un momento concreto de la jugada.

Creo que hay una necesidad en el fútbol actual que es precisamente la de dotar de significado al juego directo. Creo que no es lo mismo un juego directo ante un equipo que viene o ante un equipo que espera. Creo que la orientación de ese juego directo persigue lo mismo, pero conlleva otro tipo de medios, otro tipo de intenciones. Y por otro lado la necesidad de ser muy eficaz a la hora de atacar desde fuera. Y creo que un caballo de batalla importante precisamente está en dotarle a nuestros equipos de herramientas y medios para ser igualmente eficaces a la hora de atacar por fuera. Porque en algunos casos se podrá mantener continuidad con pases fuera en donde la prolongación de la ventaja se produzca fuera-fuera, en otros casos iremos fuera para terminar dentro, y en otros haremos dentro-fuera-volveremos dentro-para terminar fuera, pero sobre espacios y compañeros más alejados. Creo que algo que va a ser muy, muy, muy importante, que ya lo es pero lo será todavía más en el futuro, es precisamente explotar situaciones espacio-temporales ventajosas en el momento en el que yo supero adversarios y líneas del rival; y dos, explotar situaciones de continuidad a través de un envío profundo aéreo o no; y tres, establecer continuidades desde fuera. ¿A través de qué? A través de conquistar espacios realmente de valor y también a través de medios simples que a priori guardan poca relación con el sentido de profundidad o concepto de profundidad que nosotros tenemos. No nos tenemos que olvidar que el rival nos está esperando. Guardan estabilidad, hay a priori equilibrio. Cómo generar desequilibrio en el momento en el que poseedor o poseedor y jugadores que están en espacio de ayuda mutua no provocan respuesta en el rival, es decir, no se mueven. Nos defienden de pie, priorizan espacios, ocupar líneas de interceptación, trayectorias defensivas… valorar otra serie de cosas. Creo que ahí el juego directo tiene mucho que decir, y creo que tiene mucho que decir también, o mucho más que decir todavía, las posibilidades que nos vamos a permitir atacando desde fuera. Es decir, a qué altura logro llevar la pelota, con qué jugador y posibilidades futuras de ese jugador. Si buscar profundidad desde ese lugar, si buscar área desde ese lugar, o a través de fundamentos individuales como fintas de pase, fintas de regate, variables de la fijación, ir descubriendo espacios de penetración en lugares que se encuentran alejados a esa situación inicial. Algo que estamos generando en derecha, lejos de portería, puede ser un indicio de ventaja en espalda de su lateral derecho o en la resultante de su lateral y su central, o entre sus centrales. Cuestiones que creo que hay que ir descubriendo e investigando.

En definitiva: Empezar a jugar desde dónde ellos están, ajustar alturas de primera línea ofensiva, saber jugar desde fuera, diferentes manifestaciones de juego directo, construir situaciones óptimas de centro, atracciones y dominio de situaciones de giro, relación sobre desmarques en profundidad, pase para perderla… es decir, algunos aspectos que considero relevantes ante posicionamientos replegados, y como en todo proceso de ataque, no dejar de defender y estar preparado para el momento posterior.

A.M.: Difícil atacar esos equipos, recuerdo muchas horas tratando de establecer comportamientos y medios para atacar de forma eficiente esas defensas flotantes pasivas, y recuerdo la misma pregunta: ¿cómo les atacamos?, y la primera respuesta que salía siempre era: “con mucho cuidado” jajajajajaja, bromas aparte, para atacar este tipo de estructuras, estables, pasivas y simétricas, bajo mi punto de vista hay que ocupar unos espacios que me permitan establecer elementos a diferentes alturas y ejes. Ocupación de espacios como los cuadrados en plataforma (espacios intermedios), los espacios en anchura (periféricos), los espacios en profundidad y los espacios que me permitan jugar por delante de su primera y segunda línea defensiva. A partir de ahí, identificar dónde están los espacios predominantes de progresión y finalización, si ellos nos impiden los espacios interiores e intermedios, debemos preparar a nuestro equipo para que crezca desde esos espacios exteriores o periféricos. ¿Cómo? Quizás provocando lo contrario a lo que la mayoría de la gente puede pensar, que sería, están cerrados los intentamos abrir. En este caso me inclino a si están juntos, juntarlos aún más, para ampliar todavía más los espacios de intervención en carriles exteriores y que las ventajas posicionales y/o espacio temporales sean aún mayores. A partir de aquí, identificar donde están las siguientes acciones para encontrar la continuidad con pases fuera donde le encadenamiento de ventajas se produzca fuera-fuera, otras veces la continuidad la tendremos llegando fuera para terminar de nuevo dentro, y en otros le encontraremos con relaciones dentro-fuera-dentro-para terminar fuera, como bien ha dicho Rubén.

FdB: Puede suceder, contra estos equipos, el provocar más situaciones de pérdidas que hagan que quieran salir, bueno, evidentemente que ante esa pérdida tú puedas recuperar. O incluso envíos en donde no vas a rematar en primera acción, pero ese balón que se escupe, pueda generar un desorden que si eres capaz de ganar la pelota puedes…

Rdlb: Sí.

FdB: Atacar “peor” para invitarlos a salir pero que tú seas capaz de dominar ese balón siguiente.

RdlB: Si tú modificas su intención, no estás atacando peor, creo que estás atacando mejor. Pero creo que un concepto clave ante esas estructuras reactivas, bloques medios, bloques bajos, es precisamente empezar a jugar desde donde ellos están. Si lo relacionamos a la pregunta esta famosa que tenía que ver con las distancias de relación… si yo lejos de ti opto por distancias mayores, las probabilidades de interceptación o de intervención defensiva crecen. El empezar a jugar desde donde tú estás va a facilitar mi ciclo de juego. Va a facilitarme en ataque y me va a permitir una mejor intervención en momentos en donde yo no logre establecer continuidades o finalizar. Me voy a proteger durante ese ataque a través de lo que estoy haciendo y evidentemente relacionándolo hacia una defensa futura de contraataque, es decir, evitar tener que correr hacia atrás muchas veces. Y eso pasa seguramente en este tipo de contextos, equipos que esperan, equipos densos defensivamente, que no provocan recuperaciones desde el acoso y sí desde las líneas de interceptación, desde la flotación, en donde un contexto claro es, seguramente, momentos en los que nos enfrentamos en superioridad numérica a un equipo rival que por una expulsión, por ejemplo, nos fríen a contraataques. Y eso ¿por qué pasa? Pasa por atacar mejor. Y un criterio, creo, ante ese tipo de estructuras y de funcionamiento nos obliga a plantearnos desde donde iniciamos nuestro ataque. Es decir, hacer llegar la pelota hasta el perímetro donde tú como defensor te encuentras, en iniciar el ataque desde ahí, no desde mucho antes.

A.M: Totalmente de acuerdo, creo que para nada atacas peor, más bien todo lo contrario. Debemos ocupar racionalmente los espacios, principalmente, en el caso de estar atacando ya en campo contrario, estableciendo una estructura por detrás de los más adelantados que nos permita atacar mejor, teniendo siempre referencias posicionales situadas por delante de las primeras líneas defensivas rivales, para facilitar los cambios de sentido de circulación de balón, es lo que denominamos estructura compensadora. Esta estructura compensadora, además de permitirnos atacar mejor, nos permite ocupar racionalmente el terreno de juego para poder seguir jugando a través de otras opciones que no sean la primera, así como permitirnos defender mejor ante cualquier pérdida y ser eficientes ante espacios defensivos a espaldas muy ampliados, condicionando siempre el ciclo de juego del rival defendiendo hacia delante y controlando lo que dejamos detrás. Esta estructura compensadora nos facilita en todo momento la adaptabilidad (estructura óptima con equilibrio numérico espacial en todo momento) de nuestra organización estructural y funcional en función del balón, permitiendo la defensa de los jugadores teóricamente descolgados, a mi me gusta más el concepto “superados”, por el camino corto, a aquellos que sean potencialmente primera oleada de contraataque, y a los intermedios, aquellos que son potencialmente receptores y conductores del contraataque y que son los que realmente nos van a hacer correr hacia atrás en el caso que reciban en condiciones para progresar.

 

«puede haber un momento, y de hecho los hay constantemente, que defensivamente tengas jugadores superados en el momento sin balón, esos jugadores deben entender y sentir que siguen jugando, que aunque se vean superados en el momento defensivo, deben reconocer y reconocerse en su nueva funcionalidad, ya sea para seguir defendiendo como superado o para ocupar espacios estratégicos u operacionales para poder dar continuidad en el siguiente momento, en el momento que recuperemos el balón.»

Abel Mourelo

 

FdB: Te lo voy a enlazar ahora con esta situación. Ahora eres el equipo al que el rival aplasta. O que tú decides meterte ahí. ¿Por qué ninguno o prácticamente ninguno, porque me parece raro si sucede, no hay ningún jugador descolgado? Por ejemplo, hay muchas veces que el rival juega con 20 metros sobre el medio del campo. El primer poseedor, porque el equipo está netamente metido en el área. ¿Por qué no se descuelga nunca, aunque evidentemente pierdes un defensor, en momentos puntuales que puedan provocar mayor riesgo en el rival? O que funcione como un avanzado en balonmano. Entiendo que el campo es más grande y puedes eliminarlo más fácilmente porque le puedes meter el pase por detrás. Pero puntualmente descolgar un jugador que pueda meter el miedo en el cuerpo. Incluso a veces cuando el equipo con balón ves que van muy al límite y se encuentran precipitados en determinados momentos. Igual caza algún despeje, o desproporcione las distancias del rival y que no encuentren cómodamente vías para circular y después poder dañarnos… Puntualmente, no sé si puede condicionar al atacante.

A.M: Yo creo que cuentos menos jugadores descolgados tengas con más calidad y claridad vas a atacar después. Yo creo que de esa manera atraes más. un equipo que está aplastado, que no te deja jugar entre líneas, que está con repliegue intensivo… al final, ese equipo que está atacando tiende a montar gente con la última línea y a desproteger, a vaciar mucho la salida, los espacios de los costados y los espacios de la base, a no jugar por delante de tus primeras líneas y pretender superar tu última línea antes que las que están por delante. Yo creo que ahí es donde se producen las mayores probabilidades de realizar de forma eficiente las contras. No hace falta dejar un jugador descolgado que meta miedo, no hace falta dejar uno o dos… sino que tu estructura defensiva, si cuando estás defendiendo bien aplastado, es estable, yo creo que las intencionalidades del rival, lo que puede llegar a provocar es eso, que te vayan montando más gente sobre última línea, con lo cual desprotejan mucho más los espacios alejados. A partir de ahí, con gente desde una estructura estable tienes más posibilidades de correr y ocupar carriles a la hora de contraatacar. Ahora sí, puede haber un momento, y de hecho los hay constantemente, que defensivamente tengas jugadores superados en el momento sin balón, esos jugadores deben entender y sentir que siguen jugando, que aunque se vean superados en el momento defensivo, deben reconocer y reconocerse en su nueva funcionalidad, ya sea para seguir defendiendo como superado o para ocupar espacios estratégicos u operacionales para poder dar continuidad en el siguiente momento, en el momento que recuperemos el balón.

FdB: Y te enlazo, a su vez, con el balón parado. Ahora creo que cada vez hay más equipos que defienden con todos. y después cuando salen hacia delante salen con jugadores que corren de cara y con espacio. Pero normalmente muchos equipos que descuelgan jugadores lo hacen situándolos en el límite del medio del campo. Obedecerá a situaciones estratégicas. Pero hay situaciones en las que, situándolos en una situación intermedia, si el defensor va, tienes metros para correr habilitado…

A.M: En lo que a acciones a balón parado se refiere, la concepción, bajo mi punto de vista es diferente. Dejar uno, dos, tres, va a depender de la intencionalidad que tenga el entrenador. En función de la intencionalidad que tú busques dejando a uno, dos, tres, y dónde los dejas, tienes que tener una intencionalidad. El por qué los dejas, el para qué los dejas, y dónde los dejas. Otro aspecto o variable que debemos tener en cuenta en el caso de las acciones a balón parado es que si dejo uno, dos o tres jugadores descolgados, desde ese preciso momento, en el espacio activo de juego, estoy defendiendo con menos elementos, y además, con espacios de intervención defensiva más ampliados. Yo soy partidario de defender con todos y habilitar después espacios mucho más amplios para poder correr, establecer de forma más clara los pasillos y quienes los ocupan desde nuestra estructura organizativa en este momento del juego, para poder ir ocupando progresivamente dichos carriles, desde 1ª hasta 3ª oleada, por ejemplo.

RdlB: Yo creo que se puede defender con todos partiendo de una estructura de descolgados porque la estructura de descolgados nace, en algún momento de la voluntad del entrenador y desde un rol funcional, que es precisamente, cuando un jugador es eliminado, su rol es el de superado. A partir de ahí tú le otorgas una función al que ha sido superado. Que es el de defender un espacio, defender una trayectoria o el de volver a formar parte del dispositivo defensivo. A ubicarlo de nuevo, reubicarlo entre balón y portería. Tú decides. Tú determinas. Dicho lo cual, si tú el rol que le asignas a un jugador o a un grupo de jugadores determinados, próximos y no próximos a balón, no defienden o no pasan a ser defensores entre balón y portería, sino que defienden desde detrás de balón, normalmente, en equipos poco construidos condicionan, precisamente, sus ataques. ¿Por qué? Porque futbolistas que defienden desde tu espalda, es decir, defender desde la espalda no creo que haya sido objeto de estudio tan profundo como el “tengo que atacar a todos”.

Yo parto de defender con todos, pero en el momento en que tú me superas a nivel estratégico a mí me interesa que un jugador, dos jugadores, tres jugadores, determinados, sigan siendo defensores pero lo sean desde la espalda del jugador o la línea que tiene la pelota y desde ahí otorgarle misión y responsabilidad, y a su vez preparar un futuro contraataque, creo que a ti te va a exigir unas cosas a nivel defensivo, pero a su vez, al rival le estás obligando a que ataque de una manera más “cuidada”. Más reflexiva. Muy probablemente muchos no se vayan a sentir tan seguros. ¿Qué pasa si yo descuelgo a un delantero? Normalmente nada. ¿Qué pasa si yo descuelgo a un delantero y a un mediapunta? Eso ya me implica un ajuste. Cómo me paro yo como equipo que ataca ante esa estructura. ¿Qué pasa si yo descuelgo a un punta y a un extremo de lado contrario de la jugada? ¿Cómo me predispongo yo lejos? ¿Cómo es mi estructura de equilibrio a nivel numérico-espacial? Y cómo me predispongo si el rival me defiende con una estructura de tres jugadores como puedan ser Firmino, Salah y Mané, que siguen siendo defensores, que nosotros nos creemos que disponen de rol de superados y efectivamente han sido superados por el balón, pero no por ello están dejando de ser defensores, cuidado. Y creo que esa es un arma que permite.

Exige, defensivamente hablando, otro tipo de comportamientos, porque en función del número de descolgados o del número de jugadores que no están defendiendo de cara a la pelota, otros van a tener que incidir sobre más jugadores y más espacio. Pero creo que ese aspecto va a condicionar muy mucho al equipo que te está atacando. Porque de entrada tú estás aumentando el número de referencias en profundidad y, sobre todo, la posibilidad de construir contraataques desde espacios intermedios. Y los equipos normalmente no están preparados para reconocer que los mejores contraataques, precisamente, nacen desde jugadores o espacios intermedios. Hablamos desde espacios medios o segundas líneas. Segundas oleadas, que son los que protagonizan el contraataque porque son los que dan el primer pase o a través de una primera conducción permiten activar a la primera oleada en caso de que esa primera oleada no pueda explotar un espacio que, en este caso, seguro, está vinculado o relacionado a la espalda de la línea defensiva, otorga tiempo a los que llegan, que son la segunda oleada y a los que puedan llegar, por orden de aparición, en un tercer momento. Y en caso de poder finalizar hablaríamos de un contraataque o ataque rápido, en función del grado de equilibrio o desequilibrio del rival, o me permitiría ya seguir jugando en campo contrario sin condicionar mi forma de ataque.

 

«creo que una manera de condicionar el ataque del rival es manejando muy mucho y muy bien el número de jugadores que van a defender, no de cara a balón, sino desde la espalda del que la tiene o línea que la tiene, y otorgarle rol.»

Rubén de la Barrera

 

Es decir, que creo que una manera de condicionar el ataque del rival es manejando muy mucho y muy bien el número de jugadores que van a defender, no de cara a balón, sino desde la espalda del que la tiene o línea que la tiene, y otorgarle rol. Y ahí, en muchas ocasiones se generan contextos corridos. Pero los contextos corridos van a determinar también, o van a ser de una manera o de otra desde el momento en que yo recupero sin esos 2-3 jugadores “descolgados”, cómo van a poder intervenir en ese primer momento de contraataque. Si van a poder ser receptores o si la recuperación es directa y no van a ser los beneficiarios de ese primer pase, van a poder estirar para ampliar espacios intermedios, ampliando esos espacios intermedios uno va a poder ganarle mucha altura al campo, seguramente ese ataque en igualdad o inferioridad numérica pero muy probablemente en superioridad espacio-temporal, se activan y se permiten más calles porque las respuesta defensiva sea la de estrechar y si estrechan va a haber un tercer espacio muy susceptible de ganarlo, que es el de fuera y en progresión en carrera.

Por tanto, no me parece ninguna tontería. Y creo que el funcionamiento defensivo de muchos equipos va a ir por ahí, están yendo en algunos casos, pero cada vez nos vamos a ir encontrando esto. ¿Para qué? Para vernos en la necesidad de mientras vamos atacando, cómo gestionamos esos espacios y esos jugadores que se van ubicando en espacios intermedios en muchos lugares tanto indetectables y tan incómodos. Referencias tan incómodas de fijar mientras yo ataco.

FdB2: Podríamos añadir el tema de que el equipo que saca el balón parado o lo que sea, deje jugadores también atrás. También es un condicionante numérico. Si dejas tres jugadores arriba, obviamente te van a dejar mínimo tres. No te van a dejar menos. Son tres jugadores menos que atacan. Y el tema mental. De sentir el peligro, esa tensión, ese estrés de… “ostra, tres jugadores descolgados arriba, seguramente vayan a buscar algo, hay algo preparado…”.

RdlB: Y yo te lo puedo extrapolar a lo contrario en esta situación concreta. Es decir: “uy, estoy defendiendo con tres jugadores menos”. Bajo mi punto de vista teniendo una visión mucho más general y atendiendo a todo el ciclo de juego, me parece muy bien pero para mí, particularmente, cuando yo defiendo un balón parado la prioridad es defender ese primer balón. Y después va a ser defender ese segundo balón o ese tercer balón que se genere. Dicho lo cual, si tú quieres condicionar ese momento en concreto, en este caso optando por una estructura también de descolgados que condicione el momento ofensivo del rival, normalmente a quien estás condicionando, o no lo estas condicionando desde el momento en que sus jugadores importantes no son los que se van a ver condicionados, porque van a ir al área. Entonces, tú tienes que valorar, seguir valorando, esa relación beneficio-riesgo. Yo sé que si yo no dispongo de un jugador, dos jugadores, tres jugadores, que me puedan permitir despliegue en contraataque o que me pueda condicionar la acción parada en este caso, la acción a balón parado del equipo rival, yo puedo sentirme emocionalmente más vulnerable, más inestable, independientemente de que esos jugadores descolgados si yo los llevo a defender un rival, un espacio concreto más próximo a mi propia portería, puedo llegar a aumentar esa sensación de vulnerabilidad. Y si atendemos a un futuro, probablemente el que no dispongan tampoco de referencias y se generen contextos de llegada, de jugar, de atacar a llegar, puede ser beneficioso también para nosotros. Es decir, que hay muchas cosas. A mí me tiras a tres arriba y no me vas a acojonar si yo en área rival, en ese momento, tengo poderío. Valorando también, repito, qué capacidad defensiva tengo yo y quiénes son los jugadores que asumen o fijan, por ejemplo, a esa estructura de descolgados que tú dejas. Porque normalmente los dejarías son los que vas a meter en área, porque son los que van a rematar.

FdB2: Habría que ir a los nombres también.

RdlB: Habría que ir a los nombres.

FdB2: Te dejan arriba a Messi, a Ansu Fati por velocidad y a Luis Suárez u otro rápido…

RdlB: Tú tienes tres centrales que tienen un poderío impresionante a balón parado. ¿Qué haces?

A.M: Y a un ejecutor de la ostia.

RdlB: ¿Te vas al área a rematar o los dejar defendiendo a Messi, Suárez y Neymar?

FdB2: No sé. Tengo que valorar mil cosas.

A.M: Es lo que comentábamos antes, si dejo jugadores descolgados para condicionar la ejecución de ese balón parado, debo tener en cuenta que la densidad defensiva también la estoy condicionando, ampliando los espacios de intervención defensiva a mis jugadores y por otro lado, ampliando igualmente los espacios de intervención ofensiva a esos jugadores que hablábamos que eran “aviones”.

FdB2: Pero el Barça también deja sus mejores jugadores a nivel ofensivo atrás. No utiliza a Messi o Ansu Fati que son los menos fuertes en ese aspecto.

RdlB: Y hay otro recurso que es no ir al área en ese primer pase. Es decir, hacer una primera corta para ver qué pasa.

FdB2: También. Pero el jugador, en el campo mirando para atrás como diciendo: “como me pillen…”. Y el entrenador está mirando para el balón pero mirando para allí también. Me refiero, hay que mirar también el contexto, el momento, los jugadores…

A.M: A tener en cuenta que el balón está en mi poder y que lo tengo yo, aunque en este caso también es determinante el aspecto mental que comentabais antes.

RdlB: En una estructura de descolgados me parece importantísimo no pretender un ciclo de pase-envío/centro-remate. Sino pretender finalizar, pero en el momento que toca. Sintiendo que hay una amenazada, pero a su vez, atendiendo a que yo en el área voy a disponer de ventaja.

A.M: Exactamente, tener presente que el que tiene el balón soy yo y que por ende, debo intentar ser yo el que condicione y modifique las intencionalidades defensivas del rival.

RdlB: La ventaja puede estar en el emparejamiento o puede estar construida por cómo voy a proceder yo en ese saque de esquina, por ejemplo. Si a través de un primer pase corto, si a través de una pausa, si a través de unos movimientos previos, si a través de unas compensaciones lejos… porque puedo tener gente lejos que, en el momento en que yo opto por hacerlo corto, tengan responsabilidad en defensa de futuro contraataque. Esta es una cuestión de una guerra, más allá de operativa, emocional. A ver quién condiciona más a quién. Es bonita, es bonita.

FdB2: Quién lleva el mando en ese momento defensivo o a nivel ofensivo. Incluso entiendo que te refieres a eso. Quién acaba imponiéndose a nivel mental. ¿A qué voy? Hay equipos que, a veces, sin balón, controlan. Puede darse. Un equipo puede ser muy bueno a nivel defensivo a balón parado y ser el dominador de la acción defensiva de balón parado, o sentirse dominador.

RdlB: Sí.

FdB2: El Atlético de Madrid, por ejemplo. Yo creo que ese rol incluso puede ser beneficioso para ellos, en un balón parado defensivo. A nivel emocional y a nivel de lo que puede pasar después.

RdlB: Conocerte. Capacidad, en este caso, defensiva que tú tengas en área en una falta lateral, en una falta fronto-lateral, en un córner, en una indirecta, en una directa… ahí conocernos también es importante. y a partir de ahí valorar beneficio-riesgo. Riesgo-beneficio.

A.M: Insisto en la variable de que el balón lo tienes tú, y además está parado.

FdB2: Pero cuando el balón va allí a lo mejor…

A.M: Pero a lo mejor no hay que ir ahí.

FdB2: Correcto.

A.M: A lo mejor no hay que ir allí.

FdB2: Allí ya no lo tienes.

A.M: Exacto. En el momento en que tú lo mandas allí ya no es de nadie.

FdB2: Correcto.

A.M: A lo mejor teniendo en cuenta todo este contexto lo que debes entender es que no hay que ir allí de forma directa, pero el balón lo tienes tú, sabiendo que en esos espacios de allí tú eres bueno y que están ampliados, pero de dónde parte el balón, en esos espacios, juntando a unos determinados jugadores, también eres bueno, igual debes construir y/o generar algo aquí para que cuando vayas allí los espacios de intervención de los atacantes y sus probabilidades de remate se hayan visto considerablemente ampliados. Pero sobre todo eso, valorar riesgo-beneficio conociéndonos, hablándonos de nuestros jugadores, y un aspecto que no he dicho hasta ahora, escuchándolos y sintiéndolos a ellos.

 

«no son las estructuras las que se deben adaptar a los jugadores, son en este caso nuestras capacidades observacionales para ubicar al jugador, en función de sus capacidades, los que debemos ubicar a ese jugador en el juego, y más concretamente en el espacio en el que ese jugador sea y se sienta mucho más determinante, donde sea él. Para reconocer y reconocerse en un espacio determinado en concreto, y en el juego en general.»

Abel Mourelo

 

FdB: Voy a incluir en la misma 2-3 que van en relación. ¿Qué importancia dais a las estructuras? Dentro de ellas, ¿Creéis que hay estructuras más adaptables para los jugadores que otras? Me refiero: los tres centrales que están ahora más en auge que en otros tiempos. Hay jugadores que tú a lo mejor como dos centrales no los ves nunca pero de tres centrales sí. O un carrilero, que muchos extremos pasan a jugar de carrileros, pero de lateral no lo ves. Y la última, si creéis que va a haber equipos que metan asimetrías claras a nivel estructural. No de perfil o tipología de jugador la asimetría.

A.M: Las estructuras sí que son importantes teniendo en cuenta que esto es un juego dinámico y en el momento en que se pone en juego todo varía. Perfecto. Pero ya de inicio, las estructuras superpuestas generan espacios, en los que a priori ya se observan o se intuyen ventajas. A partir de ahí, evidentemente son importantes. Las transformaciones de esas estructuras a diferentes alturas de ataque también son importantes porque te van a ir generando o te van a ir vinculando o enlazando una primera ventaja con las siguientes. A partir de unos espacios que se van a dar a partir de tu transformación de esa estructura en ataque y de las adaptabilidades que tú consigas desde el punto de vista estructural y sobre todo funcional, debemos conseguir condicionar y descompensar claramente las distancias de relación en la organización estructural del rival, así como sus intencionalidades, en definitiva, condicionar el ciclo de juego del rival. Con lo cual, bajo mi punto de vista, las estructuras son importantes.

En cuanto a la adaptabilidad, yo pienso, volviendo un poquito a lo que hemos hablado antes, que no son las estructuras las que se deben adaptar a los jugadores, son en este caso nuestras capacidades observacionales para ubicar al jugador, en función de sus capacidades, los que debemos ubicar a ese jugador en el juego, y más concretamente en el espacio en el que ese jugador sea y se sienta mucho más determinante, donde sea él. Para reconocer y reconocerse en un espacio determinado en concreto, y en el juego en general. Debemos identificar y facilitar la potenciación de las capacidades de cada uno de nuestros jugadores, en el espacio y en el juego.

Y sobre las asimetrías… nosotros hemos utilizado asimetrías. Clarísimamente. Nosotros hemos utilizado a la hora de atacar y a la hora de defender estructuras asimétricas, pero vuelvo a las preguntas que debemos hacernos, ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Con quién?, si tenemos respuesta clara a estas preguntas, y así lo sentimos, clarísimamente sí.

RdlB: Importancia, para mí, toda. Porque bajo mi punto de vista el juego es una confrontación permanente a nivel estructural y de forma dinámica. Evidentemente si la virtud o la capacidad que se debe atribuir a todo entrenador es la de ubicar al jugador en el juego partiendo de ese conocimiento del juego y del jugador, tendremos que sentir en qué momentos, desde qué lugares ese jugador puede ser más eficaz. Por tanto, el ubicarlo en un pasillo o en otro, a una altura o en otra, va a tener que ver. Y creo que esas asimetrías que se van estableciendo fruto de la necesidad de la adaptación y de la variabilidad están presentes. Llevan estando presentes durante mucho tiempo y lo seguirán estando.

 

«yo no reviso algo más o menos en base a si hago gol o si lo recibo. Yo he de analizar el por qué algo que me beneficia se está produciendo con mucha frecuencia y por qué algo que queremos que suceda no está sucediendo. Y viceversa.»

Rubén de la Barrera

 

FdB: Siempre que un equipo que encaja mucho, normalmente nos vamos a trabajar situaciones defensivas. Y menos veces nos enfocamos en atacar mejor. A veces creo que los goles vienen por atacar peor. Y lo enlazo con: muchas veces preparamos las situaciones de entrenamiento en condiciones ideales. En el mejor escenario. En lugar de con todas las posibilidades que puede haber. ¿Creéis que debemos mirar más al ataque cuando tenemos problemas defensivos? ¿Debemos de entrenar este tipo de situaciones no en las condiciones ideales sino en la variabilidad que se puede dar?

RdlB: Creo que lo que debemos es analizar cómo llegan o se están produciendo cosas que no queremos que se produzcan. Es decir, yo no reviso algo más o menos en base a si hago gol o si lo recibo. Yo he de analizar el por qué algo que me beneficia se está produciendo con mucha frecuencia y por qué algo que queremos que suceda no está sucediendo. Y viceversa. Por qué el rival está llegando a conquistar muchas veces una determinada ventaja o por qué el rival está logrando situaciones de finalización de manera frecuente. O por qué el rival nos está haciendo goles. Y fruto de ese análisis podemos llegar a conclusiones del tipo de: estamos encajando o sufriendo muchas ocasiones fruto de que estamos atacando mal o fruto de que estamos defendiendo mal. Y viceversa. Momentos vinculados al ataque, cómo y de qué manera nos estamos organizando para darle mayor estabilidad. Hay cosas que ocurren en nuestra contra fruto de que se está atacando mal, y en otros momentos fruto de que se está defendiendo mal por ende es cuestión vital el analizar el por qué están ocurriendo las cosas que nos gustan que ocurran y que no nos gustan que ocurran. Que no depende del criterio de éxito que se llama gol. Es decir, el gol a favor y todo lo que le precede ha de revisarse y ha de ajustarse porque siempre habrá algo que haya que optimizar y mejorar, y exactamente igual si lo atendemos desde una perspectiva defensiva. Pero normalmente hablamos de eso. de que en ataque los protagonistas llevan el 9, el 10, el 11 y el 7. Y en defensa los protagonistas son el 1, el 2, el 3, el 4 y el 5. No va de eso. Y como está vinculado todo momento, guarda interrelación todo momento, pues muchas cosas que ocurren en nuestra contra se originan en el momento anterior y en alguna ocasión, en ese mismo momento. Por tanto, es cuestión de analizar el porqué de las cosas.

A.M: Es cuestión de saber el porqué y de dónde procede lo que está pasando. Tú en el momento en que no tienes el balón, a lo mejor no te hacen gol pero te hacen muchas ocasiones. Como no te hacen goles ya no te paras a pensar que está sucediendo eso que no quieres que suceda, o al revés, resulta que con muy pocas ocasiones y generalmente con estructuras a priori estables y con relaciones numéricas favorables en espacios de finalización (igualdad pero sobre todo superioridad), el rival te hace goles con mucha facilidad. Generalmente en estos casos tendemos a focalizar en la línea defensiva en el caso de estar recibiendo goles y en los delanteros en el caso de no estar haciendo goles, y lo que debemos es analizar todo lo que precede a esa acción en concreto sin focalizar en uno o varios jugadores, aquí también debemos sentir que “somos 11”, que el que no pase muchas veces aquello que queremos que pase, y que pase muchas veces aquello que no queremos que pase, es consecuencia de algo que hacemos o no hacemos todos. Con lo cual es saber el qué está pasando y el porqué. Y a partir de identificarlo, poder ponerle solución.

 

«el que no pase muchas veces aquello que queremos que pase, y que pase muchas veces aquello que no queremos que pase, es consecuencia de algo que hacemos o no hacemos todos.»

Abel Mourelo

 

FdB: ¿En qué creéis que tenéis mayor incidencia durante el partido? En el descanso, por ejemplo, en ese momento que tenéis para poder hablar con el equipo. Tiempo que tenéis al equipo con vosotros para hacer esas modificaciones.

RdlB: Bueno, fruto de la observación de lo que está ocurriendo, intentar apoyarte en datos los más objetivos posibles. En algunos otros casos, puede surgir desde la intuición que tú tengas. Alterando o modificando estructura, función en determinados jugadores, cambios de determinados jugadores… pero eso obedece al instante. El instante es lo que marca. No hay una norma. Lo que hago en el descanso de un partido que nos ha permitido, no supone que si repito lo mismo al siguiente vaya a lograr el mismo impacto. Cada descanso permitirá ajustar en base a lo que está ocurriendo o ha ocurrido en el primer tiempo pero no por intervenir en descanso, eso me eximirá de seguir moviendo y proponiendo en segunda parte porque, evidentemente, el rival ahí está.

A.M: La incidencia más significativa, bajo mi punto de vista, la tenemos durante la semana, en la capacidad de facilitarle al jugador contextos, en el proceso de entrenamiento, que le hagan sentir que está jugando, que le hagan sentir, en cada tarea de la sesión, que está jugando el partido, que está entrenando a jugar y no entrenando a entrenar. Esto me recuerda una frase de Mombaerts que deja muy clara la importancia del juego y del proceso de entrenamiento “el entrenamiento surge del juego, para regresar al juego”, y que a mi me gustaría ampliar todavía más “el entrenamiento surge del juego y del jugador, para regresar al juego y al jugador”. Partiendo de esta base, durante el partido, como dice Rubén, es un continuum, es el instante, y con mucha probabilidad en el partido no esté sucediendo lo que nosotros queremos o pensábamos que podía pasar, por eso debemos intentar ayudar al jugador en cada instante.

 

«intentamos en este caso, como entrenadores, construir la mayor seguridad posible en el equipo y en el jugador, dotarlo de las herramientas que le permitan ir resolviendo en base a lo que está ocurriendo, atendiendo a la gestión emocional del momento presente.»

Rubén de la Barrera

 

FdB: ¿Qué creéis que aportáis más al jugador? Digo entrenando, durante la temporada. A través de la información que le dais como jugador, a nivel individual, ayudarle a entender mejor el juego… vuestro punto fuerte para aportar al jugador.

RdlB: Yo creo que esa pregunta, hablo por mí, para mí no es. Debería ser para el futbolista.

A.M: Esa pregunta siempre para el futbolista.

RdlB: Lo que intentamos en este caso, como entrenadores, es construir la mayor seguridad posible en el equipo y en el jugador, dotarlo de las herramientas que le permitan ir resolviendo en base a lo que está ocurriendo, atendiendo a la gestión emocional del momento presente. A partir de ahí, para completar la respuesta, creo que es necesaria la entrevista a un jugador.

A.M: Nosotros, como entrenadores, tenemos unos objetivos, que a mi personalmente, me gusta llamarlos objetivos metodológicos, y que debemos conseguir a través de nuestro proceso de entrenamiento, éstos no son otros que: Facilitar sinergias, y a partir de las generadas, provocar que surgan nuevas; Facilitar la expresión y potenciación de las capacidades de nuestros jugadores en el juego, volvemos al “dejarlos ser”; Facilitar que el jugador exprese aquellas potencialidades que nosotros le observamos y que el jugador no expresa, o bien porque no sabe que las tiene, o bien no se cree capaz de expresarlas, creencias limitantes; Facilitar en todo momento la expresión de la creatividad de cada uno de nuestros jugadores, nuestro proceso no puede ni debe coartar la creatividad individual y colectiva. A partir de este contexto, de nuestro proceso de entrenamiento, y de la propia competición, intentar, desde la individualización y desde el colectivo, ayudarles a ser mejores. En nuestras manos está el facilitar esos contextos de aprendizaje y mejora constante, pero, en qué somos buenos, o en qué aspecto o variable les hemos aportado más, deberían ser los propios jugadores que han pasado por nuestras manos, por decirlo de alguna manera, los que te dieran respuesta.

FdB: ¿Qué valoráis de un entrenador?

RdlB: ¡Buff! Ser entrenador abarca tantas cosas que me cuesta muchísimo decirte una en concreto.

 

«son básicas esas tres patas: conocer el juego, conocer a la persona y conocerse (autoconocimiento y autogestión) y luego saber controlar, gestionar y conocer el contexto en que te mueves. Contexto aplicado a club, directiva, entorno social, afición, prensa…»

Abel Mourelo

 

FdB: No tiene que ser una cosa sola, pueden ser varias. Incluso hay algunas como la pasión que engloban muchas otras. Ser entrenador son muchas cosas.

A.M: Yo te voy a decir así, rápidamente, valoro conocimiento del juego, conocimiento de los jugadores, o mejor dicho, de las personas, de las relaciones, conocimiento del entorno, y luego a partir de ahí podemos hablar de características: honestidad, entusiasmo, pasión, liderazgo, buena persona… pero creo que son básicas esas tres patas: conocer el juego, conocer a la persona y conocerse (autoconocimiento y autogestión) y luego saber controlar, gestionar y conocer el contexto en que te mueves. Contexto aplicado a club, directiva, entorno social, afición, prensa…

RdlB: Completando un poco lo que ha dicho Abel… te diría: liderazgo, entendido desde la influencia e incidencia positiva para que todo el mundo muera por ti.

A.M: Es importante que el jugador muera por ti. Me parece brutal. Y que él sienta que tú mueres por él, ¿no? Esa dualidad.

RdlB: Total.

FdB: ¿Y de un jugador?

RdlB: Valoro que sea un paisano, que sea íntegro, que esté apasionado, pero todo ello va a depender, y más en este momento y en esta sociedad, de uno, del entrenador. De lograr conectarlo con el reto, con la exigencia. Partiendo de la base que en algunos contextos la motivación lamentablemente va a depender de si eres capaz de arrancarle, de sacarle chispa o no. No debería ser así pero… es así. Por tanto, esa capacidad ha de estar, y es dependiente de la intervención del entrenador. Creo que todo lo que se transfiera ha de estar envuelta de emoción. Y como no haya emoción en lo que dices, en lo que haces, no sientan pasión… estás muerto. Puedo saber la ostia pero como no vaya envuelto, impregnado de emoción positiva, de pasión, que no te encienda… a ellos no los vas a encender. Y si no los enciendes en 3, 2, 1, estás fuera.

A.M: Totalmente de acuerdo, como dice Xesco Espar “el entusiasmo se contagia, y la falta del mismo, todavía más”. Del jugador añadiría que sea buena persona, y que tenga muchas ganas de aprender y de mejorar, porque el querer aprender, el querer seguir mejorando también es un talento, esto último debemos provocarlo y facilitarlo a través de nuestro proceso de entrenamiento, para mi, una de las variables más importantes que tenemos para seducirlos, convencerlos y que mueran por nosotros como hemos comentado anteriormente.

 

«una de las características que te he dicho que más valoro de un jugador es la capacidad y voluntad de querer ser mejor, ¿Cómo no nos lo vamos a aplicar? Si no tuviéramos nosotros esa voluntad de ser cada día mejores, de seguir formándonos día a día, estaríamos muertos.»

Abel Mourelo

 

FdB: ¿Cómo de importante consideráis la formación permanente y de qué manera lo hacéis en estos tramos en los que no estáis con un equipo?

RdlB: Todo lo que no evoluciona, involuciona. ¿A través de qué? De todo tipo de información. ¿Y a dónde acude uno a informarse? Viendo muchos partidos de muchas ligas y contextos totalmente diferentes, internet, libros y preferentemente, personas.

A.M: Fíjate que una de las características que te he dicho que más valoro de un jugador es la capacidad y voluntad de querer ser mejor, ¿Cómo no nos lo vamos a aplicar? Si no tuviéramos nosotros esa voluntad de ser cada día mejores, de seguir formándonos día a día, estaríamos muertos. Al principio de la entrevista os comenté los tres pilares básicos para nuestra formación continua, que son la lectura, estar al día de la información que se publica, ver mucho fútbol y la interacción con otros entrenadores, de cualquier nivel, la interacción con personas.

FdB: En estos tramos, por ejemplo, ¿os hacéis rutinas de trabajo?

RdlB: Bueno, yo he estado por Cataluña, País Vasco, Francia, Madrid… y ahora tengo tres destinos: Inglaterra, Italia y Sudamérica. Reino Unido creo que no va a poder ser, Italia seguro que no y Sudamérica me parece que no porque hay que guardar cuarentena según llegas allí durante 14 días. Pero con lo que parece que va a pasar con el Coronavirus [la entrevista es anterior al estado de alarma decretado en España] me tendré que replantear y reajustar en base a lo que estaba hecho y voy a poder o no hacer.

A.M: Sí que te planteas rutinas. Ya sea viajando, leyendo, viendo muchos partidos, pero sobretodo, interactuando con personas… Además, en este periodo de tiempo, que tienes tiempo, valga la redundancia, puedes pararte a revisar muchas cosas desde el punto de vista de comportamientos, intenciones colectivas generadas en los equipos que hemos trabajado, ¿cómo? Identificándolas y relacionándolas con los contextos en los que ocurren, asociándolas a comportamientos similares observados en otros equipos, viendo mucho fútbol de diferentes ligas y diferentes países, ya sea en el momento de recuperación, o en el de disposición, o revisar nuestros procesos de entrenamiento, de cómo llegarle mejor al jugador… En resumen, estos momentos son los adecuados para desaprender, si si, así es… momento idóneo para establecer espacios de reflexión y discusión, espacios en los que pones encima de la mesa absolutamente todo para poder generar nuevas oportunidades, y así poder reaprender. ¿Cúal es la principal vía para conseguir estos espacios de desaprendizaje y nuevas oportunidades? Yo lo tengo clarísimo, y la mejor forma de llevarlo a cabo es a través de la interacción e interrelación constante con compañeros de la más amplia variabilidad, al final vamos a lo de siempre, a las personas.

FdB2: ¿Persona que recomendéis? No tiene que ser de fútbol. Si es entrenador, mejor.

RdlB: Pep Guardiola, Jürgen Klopp y Antonio Conte. El motivo es la emoción producida cuando veo jugar a sus equipos.

A.M: Mikel Arteta, Xabi Alonso y Julian Nagelsmann, porque considero que son de los próximos entrenadores que nos van a enseñar que en este deporte no está todo inventado. Dicho esto, me gustaría romper una lanza en favor de muchísimos compañeros, que no tienen la visibilidad o notoriedad mediática de otros entrenadores que se encuentran en el fútbol profesional, y que por conocimiento y entendimiento de la lógica interna de nuestro juego, han contribuido, en mi caso, a hacerme mejor gracias a los procesos de interacción facilitados. A todos ellos, muchas gracias.

FdB2: ¿Libro que recomendéis?

RdlB: Jugar con el corazón de Xesco Espar, Liderazgo de Alex Ferguson y Liderazgo tranquilo de Carlo Ancelotti. Son tres libros que han tenido impacto diferente, pero al fin y al cabo impacto en mí de cara a optimizar mi intervención como entrenador.

A.M: Saber perder de David Trueba, La pirámide invertida de Jonathan Wilson y Libro del desasosiego de Fernando Pessoa. En todas y cada una de las lecturas que hagamos y del ámbito que queramos (novela, poesía, filosofía, psicología, pedagogía, psicopedagogía, etc… cualquier género que nos hable de personas), si las abordamos con la mente abierta, seguro que encontramos puntos de conexión con nuestro día a día como entrenadores.

FdB: ¿Cómo afecta vuestra vida profesional a la vida personal? En cuanto a estar unos meses en un sitio, luego cuando estoy asentado en un sitio tengo que mudarme o bien por una oferta mejor o porque ya no continúo en el club… moverme de residencia, posibles impagos… La gente muchas veces quiere estar en ese puesto o situación, pero no ve determinados aspectos que suceden al profesional del fútbol.

A.M: Yo, en el rol que me corresponde en los últimos años, como segundo… aunque no me gusta ponerle un nombre de segundo, tercero. Al final, hay una persona responsable del staff y el resto en un rol o en otro, en una parcela o en otra, en un aspecto o en otro, somos asistentes. Él es entrenador y cumplimos con unos objetivos que nos marca el entrenador. Cuando se conforma un staff, y digo conforma porque considero que es un proceso que es constante, que no tiene fin, empezamos siendo un equipo multidisciplinar, heterogéneo, para conseguir crear una homogeneidad, un equipo interdisciplinar que trabaje con el mismo objetivo en el horizonte. Todo lo que sean críticas, repercusión mediática, al estar en un segundo plano, no tiene una incidencia tan clara como puede tenerla en esa cabeza visible que es el que toma las decisiones y es el responsable de todo el staff y del equipo, aunque evidentemente, lo sufres por esa persona que está al frente.

En todo lo demás, a nivel familiar influye, claro que influye. Yo no soy ningún ejemplo. Creo que tienes que tener una persona al lado que te coja de la mano y te diga: vamos. Si la tienes, es maravilloso, y no la sueltes!!!! Si no la tienes, debes aprender a vivir sin esa persona. Tus compañeros se convierten en esa persona, en esa familia. Por eso es muy importante algo que le escuché a Rubén hace muchos años: que con la gente con la que vas, la gente con la que trabajas, tú te tienes que levantar y te tiene que apetecer un huevo verles la cara. Si te levantas y te apetece verles la cara… es que son tu familia. Al final pasas 16-18 y en nuestro caso incluso 24 horas juntos, viviendo juntos. Claro que influye. El día que te levantes y no tenga ganas de verlos, debes replantearte tu situación. Resumiendo, sabiendo lo difícil que es la conciliación familiar en nuestra profesión, por lo nómada de la misma, por las épocas de trabajo, fines de semana, horas de dedicación, etc… debes encontrar esa estabilidad personal, cada uno dentro de su casuística individual, que te permita rendir en el ámbito profesional al 200%.

RdlB: Yo te diría que cuanto mayor sea la estabilidad personal, mejor será la disponibilidad profesional. Y eso en algunos casos tiene que ver con mujer o con una persona y en otros casos, no. Eso no implica que si uno está casado o ennoviado vaya a ser más estable que uno que no lo está. Yo ampliaría lo que dijo Abel. Yo puedo ser muy estable con pareja y muy inestable sin pareja. Muy estable sin pareja y muy inestable con pareja. Eso obedece a una cuestión de índole personal, de cada uno.

A.M: De casuística individual, lo suscribo totalmente.

RdlB: Ahora bien, cuanta mayor estabilidad personal, mayor predisposición y disponibilidad profesional, a mí el tiempo me ha dicho que efectivamente eso es así. A mí. Yo estoy hablando por mí. No hablo por nadie más.

A.M: Eso es así, completamente. Yo lo he ligado más a gente próxima y en este caso a mi experiencia personal.

FdB: No, lo decimos porque el fin de semana que es el tiempo de ocio de la gente tú estás capado porque es el día más importante.

RdlB: Sí.

A.M: Relacionándolo con lo que tú decías antes de que la gente quiere ese puesto. No sé lo que ve la gente. No sé si es por la repercusión social, porque puedes salir en la prensa, que te conozca la gente, o porque se piense que ganas una pasta ingente, no lo sé. Yo sé por qué quiero trabajar en esto y te lo he dicho en la primera respuesta, he encontrado lo que amo y voy a dejar que me mate, con las botas puestas y en un campo verde a ser posible, simplemente porque es mi pasión, porque soy feliz haciendo lo que hago, sin esperar nada a cambio, disfrutando en cada momento de lo que hago. Y no lo digo yo, lo dijo Charles Bukowski.

 

Muchas gracias Abel y Rubén, Rubén y Abel!!!

@rubibarrerafdz

@abelmourelo

#caféycharlaFdB

 

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