A Coruña como destino con el segundo entrenador del RC Deportivo de La Coruña como objetivo para ese café tan esperado: David Dóniga, madrileño de 34 años. David comparte viaje con Víctor Sánchez del Amo y todo su equipo en Primera División.
Su pronto salto a los banquillos lo comienza tras dejar el fútbol, estudiar INEF y poseer ya el Nivel 3 de Entrenador con sólo 22 años. Trabajó en varias escuelas de fútbol en los alrededores de Madrid antes de comenzar una serie de pequeñas aventuras que, como segundo entrenador y preparador físico, le llevaron al fútbol profesional en Bolivia y Emiratos Árabes después de 10 años trabajando en el fútbol de tercera y segunda división B. Comenzamos…
FdB: ¿Por qué entrenador?
D.D: Porque después de jugar a fútbol es lo que más cerca tenía de estar en un terreno de juego. A mí me gustaba mucho jugar. Desde que yo tengo uso de razón, me conozco con un balón. Pasas de jugar en tu casa a jugar en el parque, de jugar en el parque a jugar en el cole, de jugar en el cole a jugar en un equipo, de jugar en un equipo a federarte, de federarte a competir y eso te lleva a no hacer otra cosa en la vida que estudiar y jugar a fútbol. Cuando dejas de jugar al fútbol lo haces exclusivamente porque puedes seguir ligado a él. Si no hubiera sido así, seguramente no habría dejado de jugar. Como entrenar me permitía seguir ligado al fútbol, no era tan duro dejar de jugar. Tuve cosas, pero como uno piensa que no tiene mayor nivel…son creencias que uno tiene de que no puede llegar a más, de que no le da para llegar más allá de Tercera, que con el fútbol no va a poder vivir de eso y a mí, que hice INEF porque, aparte de jugar al fútbol, lo que más me gustaba era entrenar, me encajaba. Dejo de jugar al fútbol porque yo sigo vinculado y sobre todo porque si como jugador no podía llegar a la élite, como entrenador sí que todos tenemos potencial para llegar arriba, puesto que depende de otros factores sobre los que puedes trabajar. Disfrutar el fútbol profesional que yo no habría podido disfrutar como jugador, sí que me lo permitía entrenar. Así que ese fue mi planteamiento y, bueno, me salió bien.
FdB: ¿Qué estudios realizaste para ser entrenador?
D.D: Durante el tiempo que hice INEF acabé los dos primeros niveles, y al año justo de terminar INEF, con varias convalidaciones que te dan por ello, acabé el nivel 3. Aparte, yo hice el Máster de Alto Rendimiento del COE, que era para Entrenadores Nacionales y otras formaciones ligadas a la actividad física y el deporte que creo que son muy útiles para tener un espectro general de todo.
FdB: ¿Qué conocimientos crees que te da sobre otros entrenadores el hecho de tener INEF y el máster que acabas de mencionar?
D.D: Cuanto más conozcas sobre tu trabajo mejor. En INEF estudiamos muchos aspectos relacionados con todas las ciencias que se aplican en la actividad física y el deporte. El fútbol, como el deporte, no es una ciencia, pero sí que se apoya en ciencias que, sin resolverte las situaciones del propio juego, sí que te dan mucha información que puedes utilizar. Cómo funciona el cuerpo humano, cómo funciona el cerebro y cómo funciona el aprendizaje, qué etapas del desarrollo existen… Cómo se desarrolla el mismo deporte, los movimientos que se dan entre los propios jugadores, las relaciones entre la lógica interna y externa del juego…Todas esas cosas te hacen ver el fútbol de una manera mucho más objetiva. Y cuanto más conocimiento tienes, yo tengo la sensación de que vas viendo cosas que antes no veías. Y el fútbol dejar de ser algo que como jugador desconocía. Y a lo mejor, cuando jugaba, me decían “tienes que jugar de lateral derecho”, y no me veía capaz. Sin embargo como entrenador, tienes una visión general de todo, entiendes cómo funciona todo y te permite trabajar en cualquier posición. Yo siempre digo que soy mejor futbolista ahora que cuando jugaba, seguramente, porque entiendo mejor el juego. Creo que cuanto más sepamos, mucho mejor. Eso de que no podemos saber mucho de muchas cosas, creo que no es cierto. Tú puedes saber mucho de todo lo que quieras. Otra cosa es que el conocimiento es tan vasto y tan amplio que la ignorancia es casi infinita, pero eso no quiere decir que podamos saber de mucho. De hecho hay mucha gente muy preparada que saben muchas cosas, ¿por qué no?
FdB: En tu época de entrenador de la base o de equipos amateur, ¿cómo era tu semana de entrenamiento? ¿Hacia qué la enfocas?
D.D: El trabajo con fútbol base está muy condicionado por la escuela donde trabajes o el club donde trabajes. Está limitado en días, está limitado en horas, está limitado en espacios. No te puedo dar una receta concreta porque cada vez que he entrenado en base las condiciones han sido distintas, incluso dentro del mismo año. Yo creo que el concepto general que debería aplicarse es que el objetivo de la base es que haya una progresión lógica del futbolista a todos los niveles, no sólo a nivel condicional, técnico o táctico, sino que sea una progresión integral. Que el futbolista cuando tú lo dejes sea mejor que cuando lo cogiste. Que aprendan a nivel colectivo una organización espacial y temporal, que se coordinen mejor a la hora de jugar, que sean más inteligentes. Y eso lo tienes que hacer a través del fútbol, a través del juego. Y eso necesita de espacios y de tiempo. Entonces, como tienes la competición, que te condiciona, porque no hay ninguna escuela de base que no compita, porque hasta las que no tienen competiciones generan competiciones internas, que eso sea el medio para llegar al fin. Y no al revés. Que al final nos condicionamos por la competición y preparamos el equipo para cada sábado o cada domingo en vez de utilizar cada sábado como test para ver por dónde van los chicos. Que la semana siguiente siga el condicionamiento para mejorar lo que se ha visto.
Yo partiría de que la competición es el medio, no el fin, y que esa competición nos sirve para testear. Y que sobre ese test, cada semana, vamos dando forma a lo que es el colectivo.
«el juego es lo que a los chicos les motiva. No conozco a nadie que se apunte a una escuela de fútbol para correr»
Y como no tenemos tiempo en fútbol base, ni tenemos medios habitualmente, ni tenemos espacios, hay que utilizar el juego. Primero, porque el juego es lo que a los chicos les motiva. No conozco a nadie que se apunte a una escuela de fútbol para correr. Yo mismo cuando empecé a jugar me apunté a una escuela de fútbol porque se me quedaba pequeño el patio del colegio. Pero yo me lo he pasado bien en el patio y le he dicho a mi padre “yo quiero jugar en un equipo”. Y cuando juegas en un equipo “Ah, yo ahora quiero federarme”. Entonces, tú en la cabeza tienes jugar, no tienes entrenar, ni saltar vallas. No te digo que no haya que hacerlo, digo lo que tú quieres. Utiliza eso, que es super motivante, y condiciónalo para que el chico mejore. ¿Y cómo se hace? Cada uno tiene su contexto. No se puede explicar cómo condicionarlo. Habitualmente si tú tienes tres días, pues mejor que dos. Si tienes cuatro, mejor que tres. Si tienes uno, pues habrá que hacerlo con uno. Pero es muy complicado decir cómo estructurar concretamente un microciclo de una semana para un equipo de fútbol base cuando el tiempo depende de cada escuela más allá de lo que te he contado.
FdB: A raíz de esas limitaciones espaciales que existen en fútbol base, se trabaja mucho con espacio reducido. ¿Qué importancia das a este tipo de trabajo? ¿Qué ventajas e inconvenientes crees que tiene?
D.D: En ese sentido, en espacios reducidos hay una publicación muy reciente de David Casamichana, preparador físico del Racing de Santander y profesor universitario y de la Escuela Cántabra de Entrenadores. Creo que es la recopilación más reciente de análisis científicos acerca de qué son los juegos reducidos, por qué sí, por qué no, para qué sirven… Me parece que es lo más interesante actualmente para quien quiera entender qué sentido tiene esto. Junto a Jaime San Román, Julio Calleja y Julen Castellano han desarrollado una publicación que explica qué son, de dónde proceden, cómo se están utilizando, qué impacto tiene a nivel fisiológico. Dan datos con GPS y otro tipo de sensores que Casamichana maneja (Catapult, GPS Sport…De todas las marcas que hay en el mercado).
La verdad es que es un chico que en eso está a la última. Y los otros son entrenadores nacionales y profesores de universidad. Me preguntó exactamente lo mismo. “Quiero un prólogo acerca de los juegos reducidos”. Y yo lo que le dije fue lo mismo que te voy a decir, es decir, que los juegos reducidos han sido unas tareas tomadas como muy específicas, como claves. Primero que se meten ahí un montón de cosas. Dices juegos reducidos y lo mismo juegos reducidos es un 20×30 que un rondo, y no es lo mismo un rondo que un 20×30. Hay que saber primero a qué le llamamos juego reducido, o espacio reducido o juegos de posesión, o como le quieras llamar. Y luego, qué objetivo quieres trabajar con él. Desde luego, es una cosa que se ha utilizado en el fútbol, sobre todo de 10 años para esta parte, que empezó como una forma de hacer un entrenamiento integrado, es decir, intentar que las tareas físicas se hiciera con balón y tuvieran ritmo de juego y aspectos técnicos. De ahí, y muy bien entendido, muchos entrenadores empezaron a darle forma. Es decir, para estar en un cuadrado donde no hay defensa ni ataque y dar toques, ¿por qué no le ponemos en los fondos apoyos? O en los lados. Generamos más dinamismo, situaciones más parecidas al juego, hasta convertirse en tareas donde hay porterías pequeñas, porterías grandes, porterías grandes y pequeñas, no hay porterías en el fondo…
«entrenar sólo los juegos reducidos no tiene sentido en un juego donde se juega en 100×70».
De este modo no dejan de ser tareas que quieren, mediante su transferencia al fútbol, mejorar cualquier aspecto a nivel condicional y, por ende, aspectos tácticos. Pero se han llevado, puesto que cuando empiezan a utilizarse se ve que son bastante interesantes, hasta lo radical de decir: “sólo entrenamos esto”. Claro que, entrenar sólo los juegos reducidos no tiene sentido en un juego donde se juega en 100×70.
En mi opinión, para el fútbol desde el punto de vista de la base, pero que la filosofía del cuerpo técnico de Víctor es la misma, entendemos que el fútbol es saques, inicios de meta, balones parados, ataques posicionales, contraataques, defender ataques posicionales o defender contraataques, lo que se llama ahora transiciones (que está tan de moda). Si tú te preparas para todo esto estás bien preparado para competir. El juego reducido, ¿dónde aparece ahí? Por ejemplo, cuando estás posicionado para defender entre balón y portería, hay veces que defiendes de manera intensiva en 50×40 o incluso en menos. Pues eso te puede llevar a desarrollar una tarea de juego reducido. O situaciones de salida de una presión concreta de una zona determinada. Pero tú no puedes dedicar toda tu semana a desarrollar juegos de posesión o tareas de espacios reducidos cuando, en fútbol, el contraataque se da en 50-70-60 metros. O los saques largos en un saque de meta. A lo mejor el juego corto te lleva a una presión de un equipo que se está desplegando en, prácticamente, 40 metros y, sin embargo en repliegue se juntan entre tres o cuatro líneas de césped, que no son más de 15-20 metros. Entonces, los juegos reducidos son tan válidos y tan útiles que pueden ser utilizados una o dos veces por semana para distintas tareas o incluso todos los días como parte de un calentamiento si quieres desarrollar aspectos como los apoyos, la movilidad a la hora de buscar espacios, desdoblamientos ofensivos, las basculaciones si estás trabajando en defensa, o las permutas…pero no puede ser el núcleo de tu trabajo porque entonces te dejas muchos aspectos que, a nuestro entender, y a mí entender por supuesto, porque yo pensaba igual antes de trabajar con este staff, se quedarían cojos. Todo lo que son desarrollos de las tareas que hay desde inicio de portería hasta el final, que son 100 metros, hay que hacerlas. Para contraataque, para ataques rápidos, para juego directo… Así que son unas tareas interesantes si están bien estructuradas, a nuestro entender, y que pueden tener un aspecto lúdico por una parte, sin tener una organización muy clara, o muy bien organizadas para tener un aspecto más táctico, o incluso si quieres que tenga un componente más físico y muy poca carga emocional, no tiene por qué tener orientación…
FdB2: Pero eso no basta.
D.D: Claro, no es suficiente. Pero eso es a nuestro entender. Luego cada uno
entrena diferente y se obtienen resultados de todo tipo. Dice mucho de la complejidad de esta tarea y de lo incapaces que somos de demostrar realmente que algo es determinante porque no sabemos por qué pasan las cosas. Es un ensayo error constante, experiencia, intuición. Conocimiento, por supuesto. Esa publicación os la recomiendo.
FdB: ¿Con qué te identificas más, si te identificas con alguna, Periodización Táctica o Microciclo Estructurado?
D.D: Pues, cuando yo saco mis publicaciones, ambas, se originan en las dos.
FdB: Sacas un poco de cada.
D.D: Claro. A mí la Periodización Táctica cuando la leí me impactó mucho y me cambió el chip de entrenar como me habían enseñado en INEF con la Teoría del Entrenamiento como base, y que todo esté en base a unas cualidades físicas básicas a desarrollar. Y el Microciclo Estructurado, que fue una cosa que me apareció en INEF, en Teoría del Entrenamiento, que me acuerdo que con el profesor lo comentaba, “este Seirulo, que me llama mucho la atención cómo trabaja…”, y me explicó un poco cómo funcionaba. No lo entendí bien hasta leer la Periodización Táctica. Y de Seirulo tiene…bueno, igual que la Periodización Táctica de Vitor Frade, pero que desde los años 80 la lleva aplicando en el INEF de Portugal, aunque luego lo hace famoso Tamarit con su libro. Y el Microciclo Estructurado es tan antiguo como eso. Según vas aprendiendo y estudiando, te van llegando conocimientos que te parecen novedosos porque tú es la primera vez que los lees, pero eso lleva mucho tiempo funcionando. Entonces, no sólo me merecen el mismo respeto ambas sino que gracias a ambos, yo entiendo el fútbol como lo entiendo. Igual que digo en el libro de Álvarez del Villar, el autor de La preparación física del fútbol basado en el atletismo. Que es un libro importantísimo, pero de los años 70, que dices “qué antiguo, que los preparaba como atletas…”. Sí, pero es que hasta entonces, nadie preparaba al futbolista así. Y sus futbolistas estaban muy bien preparados. Entonces, hay que tener respeto a la gente que cuando no había nada…
FdB: Contextualizar.
D.D: Claro. Porque es muy fácil llegar ahora y decir, “no, no, es que eso está pasado de moda, es que no hay que correr”. Ojo. Que hay que llegar en el momento que llegó él y decir, ¿por qué no hacemos esto así? Entonces, toda esa gente me merece mucho respeto, y sobre todo esos dos, Seirulo y Frade, suponen para mí el cambio de paradigma. Pasas de entrenar atletas y luego les pones a jugar al fútbol, a entrenar fútbol. Yo creo que esa es la diferencia.
FdB: ¿Crees en los automatismos o en los mecanismos? Entendiendo automatismos como algo más cerrado, y mecanismos como pautas, algo más libre.
D.D: ¿Mecanismo y automatismo tienen significado? Porque entiendo que el automatismo, según lo que estoy leyendo y estudiando, sobre todo en neurociencia, que es donde más aspectos sobre esto aparecen ahora, y que van demostrándose y que te van dando luz acerca de cómo funciona el cerebro, es un hábito, y el hábito es algo inconsciente. Y para que se haga inconsciente una cosa como tú quieres que se haga, primero tienes que hacerla consciente muchas veces. Por ejemplo, si tú quieres dar un apoyo, perfilado, de cara, a un compañero, cuando él recibe balón, separado del rival y del compañero, y al principio lo das de espaldas, vas a tener que hacerlo 200 veces hasta que de manera inconsciente lo hagas sin pensarlo. Para eso sirven los automatismos. Para lo que ahora es inconsciente y no es útil, a través de la conciencia, lo hagas útil e inconsciente dentro de un tiempo, ahorrando energía y obteniendo eficacia. Eso se refleja en los movimientos de apoyo, sobre todo desmarques de apoyo y de ruptura, la separación con respecto al rival y al compañero para recibir un balón, la distribución espacial óptima, el perfilado a la hora de recibir, la salida por lado opuesto cuando tienes presión por un lado concreto. Esos movimientos, que son básicos para funcionar, es complicado que los manejen los futbolistas sino los automatizan. En fútbol base, por pereza o por desconocimiento, y en fútbol de élite, porque son gente con una calidad top y salen de situaciones inverosímiles sin necesidad de hacer las cosas de una manera más eficaz. Pero eso son los automatismos que creo que deben entrenarse en el fútbol. Si lo llevamos a situaciones de juego, por ejemplo, podría ser entrenar situaciones desde inicio para rebasar una defensa; está claro que si sabes que la defensa que te viene es una defensa presionante en inicio de dos puntas, y que los otros 8 se quedan en repliegue, pues a lo mejor sí que puedes preparar una situación concreta durante esa semana, dentro de la generalidad que es recibir, dar un apoyo, separarse, conducir para acercarse a un rival, atraer para dejar un espacio libre, es decir, dejar una línea de pase libre, pues se pueden hacer para superar a esos dos rivales y les generas una superioridad con 3 o con 4. Pero, ¿y si te vienen con tres? ¿Y si te vienen con cuatro? Entonces, por muchos automatismos o mecanismos que tú generes, en ese sentido, yo entiendo que es mucho más productivo tener los hábitos generales óptimos, que sean de manera inconsciente, lógicos.
Si veo espacio entre el defensor y entre el balón, y no hay compañero libre, ¿qué hago? Busco al rival. Pues eso, al repetirlo muchas veces, se convierte en algo instintivo. Y cuando aparece esa liberación de espacio, porque se acerca hacia ti el rival, esa línea de pase que aparece, la utiliza. Y tras dar un pase, da un apoyo. Esos automatismos no salen solos. Esos son los automatismos que yo entiendo que son útiles. Y luego lo demás también hay que entrenarlo, evidentemente. Para eso hay el conocimiento del rival. ¿Eso debería hacerse en base? Yo creo que sí. Porque si en base generas automatismos útiles, a la hora de generar futbolistas eficaces, que entiendan el juego, estaremos progresando.
Yo no lo entendía cuando jugaba, a mí nadie me dijo eso. Hubiera sido la leche que alguien me lo hubiera dicho. “En vez de recibir de espaldas, haz un desmarque de 3 metros y recibe de cara, ya verás como el rival no te la quita”. Oye, me intentaba dar la vuelta y me la quitaban. Claro. O, “si juegas en banda, estate quieto en la banda, no te metas al medio que hay mucha gente ahora”. O “entra ahora, que el lateral necesita espacio y entre líneas hay también espacio para recibir”.
Pues esas cosas se aprenden. Y luego, en fútbol base, si conoces un poco al rival y encima le generas al futbolista algunas ayudas, como que si te vienen a apretar con 3 vamos con 4, y lo practicas, el futbolista recibe otra experiencia que se le queda ya guardada en el disco duro y ha experimentado esas situaciones. Y eso le va a llevar a dar una respuesta distinta a cuando no conocía esa experiencia. Porque la toma de decisiones yo no la entendía bien cuando estudiaba, bien por desconocimiento, bien por no entender la teoría, o porque no sabía de neurociencia, o porque lo que estudiamos de bases neurológicas en la carrera o en el curso de entrenador no estaba enfocado como está enfocado ahora. El caso es que no entendía bien. Yo pensaba que la toma de decisión era dar opciones al jugador y que él decidiese. Así no funciona. En un partido tú no tomas las decisiones de manera consciente. Las tomas inconscientemente en la mayoría de ocasiones y, luego, sacas conclusiones. Porque ya está grabado ahí. Y seguramente, ante una situación similar otra vez, actuarás de otra manera. O a lo mejor igual porque no has aprendido, pero ya tienes un bagaje. Así, a un futbolista tienes que darle experiencias. Condicionarle las tareas de entrenamiento para que el chico, poco a poco, vaya teniendo un bagaje muy amplio. Y hacer correcciones a posteriori. Y ver vídeos, que resulta interesante para que los chicos observen desde fuera lo que desde dentro no pueden ver. Y en otras situaciones responderán mejor. Así se genera el aprendizaje.
FdB2: Darle una batería de vivencias que puedan ocurrir, y a partir de ahí, una vez las vivan en el partido, ya no será la primera vez que las vivan sino que las tiene ahí. Revisar actuaciones pasadas.
D.D: Eso eso. Y además de manera inconsciente, ya te digo. Es un conocimiento que se me antoja imprescindible para cualquier educador, técnico o formador.
FdB2: Que la propia cabeza ya diga, así, tal, tal.
D.D: Hay una publicación muy interesante que lo explica de una manera mucho más de andar por casa, y otras explicaciones mucho más complejas que sí te dan una explicación científica de por qué pasa eso. Pero vuelvo a lo que hablamos antes. Un apoyo… dar un pase, y generar una línea de pase al compañero, o estarse quieto para generar una línea de pase…eso, se puede entrenar. Y eso, que al principio tienes que pensarlo, luego ya no lo piensas si te habitúas a repetirlo.
FdB2: Interiorizar.
D.D: Eso es. Hay un autor, Timothy Gallwey, que sacó un libro hace 30 años muy interesante, El juego interior del tenis. También os recomiendo que lo leáis, que habla de surcos. En tu cerebro cualquier patrón de aprendizaje genera un surco. Y ese surco es donde está grabada la vivencia. Se va haciendo más hondo a medida que esa vivencia se va repitiendo. Ese hábito, al repetirse muchas veces y hacer el surco muy hondo, no es que sea imposible quitar, simplemente, es que es difícil porque el surco es muy profundo y esa vivencia es muy importante. Tú empiezas a hacer otro surco de otra manera…ahí generas más aprendizaje. Distinto. Otro hábito. Dejas el surco grande y empiezas a generar un surco… Él lo explica desde el punto de vista del tenis, también lo hizo a través del golf… Pero en el fútbol es lo mismo. No hay una técnica correcta, no hay una táctica correcta. Sí que entiendo que la organización espacial es más útil o menos útil. Entonces, ¿cómo se ataca? En amplitud y en profundidad. ¿Y cómo se defiende? Compacto. ¿Es que está mal defender abierto? No, pero creo que es más útil defender cerrado por una lógica aplastante. Y es que por donde no hay espacio, no cabe un balón. Te tienen que saltar o te tienen que cambiar de lado, pero ya tienen que hacerlo. A lo mejor alguien prefiere estar separado para tener todas las zonas cubiertas y dejar espacio medio. Hay que empezar a entender que las cosas no están mal ni bien. Pero si desde luego, tú haces repetidamente ciertas cosas que no son útiles, tienes que empezar a plantearte que a lo mejor te estás equivocando. Jugar por dentro en ataque, ¿se puede? Claro que se puede. ¿Y jugar por fuera? Sí. Lo más lógico no es que el balón vaya por dentro o por fuera, lo más lógico es que los jugadores estén muy amplios, porque a mí como defensor me dificulta la tarea si tengo a dos tíos a 50 metros uno de otro. Y me facilita la tarea si los tengo a los dos pegados. Entonces, volviendo a los juegos reducidos, ¿qué pasa en los juegos reducidos? Que no hay espacio. Y en los juegos reducidos se tiende a jugar cerca del balón. Y eso no es útil. Lo que es útil es separarse mucho, y que el rival tenga mucho espacio que cubrir y mucho espacio que recorrer. Y como el balón es trasladable mucho más rápido que una carrera, que es otra cosa aplastante. Jugar cerca no tiene tanto sentido como jugar lejos. ¿Que hay que jugar por dentro? Sí. ¿Que hay que atraer dentro para jugar fuera, o atraer fuera para jugar dentro? Es un juego de engaño.
FdB: ¿Cómo de importante consideras la intervención del entrenador en las tareas?
D.D: Muy importante. Si diseñamos tareas útiles, el aprendizaje va a ser mejor. Si preparamos tareas de cualquier manera, condicionados por las modas o simplemente porque se lo hemos visto a otros sin pararnos a pensar si eso es útil en nuestro contexto, creo que nos estamos eximiendo de nuestra responsabilidad. Entonces, la organización de las tareas tiene que estar en base a qué tipo de equipo tienes. Ahí metes grados de dificultad, espacios, tiempos, todo. ¿Cuáles son las necesidades de ese equipo? Porque a veces hay cosas que no tienes que trabajar cuando un equipo lo viene entrenando muchos años y se le da muy bien. Y otras que no. Y chicos de repente se juntan porque han saltado del cadete B al cadete A. Y venían de contextos distintos y no se coordinan. Al final, el entrenador es un coordinador de actitudes. Es decir, vamos todos para acá y vamos todos para allá. Si uno va para allá, otro para allí y otro para otro lado…no sale. Que igual los tres están haciendo buenos movimientos, pero los están haciendo en caminos divergentes. Me parece fundamental que el entrenador diseñe las tareas de manera adecuada.
FdB: ¿Cómo valoras la aparición de los distintos estudios sobre el fútbol? ¿Sueles estar al día? En base a ellos, si modificas o no tu metodología de entrenamiento.
D.D: Bueno, ¿seguimos con el fútbol base no?
FdB: Sí.
D.D: Estoy al tanto de todo lo que sale. Es muy interesante Twitter como herramienta, porque te filtra, sin tener que hacer tú un trabajo de búsqueda, las cosas más interesantes. Hay que saber a quién seguir. Si tú sigues a gente interesante…
Yo sigo a un montón de gente que cuelga artículos diarios. Eso es una pasada. Ahora mismo me acabo de descargar uno acerca de, bueno, un análisis de lo que es la estrategia y la táctica, las diferencias entre estrategia y táctica, un resumen que viene de otro estudio.
Ayer vi un estudio acerca del análisis del juego de la Selección Española durante el último Mundial o el Mundial de Sudáfrica que iba a un análisis más táctico realmente del fútbol. La repercusión que tienen algunos componentes del juego, algunas situaciones de principios ofensivos y defensivos sobre el impacto que tenían sobre las ocasiones que creaban. Sacaba conclusiones acerca de las repercusiones que tenía el tipo de juego en la eficacia. Cuando trabajaba desde el ataque posicional, cuando trabajaba desde el contraataque o desde el juego directo. A lo que voy es a que esas son las cosas realmente interesantes y que tenemos que empezar a filtrar, es decir, no coger cualquier estudio sino coger cosas que sean realmente útiles. Es una suerte que cada vez se hagan cosas mucho más específicas y que no se queden sólo en aspectos condicionales, que son igualmente interesantes pero que no van a la lógica interna del juego. Y desde luego, herramientas como ésta te permiten estar al día sin tener que estar metiéndote en búsquedas científicas. Internet es una genialidad por eso, porque te permite llegar a sitios donde antes tenías que pasarte cuatro horas en una biblioteca haciendo revisión de una bibliografía concreta. Sí que puedo decir que estoy a la última gracias a toda esta gente que aporta cosas, a las fuentes de las que dispones, a los profesionales con los que trabajas, a tu inquietud personal. Por eso de vez en cuando me gusta a mí también aportar, aunque sea con publicaciones más modestas. Y claro que las aplicas. Una de las cosas que yo siempre he hecho en fútbol base es aplicar conocimientos adquiridos recientemente e innovar, algo que no te permite el fútbol profesional donde tienes que ceñirte al resultado y tienes menos margen para hacer cosas diferentes. Con todos los respetos que se merecen los chicos, evidentemente, porque realmente no haces las cosas para ti, las haces para ellos. Como entiendes que es lo mejor, y que hay situaciones que pueden serles útiles, tú las aplicas. Pero no puedes aplicar las cosas porque las hayas escuchado. No. Cuando trabajaba en base intentaba aplicar todas esas cosas que aprendía en beneficio de los chicos, nunca en beneficio propio.
«las edades no pueden ser biológicas, tienen que ser condicionales.»
FdB: ¿Crees en que jugadores con altas capacidades futbolísticas, en fútbol base, vayan con edades superiores? Algo que crea conflictos asiduamente.
D.D: Hay un aspecto muy interesante en fútbol base que siempre he dicho yo en la escuela donde trabajaba, y es que al final, las edades no pueden ser biológicas, tienen que ser condicionales. O realmente, si el niño tiene 11 años pero no está desarrollado, no le queda otra porque no le van a dejar competir con un desarrollo inferior. Pero si tiene un desarrollo muy alto hay que subirle a las categorías superiores. O si tiene un nivel desproporcionado para su categoría, cámbiale de equipo. Porque al final, es lo que te decía, ¿la competición como medio o la competición como fin? Si la competición es un medio, súbele al infantil A, en vez de estar con el infantil B y que sufra competiendo, entre comillas. Que disfrute en el sentido de que puede mejorar, pero que sufra porque es un poco más difícil. No me gusta la palabra sufrir porque yo creo que en el fútbol…se sufre en alto rendimiento por otros motivos. Lo que hay que tener es prestar atención. Si tú prestas atención, que para mí es una de las cosas más importantes que hay en la vida. Es decir, si tú tienes atención, y atención es prestar el 100% de capacidades para una tarea, sin esfuerzo, las cosas fluyen. En el fútbol profesional se exige esfuerzo porque hay cierto grado de sufrimiento porque al final es una exigencia 120%. Pero, ¿en fútbol base? Me cago en la leche. Entonces, un chico que juega muy bien en el alevín, mete 50 goles, no está mejorando. Métele en el infantil B a ver qué pasa. Y ves. Yo creo que eso es muy importante.
«un chico que juega muy bien en el alevín, mete 50 goles, no está mejorando.»
FdB: A raíz de lo que acabas de comentar, crees que los jugadores a veces, sobre todo en fútbol base, como estamos muy acostumbrados a incidir mucho en el esfuerzo, en que tienen que correr, dejarlo todo… ¿a veces no entienden entrenar bien como exigirse condicionalmente y quizás sea más tema de concentración y asimilar lo que se entrena?
D.D: Quiero entender que vas por lo que estaba diciendo antes ¿no? Es decir, este autor, Timothy Gallwey, este americano que hablaba del tenis, habla de eso. Hay veces que pones todo para hacer un gesto técnico, una carrera, que se ve el sufrimiento, que estás aplicando una fuerza de músculos que no tienen ni que participar, porque el foco lo tienes en obsesionarte en hacerlo lo mejor posible, cuando realmente lo que tienes que hacer las cosas es bien. No fuerte, ni con esfuerzo. Hacer las cosas bien.
A ver, el fútbol exige un esfuerzo desde el punto de vista condicional, pero ese esfuerzo es menor, o el grado de esfuerzo es diferente cuando tú estás bien organizado, cuando tú pones toda la atención en la tarea, cuando no estás pensando en tu padre que te está diciendo una cosa, en Jaimito que va a decirme que si fallo…, entre el entrenador que me está diciendo que para delante, que para atrás, ¿sabes? Es que tendría mil horas para hablaros de las cosas que no estoy de acuerdo en el fútbol base, y las ideas que tengo yo para trabajar en el fútbol base, que es a mí lo que más me apasiona. Que lejos de lo que llama la atención del fútbol profesional, que es un poco más en relación con el ego de cada uno, estar ahí bajo los focos y que todo el mundo te conozca, y trabajar en Primera y vivir experiencias… lo que más me enriqueció siempre es trabajar con la base. Porque eso es pureza, ahí no hay falsedad, ni hipocresía, es la realidad. Son niños, que ponen su atención en ti, que tú les ayudas a crecer, que ves en ellos una progresión super rápida. Es una maravilla. Trabajar con niños es apasionante. Y seguramente sea en el futuro lo que yo quiera hacer cuando deje de, ojalá sean muchísimos años trabajando en fútbol profesional, pero creo que hay tantas cosas por hacer ahí, que mi aportación en el fútbol puede ir más en ese sentido. Entonces, por encima del esfuerzo y del darle duro a las cosas. Esa necesidad, que parece que si no te dejas la piel…hay que hacer las cosas bien y poner atención a lo que estás haciendo, no dispersarte. Hay que trabajar bien. Yo lo tengo ahí (señala una cartulina que tiene colgada con la frase que dice), “trabajar menos, trabajar mejor”.
FdB2: Más calidad, menos cantidad.
D.D: Claro. Con la cantidad suficiente. Dedícale 20 minutos, media hora, 50 minutos al entrenamiento, pero ponle todo. Pero no le pongas todo mordiéndote los dientes, no. Ponle todo en atención, en estar pendiente de todo, en ser vivo. Vosotros habréis tenido chicos que son de esos. Que los ves entrar en el campo de fútbol y está viendo lo que pasa allí y allí a la vez, y ves que ese chico está metido. Pensad sólo en las tareas que a vosotros os apasionan y estáis metidos al 120%, si fluyen o no fluyen. ¿O tienes que hacer algo para que se dé? No tienes que hacer nada para que se dé. Simplemente, fluyen porque tienes los cinco sentidos en ello. Y al final, el cerebro te ayuda de manera inconsciente.
FdB: ¿Cómo preparas tus tareas de entrenamiento? ¿Sigues un mismo patrón a la hora de realizarlas? En tu etapa en la base.
D.D: El criterio era, cuando empezaba la temporada, últimamente lo que yo hacía antes de empezar a trabajar en el fútbol profesional, que el último trabajo en base lo hice antes de venir al Depor. En un impás que tuve de dos meses cogí un equipo de Autonómica allí en Madrid. Pero es observar, entonces ves jugar a los chicos. Ves las carencias a nivel colectivo o las virtudes que tienen. Cómo se relacionan, quién juega mejor en un lado o en otro. A partir de ahí, empiezas a desarrollar tareas más de lo general a lo específico. Es decir, desde el juego, para ayudarles a que esas relaciones sean más eficaces. Lo que os decía antes: que no se junten para atacar, que se separen bien, que den líneas de pase útiles, que corran menos, que en defensa se posicionen mejor, que estén más compactos… Cuando empiezas a tocar eso te vas dando cuenta de que los chicos empiezan a entender el juego, son más eficaces, vas corrigiendo sobre eso. Es que es mucho más sencillo que todo. Si partiéramos de la base, es muy complejo ¿vale? Pero yo creo que lo hacemos más difícil de lo que es. Si partimos del juego y del 11×11 y observas. Sólo tienes que pararte a observar, no tienes que corregir nada. Vas a ver deficiencias o virtudes. Pues vamos a hacer eso. Es decir, ¿qué pasa aquí? Que se juega mucho por dentro, que no hay amplitud, que hay dos chicos en la misma zona, que tienen la opción de jugar por el lado opuesto y repiten. Bueno, pues vamos a trabajar sobre eso. Y diseñas una tarea sobre esos aspectos ofensivos. Como el fútbol es un continuum, por eso lo de las transiciones. ¿Qué pasa cuando pierdes el balón? ¿Dónde estás? ¿A dónde quieres ir? ¿Qué hacemos? ¿Presionamos en la zona donde se ha perdido, o estamos muy lejos, o como nos ha pillado mal distribuidos tenemos que volvernos? ¿El más cercano presiona y los demás se vuelven? ¿Presionan dos y los demás vuelven? Para eso vas elaborando tareas. Y tienes que dedicarle al ataque y a la defensa el mismo porcentaje de tiempo. Y como las tareas en defensa tienen cambio de rol cuando se gana, y las tareas de ataque tienen cambio de rol cuando se pierde, pues todas las tareas de ataque, de prioridad ofensiva, tienen una transferencia a lo defensivo. Y todas las de prioridad defensiva, tienen una transferencia a lo ofensivo. Y sobre eso, vas dando forma a un equipo. Y no hay que inventarse nada. Entonces, cada vez lo tengo más claro, que desde una situación más global, se puede llegar a una mejora colectiva más sencilla. Y dices “ya, es que no trabajas la técnica”. Reduce un poco el número de jugadores y participarás más veces. Y en esa participación se va a tener más contacto con el balón. Y esas acciones técnicas mejorarán más en juego. Y si su posicionamiento es mejor, su técnica va a ser más útil. Y si su distribución espacial es óptima, el aspecto técnico va a ser menos necesario. Y más útil. Y así vas desarrollando el juego. Y no hay una pauta. De hecho, la última experiencia que tuve antes de venir con Víctor, ya te digo, fue un infantil de Autonómica en Madrid de la máxima categoría, fue muy fructífera en ese sentido. Porque los chicos pasaron, del día que les vi yo, de ser un equipo que no se lo pasaban bien. Es que el balón no pasaba por el suelo. El balón nada más que iba por el aire porque tenían el miedo a equivocarse dando un pase y el balón iba de un lado a otro volando. Entonces, aplicando este tipo de tareas, a veces un poco complejas, porque te equivocas también. Haces un ejercicio que no entienden los chicos, que tiene menos fluidez…pero desde el juego. Yo saqué más desde el juego que desde aspectos…
FdB2: Aislados.
D.D: Claro, más específicos, que en un principio podrían parecer más necesarios. Yo pienso que la cosa va por ahí. Hasta que un día vea que va por otro lado (risas). Pero en esas estoy ahora.
FdB: Ahora, en este punto de la entrevista, vamos a comenzar a charlar un poco sobre tu llegada al Deportivo y al fútbol profesional. Tu visión actual. ¿Cómo llegas al Depor? Y, ¿qué te lleva a conocer a Víctor?
D.D: A Víctor le conozco antes de irme a Emiratos Árabes, en agosto de 2014. Tenía prácticamente cerrada la salida a falta de fecha de partida. Por mediación de un amigo común me pongo en contacto con él. Yo tenía interés en conocer a Víctor porque me habían dicho que era un tipo muy interesante. Y como yo soy muy inquieto, como os pasa a vosotros, aproveché el contacto para mandarle un mail y decirle que quería conocerle porque este chico me había hablado muy bien de él.
Yo, como os digo, iba a irme fuera en breve. Ese interés de aprender que me llevó a conocer a Victor coincidió con el que le movió a él para conocerme. Víctor es un tipo inquieto, es una esponja. Absorbe conocimiento de cualquier persona, tenga el nivel que tenga. Por eso aprende tanto y tan rápido, porque le puede enseñar tanto un niño pequeño como la persona con mayor experiencia. De todo el mundo coge cosas.
Hablamos un par de veces, conoció mis libros y los leyó (no todo el mundo lee lo que le ofreces) y, bueno, supongo que vería en mí una persona capacitada para ayudarle en su trabajo como técnico. Cuando volví de Emiratos volvimos a hablar y hasta ahora.
«Los que llegan a élite son los mejores. Siempre»
FdB: ¿Crees que los jugadores que llegan a la élite son sólo mejores técnicamente como solemos pensar a veces? O también son mejores condicionalmente: más capacidad de salto, más rápidos, más resistentes…y también mejores tácticamente.
D.D: Mi experiencia, y un poco el conocimiento que tengo a nivel teórico…bueno al revés (risas), el conocimiento teórico me dice unas cosas y la experiencia luego me las avala. Los que llegan a élite son los mejores. Siempre. Lo único que permite el fútbol es, que como son plantillas de 25 jugadores, da margen a que jugadores que no jueguen habitualmente o que no tienen tanto nivel, entren a formar parte de las plantillas, aunque sea durante una temporada o unos meses. Evidentemente habrá equipos de Primera que dirás: “Hay jugadores mejores en Segunda División que éste que está en Primera”. Pero pasa un año. Al año, esto se vuelve a equilibrar, es una selección natural. Y los que no están compitiendo tienen que ir a Segunda. Y los que estaban en Segunda destacando, suben a Primera. Pero aquí no hay fallo. Aquí el que está es porque es el mejor. Y cuanto mayor es el nivel de la liga, mayor es la criba que se hace. Hay futbolistas ahora en España que están jugando en Tercera División, que se van a jugar a ligas a Primera División. Dices: “¿Es que tiene nivel de Primera?”. No, tiene nivel de Primera División de esa liga, evidentemente. Es que España es muy potente. Se juega muy bien al fútbol, hay muy buenos futbolistas, hay mucha cultura de calle, y de fútbol en la calle, que cada vez se está perdiendo más porque la sociedad lleva otro camino. Hay muy buenos técnicos y cada vez más. Entonces, eso hace que si tú te vas a jugar fuera des un nivel que aquí en Segunda o Segunda B no darías. Sin duda, los que llegan, son los mejores en todo. Y esa criba les hace que los que están en la élite sean portentos. Tú ves al jugador de Primera División y es alucinante. Es impresionante el nivel condicional que tienen, cualquier tipo de cualidad física aplicada al juego es brutal. Su nivel futbolístico es espectacular. El público en general falta mucho al respeto al jugador: “Éste es muy malo”, dicen. Pero si se bajara al césped un día se daría cuenta de que el defensa que la gente considere más “tarugo” de la Liga Española, es un portento a nivel técnico. Entonces, sin duda, que la criba es tan bestial que los que llegan son los mejores y que ese número residual de futbolistas que queda, que a lo mejor no tiene nivel para estar en la élite, pasa por la Liga muy poco. Y se vuelve a caer. Y no dudéis que el jugador que está ahí y lleva 3-4-5 años es un “animal”, aquí no se regala nada. Si se mantiene es porque es top en todo, sin duda.
«Si tú a un niño un día le dices A y otro día le dices B, no va a confiar en ti. Si no confía en ti, no va a dar todo por ese equipo.»
FdB: ¿Qué valoras de un entrenador?
D.D: ¿Para base o para élite?
FdB: Para base
D.D: Formación, sin duda. Porque tiene unas labores difíciles. Porque no es sólo el hecho de enseñar a jugar al fútbol, sino que tiene un impacto educativo brutal, puesto que sus palabras son mucho más impactantes que las de cualquier profesor y a veces incluso que las de los padres. Al fin y al cabo, el niño, a veces, a veces no, pero prácticamente en todos los casos, es la actividad más pasional que tienen en todo el día. Si la persona que dirige esa actividad, que suele ser las más escuchada, la más atendida, y a la que más caso hacen, no tiene una formación, está interviniendo bastante en la formación de un chico. Entonces, formación, capacidad, desde luego pasión por lo que hace, porque sino no se puede sacar lo máximo de uno mismo. Y a nivel futbolístico, entra dentro de esa formación. Es decir, un tipo formado entiendo que prepara tareas en base a unos contenidos, con una programación que viene dentro de una planificación bien estructurada, sabe por qué se hacen unas cosas y por qué otras no, conoce el desarrollo motor de un niño para no intervenir en tareas que a lo mejor pueden dañar su desarrollo. O al revés, hacer cosas que puedan potenciarlo. Entonces, todo eso es fundamental. Pero, con todo y con eso, la gestión de un grupo humano, sea prebenjamín o de élite, existe siempre. Eso es una cosa que sólo se aprende con experiencia, acompañada de formación, por supuesto. De todo se aprende, pero la experiencia te va dando, porque cada año te encuentras, no problemas, pero circunstancias que te tienen que hacer tomar unas decisiones u otras, y hay que ser justo. Ser justo es, tratar a cada uno como se merece, pero exigir a todos lo mismo. No fallar nunca a nadie, es decir, proteger al grupo por encima de todo. Considerarles realmente lo único importante del fútbol. El juego y ellos. Estar al servicio de los jugadores, hacer que ese grupo funcione como uno solo y no como la suma de 20, o 15, o 25. Y eso está en base a la justicia. Es una característica fundamental. Justicia, responsabilidad. Si tú a un niño un día le dices A y otro día le dices B, no va a confiar en ti. Si no confía en ti, no va a dar todo por ese equipo. Si un niño es tratado de una manera y otro de otra, cometes injusticias, que luego, evidentemente, no esperes que te tengan el respeto que te mereces.
FdB: ¿Cómo llegas a escribir varios libros?
D.D: Una temporada me quedo sin equipo. Nos rescinden en Marzo-Abril en el Toledo, y en verano yo no tenía equipo todavía. Así que aprovecho ese impás para aglutinar ideas que tenía de los 10 años que llevaba entrenando, y de futbolista, no sólo de entrenador. Quise ponerlo a disposición de la gente porque entendía que podía ser interesante. McSports compró los derechos y lo publicó. Esa fue la historia, no tuvo más. Hubo un alumno de la Escuela de Entrenadores, Kiko Vilches, un chico de Toledo, que me dijo: “¿por qué no sacas un libro con todo esto?”. Y la verdad es que ese fue un empujón bueno. Siempre me acordaré de él por eso. A lo mejor él ni se acuerda de que fue así.
FdB2: Fuiste profesor, ¿no?
D.D: En una escuela privada. Primero con ANEF, la Asociación Nacional de Entrenadores, que ya ha desaparecido. Y luego con la escuela de fútbol de CENAFE.
FdB: ¿Cómo se ve afectada tu vida personal por todas las horas que dedicas al fútbol?
D.D: La diferencia entre base y fútbol es que en base, todo el tiempo libre se lo dedicas al fútbol base, y en fútbol profesional, todo el tiempo se lo dedicas a fútbol profesional (risas). Cuando estás trabajando en fútbol base, tienes que trabajar en otra cosa. Ahí, aunque estés pensando en fútbol base, porque estás pensando todo el rato en el entrenamiento de la tarde, las tareas, pues el que es oficinista, estudiante, reponedor, conductor, monitor de gimnasio…ahí no tienes tiempo material para hacer cosas concretas, pero sí estás pensando en fútbol. Y luego el tiempo libre se lo tienes que dedicar porque no tienes más tiempo. Y en fútbol de élite como estás todo el día trabajando en fútbol… (risas). Al final, es el mismo problema pero con diferente prisma. Entonces, ¿la familia? Lo entiende. ¿Los amigos? Lo entienden. El problema suele venir siempre con las parejas. Pero ahí tienen que entenderlo, llega un momento en que es tu vida. Y tu vida la manejas tú. Entonces, si tú quieres hacer una cosa, y eso te llena, te hace estar en plenitud, la gente que te quiere tiene que estar feliz con lo que haces tú. Porque si tú estás bien y yo te quiero, genial. Y a mí me encanta que tú estés bien. Eso te permite también ser libre, y no cortarte las alas para volar si quieres volar, o para estar si quieres estar. Lo que más afecta es a la pareja. Yo no he tenido ningún conflicto ni con familia, ni con amigos, ni con nadie, porque todo el mundo entiende que es mi pasión y que yo soy feliz haciendo esto. Eso no quita para que tenga vida, para que yo salga y entre cuando quiera, que duerma las horas que tengo que dormir, que dedique mis horas de entrenamiento y cuidado personal…Yo hay cosas que no…
FdB2: Que no las abandonas.
D.D: No, está claro. Eso no es negociable. Hay que dormir de 8 a 10 horas, hay que comer correctamente, hay que hacer ejercicio físico, y tienes que tener tiempo para el desarrollo personal. Porque además eso te permite ser mejor entrenador. Si yo puedo leer, soy mejor entrenador. Si yo puedo estudiar, soy mejor entrenador. Si yo tengo formaciones complementarias, soy mejor entrenador. No hay que volverse loco. Hay que trabajar menos, pero mejor, sin duda. O trabajar las horas que te exija el trabajo sin quitar horas de las actividades que te permiten estar al 100 por 100 en tu trabajo (dormir, comer y hacer ejercicio). El fútbol profesional tiene un condicionante de tiempo. Si tienes que irte concentrado, tienes que irte concentrado. Y si se juega martes, viernes, lunes, domingo, se juega así. No tienes horarios fijos. En fútbol base sí que lo tienes. La gente que esté a mi lado, o lo entiende, o no puede estar a mi lado. O bueno, puede estar a mi lado pero a lo mejor no estar yo con ellos. Mientras uno lo tenga claro, y también sea sincero… Yo conozco mucha gente que ha dejado a las novias por el fútbol (risas). Pero, ¿eso es bueno o malo? Pues no lo sé. Cada uno sabrá qué importancia le da. Yo es que eso de “el fútbol o yo” no lo entiendo. Y está claro que la vida no te da para tener todo ni para hacer todo, porque no hay tiempo material para todo. Pero si alguien te quiere, entiende que seas feliz haciendo una cosa. Sino, no puede estar contigo. No tiene más historia. Cada vez es menos conflicto esto.
Mandamos un saludo a David Dóniga, agradecemos su tiempo y le deseamos la mejor de las suertes en esta etapa de su vida. Y aprovechamos para felicitarle por su publicación La Planificación Futbolística española.
@DonigaLaraDavid
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#caféycharlaDavidDóniga
Genial entrevista. Comparto todo lo que expone David. Felicidades !!
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