Café y charla con Borja Facal

Llegamos a Carballo y Borja ya nos está esperando café en mano en una agradable terraza del centro del pueblo. Carballo es el pueblo donde trabaja pero a sus 33 años, el de Laxe, lleva ya muchos kilómetros acumulados tanto dentro como fuera del campo para poder dedicarse a lo que más le gusta, el mundo del fútbol.

Como jugador comenzó jugando en las categorías inferiores del CD Baio, hasta que siendo cadete decidió unirse a las filas del Bergantiños CF, club desde el que llegó a la 3ª División; de ahí al RC Deportivo Fabril en el que con 20 años disfrutó de 3 años de carrera entre 3ª y 2ªB; posteriormente Murcia Imperial en 2ªB, Murcia en 2ª, Racing de Ferrol en 3ª y SD Compostela en 3ª y 2ªB lo devolvieron a la que fue y actualmente sigue siendo su casa futbolística, Bergantiños CF, sumando en su última etapa 5 temporadas consecutivas en lo alto de la 3ª División, con alguna fase de ascenso jugada entre medias. Su vuelta a casa le abre la oportunidad de entrenar: Infantil B, Infantil A, Cadete B… y con esta suma ya su segunda temporada de coordinador deportivo en la sección de fútbol base del club carballés.

Actualmente su día a día pasa por As Eiroas. Con el título de entrenador UEFA PRO en sus manos y la Licenciatura en Ciencias del Deporte, asume la coordinación de la sección de fútbol base, dirige el área de Tecnificación del club y sigue portando el brazalete del primer equipo de la entidad en la 3ª División.

 

FdB: ¿Por qué coordinador y entrenador?

B.F: Entrenador, por vocación. Porque ya desde pequeño me gustaba mucho la labor de dirigir, mi pasión ha sido siempre el fútbol. Yo recuerdo incluso de pequeño, anécdotas, por ejemplo, si había torneo de fútbol playa, y éramos alevines, yo ya organizaba equipos para poder dirigirlos y quizás, sin tener unas competencias técnicas y un conocimiento del juego sí que me gustaba ya liderar grupos. Eso es algo que me gusta y que me apasiona. Es un poco la inquietud de querer formarte en esto y dirigir ya tu pensamiento a estudiar la licenciatura en ciencias del deporte y poder tener oportunidad de tener contacto con chicos y estar en su formación. Y luego la labor de coordinador viene un poco porque el club necesita una estructuración y consideran que ven en mí una persona capacitada o con ciertas competencias. Al mismo tiempo me ayuda a crecer profesionalmente porque bueno, uno llega al cargo y sabe que hay cosas que tiene que ir aprendiendo, en funciones que no domina o que tiene que perfeccionar. Viene por ahí, por ayudar al club a estructurarse a medida que el club crece y que yo pueda crecer también en las funciones que se le asignan al coordinador.

FdB: ¿Cómo llegas a tu cargo actual de coordinador?

B.F: Bueno, pues una vez que estoy aquí como entrenador, vamos estructurando el proceso de entrenamiento, yo tengo inquietudes junto con mi compañero Moreira. Empezamos a hablar de cómo nos gustaría que fuese el proceso de formación en la base… y bueno, ahí interactuando y con ideas que tenemos vamos hablando con otros entrenadores… Al mismo tiempo de ser entrenador ocurre también que estábamos desarrollando el proyecto de la una unidad de tecnificación y que fuimos implementando. Eso quizás llega a la gente que dirige y saben que tenemos deseo por cambiar cosas y llega un momento que nos proponemos que sea la figura coordinador. Un poco surge todo como una explosión a nivel deportivo porque éste es un club que estaba creciendo. Tiene una estructura grandísima, tiene muchísimos jugadores y necesitaba unos criterios organizativos para ir asegurando un proceso de formación óptimo.

FdB2: Para que desde fuera vean y sepa el alcance del club me gustaría que nos dijeras estructura de club, número de equipos…

B.F: Nosotros tenemos un proyecto deportivo que une a dos entidades: Las Escuelas Calvo y el Bergantiños CF. Con la entrada de la nueva directiva, se aúnan los esfuerzos, el Bergantiños CF resurge y trabaja por recuperar su identidad, su condición de club histórico en Galicia, a la par que las Escuelas Calvo,  con su gran labor social y deportiva desde la familia Calvo, que sigue creciendo año a año, dando la posibilidad a todos aquellos niños/as que deseen formar parte de una de las asociaciones deportivas con mejor valoración por su labor formativa y educativa.

Bajo la dirección de nuestro presidente Luciano Calvo y Chicha Calvo, se aúnan las entidades y se trabaja por estructurar y potenciar el proyecto deportivo. En el Bergantiños CF poseemos 4 infantiles, 3 cadetes, 2 juveniles, un femenino y el primer equipo, además de la sección de veteranos. Las Escuelas Calvo, poseen 5 alevines, 5 benjamines, 4 prebenjamines y 2 biberones. Además de la unidad de tecnificación. La estructura roza límites máximos.

Por ello, el club se ha estructurado, con diferenciación de áreas: financiera, administrativa, deportiva, servicios… etc. Todo ello con el objetivo de poder satisfacer las demandas que el proyecto deportivo en su crecimiento va demandando.

FdB: El Bergantiños es un club que está creciendo como dices tú. Los objetivos ambiciosos del primer equipo, ¿cómo te influyen a ti a la hora de que haya mayor exigencia en la base o en qué sentido pueden influiros?

B.F: Es que en la base soy un privilegiado porque no tengo una exigencia grande. Sólo se me orienta en que tenemos que mantener las categorías cuando se consiguen porque hay una responsabilidad con los que llegan, con los que aún están en etapas inferiores y tienen que disfrutar de esa categoría, pero luego yo lo que tengo claro, y así se lo expreso desde el primer momento, es necesario un proceso de formación en el que los niños comprendan el juego, vayan explorando y comprendiendo su lógica funcional y sobre todo, asegurar que estén felices y contentos. Que aseguremos una formación integral. En nuestro ámbito quizás haya muchos jugadores que progresen y otros que tenemos que preparar para la vida. Es complicado que puedan llegar a la élite, al alto rendimiento. Nosotros trabajamos con ese objetivo y a medida que vamos consiguiendo categorías importantes hay que definir que el rendimiento cobra más fuerza. Pero no dejamos de perder el prisma de desarrollar de una forma integral al jugador que en el contexto nuestro quizás es lo más óptimo.

FdB: ¿Estás siendo o fuiste capaz de desarrollar un grupo de trabajo de entrenadores que no sólo sean entrenadores del equipo, entrenen y se vayan?

B.F: Sí, es una de las cosas que lleva un tiempo establecer, necesitamos encontrar ese perfil de formador. Una vez que llegamos aquí y empezamos a trabajar nos damos cuenta de que falta una estructura metodológica, que falta un soporte que dé lugar a todo esto de lo que estamos hablando. Un modelo de entrenamiento comprensivo para que el jugador pueda ir desarrollando inteligencia en el juego, vaya creando esa cultura táctica y que, sobre todo, los entrenadores, se pongan al servicio de la formación. Que no haya entrenadores que vengan a… Lógicamente siempre hay un ego por querer ganar, y eso es importante, pero que los entrenadores estén al servicio de la formación de los jugadores, que pertenecen a una etapa que tiene unos contenidos a desarrollar, o que en esa etapa es importante que se desarrollen ciertos comportamientos para que el de la siguiente etapa tenga un jugador mas posibilitado para los objetivos que se marquen en esa categoría. En ese sentido, reunir a los entrenadores idóneos… muchas veces los vas conociendo y te das cuenta que a algunos los tienes que orientar, no me gusta imponer, pero sí persuadir, y llegar a ellos para transmitirles que hay matices que podemos ir cambiando. Rodearte de un buen grupo de trabajo. Estamos en ese sentido cerrándolo.

Este año hemos conseguido tener coordinadores de etapa. Entrenadores que al mismo tiempo coordinan esa categoría y de asegurar que los procesos en esa etapa se vayan desarrollando de forma congruente y como nosotros vamos estableciendo. En ese sentido estamos creciendo ahí. Lógicamente, a veces es complicado, con las cosas y las funciones que les asignamos, por la cantidad de horas que hay que invertir en relación con la remuneración que pueden tener, con el horario que disponen… es difícil para nuestro entorno. Aún así tratar de ayudarles. Como siempre les digo, tenemos una oportunidad enorme de crecer. Cada vez que tenemos la oportunidad de dirigir a un grupo tenemos una oportunidad enorme de conocer el juego, de conocer al jugador, de entender cómo se va desarrollando, qué experiencias tiene. Y creo que eso lo tienen que aprovechar. El jugador, a medida que uno lo va conociendo, es un elemento valioso y poder tener contacto con él y dirigirlo vale mucho la pena. Y en ese sentido tienen que sentir que esa responsabilidad es enorme y es un premio también para nosotros como formadores.

 

«Quizás sean los valores más importantes: que sea constante, que sea trabajador, pero sobre todo me quedaría con que sea un buen ser humano, porque tiene competencias para luego construir el resto»

 

FdB: ¿Qué valoras de un entrenador? ¿Qué perfil buscas para el Bergantiños?

B.F: Realmente es una pregunta algo compleja. Para mí lo importante, como todo en la vida, es si es un buen ser humano, si es buena persona puedes construir seguramente un buen líder, un buen gestor de grupo. Luego los hay con mayores conocimientos. Pero parto de la idea de que sea un buen compañero, con vocación por formar, que sea cercano, que comprenda que el jugador en base, antes de ser un jugador es un niño y el niño posee sentimientos. El niño a veces pasa malos momentos y hay que preocuparse, hay que tener una cercanía con él, lograr esa adherencia. Cuando lo ves preocupado o cuando las cosas no salen te tiene que sentir, que estás para ayudarle, porque el entrenador es un gran referente para ellos. Y ese brillo en los ojos que tiene el niño cuando escucha a su entrenador tiene que permanecer el mayor tiempo posible. Entonces, si yo tengo un buen entrenador que gestiona eso, que gestiona las emociones, que se preocupa del ser humano que está detrás del jugador, del deportista, creo que tenemos mucho ganado. A partir de ahí ya es labor de metodología conseguir el entrenador que deseamos que lleve el proceso de formación que dirigimos. Y luego cada uno, tiene su autonomía, su forma de ser y ahí no vamos a entrar, porque si elegimos a una persona, es porque la consideramos idónea. Quizás sean los valores más importantes: que sea constante, que sea trabajador, pero sobre todo me quedaría con que sea un buen ser humano, porque tiene competencias para luego construir el resto.

 

«al entrenador lo orientamos, pero luego tiene libertad. Creo que uno tiene que sentir que el club le deja trabajar y lo contrata porque lo considera y se responsabiliza en él, porque tiene unas capacidades. Y ahí nosotros le dejamos autonomía»

 

FdB: ¿Qué autonomía le das al entrenador a la hora de entrenar y si tiene algunas consignas por parte del club en este aspecto?

B.F: Mira, nosotros de un tiempo para aquí llevamos trabajando en un proceso metodológico donde, bueno, queremos un modelo que sea comprensivo. Para ello vamos diseñando el trabajar en torno a un modelo de juego. Hemos diseñado una idea de juego, una concepción de juego, con unos principios y unos subprincipios comportamentales, desde unas escalas más colectivas, grupales.. Y luego al entrenador le dejamos la libertad de que él defina el sistema, que defina las conductas que van a relacionar a los jugadores… pero dentro de una idea. Ahí hay una frase, no recuerdo ahora, que decía que, en la base, los equipos deben ser como un edificio, que desde fuera deben parecer todos iguales, pero dentro están las particularidades. Cada jugador, cada equipo es diferente porque tiene jugadores diferentes, y la forma de relacionarse va a cambiar. Aún así creo que tenemos que tener una identidad porque los jugadores deben de sentir que cuando van avanzando (lógicamente puede haber pequeñas diferencias, matices), pero que todos respetamos una cierta idea o concepción. Y estamos trabajando en eso. En desarrollar el soporte metodológico que nos permita desarrollarnos y seguir esa línea. Y al entrenador lo orientamos, pero luego tiene libertad. Creo que uno tiene que sentir que el club le deja trabajar y lo contrata porque lo considera y se responsabiliza en él, porque tiene unas capacidades. Y ahí nosotros le dejamos autonomía. Y pienso que el entrenador trabaja más a gusto. Lógicamente definimos unos principios. Hay algo desde el club siempre, desde coordinación, tenemos que trasladar porque bueno, etapas donde quizás el rendimiento no está tan presente, se aseguren un mínimo de minutos, una asistencia al entrenamiento, y establecemos criterios. Pero luego, dejamos que el entrenador pueda decidir porque esa autonomía yo creo que es vital para que esté a gusto y cómodo.

FdB: ¿Tienes que tomar a veces decisiones como club que el entrenador a veces no entiende y le tienes que hacer comprender? Tú tienes una visión más global del club que ellos. Por ejemplo lo que hablabas de repartir minutos en determinadas categorías…

B.F: Tratas de persuadir. Lógicamente te vas a encontrar entrenadores que quieren progresar y que quieren llegar, que quieren escalar, que quieren ser objetivos para otros clubs a veces, o quieren llegar ya al rendimiento, donde hay una mejor remuneración. Pero tú tienes que hacerle ver que está en base, que es un periodo que antecede a todo eso. Que el jugador tiene que formarse aquí, que tiene que vivir experiencias, que tiene que equivocarse, que tiene que aprender… y que bueno, que hay cosas que a su debido tiempo irá conociendo. Llegará un momento en que en otra etapa/nivel el entrenador le diga que el rendimiento y sumar los 3 puntos cada fin de semana, conseguir la victoria va a ser lo que los evalúe cada semana.

En cada decisión que toma, en cada planteamiento, que sienta que hay unos jugadores que depositan la confianza en él para progresar y desarrollarse. Ponerlo en ese prisma. Quizás a veces el entrenador, bueno, uno fue jugador, va siendo entrenador y toma decisiones y entrena de acuerdo a los recuerdos que él tiene de cuando era jugador. Y en ese sentido tratas de orientarlo, de persuadirlo. Les enseñas cosas, tratamos de compartir documentación, vídeos, para poder llegar a ellos y que podamos orientarlo para que tenga un pensamiento, una idea, acorde a la etapa formativa en la que está. Pero bueno, la verdad es que no tenemos excesivos problemas en eso y tenemos entrenadores que está muy comprometidos, que son vocacionales y quizás está mucho más en la elección que uno hace cuando hace la entrevista, cuando haces un poco el seguimiento a los entrenadores. Saber que hay ahí esa capacidad vocacional para poder conducir esa etapa.

 

«Hay gente que sí, que le encanta la competición y que le encanta alinear al equipo y dirigirlo en partido, pero quizás la labor, la esencia de entrenar, de mejorar al jugador, ese proceso de construir al jugador que queremos, es más complicado.»

 

FdB2: Para encontrar entrenadores, ¿Te tienes que ir a más lejos? Por número de población me refiero.

B.F: Sí, sí. Nosotros accedemos a toda la Costa y zona de Coruña, Arteixo, Laracha… pero es complicado. Realmente la remuneración que tiene el fútbol base es difícil que uno pueda dedicar muchas horas a esto. Y encontrar gente verdaderamente pasional. Es difícil. Hay gente que sí, que le encanta la competición y que le encanta alinear al equipo y dirigirlo en partido, pero quizás la labor, la esencia de entrenar, de mejorar al jugador, ese proceso de construir al jugador que queremos, es más complicado. La competición nos seduce a todos, pero realmente el placer como entrenador está en mejorar al jugador día a día. En conocer cómo va evolucionando. En descubrir sus posibilidades con el juego, qué capacidades tiene… en ese sentido creo que nos cuesta. No sólo a nosotros, creo que a todos los clubes. Ahora es difícil. Lógicamente estamos también en una sociedad que es cortoplacista, la gente quiere conseguir rápido las cosas. Que quizás en lugar de seducirse por proyectos deportivos se van por remuneraciones y eso pasa, hay  entrenadores que prefieren ir a esos sitios en lugar de estar en un lugar donde crezcan también ellos a nivel personal.

FdB: Dentro del club, ¿con qué frecuencia te reúnes con los entrenadores?

B.F: Hemos implementado que podamos compartir mucha información a través de la nube que tenemos, porque el poder reunirnos físicamente con frecuencia es difícil. Vamos compartiendo cosas: presentaciones, contenidos relativos al modelo de juego…, poseemos una base de datos de control de minutos que me van actualizando, por ejemplo, para saber que se van asegurando que los jugadores van teniendo esa repercusión en la competición más o menos homogénea y atendiendo a merecimientos. Luego es complicado un contacto diario en nuestro contexto. Somos muchos entrenadores. Más que nada me reúno con los coordinadores por etapa con mucha frecuencia para que ellos puedan ir trasladando a sus entrenadores las líneas, las directrices sobre todo metodológicas y educativas que queremos transmitir. Por ejemplo en nuestro caso, para uno sólo, hay 10 equipos y es muchísimo. Yo estoy con un compañero que es David Barca, que es coordinador también en las Escuelas, y entre los dos gestionamos lo que es Bergantiños CF, la base. Y claro, necesitamos los coordinadores de etapa para que no se nos escapen cosas. Si hay algún problema que esté surgiendo. Si hay algún desgaste en una relación entre el jugador y entrenador o con el club o algún tema con padres… un poco que podamos tener control en ese aspecto.

FdB: ¿Ves todos los entrenamientos?

B.F: Trato de ver bastantes entrenamientos. Lógicamente, soy jugador del primer equipo, estoy limitado en ese horario. Luego llevo la unidad de tecnificación y siempre que puedo…

FdB: Fuera de eso, estás.

B.F: Sí, porque aparte estoy en la instalación siempre. Me aseguro ver entrenamientos, de compartir vivencias con los entrenadores, me gusta mucho ver los partidos porque me gusta ir viendo cómo evolucionan las etapas y los equipos. Y saber cómo progresan los jugadores y tener un conocimiento de los mismos. Después, muchas veces, cuando uno se reúne con padres, uno habla con propiedad y uno conoce, sabe por qué hace las cosas el entrenador. Y creo que te sitúa en un escenario mejor para poder llevar ese tipo de coordinación.

FdB: Por lo que me cuentas das mucha información metodológica para que todos sigan un poco una línea, ¿crees que esa figura va a ser importante de aquí en adelante y que va a aparecer en muchos clubs que todavía no la tienen y a lo mejor no le dan tanta importancia?

B.F: Es que yo creo que es importantísimo.

 

«Les digo que el juego tiene que estar presente siempre. El placer por jugar, el conocer los entresijos, saber las respuestas a cada situación, pero jugando. No puede ser que entrenemos a los niños como si fuesen adultos»

 

FdB2: Es que no existe.

B.F: Sí, no existe. Y cada entrenador tiene ciertas competencias metodológicas pero creo que desde club se tienen que asegurar que se esté cumpliendo. Que haya un proceso que permita que se puedan desarrollar los jugadores de acuerdo a las intenciones que tiene un club. A lo mejor son que lleguen jugadores para un primer equipo, que se desarrollen social y futbolísticamente. En nuestro caso, tenemos ahora mismo un primer equipo con unas miras importantísimas en Tercera División. Tenemos una muy buena generación de cadetes y juveniles. Estamos tratando de que visionen que tienen una muy buena oportunidad. Que el club está creciendo. Que es posible que si las cosas se siguen haciendo bien, este club pueda estar en una temporada en Segunda B, que se preparen para poder llegar a ese equipo. Y en ese sentido, estamos desarrollando el proceso metodológico porque creo que es necesario. Un entrenador puede estar mirando objetivos quizás más personales y dejando de lado objetivos formativos de desarrollo de jugadores. Y creemos que es importantísimo. Que el juego esté presente. Que desde modelos más globales, más comprensivos, podamos establecer ese método de entrenamiento.

Los entrenadores muchas veces vienen de cursos de entrenadores o de formación o han leído cosas o han entrenado como les han entrenado a ellos y siguen un poquito esa línea y uno tiene que despertarle esa curiosidad porque esto está evolucionando. Las ciencias aplicadas, las ciencias sociales, el aporte desde las ciencias de la complejidad, la teoría de sistemas dinámicos… nos enseñan que el ser humano es una estructura compleja, que el equipo está confeccionado por seres humanos y sus interrelaciones, que tenemos que verlo desde esa perspectiva, y comprender que es necesario el cambio de paradigma, que lo táctico sea la guía del proceso. Les digo que el juego tiene que estar presente siempre. El placer por jugar, el conocer los entresijos, saber las respuestas a cada situación, pero jugando. No puede ser que entrenemos a los niños como si fuesen adultos y estamos quizás en la elaboración de esa línea. Y claro, hay a entrenadores que les cuesta. Como digo, facilito mucha información para que vayan leyendo y vamos interactuando. No puedes llegar y de golpe y porrazo tratar de imponer cosas. Sobre todo, porque creo que ellos tienen que tener la voluntad. La voluntad es el motor para hacer las cosas, de que tú los convenzas de que hay un modelo diferente. Que hoy en día tenemos mucha más información, que sabemos cómo el jugador aprende y se desarrolla y en ese sentido estamos, sobre todo, que el eje organizacional de todo el proceso sea lo táctico. Buscamos modelar a los equipos a través de una idea de juego y que haya unos principios que colectivamente nos tienen que regir a todos los equipos y así a diferentes escalas hasta los planos individuales. Eso lo periodizamos semanalmente donde hay días que trabajaremos en escalas más colectivas e intersectoriales, en otros días escalas individuales y grupales, pero siempre de acuerdo a la idea. Si el juego está presente, daremos posibilidad de mayor desarrollo, sobre todo, puesto que hay unas carencias enormes, se ha perdido fútbol de calle. Se está perdiendo la experiencia y que el niño venga con un bagaje perceptivo-motriz desarrollado. Entonces tenemos que aprovechar y cuanto más tiempo se tenga de práctica, mejor.

Escuchaba el otro día a Juanma Lillo, que nosotros a la hora de entrenar orientamos de la parte al todo y así es imposible entender el juego, cuando tenemos que ir del todo a las partes. Si yo presento todo y luego vamos incidiendo que, en cada fase, en cada momento del juego hay unos determinados comportamientos, quizás con un planteamiento más globalizador el jugador va a percibir y entender mejor las cosas. Nos estábamos equivocando, el planteamiento era el revés. El niño nace con una capacidad, que se llama sincrética, y que se pierde con los años, es la capacidad de entender y observar la realidad en toda su globalidad, que el niño tenga la capacidad de entender el todo desde un global y luego cada una de sus partes. Y estamos en ese entendimiento. Desde un plano colectivo para que el jugador entienda y se localice dentro del juego. Al final el jugador, dentro de sus diferentes fases debe reconocerse dentro del juego, que está dentro de una estructura colectiva, que existen unos espacios de intervención, de ayuda, de cooperación… bueno, estamos implementando ese proceso y poco a poco desarrollándolo. Me gusta que ellos participen. Yo les digo que no les voy a imponer las cosas. Que me digan si ellos están de acuerdo, si los principios los debemos modificar o llamar de otra forma… porque los desarrollamos nosotros. Hay unos principios que definimos para cada momento a nivel colectivo y ellos tienen que decirme si les parece bien, si podemos matizar o hacer alguna modificación… porque yo no tengo la… no sé realmente. Yo les puedo más o menos persuadir y orientar a ciertos comportamientos que considero que son adecuados, pero no estoy en disposición de la razón. Y el método lo desarrollamos nosotros, no lo desarrollo yo sólo.

 

«se ha perdido fútbol de calle. Se está perdiendo la experiencia y que el niño venga con un bagaje perceptivo-motriz desarrollado. Entonces tenemos que aprovechar y cuanto más tiempo se tenga de práctica, mejor.»

 

FdB2: En ese momento que habla de desarrollo, de construcción, ¿cómo es ese proceso? ¿Lo haces desde arriba hacia abajo? ¿Desde el jugador hacia arriba? Desde coordinación hacia los entrenadores… Y si los entrenadores están dispuestos a construir para el club, no solamente para ellos.

B.F: Consensuado siempre, no imponiendo. Lógicamente a veces puede haber ciertas reticencias. Puede haber entrenadores que les cueste. Puede haber entrenadores, cuando hay un deseo de ganar, que tú le digas que si los infantiles, por ejemplo, tienen que fortalecer el inicio-construcción de juego porque es una fase importante, y que realmente tú no tienes un objetivo competitivo, sino que lo tienes formativo, que mantener la categoría realmente no va generar excesivos apuros, que es importante que trabajes esa fase. Que tú tienes que posibilitar que el jugador desarrolle las conductas, sepa las relaciones que establecer con las siguientes líneas desde su posición. Y que eso tiene que ir desarrollado para que en la siguiente etapa se pueda permitir que el jugador vaya construido. Y que cuando lleguemos al rendimiento, si el entrenador desea que esa fase sea importante para construir sus ventajas y la utilice en su modelo de juego, que el jugador  esté potenciado y desarrollado. No puede ser que un infantil digamos: “no, es que no tiene salida de balón”. Es infantil, habrá que ayudarle. ¿Qué limitaciones tiene? Pues vamos a potenciarlo. Quizás a lo mejor de inicio pues habrá que establecer unas relaciones mucho más cercanas y habrá que ayudarle para que el entorno y la situación de juego sea mucho más facilitada, pero eso no significa que tengamos que limitarla.

Yo siempre les digo, en términos cualitativos, el nivel de juego de un equipo y otro tiene que variar. La calidad de la ejecución… pero, tienen que tener una esencia. Y el enfoque pasa porque sepamos que ese jugador deposita en ti la responsabilidad de que le ayudes a formar y construirse como jugador. Y eso hay que posibilitarlo en la medida de lo posible, en todo lo posible, que tienen que descubrir las posibilidades que tienen. Este jugador, tiene unas virtudes, unas capacidades. Y uno, a través de la observación y el entrenamiento tiene que ver para que está capacitado, en qué espacios se puede mover, en qué espacios puede estar más limitado, si juega en una altura o en otra altura, si es un jugador con capacidades más constructivas o destructivas, si evita muy bien, si finaliza muy bien… Entonces uno va viendo y descubriendo que esencia tiene como jugador. Estamos en una edad que hay que construir al jugador. El jugador si tiene limitaciones, es el momento de mejorar y desarrollarlas. Si no lo hacemos ahora, si no los desarrollamos ahora, luego va a ser más complicado y más complejo. Sobre todo cuando llegue realmente al rendimiento, si uno tiene ciertas dificultades, el entrenador va a evadir que juegue en determinados espacios o realice determinadas conductas, porque como no las domina, las vamos a saltar. Porque dispone de ese grupo, de ese equipo, y si no tiene la capacidad de elegir a esos jugadores, él va a buscar el tipo de modelo o las relaciones a establecer en el equipo tratando de que le acerquen a rendir lo mejor posible.

En estas etapas te puedes encontrar entrenadores que a lo mejor son excesivamente competitivos. Estamos en formación, aquí es donde debemos nosotros trabajar con la vocación de ayudarles a mejorar.

FdB: Escuchamos mucho que en fútbol base un club debe tener una misma concepción de juego. Gente que dicen que todos tienen que jugar igual, gente que dice que todos tienen que trabajar igual, gente que dice que ambas… Antes hablabas un poquito de este tema.

B.F: Considero que es importante. Si tenemos una idea de juego o algo que nos caracteriza yo creo que es más fácil que el jugador evolucione, porque aunque pase etapas, aunque se encuentre diferentes tipos de liderazgo, de gestión, va a reconocer cosas. Va a ver un método de entrenamiento. Él dentro de la propia idea se va a reconocer. Y pienso que la idea no puede ser demasiado rígida, debe poseer cierta flexibilidad, tiene que ser una idea abierta. Nosotros tenemos una idea de juego base, tratamos de que sea asociativa, de construir ventajas a través del balón y que eso nos rija a nivel comportamental. Pero al mismo tiempo hay variantes de juego directo y diferentes tipos de planteamientos porque creo que hay que enriquecer al jugador en los diferentes registros que se puede encontrar en su carrera deportiva. Muchas veces pienso que, si educamos al jugador en una idea muy, muy rígida luego puede estar incapacitado o tenga rechazo para realizar otro tipo de juego. Lo que está claro, y es algo que yo opino, es que la propia esencia del juego es ir creando ventajas y superioridades en cada situación/espacio. Bien sean numéricas, bien sean posicionales, o llegar a esos jugadores cualitativamente superiores, y que esa es la esencia. Y después de entender el juego, a través de su lógica interna, las diferentes formas de jugarlo son más fácil entenderlas.

Uno tiene que partir de esa idea, que radica en gestionar los momentos con balón. Y esos momentos con balón deben de aparecer siempre en toda perspectiva que desee hacer crecer al jugador. Porque lo posibilita, porque lo enriquece mucho más, al final conectas también con la raíz de por qué uno es jugador de fútbol. Uno es jugador de fútbol porque el balón le despierta un entusiasmo, una emoción, esa niñez que puede tener todo jugador en su etapa, pues podemos ir construyendo en torno a eso.

Es la idea que tratamos de llevar y lógicamente hay equipos de rendimiento: categorías Honor, Gallegas, donde a veces la permanencia es muy complicada y hay que matizar. Pero siempre les digo que debemos jugar bien, que mejoremos nuestro juego… que para mí comienza en construir ventajas en los momentos con balón, y luego en los momentos sin balón hay que condicionar al rival. Que tenga que hacer las cosas demasiado bien para poder imponerse y desorganizarnos. Si nosotros gestionamos todo eso bien, nos va a ayudar a ganar o nos va a acercar mucho más a hacerlo. A veces es complicado, pero uno trata de ayudar al entrenador a que tenga esta perspectiva y, sobre todo, creo que la voluntad que tiene el jugador, si uno parte de estos modelos y de esta idea, lo compromete mucho más. Y como te digo, para mí la voluntad es el motor. Desde estos modelos el jugador tiene la voluntad de hacer las cosas, porque se despierta esa emoción a través de ser dominadores en los partidos, o que podamos serlo. Porque en toda competición hay momentos que nuestro equipo pueda dominar, momentos que sea dominado y donde existen planteamientos de partido enfocados a estar replegados y contraatacar… Bueno, creo que hay que manejar diferentes registros. Pero partimos de esa idea que el entrenador entienda, o tratamos de orientarlo a que iniciemos desde esos momentos con balón, de que vayamos viendo los conceptos asociados, los comportamientos, y que cada jugador se reconozca dentro de la idea. Eso es fundamental.

FdB: Como coordinador, ¿cómo gestionas la exigencia que tienen categorías como Cadete División de Honor, por ejemplo, o Juvenil, si queréis ascender, con que haya jugadores que tengan menos minutos, no entran en convocatorias porque el nivel es alto y son categorías exigentes…

B.F: A ver. Uno cuando está en etapas de rendimiento tiene que matizar cosas. Hay ciertos equipos que tienen más complicada su competitividad en esas categorías y debemos matizar los criterios.

 

«todos sabemos que es importante el rol que tienen los menos habituales. Que nos aseguran que haya competitividad en cada entrenamiento, que haya cohesión en el bloque…»

 

FdB: ¿Quizás sean más similar a un sénior en ese sentido?

B.F: Trato de que no. Trato de que no, pero es cierto. Quizás todos no puedan disponer del mismo bagaje de minutos. Dentro de cada etapa hay equipos más formativos y equipos de rendimiento. Pero que no se pierda la esencia de base. Que no se pierda esa formación del jugador. El asegurar esos minutos. Yo siempre les hago ver que en cada decisión hay un ser humano detrás. Y que hay un entusiasmo, que hay una felicidad. Y que bueno, quizás con la cercanía, con el contacto, logrando esa adherencia con el jugador… y explicarle el porqué de las cosas nos puede ayudar a que la gestión de los minutos sea lo mejor posible, pero reconozco que es difícil. Trato de que el reparto de minutos sea lo más equitativo, pero es difícil. Y luego bueno, todos sabemos que es importante el rol que tienen los menos habituales. Que nos aseguran que haya competitividad en cada entrenamiento, que haya cohesión en el bloque… y el entrenador lo tiene que saber también. Cuando hay un objetivo de  rendimiento hay unos jugadores que tienen mayor capacidad de competir y otros menos. Pero hay que asegurar el proceso de que todos tengan la capacidad de progresar. Y dentro de que puedan tener minutos más o menos, y aunque haya diferencia ese aspecto, lo podamos controlar, y sobre todo, que se sientan importantes. Eso considero que es vital. Es complicado que todos puedan tener una participación similar, pero, que se vaya en esa línea y que las decisiones que tome el entrenador sean consecuentes con esto. Que no puede desengancharse. Que no puede el jugador ir abandonando el grupo o la práctica, que a veces puede pasar en estos casos. Y que se entienda esto. A largo plazo el que un jugador tenga repercusión en el grupo, que se sienta importante potencia al colectivo, porque cada uno tiene un estatus, y a nivel socioafectivo tiene que reconocerse también en el grupo, buscar  que sienta su valía igualmente.

FdB2: Me comentaba el otro día un amigo, al hilo de esto, que normalmente los jugadores menos importantes en el campo son de los más importantes en el vestuario. Lo que no te dan dentro del campo te lo dan fuera, con creces. Mejor trato con compañeros, que te aportan ciertas cosas que no te dan los que son tan buenos dentro, que tienen otro perfil personal.

B.F: Suele ser.  Y es importantísimo. Sobre todo, en los deportes de equipo. Muchas veces alguno de los menos habituales es un líder oculto y hay que tenerlo presente.. Y claro, a ti te gusta ver, sobre todo, que esos niños que tú diriges, esos jugadores, que esa mirada, que ese brillo en sus ojos siga estando presente. Lógicamente, cuando uno no participa, ese brillo se va perdiendo, esa adherencia con el entrenador. Yo quiero que el entrenador entienda que influye con sus decisiones. Que sepa que puede estar en juego que el jugador sienta el mismo interés por aprender, por mejorar en cada entrenamiento, por comprometerse..

FdB: Que no se desenganche.

B.F: Eso es. Que entienda que sus decisiones, su comunicación con él, puede marcar que a nivel emocional pueda estar desenganchándose o pueda estar más desconectado con el grupo. Aparte de que luego hay tipos de carácter. Chicos que asumen muy fácil su rol. Y eso va en función mucho de la etapa. Vas a cadetes o juveniles y eso es más fácil. Cada uno interpreta y comprende mas fácilmente su rol, sabe, se reconoce con el nivel que tiene en el grupo. Pero a veces en infantiles es complicado. Los niños no tienen objetividad en este aspecto… ellos se equiparan igualmente a todos.

FdB: Y a veces el entorno tampoco ayuda.

B.F: Claro. El entorno, a veces, de padres tampoco ayuda en ese sentido. En eso hay que tener mucho tacto, saber reconocerlo y tenerlo presente.

 

«Lo que no podemos es cambiar de forma estratégica nuestra forma de jugar mucho. Porque al final el jugador no reconoce la idea, se pierde y pierde los principios que rigen el colectivo, quizás.»

 

FdB: A partir de qué edad o de qué categoría se debería introducir, a nivel de entrenamiento, planificación… la estrategia operativa de cara a los partidos. ¿Cuánto crees que esto suma o resta al jugador en su formación?

B.F: Yo creo que la estrategia operativa no puede regirnos realmente, no puede condicionar la forma de jugar en demasía porque sino desvirtúa mucho la idea que tenemos. Únicamente matizarla, claro. Si yo por ejemplo, si nuestra idea es construir ventajas desde el inicio y conseguir superioridades en diversos espacios en progresión hacia la portería rival, es importante que el entrenador, si tiene un conocimiento de cómo se va a estructurar el equipo rival… como les digo yo, es darles las chuletas para el examen. Las preguntas a los jugadores. Tienen esta estructura, reaccionan de esta manera. Y tú los preparas. Y luego, cuando el jugador, el equipo, ha vivido tres, cuatro, cinco situaciones diferentes, lo enriqueces. Quizás llegará un momento que ya no tengas que decir cosas. Habrán vivido diversidad de experiencias que ya las reconozcan. Lo que no podemos es cambiar de forma estratégica nuestra forma de jugar mucho. Porque al final el jugador no reconoce la idea, se pierde y pierde los principios que rigen el colectivo, quizás. En ese sentido yo creo que no nos puede condicionar demasiado pero sí hay que matizar estas palabras.

Si el entrenador tiene un conocimiento de ciertas cosas y el equipo está desarrollado desde un modelo comprensivo, pues a lo mejor la estrategia sucede durante el partido, comunicas o predispones a ciertos comportamientos para imponerte al rival, pero sobre la base de que el jugador esté formado en comprensión y reconozca el contexto que se presenta. El entrenador está en el banquillo, ve situaciones de estructuras rivales y da ciertas orientaciones al equipo. Si tú las sabes de antemano o si tú intuyes que puede haber situaciones reconocidas en el rival, planteamientos que pueda tener, puedes orientar al equipo durante la semana. Aún así, yo creo que en base, y sobre todo en primeras etapas hay que dirigirlo hacia que el jugador experimente, que el jugador perciba y luego que pueda ir solucionando. Si su rendimiento no es, vamos a decir, lo que nos va a guiar tanto nuestra y es más la formación, por qué no despertar en el jugador y en el equipo ese entusiasmo y ese interés por reconocer qué es lo que está haciendo el rival. Si los espacios están a su espalda, si están por delante de su primera línea, si están entre líneas, si bascula demasiado; si su estructura defensiva es con dos, con uno, quién lo acompaña, cómo reaccionan, si hay defensas zonales, si son individuales… eso todo al final, es despertar en el jugador el conocimiento del juego. Creo que el entrenador puede orientar en cosas de forma estratégica y operativa, pero no pueden ser planteamientos demasiado cambiantes, ni preparaciones diferentes cada semana porque perdemos la esencia de la idea de a qué jugamos.

FdB: Sobre vuestra idea, presentar los contextos similares a lo que va…

B.F: Lógicamente. Yo me voy a presentar ante un equipo que a lo mejor está abajo en la tabla o que lo he visto o me han hablado, que suele ser un equipo que defiende en un bloque bajo, pues yo preparo al equipo para esas circunstancias porque sé que son un escenario de partido que se va a dar. Pero lo que no voy a hacer es cambiar totalmente un planteamiento. Uno prepara, y como te digo, si al jugador le damos las preguntas del examen, le ayudaremos más. Aunque después ellos tienen que ser autónomos. Tiene que saber decidir.

Yo recuerdo que cuando empezaba dirigía desde fuera todos los comportamientos. Y me estaba dando cuenta que me estaba equivocando. De que yo tengo que dejar que el jugador decida… porque al final no despiertas ese conocimiento. El jugador tiene que saber que los espacios están en determinados lugares, que hay que conseguirlos de determinada manera. Que en función de cómo estemos posicionados será más fácil conseguirlos. Que el rival reacciona de esta forma. Que perder el balón en estos espacios nos puede castigar si no estamos aún bien posicionados. Que los diferentes momentos del juego se relacionan. Cómo ataquemos va a condicionar cómo defendamos..

Yo recuerdo el año pasado, estábamos en nuestro Cadete B (Liga Gallega). En contextos agitados perdíamos siempre porque a nivel condicional éramos inferiores y si había demasiados espacios íbamos a pasarlo muy mal. Bueno, pues el equipo fue entendiendo que si organizábamos el ataque con pausa, con calma, ordenados, buscando superioridades numéricas, en la pérdida íbamos a estar ordenados y con superioridades para defender. Y en contraposición a lo que pensábamos al inicio, pudiendo desarrollar un modelo de cierta proposición, una idea de cierto control durante los partidos, nos fue acercando a poder ganar más veces. Entonces el jugador fue construyendo esa idea. Tratamos de que él jugador pueda entenderlo, que pueda individualmente, y como equipo, ir descubriendo las posibilidades del juego y los diferentes tipos de planteamientos que se pueden encontrar porque así creo que desarrollamos pensamiento táctico, manejo en  diferentes registros, porque a lo largo de su carrera deportiva se los va a poder encontrar.

Invitado: Ahora que hablas del Cadete B ese. Yo también estuve en una situación parecida el año pasado o peor. Y hablas de mantener el modelo de juego, de no cambiar en función del partido. Pero si te encuentras en una situación como la del año pasado. Por ejemplo, a mí me pasaba que compites bien, mantienes buen nivel de juego, pero no consigues ningún resultado. ¿No cambias en ningún momento para conseguir un resultado que premie?

B.F: Yo creo que cuando hablamos de modelo de juego o concepción de juego, hay que también adaptarlo a los jugadores que tienes.

Invitado: No es cerrado.

B.F: Desde mi punto de vista, nosotros teníamos un equipo de primer año. Si nosotros evadíamos el ataque corto y buscábamos ataques más directos íbamos a sacar pocas ventajas porque no teníamos poderío físico, porque no teníamos capacidad para los duelos y segundas jugadas, para captarlas, para ganar ventajas en esos espacios. Entonces bueno, empezamos a trabajar, ya te digo, al principio, estructuras de juego un poquito menos propositivas, pero vas evolucionando. Ceder cierta iniciativa al rival en su inicio para no dejar demasiados espacios a nuestra espalda, y luego los momentos con balón cuidarlos, gestionarlos de forma más organizada. No querer tener demasiados riesgos en inicio porque quizás las primeras ventajas no éramos capaces de asegurarlas en el tiempo y construir en los siguientes espacios, pero bueno, sabemos que es un proceso y el modelo no es lineal, es no-lineal.

 

«los jugadores están educados culturalmente y tienen una influencia social de que las cosas están bien o mal solo por si se gana o pierde.»

 

Invitado: Sí, pero yo me refiero a trabajar un poco el aspecto psicológico con el grupo. Si ves que sí, que estás manteniendo un buen nivel compitiendo, lo que dices tú, acorde al equipo, pero no consigues el resultado, el grupo al final…

B.F: A ver, el grupo hay que liderarlo, lograr que se comprometa con la idea, eso es fundamental, ya que los jugadores están educados culturalmente y tienen una influencia social de que las cosas están bien o mal solo por si se gana o pierde. Yo por ejemplo, tengo la suerte, que la gente que dirige deposita en mí la confianza y no tengo una presión excesiva. El año pasado llegamos a la primera vuelta con muy pocos puntos y estábamos en descenso. Y yo no tenía presión de ningún tipo porque realmente teníamos una visión formativa del proceso. Y lógicamente si sólo nos guiamos por el resultado, aquí todos leemos el periódico el lunes y emitimos juicio. ¿Ganó toda la base? Perfecto. Así cualquiera es coordinador o dirige. Ahora, asegurar que el proceso permita construir y desarrollar jugadores… y si yo soy honesto y voy a ver los partidos y veo que tengo un nivel inferior con el resto de equipos a nivel individual pero que trato, que a través de una idea colectiva tratemos de imponernos y podamos ir desarrollándonos, creo que eso me da una visión diferente. Si sólo miro el resultado creo que estamos obviando todo el proceso. Yo recuerdo al principio que les decía a los chicos que realmente no competíamos contra los rivales, que competíamos contra nosotros mismos.

En una entrevista a Julio Velasco, este hablaba de los deportes individuales y de sus valores. Y decía que algunos atletas, cuando van a correr una carrera de 100m o se van a una Olimpiada y corren contra Usain Bolt saben que no van a ganar. Es imposible. Sin embargo, él trabaja todo el año para mejorarse individualmente, gana para el mismo, porque el se mejora. Porque él se esfuerza para mejorar una décima y eso es la ostia. Y yo les decía: “señores, de momento no estamos capacitados para competir contra determinados equipos, competimos contra nosotros mismos. Y llegará un momento en que ustedes los miren a la cara y sean capaces de competir con ellos. Mientras tanto, mejoremos individualmente, que nuestra idea se vaya fortaleciendo y luego creedme que iremos a más”. Y bueno, pues tuvimos la suerte de que en la segunda vuelta momentos deportivos que no olvidaremos… le ganamos a todo un San Tirso que quedó campeón, invicto, y que solo perdió ese partido en liga. Y ese día fue de inmensa felicidad, se dieron las circunstancias idóneas para poder hacerlo, mucha eficacia y también fortuna, pero sobretodo un compromiso brutal de los chicos.

Competimos contra los mejores y desarrollando un juego muy bueno y los jugadores vieron que el mirar atrás y todo lo mal que lo pasaron, las circunstancias adversas, pues tuvo su recompensa. Yo recuerdo cada martes, cada entrenamiento después de haber perdido, situaciones muy complicadas, tener que levantar al grupo y liderarlo. Y el componente socio-afectivo tenerlo muy presente, cuidar la cohesión grupal fue fundamental, trabajar en el largo plazo, el largo plazo, y seguir centrándonos en esa mejora individual que te digo. Oye, vamos a mejorarnos a nosotros mismos y luego llegará un momento en que seamos capaces de competir. Porque ellos, llegaba un momento que tenían miedo: “qué grandes son. Y qué fuertes son”. Ya. No pasa nada. No pasa nada, no os preocupéis, mejoraremos. Seguimos trabajando para mejorar nuestro juego, y cada uno de vosotros tenéis que sentir que cada entrenamiento es una oportunidad de mejorar, llevaros esa idea. Y a través de eso fuimos construyendo un equipo mucho más competitivo y, creo que alcanzamos un nivel óptimo en la categoría y nos permitió asegurar el objetivo de la permanencia, que era lo importante, sobre todo, además de que ahora tenemos un grupo muy importante en División de Honor que puede tener ya ciertas experiencias competitivas y un desarrollo a nivel individual y colectivo importante para poder estar en esa categoría.

FdB: El trabajo… no sé a quién leí que a veces nos enfocábamos en pulir los defectos de los jugadores cuando lo que teníamos que hacer era potenciar sus virtudes y ver sus posibilidades en el juego en base a ellas. ¿Cómo gestionas esto? Porque al final están en fútbol base y también tienen que pulir cosas.

B.F: Yo creo que al final el tema de pulir defectos y mostrar virtudes… es complejo, le daría otro enfoque, yo creo que el jugador puede estar posibilitado o poco posibilitado para determinadas cosas también. El jugador tiene una relación con balón de determinada forma. Cada jugador es diferente. Cada uno tiene unas capacidades para intervenir en unos espacios, tenemos que descubrirlos y reconocerlos. El jugador cuando está en formación tiene que tener carencias porque está en formación. Y si le llamamos formación significa que no está formado. Y nosotros tenemos que ayudarle a que todo lo que el juego le pueda demandar, que esté posibilitado para hacerlo. No me gusta… parece que es una concepción más tradicional, la de pulir defectos… no. Hay que reconocer qué posibilidades tiene el jugador en el juego y saber que a lo mejor hay jugadores que necesitan en el espacio de ayuda mas cercanía porque tienen un desborde asociativo porque tiran muy bien las paredes y triangulan. Y a otros sin embargo hay que dejarles espacios porque tienen muy buen regate, muy buena conducción y dribbling. Entonces, quizás es más observar. Saber que hay jugadores que les gusta manejarse mucho en los espacios con pierna alejada, entonces tienen que partir de jugar a perfil cambiado…

 

«Muchas veces queremos imponer cosas al jugador en contra de su esencia. Yo tengo que reconocer el tipo de jugador que es, qué posibilidades tienen, y que relaciones puede tener para/con el juego. Pero claro, es complicado, a veces somos muy egocéntricos.»

 

FdB2: Y no obcecarnos con pedirle al pez que escale el árbol.

B.F: Exacto. Muchas veces queremos imponer cosas al jugador en contra de su esencia. Yo tengo que reconocer el tipo de jugador que es, qué posibilidades tienen, y que relaciones puede tener para/con el juego. Pero claro, es complicado, a veces somos muy egocéntricos. Si al final el juego está en las capacidades de los que juegan!

FdB: En Universo Valdano, la entrevista a Guardiola, salía ahora un extracto de la entrevista en Twitter y decía Guardiola que empezaron a poner a Lahm de mediocentro porque veían cómo se orientaba y creían que tenía posibilidades de jugar por dentro por ver esa forma de orientarse y dar continuidad al juego. A veces nos cerramos a hacer una especie de lista de virtudes y defectos en lugar de ver, con lo que tiene, qué opciones tiene en el juego.

B.F: Es que a veces los entrenadores queremos ser demasiado protagonistas. Y queremos ubicar al jugador, como si fuese una ficha en el tablero, como yo quiero. Y a lo mejor el jugador tiene que estar donde la situación de juego lo mejore o él mejore la situación de juego. Entonces uno tiene que observar mucho más, tiene que verlos. Por eso no soy fan de las tareas genéricas, pero las necesitamos en ciertos momentos para conocer bien al jugador. Esas tareas libres que permitan… como era el fútbol de calle. Observar si a uno sabe si le gusta ser un primera línea o si le gusta construir las ventajas o finalizarlas. Uno tiene que saber si este jugador se puede manejar por dentro y a qué altura. Y eso tienes que reconocerlo observando mucho. A veces es importante, que en un partido condicionado les dejes elegir el posicionamiento. Y ver esa estructura socio-afectiva que se produce entre los jugadores. A lo mejor si tú la ordenas no vas a reconocer eso. Pero si dejas que surja espontáneamente… Lógicamente esto no puede ser algo que tú hagas siempre. Pero es importante que ellos te demuestren a ti las posibilidades que tienen con el juego. Y no tú que les digas dónde juegan y que tienen que hacer esto y aquello. Muchas veces tenemos que observarlos mucho más, y no desde el protagonismo que quiere tener un entrenador.

No hace mucho escuchaba una conferencia, duró muy poco en Twitter porque la cerraron. Era de Juanma Lillo, en la Lusófona, en Oporto. Y hablaba de que para él, en base, es fundamental los entrenadores que ya son un poco más veteranos porque ellos ya han rasgado el egocentrismo, ya vienen de vuelta, ya no quieren ser ellos los protagonistas. No, el protagonista es el jugador. Ellos lo que quieren es ayudarlo. Ellos ya no quieren llegar arriba, llegar a competir a alto nivel, no quieren estar en los mejores equipos, no quieren eso… no. Ellos quieren disfrutar de la esencia del juego y del jugador. Esos que ya han rasgado su ego, que vuelven, esos quizás son los mejores. Y puede ser cierto, porque realmente tienen esa labor vocacional de mejorar al jugador. Y en esa línea creo que estoy de acuerdo con Lillo.

 

«Creo que la esencia está en conocer al jugador, como ser humano y a partir de ahí saber qué le puedo ir diciendo, cómo lo puedo ir orientando y que también él pueda ir descubriendo el juego e interviniendo.»

 

FdB: ¿Qué importancia le das a que el jugador se “responsabilice”, que sea muy partícipe de su propio proceso? Lo que hablabas un poco de que a lo mejor la charla o que a lo mejor la forma de dirigirse del entrenador no sean tanto de decir lo que tienen que hacer, sino que se acerque más a un diálogo y que el jugador pueda intervenir. No tiene que tomar las decisiones estratégicas del equipo, pero sí que puede participar para llegar a un objetivo común.

B.F: Yo creo que es fundamental. Si involucramos al jugador en el proceso lograremos mas adherencia. Permitir su intervención, que participen en la construcción de su aprendizaje, que nos den su feedback, puesto que las ventajas se pueden generar de diferentes formas, con diferentes caminos, y que quizás permitiendo eso al jugador sabemos dónde éste puede expresar sus máximas potencialidades. Creo que la esencia está en conocer al jugador, como ser humano y a partir de ahí saber qué le puedo ir diciendo, cómo lo puedo ir orientando y que también él pueda ir descubriendo el juego e interviniendo. Creo que en una charla de Cano que dice que el jugador es el constructor del método, se orienta hacia esta idea. Hay que ir por ahí. Luego comprender que el jugador es una estructura compleja, está capacitado a nivel técnico-táctico, pero ¿a nivel emotivo-volitivo? Nos hemos dedicado a conocer a fondo nuestro deporte, pero ahora el paradigma como dice Seiru-lo, está en conocer a los deportistas. Saber cómo siente. A veces podemos decirle cosas al jugador, para las cuales no tiene aptitud emocional, de momento. Algunas veces me ha pasado, por ejemplo, creando situaciones de inicio de juego ante presiones altas, jugadores que tienen que ir a generar ventajas cercanas a centrales y no van con deseo. Emotivamente les cuesta. Uno tiene que comprender que por muchas orientaciones técnico-tácticas que le dé de perfilamiento, de altura a la que debe de estar, de percibir cómo están posicionados lateral y central para poder tener una buena relación… si él a nivel emotivo no está potenciado… va a ser difícil ¿por qué? Porque esta estructura del jugador genera interdependecia en el resto, y debemos saber potenciarla también, por ello, y en definitiva debemos conocerlos más, permitirles intervenir quizás nos acerque a descubrir cosas de ellos.

FdB: Antes hablabas de Lillo. Hay una cosa que cuenta, que yo comento muchas veces. Viene a decir algo así como que el futbolista es como un pájaro que está en la jaula. Que él le abre la puerta para si quiere, que pueda volar pero que al que se queda en la jaula, porque él lo prefiere, también hay que darle comida y saber adaptarte a lo que te pide. Uno quiere que sean “libres”, pero al que no quiera ir por ahí también tiene que ayudarlo.

B.F: A ver, Lillo ahí, desde un plano ideológico, creo que nos quiere decir que al jugador hay que darle ciertas libertades pero también tiene que saber que tiene un compromiso con el colectivo. Es decir, hay principios que van a regir la organización. Hay reglas de acción, principios estructurales, organizacionales que tiene que respetar. Luego tienes que darle libertad al jugador para que decida, para que se exprese. Pero todos sus comportamientos atienden a un colectivo, sino seria libre improvisación de los 11 jugadores y sería complicado. Es importante que tenga su autonomía, como dice Lillo, pero siempre en consonancia con el colectivo.

FdB: ¿Cómo crees que afectan las condiciones de entrenamiento a la mejora o carencias del futbolista? En fútbol base es habitual entrenar en medio campo como mucho, y eso te limita.

B.F: Nosotros tenemos circunstancias así también. Tenemos dos campos, una disposición horaria amplia, pero hay muchos niños. Yo muchas veces me transporto al fútbol de calle, y esas situaciones que enriquecían al jugador. Ese tiempo de práctica, ese contacto continuado con la pelota. Porque debemos comprender el auge de nuestra  sociedad. Al final, el desarrollo occidental, ciudades, potenciación de lugares públicos, desarrollos urbanísticos, impacto de la era digital, todo ello, resta espacios y tiempos de práctica, ya  no se tienen experiencias con balón como antes. Las circunstancias ahora no les permiten relacionarse con los compañeros como lo hacíamos antes. Creo que si nosotros, en nuestro proceso de entrenamiento no les damos espacios adecuados, y cada vez menos horas de relación con balón, de práctica relacional grupal, en esa línea intuimos que no puede haber un proceso que asegure que el desarrollo sea óptimo. En ese sentido es complicado, y debemos adaptarnos.

Los espacios y tiempos de los que disponemos los clubes no son los adecuados muchas veces y hay que optimizarse mucho, saber gestionarlos, tener unos criterios organizativos importantes para poder asegurar que el tiempo que disponemos sea el más útil posible, así como, que se vivencien experiencias en espacios diferentes. Luego ya nos iríamos a temas metodológicos como en cada tarea el mayor tiempo de compromiso motor, que aseguremos que el tiempo que esté con nosotros son tiempos de práctica, porque lejos de allí los jugadores de hoy en día te aseguro, en una gran proporción no juegan. Yo recuerdo, si voy a mi infancia, que al lado de mi casa tengo una plaza, ahí jugábamos y hasta hacíamos ligas, si los partidos no tenían un resultado concluyente los terminábamos justo antes de entrar en el colegio, antes de que sonase el timbre. Organizábamos ligas locales por barrios por las tardes, nada estructural, muy informales. Pero había diferentes escenarios, diferentes tipos de partidos porque los espacios en que jugábamos eran diferentes. Y creo que eso nos enriquecía muchísimo. Y claro, ellos se encuentran una realidad ahora totalmente diferente. Y si nosotros en nuestro proceso de formación, incluso si hacemos que  el juego no  tenga la presencia necesaria… creo que nos alejamos de  poder enriquecerlos.

 

«La emoción es el pegamento para el aprendizaje. Si un niño está feliz, está contento, vamos a hacer que se retengan mejor los aprendizajes. Que haya contextos afectivos positivos creo que es muy importante»

 

FdB: ¿Estudiáis o leéis acerca de temas relacionados con neurociencia o cómo aprende el niño, el ser humano, para poder aplicar al entrenamiento?

B.F: Para mí, es importante todo el aporte de las ciencias sociales, de las ciencias aplicadas. Todo conocimiento que sea permeable para el entrenamiento en nuestro ámbito, uno debe estar receptivo a ello. Ya te digo que para mí es fundamental que comprendamos los estadíos, las diferencias que hay en cada etapa, cómo el jugador desarrolla sus aprendizajes, por ello, los conocimientos que se extrapolen desde la de neurociencia, de la sociología, de la pedagogía, debemos tenerlos en cuenta. A los entrenadores de vez en cuando les voy pasando información para que vayan leyendo, para que vayan enriqueciéndose. Porque ya te digo que esto no pasa porque tú les des una charla un día, no. Ellos tienen que leer, tienen que fluir las ideas en sus esquemas de pensamiento y que eso rija a la hora de diseñar sus tareas, de diseñar sus entrenamientos y esté presente. Por ejemplo, a mí me gusta mucho leer aportes desde la neurociencia, y lo hablamos en varias ocasiones durante la entrevista, la emoción. La emoción es el pegamento para el aprendizaje. Si un niño está feliz, está contento, vamos a hacer que se retengan mejor los aprendizajes. Que haya contextos afectivos positivos creo que es muy importante, por ello ahí estamos teniendo en cuenta ya aspectos de neurociencia. Si tú les das información que puedan leer, que puedan generarse, como entrenadores, esas ideas que le dirijan en su proceso de entrenamiento, pues creo que ahí les estamos ayudando. Y todo lo que sea extrapolable y permeable al entrenamiento de nuestro deporte es fundamental.

En estos momentos hablo mucho con los entrenadores, porque ven que ahora los jugadores jóvenes se frustran muy pronto, quieren los resultados ya, rápido. Que si uno no consigue los minutos al principio, si los corriges… y se cabrean o debes intervenir… y les digo que es normal, estamos en una sociedad donde los denominados «millenials», los chicos/as que hacen crecido paralelamente con el desarrollo digital, crecen en un  contexto cultural y social que los desarrolla con ciertas debilidades; a menudo lo tienen todo al alcance, y consiguen al momento satisfacer sus deseos, pero al mismo tiempo los hace mas intolerantes, se frustran mucho más rápido si no consiguen las cosas y ello genera debilidad y caracteres complicados. Es que es una diferencia enorme, tú antes por ejemplo tenías que sentarte a determinada hora, tal día, para ver la serie que te gustaba, y ese era un ejercicio de responsabilidad, porque te sentabas y esperabas para poder verla, si no estabas, te lo contaban, pero si te lo contaban ya era diferente. Ya no te gustaba, lo tenías que ver tú. Ahora no. Ahora va, pulsan, lo ven, e incluso si no hay trama, van al final, ven el final y perfecto. Y lo mismo en las relaciones sociales, lo mismo, tú tenías que establecer un contacto porque te gustaba aquella chica y tenías que ir poco a poco, la veías de vez en cuando e ibas intimando. Ahora no, tienen el acceso facilísimo. Y si las cosas no se dan rápido, genera frustraciones, claro, porque no consiguen lo que quieren en el momento. Entonces, ¿Vamos a imponer el cómo éramos antes? No. Vamos a ver cómo son ahora los niños, entender que están culturalizados de una forma, tratar de desarrollar estrategias que  nos puedan llevar a dirigirlos mejor, a desarrollarles valores apropiados como deportistas y ciudadanos.

 

«el error es fundamental en el aprendizaje. Sobre todo, porque genera impacto a nivel subconsciente, una estructuración, que hay determinadas reglas de acción que rigen su rol, sus funciones, los comportamientos en los diferentes espacios y el tipo de relaciones a establecer.»

 

FdB: A veces el error está muy mal visto dentro del entrenamiento. ¿Qué importancia crees que tiene el error en ese proceso de aprendizaje de los niños?

B.F: Pues pienso, que ahí está el inicio del aprendizaje. Si uno lee acerca de pedagogía y recuerdo en el INEF, en materias como entrenamiento deportivo, proceso de enseñanza aprendizaje, sociología… y en relación con la intervención didáctica, yo recuerdo la idea de que el error es fundamental, con el error se aprende. Si tú ya condicionas al jugador para que no cometa ese error no va a entender el porqué de las cosas. “No juegues a jugador de espaldas, ojo por dentro…» Bueno, él tiene que saber que eso es un riesgo, y que en determinadas situaciones podrá hacerlo o no. Pero tiene que comprenderlo él. En ese sentido, para mí el error es fundamental en el aprendizaje. Sobre todo, porque genera impacto a nivel subconsciente, una estructuración, que hay determinadas reglas de acción que rigen su rol, sus funciones, los comportamientos en los diferentes espacios y el tipo de relaciones a establecer.

No podemos castigar tanto el error. Considero que, si lo enfocamos bien y el feedback es adecuado, el error es positivo. El error no deja de crear un bagaje de experiencias. Y cuando uno adquiere experiencia, créeme que seguramente ha tenido muchos fallos previamente. Y eso, al final, construye a un jugador mucho más inteligente, y, sobre todo, en un futuro, con mucha más capacidad para gestionar el error, porque en un futuro sí que el error puede condicionarnos más, ya en el alto rendimiento puede castigar, y más si tú no estás preparado frente a ello. Si tú desde las primeras edades no lo permites, de cierta manera, creo que no lo estás desarrollando para tolerarlo en un futuro, en definitiva, que aprenda que en el error tiene una oportunidad de mejora, de aprendizaje.

FdB: Dentro de ese proceso de aprendizaje y de esa metodología de entrenamiento, hay entrenadores que se enorgullecen de no repetir tareas. Otros que dicen que hay que repetirlas. Otros que no hay dos tareas iguales por las relaciones que surgen…

B.F: Yo creo que tiene que haber variabilidad y variedad. Creo que al jugador hay que presentarle tareas a veces genéricas, a veces de relaciones sectoriales, intersectoriales, con identidad situacional… diferente tipología. Si tú tienes la habilidad de tener variabilidad en la misma tarea y que estén presentes, más o menos, los comportamientos que consideras que son óptimos para las conductas que quieres orientar, creo que es importante. También es relevante que las tareas se aseguren en el tiempo porque a veces se asimilan, a veces se perfeccionan, a veces se fortalecen.

En ese sentido, si uno tiene la capacidad de trabajar en variabilidad creo que enriqueces al jugador pero también hay que saber si el jugador está teniendo retención de aprendizajes. Al mismo tiempo puedes tener mucha variedad de tareas, de forma que desde tareas distintas se optimicen los comportamientos deseados.  Pero lo importante no es tener un repertorio muy bueno de tareas,  si no tener en cuenta que los protagonistas son los jugadores, y si ellos están asimilando las cosas o no. A veces hay conceptos, hay comportamientos, que se introducen, que se van asimilando, se fortalecen, luego se perfeccionan, otras veces haces una tarea que en el momento ya la pillan y son capaces de desarrollarla de forma muy próxima a lo que uno como entrenador tiene en su cabeza.

 

«algo que considero influyente en el jugador, es el autofeedback , es decir, el que tiene uno mismo, este es mucho más poderoso. El entrenador orienta en comportamientos pero las sensaciones propias del jugador tras ello… eso va al subconsciente.»

 

FdB: ¿Qué importancia crees que tiene el feedback como entrenador sobre la estructura de la tarea? ¿Planificáis el feedback que se les va a dar durante la tarea?

B.F: Yo como entrenador cuando diseño una tarea me gusta que las reglas de provocación que tienen lugar provoquen los comportamientos que deseo en los jugadores. Que surjan determinadas situaciones que nos interesa que se reproduzcan o que haya propensión en ellas para que el jugador vivencie un cierto número de veces y comprenda. También el feedback, es decir, las conductas que les das, lo que tú les orientas. Por ejemplo, en un juego de posición el jugador tiene que saber que al estar en una determinada posición crea unas ventajas, que su intencionalidad cambia en función del espacio, que un comportamiento u otro provoca cosas diferentes. Para mí es importantísimo ayudar al jugador a entender esto.

Uno como entrenador supongo que tiene una experiencia sobre el juego que a lo mejor el jugador no tiene aún. Y tú le puedes ayudar al jugador a orientarlo en cosas. Yo siempre le llamo conductas de orientación. Lo orientas, pero luego él tiene que experimentar. En ese sentido, esa es la línea que yo creo.

Por ello creo que el feedback es importante, y mas aún, el cómo enfoques tú ese feedback, el tono de voz que utilizas, el refuerzo que das, este puede ser más positivo, más negativo, el momento en que tú lo dices… también eso hay que tenerlo muy presente. Y muchas veces no atiborrar al jugador de información. Pequeños matices. Creo que hay entrenadores que son muy sutiles en esto. La capacidad de dar 2-3 cosas y el jugador lo percibe rápido. Y eso le ayuda. Asimismo, algo que considero influyente en el jugador, es el autofeedback , es decir, el que tiene uno mismo, este es mucho más poderoso. El entrenador orienta en comportamientos pero las sensaciones propias del jugador tras ello… eso va al subconsciente.

FdB: Gestionar muy bien lo que digas.

B.F: Eso es. Porque al mismo tiempo si hablamos desde un enfoque global, si entendemos al jugador como ser humano complejo, las sobrecargas no son sólo físicas, también las hay cognitivas, emocionales. Muchas veces damos demasiada información y no nos damos cuenta pero el jugador ya está colapsado. No hay sólo sobrecargas condicionales. Ser sutil, 2-3 cosas hoy, 2-3 cosas mañana, y vamos viendo cómo va descubriendo él las relaciones que tiene que establecer en los espacios, cuáles son los comportamientos que queremos que asimile en esas situaciones, en el momento del juego que estamos desarrollando.

 

«es impepinable, no hay un camino a la verdad sólo. Muchas veces los jugadores te descubren las posibilidades y otras formas de solución.»

 

FdB2: La individualidad. Jugadores que necesitan una cosa y otros que necesitan tal…

B.F: Eso es, cada jugador es diferente, no podemos enfocarlo de la misma manera. Yo por ejemplo, me gusta a veces,  que empieza la tarea y te acercas a decirle cosas a éste, a aquel otro otras diferentes… “Fíjate a qué altura estás, tienes que estar por detrás de pelota, ¿Estás en ayuda o no?, ¿Cómo te reconoces en el posicionamiento?, ¿Como jugador con balón qué intencionalidad buscabas?, ¿estás en espacio de ayuda?, ¿puedes relacionarte desde esta distancia?, «Equilibra porque si hay pérdida cuidado que desde aquí no llegas”. Entonces, vas hablando pequeñas cosas. A veces es mejor no parar, y sí, ir  explicando y dialogando cosas. Esto todo durante el juego. Que el jugador vea que vas ayudando. Quizás es más individual como decías, y que no sienta que puedas erosionarle incluso, que paras la tarea y él está frente a todo el grupo y parece que estás rascando en él… no. Tiene que sentir que le estás ayudando, es que si al final están descubriendo el juego! Por ello me parece bien ir construyendo con ellos. Sobre todo, para mí, importante que en el proceso el jugador se reconozca, comprenda su rol e intención táctica, si soy jugador con balón, jugador sin balón, en centro de juego, lejos de centro de juego… todo eso es fundamental. Y luego, es impepinable, no hay un camino a la verdad sólo. Muchas veces los jugadores te descubren las posibilidades y otras formas de solución.

FdB: Dentro del club tenéis la unidad de tecnificación. ¿Cómo surge esta idea?

B.F: Llega un momento en que mi compañero Moreira y yo (yo estaba en el Infantil B y Moreira en el Infantil C), teníamos un grupo con un bagaje motriz y perceptivo medio-bajo. Entonces, nosotros empezamos a hablar de que si queríamos trabajar comportamientos colectivos o grupales, nos estaba faltando lo más importante, que es que el jugador tenga desarrolladas las relaciones básicas, es decir, las que tienen con su cuerpo y con balón. Al final todo esto nos lleva a que ahora no juegan nada, estábamos seguros de que salían de allí y los niños dejaban el balón hasta el día del siguiente entrenamiento. Entonces nosotros creímos que teníamos que incrementar el repertorio motriz en el jugador, de potenciarlo en su relación con la pelota. En ese momento, en un inicio,  nuestra idea era orientarlo a modo clases particulares. Dentro de nuestros grupos de infantil desarrollamos sesiones así, de manera informal, sin realmente crear la unidad y vimos que había progreso, que lográbamos dotar al jugador de un repertorio motriz y táctico útil. Que los niños se enriquecían mucho, que estaban más posibilitados con el juego, porque su relación con balón y con su propio cuerpo era mucho más óptima, entonces podíamos ir desarrollando otros comportamientos de relación grupal. La perspectiva , mejorar lo que ocurre cerca del balón para ir hacia lo que ocurre más lejos del balón. Le propusimos al club desarrollar una unidad de tecnificación, la llevaríamos tanto él como yo, que la coordinaríamos y la trasladaríamos a la práctica, y así fue, establecimos grupos de trabajo homogéneos, más o menos por cierto nivel y comenzamos a trabajar, tuvo muy buena acogida. Iniciamos la cuarta temporada con el trabajo de tecnificación donde ahora está conmigo un gran profesional, Bruno Sueiro.

FdB: ¿En qué crees que le ayuda esa unidad al club?

B.F: A nivel de club, considero que nos da un salto cualitativo. Es un tipo de entrenamiento que enriquece al jugador, porque es un trabajo individualizado que a lo mejor uno no puede centrarse tanto en el entrenamiento con el equipo, es decir, con el equipo no podemos pararnos individualmente tanto con el jugador, y por ello, quizás el tipo de contenidos que se dan no van tanto al plano individual,  sino a uno más grupal o colectivo a veces y no puedes incidir de forma eficaz en eso. Fuimos desarrollando el método, que está  siempre en constante construcción, vamos evolucionándolo, siempre voy cuestionándolo. El planteamiento es ir desarrollando  las habilidades técnico-tácticas desde una familiarización contextualizada hasta el enfrentamiento en mesoestructuras. Trabajamos fundamentalmente en grupos de 9, utilizamos tareas diversas, desde circuitos coordinativos, desafíos coordinativos, estaciones de domino-destreza, rueda de regates-pases, tareas de oposición 1×1, juegos reducidos, hasta juegos de posición o progresión… Y ahí vamos observando la interdependencia en los contenidos, que las relaciones básicas nos  ayudan a que el jugador esté mucho más posibilitado en resolver esas mesoestructuras que se les van a demandar en el juego.

FdB: Muchas veces los entrenadores, cuando tenemos pocos jugadores nos quejamos. ¿No le podemos sacar provecho a esta situación? O mejor dicho, ¿qué provecho crees que le podemos sacar a esta circunstancia?

B.F: Es que yo creo que uno, no debe perder la idea de que el entrenador lo que tiene que hacer es mejorar al jugador, y que esa mejora del jugador produce mejoras al colectivo. Puedo cambiar el plano de entrenamiento, su orientación, pero no sentir que es una sesión perdida. Si un día tengo 10-11 jugadores, 9-8, que puede pasar en determinados contextos, pues no puedo pasar y cargarme el entrenamiento. Tengo que saber que a ese jugador o jugadores, individual o grupalmente, puedo mejorarlos, fortalecerlos o potenciarlos. Hay entrenamientos técnico-tácticos a una escala más micro/meso que puedo desarrollar. Ahora, uno tiene que tener la capacidad de diseñar tareas para estos enfoques aunque al inicio nos pueda costar. Cuando estamos tan acostumbrados a trabajar en estructuras mucho más amplias, colectivas, claro, nos podemos ver condicionados. Pero debemos desarrollar esa capacidad de ajustarse, ya que es probable que esas circunstancias (tener pocos jugadores) puedan ocurrir, así que tengo que aprovechar la sesión de entrenamiento y tener la capacidad de influir en esa mejora individual.

Y luego, también te diría, que esta orientación es necesaria en etapas de fuerte crecimiento, infantiles-cadetes, ya que los jugadores están desajustándose continuamente. Nosotros en TEC desarrollamos contenidos para reajuste perceptivo-motriz porque el jugador va desarrollandose, sus extremidades, su cuerpo, crecen, y hay que reafinarle, hay que incidir en el control motor. Han desajustado su relación con el balón, porque han desarrollado, han crecido y su esquema corporal ha cambiado. A nivel perceptivo-motriz tienen que volver a ajustarse. En su juego podemos notar una torpeza, estamos en etapas sensibles a esto.

FdB: ¿Cómo planificas los contenidos de la unidad? Ya tienes un contenido por nivel o según los jugadores que vengan planificas.

B.F: Lo que hacemos es lo siguiente: nosotros empezamos ya con una perspectiva, adaptada de las fases de Gréhaigne, Lago, Casais, Pacheco…  nos hablan de dominio del cuerpo, relación con balón, presencia de adversarios, presencia de adversarios y compañeros…  en ese sentido vamos progresando. ¿Por qué? Porque al jugador lo sitúas desde situaciones de menos complejidad a más complejidad. Y las habilidades van a apareciendo, porque igual las habilidades técnicas están desde un principio en situaciones mucho más facilitadas, casi sin oposición a otras con oposición y complejidad. En ese sentido yo, por ejemplo, fui evolucionando. Hay algo que me marca y es leer mucho a Juanma Lillo. Y dice que nosotros aprendemos o nos construimos como redes no como pirámides. Por ello trabajo en torno a esferas de contenidos, interrelacionando  los contenidos porque las esferas tienen interdependencia,  ya no lo hacemos por fases. Para que lo comprendáis,  a nivel conceptual distribuimos cuatro esferas de relación: las relaciones básicas (la que tiene uno con su cuerpo y con la pelota), las relaciones de oposición (1×1), las colaboraciones simples (que van desde el 2×1 al 2×2) y luego las colaboraciones más complejas, tanto en aspectos ofensivos como defensivos (3×3, 4×4 y sus asimetrías).

Otra orientación es que nos gusta trabajar en torno al constructo o unidad técnico-táctica. Porque sé que al final el componente técnico (me gusta la definición de Lanier, la técnica es solución motriz), es solucionar un problema del juego a través de la motricidad, la posibilidad que tenemos en  función de nuestra relación con el balón, compañeros y adversarios. No me gusta el concepto tradicional, de modelo biomecanico de ejecución, ni el concepto de técnica ideal, ni de eficiencia-eficacia… porque no. Cada uno tiene su técnica, sus posibilidades. Es más, el jugador durante su etapa va cambiando. Uno con 20 años o con 30 tiene unas posibilidades diferentes. Ha cambiado nuestra estructura, nuestra cultura táctica, nuestras posibilidades. Luego, nuestra ejecución no es igual. Lo importante comprender que la técnica es un medio para conseguir un determinado fin, es la solución motora a un problema del juego. Damos ese enfoque, desde una familiarización más contextualizada en situaciones de menos oposición hasta situaciones de más oposición o complejidad.

Aquí existen divergencia de pensamientos. Hay autores que creen que es importante enfocarlo desde estrategias globales, jugadas. Y hay otros que consideran que deben ser desde estrategias más analíticas. Desde mi opinión, creo que es un enfoque adecuado de ambas. He leído mucho y la experiencia me dice que claro, si uno no domina una habilidad, uno la descarta como opción táctica, esto se llama motricidad de confianza, es decir, realizo aquello que domino. Cuantos niños hemos visto que no dominan el regate y acaban haciendo cobertura técnica o protección de balón. Porque no la dominan. Si yo lo pongo en situación de juego, el niño no va a utilizar esa habilidad. Porque no la domina, pues el juego te demanda eficacia. Entonces tenemos que utilizar estrategias mas análiticas o escenarios mucho más facilitadores. Y a medida que se van desarrollando y van teniendo mayor capacidad, vamos desarrollando escenarios de mayor complejidad. Por eso creo en el concepto de las esferas, vamos fortaleciendo al jugador en las esferas de relación del balón y dominio del cuerpo, que son las relaciones básicas. Vamos a darle un repertorio útil que pueda utilizar luego con oposición. Pero claro, si yo ya meto directamente en relaciones de oposición al jugador y no tiene dominio de relaciones básicas, creo que le es muy complicado. Aún así, incluso en las relaciones básicas, los contenidos deben ser contextualizados. Las tareas han de vivirlas. Si yo te hago una rueda de regates o una rueda de pases, aunque sean picas… ya lo sé, ya sé que no hay un componente de imprevisibilidad, pero debemos llevarlo hacia ese constructo técnico-táctico. Esto es una pica, pero existe un espacio de engaño, un espacio de salida, tienes que hacer la finta o conducción controlando tu velocidad de  aproximación, la forma de dominar esa conducción, el espacio… Bueno, le estás dando ciertas ayudas para que luego, cuando esté en una situación real, conozca e interprete cosas. Pero si lo metemos directamente en una situación real, le es más complicado.

Luego hay autores que vienen del balonmano como Pinaud, que nos dicen que debemos automatizar gestos, pues nos ayudan a liberar el campo visual, porque  si yo tengo automatizadas ciertas habilidades, no necesito control visual sobre la pelota, lo que me permite tener capacidad de levantar la cabeza, de visión periférica. Luego también hay los que dicen que si tenemos automatizados los gestos, tenemos un problema grande porque no somos capaces de adaptarlas a las circunstancias cambiantes.

Creo que un poco está, en una divina proporción, ni en un lado ni en otro. Está en saber caminar en ambos lados del río. Y tener la capacidad de saber que en cada momento, o que cada jugador, o cada grupo, me va a demandar una densidad diferente. Si tenemos muy claro, en descartar aprendizajes mecanicistas, de reproducciones tipo, de demostraciones de ejecuciones de las habilidades, somos conscientes del contexto cambiante en los deportes de equipo. Nos decantamos más por crear escenarios de aprendizaje, les damos ciertas orientaciones, ellos tienen que familiarizarse, experimentar, construirse en función de sus posibilidades con la pelota y con su propio cuerpo.

 

«Si al jugador le ayudamos a vivenciar muchas situaciones, con variabilidad, de las que se le pueden presentar por su posición en el campo, creo que le ayudamos.»

 

FdB: No sé si en la unidad lo hacéis o en el propio club. Hay gente que valora muy positivamente entrenamientos enfocados a puestos específicos.

B.F: En el club estamos trabajando, más que en puestos específicos, trabajo por sectores. Porque hay una serie de relaciones que involucran a determinados sectores, pero con el poco tiempo de entrenamiento que tenemos se antoja complejo. Te puedo decir que creo en el trabajo individualizado, no individual, porque el juego es colectivo, es de interacción, pero lo podemos individualizar, que aparezcan muchas veces las situaciones/acciones que se le van a solicitar al jugador. Si nosotros trabajamos con la línea de atacantes las finalizaciones, van a tener unas experiencias, comportamientos situacionales para ellos,  y eso es importante, pero al mismo tiempo tienen que saber que esas situaciones llegan, previas a comportamientos con otras líneas, comportamientos colectivos. Si nosotros aislamos demasiado eso, es la dicotomía de separar y reducir el juego en partes, que el jugador pueda perder de vista el reconocimiento.

Si al jugador le ayudamos a vivenciar muchas situaciones, con variabilidad, de las que se le pueden presentar por su posición en el campo, creo que le ayudamos. Por ejemplo, si uno trabaja juegos de posición de inicio y construcción, donde involucra mucho a centrales, medios centros, pivotes, medias puntas… claro. Fortalecemos mucho esas relaciones porque el jugador va a vivenciar diferentes tipos de comportamientos. Si aislamos demasiado al jugador de sus relaciones podemos perder la perspectiva.

Invitado: Hay gente que no es partidaria de asignar unas posiciones fijas hasta determinada edad. O jugadores que ahora mismo en una categoría aporta más en una posición más avanzada. Por ejemplo, un extremo que va a acabar de lateral. ¿Eres más partidario de variar o darle ya al jugador…?

B.F: Bien. Yo cada vez soy más partidario de no tener ideas fijas. Porque cada vez que tengo alguna cosa asignada, la experiencia o la práctica ya me dice: matízala, cámbiala… ¿Por qué se dice que al jugador hay que rotarlo por posiciones en las primeras etapas? ¿Para que vivencie diferentes posiciones y funciones? No sabría decirte una determinada etapa en la que concluirlo. A medida que el jugador va desarrollándose, vamos observando qué posibilidades tiene con el juego, pero oye, cada jugador se desarrolla de forma diferente!

Invitado: ¿Pero cuándo consideras tú?

B.F: Cada uno es diferente. Mira, Philip Lahm, lo hemos hablado. ¿Cuándo descubrieron a Lahm como medio centro? Con treinta y pico años, la ostia. Yo creo que uno tiene que intentar, observar y conocer qué posibilidades tiene el jugador. Hay jugadores que vemos que tienen una agresividad competitiva, que evitan que el rival pueda penetrar, hay jugadores que son muy difíciles de desbordar y superar en el 1×1. Estamos viendo que tienen unas capacidades defensivas muy buenas. Ahí ya podemos tener ciertas orientaciones de en qué espacios puede jugar. Hay jugadores que construyen muy bien. ¿Pero en qué altura? Hay jugadores de 180, hay jugadores de 360, que pueden girar, que son capaces de cambiar orientaciones del juego, que son versátiles, que manejan ambas piernas, que tienen buenas conducciones, que son fintadores, que tienen desborde asociativo… creo que en eso hay un periodo de observación, y sobretodo de desarrollo del jugador muy amplio. Asegurar a decir que es un jugador de una determinada posición… Depende, el jugador es complejo, es situacional, no lo encorsetemos.

 

«como entrenadores debemos encontrar las potencialidades del jugador y que se expresen en los espacios idóneos.»

 

Invitado: Voy más a la competición. A dónde te da más por la etapa en la que está. Y al final, a lo mejor castigas al jugador durante dos años porque en ese momento el equipo necesita de él en tal posición y no le vas a beneficiar.

B.F: Sí, a ver.  Ahí el enfoque que das, es donde ayuda más al equipo, podemos verlo también como un ejercicio de honestidad para el jugador. El jugador sabe que es un jugador de equipo y que a lo mejor las necesidades del equipo le están solicitando que tiene que jugar en esos espacios, en esa posición. Y es un ejercicio de responsabilidad de él. Al mismo tiempo, si le damos una visión progresista, le dices: “oye, esto te va a construir, te va a dar más capacidad de poder jugar en diferentes posiciones”.

Ahora, como entrenadores debemos encontrar las potencialidades del jugador y que se expresen en los espacios idóneos.

Invitado: Yo el año pasado utilicé a un jugador en todas las partes del campo. De central cuando necesitaba unas cosas, de medio centro cuando necesitaba otras y delantero cuando necesitaba otras. Y al final, pensé si no le produciría algún aprendizaje por variarlo tanto de posición. Sí sé que él sabe lo que tiene que hacer en cada una y que no pone ninguna pega porque es un jugador de club y de equipo, pero al final me voy con el sabor de si de verdad le estoy haciendo…

B.F: Bueno. Yo creo que ahí es el acercarse a él y preguntarle cómo se siente, qué le gusta, si se notó cómodo, si notó que resolvía bien…

Invitado: Sí. Pero digo de mí mismo hacia él. No me quedo…

B.F: Lógicamente, no puedes imponer. Tú sientes cuando un jugador es más sensible a lo que tú le dices o que tú lo orientes a determinados espacios o que asuma un rol. Tienes que saber cómo responde. Si tú impones, puedes imponer un día, dos partidos… determinadas circunstancias. Si eso lo prolongas en el tiempo, puedes erosionar al jugador. Creo que hay que acercarse. Si éste es un deporte de equipo, tiene que saber que las funciones donde tú lo tratas de ubicar ese día ayuda al equipo. Si él es un jugador con esos valores asimilados, creo que puede asimilar muy fácil. Lógicamente uno no puede ir en contra de las voluntades. Si él no tiene la voluntad, podemos ir desgastándonos. Hay muchos jugadores que tienen las capacidades para poder asumir diferentes funciones dentro del campo y creo que también es riqueza para él. Hay otros que no tanto…

 

«cada vez soy más partidario de no establecerme reglas fijas o ideas fijas de actuación porque sé que éstas varían. Porque ahora hago esto y dentro de tres meses matizo lo que hacía. Pero lo importante es la honestidad y la convicción con que lo haces y que sea congruente.»

 

Invitado: Yo lo veo así, pero después, cuando lo pienso en frío, no estoy tan seguro de si a nivel formativo será tan bueno. Porque es lo que comentabas antes del período que asimilen los conceptos, cuando hablabas de las tareas. Pues lo mismo en el tema de la posición.

B.F: Sí. No hay verdades absolutas. Yo creo que uno tiene que tener ciertas convicciones de cómo quiere que sea ese proceso de entrenamiento, de cómo quiere que sea la idea, pero tú no te puedes castigar de si lo estaré haciendo mal… pues con la experiencia habrá cosas que pensarás que habrás podido equivocarte, otras que lo has hecho bien. Yo cada vez soy más partidario de no establecerme reglas fijas o ideas fijas de actuación porque sé que éstas varían. Porque ahora hago esto y dentro de tres meses matizo lo que hacía. Pero lo importante es la honestidad y la convicción con que lo haces y que sea congruente. Y creo que, sinceramente, si uno se acerca al jugador y tiene esa adherencia con él, le pregunta… el jugador es mucho más receptivo. A veces hay entrenadores que llegan, ponen la alineación, te ubican ahí y no trabajo contigo nada! y eso… puede suponer un contravenir en el jugador… incluso desconfianza porque puede pensar que no está capacitado para jugar ahí.

FdB: Centrándonos mucho más en el tema de captación. ¿Cuál es el mayor vivero del Bergantiños?

B.F: Nosotros, realmente, tratamos de que nuestro vivero sea, Concello de Carballo, Comarca de Bergantiños y Costa da Morte. ¿Por qué? Porque creo que somos el club representativo. A mí me pasó. Yo soy de Laxe y a mí cuando vino a buscarme en cadetes el  Bergantiños CF fue una ilusión tremenda. Estoy a media hora de camino, y junto con el entrenador teníamos que buscar estrategias para poder ir a entrenar porque mis padres no me podían llevar, pero no lo dudé , solo pensar en vestir esa camiseta me hizo superar los obstáculos.

Considero que sobre todo, en zonas de costa, sigue habiendo mucho talento. Porque hay en lugares como Fisterra, como Corme, que sigue habiendo fútbol callejero, fútbol sala… y los niños vienen con mucha riqueza. Hay que ordenarlos, dotarlos de cierta cultura táctica a esos jugadores, pero creo que tienen una riqueza que se pierde en las ciudades. El jugador ahí es un jugador mucho más pícaro, posee capacidades individuales muy desarrolladas. Tienen ya un bagaje de fútbol de calle amplio que los ha fortalecido mucho. De eso yo no tengo la menor duda.

FdB: Y es más competitivo.

B.F: Mucho más competitivo. Sin duda. Y creo que tenemos que llegar ahí. Es difícil y a veces hay entornos muy alejados. Estamos tratando de unificar criterios con clubs, tener buenas relaciones de colaboración, ciertos convenios… hacerle ver la perspectiva de que puedes ayudar a ese jugador porque le damos un nivel de competición mayor y le damos un estímulo importante para él, medirse a equipos importantes: a un Celta, un Dépor , Lugo en División de Honor… Yo creo que es un entusiasmo para progresar brutal para el jugador. Entonces claro, nosotros cuando vamos a esos lugares tratamos de hacerlo con la mayor honestidad, a modo de dar un salto de calidad a su formación, un mayor estímulo de competición. Nuestro vivero tiene que ser ese. A veces también accedemos a jugadores de Coruña porque tienen raíces en Costa o tienen lazos familiares y eso los atrae. Y sobre todo, el entorno nuestro de Carballo. El deporte carballés tiene que estar presente en el Bergantiños CF. Es fundamental.

 

«Yo a los padres, es que les tengo una admiración total porque es un compromiso para el desarrollo de sus hijos grandísimo.»

 

FdB2: ¿Alcance máximo?

B.F: Nosotros por ejemplo tenemos a Fisterra, que puede estar a una hora de camino. Es decir, hay niños que hacen una hora de camino para venir. Yo a los padres, es que les tengo una admiración total porque es un compromiso para el desarrollo de sus hijos grandísimo. Luego tenemos gente de Corme, que puede estar a 35 minutos. Luego gente mucho más cercana, del propio Carballo. No sé. ¿Radio de acción? Date cuenta, Fisterra ¿a qué puede estar? ¿75km? No sé ahora exactamente. Uno tiene que trasmitir a los padres y tiene que responsabilizarse de que cuando el niño viene aquí y deposita su confianza, que se lleve experiencias positivas. Que vea que crece de forma humana, de forma deportiva, los padres tienen que ver que su esfuerzo, que el esfuerzo de traer al niño vale la pena.

 

«Uno tiene que trasmitir a los padres y tiene que responsabilizarse de que cuando el niño viene aquí y deposita su confianza, que se lleve experiencias positivas. Que vea que crece de forma humana, de forma deportiva, los padres tienen que ver que su esfuerzo, que el esfuerzo de traer al niño vale la pena.»

 

FdB: Es una responsabilidad también el pensar en el esfuerzo de esa gente y que hay que darle algo a cambio.

B.F: Sin duda. Uno tiene que ver que si se viene de esos entornos tan alejados, se viene con una ilusión, con unas ganas… Pensad en un chico con una hora de camino. Es muchísimo.

FdB: Ida y vuelta.

B.F: Y todos los amigos y tiempos de ocio que dejan. Claro. Esa ilusión con la que parten de casa, esa sonrisa con la que llegan tiene que ser la misma con la que se van. Y desando volver al día siguiente de entrenamiento. Si nosotros cumplimos eso, estamos asegurando que eso perdure en el tiempo. Sino va a tener fecha de caducidad. Y que no sólo te vengan por estar en  una determinada categoría. Que igual sólo les seduce el salto competitivo que les das. No. Que vean un salto formativo también.

FdB2: ¿Qué peso otorgas al sostenimiento o al crecimiento del club a la competición, formación, captación? ¿Qué importancia tiene la captación en todo esto?

B.F: Fundamentalmente a la formación, al buen desarrollo de los jugadores. Captamos, sobre todo, cuando vemos que necesitamos un grupo que compita bien en la categoría y a través de la configuración de la plantilla, consideramos que necesitamos a determinados jugadores. Tenemos una base de datos con jugadores, y viendo necesidades, tratamos de acceder a ellos y ver la posibilidad de que se incorporen. Aún así, pensamos que debemos trabajar mucho con lo que tenemos.

 

«me gusta el jugador que tiene ganas de aprender, que se esfuerza, me gusta el jugador que se compromete con el grupo, que es buen compañero.»

 

FdB: ¿Buscáis algún perfil de jugador concreto?

B.F: En primer lugar me gusta el jugador que tiene ganas de aprender, que se esfuerza, me gusta el jugador que se compromete con el grupo, que es buen compañero. Personalmente, me gustan los jugadores versátiles, que puedan actuar en diferentes posiciones/espacios. En las primeras etapas es importante ver aquel jugador que está posibilitado motrizmente, que posee buenos comportamientos técnico-tácticos individuales,  luego hay otros mas desarrollados condicionalmente o con mayor capacidad competitiva, que nos pueden ayudar a  desarrollar a otros al lado de ellos. No me gusta tampoco, poner etiquetas al jugador, no. ¿Quién es el mejor jugador? Pues depende de la situación de juego, y en esa situación el que la mejora. No me gusta categorizar, no me gusta establecer escalas cuantitativas, no me gusta. Creo que es todo mucho más cualitativo, mucho más observacional y el placer que te produce verlo, la sensibilidad que tiene con el balón, cómo mejora las situaciones… me gustan otro tipo de cuestiones más cualitativas, luego otras mas tácticas, que tienen que ver más con los principios que rigen el juego.

FdB: ¿Cómo estructuras o gestionas la captación? ¿Tenéis un seguimiento semanal?

B.F: Nosotros estamos desarrollando una base de datos en la cual incorporamos jugadores, los dejamos reflejados y hacemos seguimiento. Determinados entrenadores por áreas limítrofes, van a ver determinadas categorías porque tienen vocación y les gusta y nos dan información. Luego hay entrenadores que son seleccionadores en Costa: sub12, Sub15, que tienen controladas esas etapas, a través de ellos hacemos también un seguimiento. Con esa información vamos creando una base de datos. Al final del año valoramos qué es lo que tenemos y si es necesario incorporar. Y si es necesario, qué perfil o qué jugadores pueden encajar mejor. En ese sentido, lo estructuramos así. No es una estructura, vamos a decir, demasiado profesional lógicamente. No tenemos capacidad para ello. Pero sí tratamos que nuestra zona de costa pueda estar observada. A veces se nos escapan jugadores. Pero si está claro, es que la información que tengamos, la dejemos registrada. A veces pueden incorporarse durante el año, a veces al final… Sobre todo, zonas de Costa, pero debemos saber las posibilidades de transporte. Antes de llegar al jugador y mostrarle nuestra intención y que se pueda ilusionar, primero nos tenemos que asegurar que el entorno lo posibilita a y luego iniciamos contacto.

FdB2: ¿Cómo es el proceso de fichar a alguien?

B.F: Bueno, lo primero que hacemos es hablar con el club, saber si el club está receptivo. Eso es fundamental. Creo que es uno de los problemas mas graves del fútbol base. Entrenadores que esperan a la salida de los campos para hablar con los niños, seducirlos, convencerlos, y luego vienen los problemas. Se lo transmiten los niños a los padres, los padres a los clubs y hay problemas. No. Yo creo que hay que tener honestidad con los clubs que están trabajando en la formación de ese jugador y  debemos informarlos de que tenemos esa inquietud por poder incorporarlo. Luego a veces hay clubs que son más o menos reticentes.

Ahora estamos buscando mucho, a través del convenio con el Deportivo, de que puedan ir a entrenar a Abegondo. Si no son jugadores de su perfil, luego entrenan con nosotros. Vemos si encajan. Hay que ser muy sutil en este aspecto y ver al jugador con perspectiva. Puede ser buen jugador en su entorno porque es líder, porque tiene un estatus y allí es muy valorado y cuando lo sacas de allí, no tiene ese nivel. Hay otros muchos jugadores que no quieren. Hay cantidad de jugadores jugando en local que no te quieren subir a jugar en otras categorías. Pero cantidad. Porque el estatus que tienen en esos equipos, en esas categorías, en su pueblo es fundamental para ellos,  no quieren salir de esa zona de confort por así decirlo. Y sobre todo el fútbol genera un estatus social en sus zonas, son muy valorados y no quieren dar el salto, entonces es complicado. Hay que asegurar todo el proceso, que el vínculo familia, escuela, jugador sea favorable.

FdB: Ahora hablabas del Deportivo, y antes lo mencionabas también. ¿Qué convenios tenéis? ¿Qué os aportan y qué aportáis vosotros?

B.F: Ahora mismo con el descenso está pendiente de cerrarse otra vez, el convenio nos enriquece. El Deportivo es uno de los clubs referentes en Galicia, nuestro entorno además es muy deportivista. Al mismo tiempo tenemos también  buenas relaciones otras canteras importantes de Galicia. Tenemos un convenio que nos permite una fluidez de información con ellos, darle acceso a información de los jugadores que nosotros tenemos o seguimos, además los jugadores que se incorporan a nuestra estructura también ven una cercanía para poder ser visibles y ser observados. Y sobre todo considero que para el Deportivo también es importante, porque tienen asegurado un proceso de formación de determinados jugadores aquí y que puedan captar e incorporarlos a su estructura más adelante.

Fdb: ¿Crees en promocionar jugadores a otras categorías o jugadores de primer año que por nivel juegan con los de segundo? Hilando un poco con lo que te decía antes de las decisiones de club que el entrenador a veces no entiende. Por ejemplo un infantil muy bueno, que lo quitas de ese equipo infantil y lo mandas al cadete porque consideras que al jugador le hace falta subir de categoría.

B.F: Yo creo que hay que individualizar todo y ver cada caso. Si vemos un caso de un niño que a nivel futbolístico tiene unas capacidades para competir en otra categoría pero no las tiene emocionales, puede ser contraproducente subirlo, porque claro, las inquietudes en un vestuario cadete no son las inquietudes que tiene un infantil. Y quizás no es adecuado ubicarlo ahí… Entonces, en cada caso hay que saber tomar la decisión.

Para nosotros, en nuestro contexto, es importante que si un jugador tiene mucha repercusión en el cumplimiento de un objetivo para un grupo, mientras no se asegure el objetivo de ese grupo, ese jugador deba estar participando ahí. Si determinado jugador es muy importante para el desarrollo de otros jugadores o para el cumplimiento de un objetivo colectivo, creo que debe seguir en ese grupo. A medida que se va consiguiendo, podemos promocionarlo a otras etapas si lo vemos conveniente. También depende mucho de la situación la verdad, momento de temporada, pertenecer a un grupo cuyo objetivo está cumplido, jugador que está posibilitado futbolísticamente pero también posee el carácter y desarrollo emocional adecuado.

Creo que todo es más complejo que establecer una norma. Hay que atender a más cuestiones que a verle un nivel competitivo mayor, cada caso va a decirnos si es conveniente o no.

 

«de un jugador valoro su honestidad. Valoro su capacidad de compromiso con el grupo, con el juego. Para mí es fundamental. El que vea al entrenador como un facilitador, como una persona que le está ayudando. Creo que, al final, a todos nos gusta ese jugador que nos mira y que siente admiración por su entrenador.»

 

FdB: ¿Qué valoras de un jugador?

B.F: Para mí de un jugador valoro su honestidad. Valoro su capacidad de compromiso con el grupo, con el juego. Para mí es fundamental. El que vea al entrenador como un facilitador, como una persona que le está ayudando. Creo que, al final, a todos nos gusta ese jugador que nos mira y que siente admiración por su entrenador. Ese brillo que hablábamos antes, esas ganas de mejorar diarias. Que sea responsable, que tenga esa capacidad de mejora, de aprender,que sean buenos seres humanos, en todas las facetas.

FdB: ¿Qué es lo que más te agota como coordinador? Lo que más energía te quita.

B.F: A mí lo que más me erosiona seguramente son los pequeños conflictos diarios que puedan surgir. Que uno tiene que desgastarse en esa relación padres-entrenadores-jugadores. Creo que eso es lo que más desgasta. Luego, muchas veces a los entrenadores hay que hacerles ver que hay muchos problemas o cosas que un coordinador puede solucionar y otras no. Es decir hay cosas que el entrenador tiene que saber gestionar, que se pongan en nuestro lugar. Si son 10-11 entrenadores y recibimos llamadas o WhatsApp de uno todos los días… multiplícalo por 10. Es una locura. Hay cosas que tú tienes que gestionar y que están dentro de las competencias que tú tienes como entrenador. Tú diriges a un grupo y los pequeños problemas del grupo debes solucionarlos. Cuando hay cosas que ya no abarcan tu competencia o necesitas ayuda, entramos nosotros.

Asimismo, tenemos que educar más a los padres en cultura deportiva. A sus niños tienen que orientarlos, que ayudarles a comprender que muchas veces hay que prepararse para el “no”, que no están aptos todavía para esa categoría, o para tener ese rol que desean, para los minutos que están solicitando, esa realidad los prepara para la vida también, ya que también van a tener adversidades. Muchas de las relaciones y de la erosión que puede tener un coordinador vienen por ahí.

Por otro lado, en mi caso con los entrenadores, prácticamente nada, tenemos suerte con ellos y además una muy buena relación. Sobre todo, somos muy cercanos a ellos, no ven en mí una persona que les impone ni casi creo que vean la figura de jefe. Sino más, el de una persona que les trata de ayudar. Me gusta tener una línea horizontal con ellos, que no vean que hay una línea vertical. Lógicamente, me tengo que asegurar que hay determinadas cosas que se están cumpliendo. Pero en esa línea de ayudador.

FdB: Tú que estás metido de lleno en el fútbol base. ¿Crees que se va a acabar profesionalizando el fútbol base? Y si esa inversión daría más “rendimiento” a los clubs.

B.F: Considero que estamos mejorando mucho en la formación de los entrenadores, eso repercute en poder mejorar el proceso de formación en futbol base. Cada vez más, se exige formación académica, titulaciones, disponibilidad horaria… pero necesitamos aún mejorar los recursos para que las condiciones sean mejores, que se regularice el deporte y la labor de los técnicos. Todo ello repercute sin duda en la mejora de la formación de nuestros jugadores, por lo que es rendimiento para el clubes.

FdB: Tú que jugaste en e Fabril, Murcia (que son equipos profesionales) y ahora estás en el Bergantiños. ¿Crees que hay en Galicia talento de entrenadores y jugadores para tener un modelo similar al Athletic de Bilbao? O Real Sociedad que tiene el equipo poblado de canteranos. Jugadores que salen de aquí, oportunidades para los chicos de aquí, que no se busca fuera…

B.F: A ver, talento lo hay. Creo que hay jugadores de muy buen nivel. Pero al final la gente que dirige tiene que orientar más sus enfoques a si prefieren formar y centrarse en una idiosincrasia de jugadores de base, del entorno o si quieren competir y sacar rendimiento a corto plazo. Si en las direcciones está gente con ese perfil formativo, es una posibilidad. Pero sino es complicado. Y luego también el aficionado, hay un componente cultural en eso. Tú te vas al País Vasco que es una cultura muy arraigada, y ves una identidad propia. Aquí en Galicia, quizás si mejoramos ese sentido de pertenencia… Materia prima la hay. Lo que falta es tener el convencimiento tanto aficionados como dirigentes, de tener la capacidad de ver esto a largo plazo y que quizás los resultados en un principio no se consigan. La cantera del Athletic es un enfoque de cantera que no viene de un día para otro. Lleva arraigado mucho tiempo y va sensibilizado con una forma de vivir, de ser, que hay en el País Vasco.

FdB: ¿Qué importancia das a la formación propia del entrenador? ¿De qué manera lo haces?

B.F: Es vital. Creo que es una competencia que como entrenadores debemos tener, la capacidad de aprender continuamente. Esa competencia de aprender a aprender es fundamental. Tenemos que estar con esa inquietud, con esas ganas de mejorar, de explorar y no agarrarnos a lo que sabemos. En nuestro ámbito estamos en continua evolución, nuestro deporte es foco de estudio y recibimos gran cantidad de información, debemos saber acceder a ella y enriquecernos, ampliar nuestro bagaje de conocimientos… Yo creo que cuando uno aprende, lee cosas que no conocía, eso le despierta un entusiasmo, genera una emoción muy positiva.

Personalmente, para formarme leo mucho, soy usuario externo de  la biblioteca del Inef, voy mensualmente para documentarme y acceder a préstamos de bibliografía que considero relevante. Además, estoy subscrito a diversas páginas web, revistas digitales, etc. A través de las redes sociales también, en ellas tenemos gran cantidad de información a nuestro alcance. Lo que si considero fundamental es ver fútbol, hay que ver mucho fútbol, eso mejora nuestra capacidad de observación y análisis.

FdB: Como coordinador, gestionando esto de formarte como profesional y hacer tu labor en el club, ¿cómo es un día tuyo?

B.F: Bueno en general me levanto pronto y desayuno. Por la mañana trato de ir realizando algunas labores de coordinación que tengo establecidas. Al terminarlas, me gusta leer, tengo lecturas pendientes (almacenadas en una carpeta) por lo que siempre tengo alguna lectura. Diariamente voy desarrollando el planteamiento metodológico, el método que vamos haciendo, que vamos desarrollando. Últimamente estoy trabajando mucho en los comportamientos que queremos que puedan ser asimilados por los equipos en los diferentes momentos de juego, haciendo cortes de vídeo para que sea mucho más fácil de transmitir la información a los entrenadores. Desarrollo tareas, estoy con la  realización de un catálogo de tareas para que los entrenadores puedan visualizarlas e utilizarlas si las consideran oportunas. Hay mañanas que veo fútbol, partidos que me descargo de equipos que considero referentes, para visualizarlos y analizarlos, de ahí extraer ideas o conceptos y hacer cortes. También realizo mis entrenamientos de tecnificación, visualizo las cosas que grabamos, etc.

A las tardes tengo los entrenamientos de tecnificación, tras ellos, entreno con el primer equipo, termino y me voy a casa. Otros días, trato también de evadirme y tener mis momentos como jugador, que son importantes. Reflexionar sobre los partidos, sobre los entrenamientos… Porque aunque ya tengo unas competencias como coordinador y como entrenador, soy jugador y me gusta tener los momentos de pensar cómo nos ha ido en la competición, el entrenamiento de ayer… También me gusta tener tiempo para poder reflexionar sobre ello. Hay momentos que desconecto totalmente porque necesito evadirme del fútbol. Esos días tengo los momentos de ocio con mis amigos, de lectura general, veo series que me gustan… cosas de ese tipo.

FdB: Aquí nos gusta mucho la lectura, así que te vamos a pedir que nos recomiendes un libro, que no tenga que ser necesariamente de fútbol.

B.F: Os recomiendo un libro que estoy leyendo de psicología de Rosa Coba: Fútbol: el jugador es lo importante (disponible en la Tienda FdB). Y es algo que me está ayudando mucho a entender al jugador como estructura compleja. Creo que nos hemos centrado mucho en entender el juego pero sin saber comprender a los protagonistas, a los jugadores. Es un libro muy, muy denso. Los primeros capítulos, hay que leerlos con mucho detenimiento. El libro nos ayuda a entender al jugador como ese ser humano complejo, de la importancia del aspecto psicológico, de las emociones a la hora de entrenar a un equipo de fútbol.

FdB: ¿Cómo afecta todo este tiempo que dedicas al fútbol a tu vida personal? Tiempo que le restas a familia, amigos…

B.F: Cuando algo se vive de forma pasional, te afecta. Cuando las cosas no van bien uno llega a casa triste, fastidiado, no le gusta hablar con nadie, estás en su mundo… Pero debemos aprender a desconectar. Sé que es difícil. Si se es pasional y se tiene vocación por algo es difícil que no te influya. Aunque tú puedas tratar de dejar aparcado todo lo que involucra al fútbol, como ser humano las vivencias que vamos teniendo nos van condicionando. Y si por circunstancias no nos está yendo bien en nuestro equipo, en nuestra estructura, en nuestras funciones, nos va a otros ámbitos de la vida, el resto de relaciones que tengamos van a estar condicionadas también porque hay una frustración, hay unos miedos, hay unos temores, hay unos momentos de estrés…. Todo eso es difícil quitárselo de encima. Uno no llega con el disfraz a casa, se lo quita y ahora soy otro. Creo que también es una habilidad que uno debe ir adquiriendo porque debemos cuidar el resto de relaciones, con la familia, con tu pareja, uno tiene que regarlas de felicidad, de cariño, y tiene que estar comprometido al 100%. Nuestra vida personal es muy  importante, el motor que nos posibilita todo lo demás.

FdB2: Esta es más personal. ¿Cómo te ves a nivel personal dentro de 3-5-6 años? ¿Te ves aquí? ¿Todo esto que haces aquí te abre puertas para ir a un club de mayor tamaño? ¿Te ves en el fútbol o no? ¿Te ves como entrenador o como coordinador?

B.F: Primero debo decir que estoy encantado y agradecido porque estoy en un club que me ha formado a mí y me permite estar ayudando en el proceso de formación de nuestros jugadores. Y mira, ahora me está sucediendo un caso maravilloso, a jugadores que he entrenado en infantiles, son juveniles ahora,  y están participando conmigo en entrenamientos con el primer equipo. Eso es la ostia. Porque los has visto crecer, les has ayudado en su formación, hemos tenido una relación entrenador-jugador, y ahora somos jugador-jugador. Eso es brutal.

Luego cuando algunos compañeros me dicen: “oye, si tuvieses la posibilidad de irte a otro sitio…”.Creo que cada cosa tiene su momento. De momento soy jugador también, queda poco, pero siento aún el compromiso con el juego como jugador. A nivel entrenador/coordinador estoy en una etapa donde para mí, esto es un laboratorio, tengo autonomía para trabajar, y para mí eso es una riqueza brutal. No tenemos un entorno que nos condicione, que nos limite en cosas y eso para mí es un escenario para crecer muy bueno. Lógicamente en otros lugares hay otros recursos, tienes acceso a otro tipo de cosas, eso seduce también, pero ahora mismo estoy disfrutando mucho. Es más, es probable que si las circunstancias son idóneas, pueda estar mucho tiempo aquí.

Y por otra parte tengo sensibilidad por la docencia, tanto para el deporte como para el fútbol, he estudiado Ciencias del Deporte, tengo el Máster en Profesorado, entonces llegado el momento si no tengo las inquietudes de progresar en el fútbol, buscaré otra orientación profesional en el deporte. Pero como te digo, para  mí ahora es un momento importante, porque, son experiencias continuas y diarias, tenemos un club que en la dirección deportiva de base nos permite tener autonomía y eso es algo que enriquece. Es un momento de crecimiento individual al mismo tiempo que está creciendo el club.

 

 

Un placer, Borja!

#caféycharlaFdB

#caféycharlaBorjaFacal

@borja_facal

Related posts

2 Thoughts to “Café y charla con Borja Facal”

  1. bemarpa

    Impresionante entrevista,metafora de lo que signifa hacer y hablar cosas diametrálmente opuestas.Cuaquiera que conozca a la persona y al personaje,tendrá suficiente capacidad para valorar la poca relación que guarda la realidad con las palabras.Le deseo que algún día esa diferencia no existe,podrá conaseguir un futbol base mejor.Exponente de manos de quién está el deporte a través de este tipo de personas: semidioses terrenales,aupados por palmeros sin cualquier espíritu crítico,con el autootorgaminto de la capacidad de hundir o aupar a los protagonistas en el campo,en función de sus filias y fobias además de sus traumas de juventud.Está muy bien que deis cancha a estas personalidades,muy esclarecedor para los que lo conocemos y lamentablemente lo sufrimos.

  2. […] Abilleira, uno de los protagonistas del nacimiento de la Escola Pontevedresa de Fútbol Base y Borja Facal, director deportivo de fútbol base del Bergantiños CF han sido los protagonistas, los que nos han […]

Leave a Comment