Café y charla con Simón Lamas

De Vilalba, provincia Lugo, 28 años. Simón Lamas cumple su tercera temporada consecutiva como entrenador del Racing Club Villalbés, equipo de su pueblo natal, con el que compite en Tercera División, categoría en la que asoma habitualmente por los puestos altos de la tabla clasificatoria, habiendo recientemente finalizado la competición quedándose a un pasito de clasificarse para jugar por el ascenso a la nueva 1ªRFEF.

Como jugador, desde prebenjamín hasta juveniles en el club que actualmente entrena, con una breve estancia en el Racing de Ferrol siendo juvenil de 3º año para probarse en la División de Honor, para volver nuevamente a casa para ya, con sólo 21 años, compaginar el jugar con el puesto de coordinador. Como entrenador, desde el alevín hasta el actual primer equipo en muy poco tiempo y tras un breve paréntesis en el Santaballés de 1ª Regional.

Lo conocemos. Comenzamos!

 

FdB: ¿Por qué entrenador?

S.L: Porque creo que es mi vocación. Si las personas nacemos con un destino, creo que mi destino era ser entrenador. Esa responsabilidad de tener que dirigir a grupos me motiva, me gusta mucho. Sinceramente, yo también tuve la suerte de que mi familia me apoyó en esta idea de ser entrenador. A veces parece una utopía el empezar desde abajo, en un club humilde, sobre todo desde el fútbol base, y llegar a dedicarnos a esto de forma profesional y ser la única dedicación que tenemos. Mi familia me apoyó en esta decisión que tomé hace tiempo. Y en eso estoy. Pero sobre todo, porque es mi vocación, mi pasión, y creo que para la felicidad de las personas, el poder dedicarnos a lo que nos gusta, creo que es el mayor tesoro que nos puede dar la vida. No cambiaría esta profesión por nada del mundo. Tengamos mejores condiciones o peores a nivel económico, a nivel personal, de tiempo…

Pero yo tengo claro que me quiero dedicar a esto siempre. Por vocación, porque siento que esa responsabilidad de dirigir grupos y ser el líder, liderar personas, me atrae, me motiva mucho. Y después el fútbol, es el deporte… más que deporte, es mi pasión. Enlazar una cosa con otra, me hace tener claro desde hace tiempo, incluso siendo jugador, teniendo una trayectoria muy corta, me motivaba mucho más ser entrenador que jugar.

FdB: ¿Cómo llegas a tu puesto actual?

S.L: Bueno, primero, el club, creo que esta es la duodécima temporada seguida en Tercera. Yo llevo viendo la Tercera División desde que el equipo sube. Unas temporadas fui jugador, otras no… pero yo iba a todos los partidos. Incluso fuera de casa, siempre que podía, iba. Sobre todo, por el conocimiento de la categoría. A pesar de ser una persona joven llevaba mucho tiempo viendo la categoría. Conocía jugadores, equipos, entrenadores rivales… Y después, porque, la gente que me conoce, que está cerca de mí, sabe que la relación con el presidente actual es cercana. Sabía que yo me estaba preparando o que mi ilusión pasaba por entrenar algún día al primer equipo. Los conocimientos de la categoría, digamos, unidos a que también para mí era un sueño y a que, seguramente, la situación del equipo en aquel momento no era la mejor: cuando empezamos el equipo era penúltimo (perdimos el primer partido y éramos últimos). Todo eso hizo que el presidente y la junta directiva confiasen en mí porque creían que con mi forma de entender el fútbol, sería capaz de sacar al equipo adelante. Los cuatro años que estuve en el juvenil éramos un equipo bien organizado defensivamente. Yo creo que el club lo que buscaba también era una vuelta a lo anterior. Yo cojo al equipo penúltimo, pero veníamos de hacer playoff con Óscar Gilsanz. Era una situación un poco extraña. Después de un playoff, estar últimos en la jornada 10 era un poco chocante. Yo creo que el club lo que quería era volver a lo anterior. Yo me identifico mucho con el fútbol que se practicaba. No sólo por el tiempo que estuve con Óscar. Yo creo que en la trayectoria que lleva el club en Tercera División, yo creo que siempre competimos de una forma parecida. Lo que quería la directiva, en ese caso, era volver a eso. Y luego, unido a que yo siempre quise prepararme para ese momento. Y el conocimiento de la categoría. Pensaron que era la persona adecuada. El tiempo dirá si aquella decisión fue acertada, pero bueno, nos pudimos salvar en esa ocasión.

FdB: Hiciste otras labores como coordinador de la cantera. ¿En cuál te sientes más realizado?

S.L: En esta, sin duda. Me gusta el campo. Me gusta liderar personas, preparar partidos, preparar entrenamientos y sobre todo, trabajar en ese proceso de coger a un grupo de jugadores y ser capaz de trasmitirle lo que tú sientes. Me gusta la sensación de la semana: preparar entrenamiento, preparar partido, preparar la estrategia y llegar el domingo. Sí que es cierto que le recomendaría a cualquiera ser coordinador en un club porque es una forma de entender muchas cosas, de conocer mucha gente. Creo que es un paso que todos deberíamos de dar en el mundo del fútbol. Dirigir un club desde ese punto de vista y trabajar con niños te hace ver otros puntos de vista dentro de lo que es la labor del entrenador, la formación… que también creo que son importantes. Sobre todo, el trabajo a nivel individual. Ir poco a poco quemando etapas, de lo individual a lo colectivo. Pero yo creo que nací para ser entrenador. Dentro del campo es donde mejor estoy. Aparte, esa es una profesión dentro de un club que desgasta mucho. Yo estuve 5-6 años y creo que esos años me desgastaron tanto que creo que no volvería a ser coordinador nunca. Sin ninguna duda que lo que me apasiona es ser entrenador, y aunque no pude formar parte de ningún staff técnico sin ser primer entrenador, creo que me adaptaría también bien a cualquier faceta en un rol secundario.

FdB: Hablabas antes que te habías fijado el objetivo de ser entrenador y que habías tenido la suerte de que tu familia te apoyó. ¿Cuándo te fijas ese objetivo? ¿Diseñaste o intentaste intuir cómo podía darse ese camino? Entendiendo que obviamente, después, las circunstancias cambian.

S.L: Yo creo que todos debemos marcarnos un objetivo para poder después perseguirlo. Todos tenemos que tener objetivos, tanto a corto plazo como a largo plazo porque sino esto carece de sentido. Yo sabía, también por el entorno que tengo, porque no es lo mismo trabajar en un pueblo como Vilalba que en una ciudad como Lugo. Ciudad pequeña con poco… yo siempre digo que aquí en Lugo estamos un poco perdidos porque tú quieres trabajar en fútbol y tienes muy pocos lugares donde poder entrenar, poder ser medianamente profesional… No es lo mismo estar aquí que en una ciudad, que lo que te puedes marcar tú en un club de base que no tiene equipo sénior o, en mi caso, el Racing Villalbés, que yo creo que es un equipo que trabaja bastante bien el fútbol base y además tiene un equipo en Tercera División con trayectoria e histórico, con cierta importancia. No es lo mismo. Debemos saber en qué entornos nos movemos y, a partir de ahí, ponernos un objetivo real.

Después, yo tengo que decir que tengo 29 nada más. Empecé a entrenar con 16 y llevo 12 años entrenando de forma ininterrumpida. Quizás, en ese sentido soy un caso un poco raro porque en muy poco tiempo me llegó la oportunidad y aquí estoy. Seguramente esto pase muy pocas veces y mi historia sea un poco peculiar en ese sentido. Yo sí tenía claro que mi objetivo era llegar aquí. Por las distancias y las características del entorno en que me muevo. Las distancias en la provincia… es muy difícil entrenar en otro equipo de Tercera División en Lugo. Ahora mismo está Viveiro, pero está a una hora. Es difícil. Hay equipos clásicos como puede ser el Lemos, que también está a una hora. Después, evidentemente el Lugo es una referencia, en fútbol profesional. Pero por distancias, número de equipos profesionales o de cierta entidad en la provincia, yo sabía que mi camino tenía que pasar por aquí. También porque a mí lo que me gusta, como entrenador, es el fútbol de competición. Tercera División… categorías senior donde el objetivo para el entrenador sea sacar el máximo rendimiento de los futbolistas. En todo momento sentí la confianza del club en todos los puestos en los que estuve. Hablando con compañeros, entrenadores, que se fueron convirtiendo en amigos, me recomendaban esperar ahí mi momento. Tuve alguna opción de salir a algún club profesional y cambiar de estructura. De aquella alguna gente me cuestionaba la decisión que acababa de tomar, pero creo que con el paso del tiempo ese camino que me propuse salió adelante y en ello estoy. Yo creo que, como a todos, algún día nos gustaría vivir la posición de estar en un cuerpo técnico con esas condiciones laborales que puede ofrecer el fútbol de más alto nivel. Poder entrenar por la mañana, poder preparar todo el resto del día, rodearte de gente super cualificada, tener esas condiciones…

Preparándonos y formándonos, ése es un objetivo a largo plazo. Pero yo estoy muy contento del camino que seguí, del camino que me propuse, aunque en algún momento te genera dudas porque esta es una profesión de mucha incertidumbre. Yo creo que psicológicamente hay que ser fuerte para ser entrenador en estas categorías. Yo aquí me sentí respaldado en todo momento y sabía que tarde o temprano esta oportunidad me podía llegar. Yo siempre fui una persona muy reflexiva a la hora de tomar decisiones. No me gusta la gente que acepta cargos sin pensar previamente lo que puede suceder y lo que es mejor para él en ese momento. Rechacé cosas en el propio club o de otros clubs… No me gusta la gente que se aventura por temas económicos o de prestigio sin pensar un poco más allá, en el futuro. Trato de darle muchas vueltas a las decisiones que tomo.

También me aproveché un poco de la situación del club. Porque el club entones, con otra directiva, no tenía la estructura que tiene ahora. Y pasé en tres años de un Alevín B al Juvenil. Ahora hay entrenadores de la provincia, de más nivel, 6-7 entrenadores UEFA PRO… Yo creo que me aproveché de ese momento. El presidente que entraba (el actual) tenía ganas de hacer las cosas bien, de dar un cambio y yo fui uno de los protagonistas, digamos, de ese cambio. Y el trabajo respaldó esa confianza depositada en mí.

Pero yo soy una rara avis. Llegar con 26 años a Tercera División… encima en tu pueblo. Yo siempre sentí el cariño de la gente por entrenar a mi equipo. Todo lo contrario, a la frase que dice la gente de no ser profeta en tu tierra.

 

«la profesionalidad se demuestra con el trabajo, más allá de la categoría.»

 

FdB: Hablabas ahora de fútbol profesional. ¿Qué es para ti ser un entrenador profesional? Independientemente de estar en fútbol profesional. Y cómo crees que, por tu experiencia de moverte en el mundo del fútbol, no por la tuya propia, la promoción de los entrenadores en el fútbol. Resultados, boca a boca de jugadores…

S.L: No hay que confundir los términos. Yo hablaba de que mi ilusión era llegar al fútbol profesional. Llegar ahí y vivir eso por dentro. Pero yo siempre digo lo mismo: yo soy igual de profesional en mi equipo en la preparación de los entrenamientos, de los partidos, y la importancia que le doy a mis jugadores. Ahora en Tercera División y antes cuando entrenaba infantiles, el año que estuve en Primera Autonómica… Yo creo que, en ese sentido, la profesionalidad se demuestra con trabajo sea cual sea la categoría o el equipo en que desarrolles tus funciones. Yo creo que ser entrenador profesional va encaminado a eso. Después, evidentemente, las condiciones laborales te avalan porque si tienes más o menos tiempo lo puedes hacer mejor o peor. Espero y deseo que los entrenadores, que poco a poco se vaya regulando esta profesión. Que se puedan tener mejores condiciones en clubs que trabajan en la base o clubs modestos. Una regularización de nuestro trabajo y las condiciones. Sería muy bueno para todos. Tengo que decir que estoy en un club que lo está intentando. No es fácil porque cada vez es más difícil sostener económicamente a este tipo de instituciones. Pero lo está intentando con gente que ya está de alta en la Seguridad Social, con esa dedicación. Pero ya digo, la profesionalidad se demuestra con el trabajo, más allá de la categoría.

Y en relación a cómo se llega, por desgracia para los entrenadores, y digo por desgracia, porque soy de los que cree que los entrenadores pierden más partidos de los que van a ganar. Y los resultados son un medio para llegar o para ir logrando puestos o equipos mejores. Y no el trabajo. Digo por desgracia porque creo que es un error. Muy pocas veces los dirigentes apuestan por los entrenadores que trabajan. Es decir, porque el trabajo de esos entrenadores les guste. De eso se trata. Creo que en mi caso fue más por eso. Aunque, evidentemente, yo tengo claro también que, si en juveniles no consiguiésemos alguno de los ascensos, la gente del fútbol, en general, me verían de otra manera. Y creo que esos ascensos, esas victorias, hacen que la gente se fije en ti. Pero repito, si alguna vez soy dirigente de un club, me fijaré en cómo trabaja el entrenador, métodos, de qué manera interpreta el fútbol y si se adecúa a la que sentimos en ese determinado sitio… mucho más que por los resultados porque, repito, los entrenadores vamos a perder más de lo que ganamos. Creo que es un error. Pero sí que estamos en un mundillo donde la victoria lo eclipsa todo.

Por poner una anécdota. El primer año que cogimos el equipo, después de sufrir mucho en la primera vuelta, hicimos una segunda muy buena. Fuimos a San Lázaro y ganamos al Compos 1-2. Si nos ponemos a analizar el partido, el equipo estuvo bien pero perfectamente pudo perder el partido. El plan de partido, bajo mi punto de vista, habría salido bien igual, y el trabajo de los jugadores habría sido bueno igual, pero lo ganamos. Y eso hizo que nos entrevistaran de varios medios de comunicación, que el revuelo en redes sociales y mundillo del fútbol fuese mayor… Probablemente los que vieron el partido saben que pudimos haber perdido el partido perfectamente. Tuvimos una dosis de acierto, por ocasiones que generamos, muy importante. Pero todo lo eclipsa el resultado. Yo creo que es un error. Los entrenadores tenemos que pelear porque eso no sea así. Nos tenemos que hacer valer como colectivo. Nos tenemos que respetar mucho más unos a otros porque muchas veces los que dirigen no son gente de fútbol, no tienen los conocimientos de un entrenador, pero que consigamos que se fijen mucho más en el trabajo de un entrenador que en los méritos puede depender también de nosotros mismos.

FdB: ¿Cómo es la cultura futbolística de Villalba y cómo influye ésta en cómo sientes el fútbol?

S.L: Cuando uno se forma en un sitio… tanto los años de jugador como de entrenador, esa experiencia, me van a acompañar siempre en la mochila que llevo de viaje. Lo mejor que puede tener un sitio es que se le identifique con ese algo. Que se le identifique con esa forma de ver el fútbol. Me dan un poco de penas esos clubs, esos sitios, que van dando bandazos buscando una identidad, porque realmente no se identifican con nada concreto, y en función de quién los dirija, dar cambios. Nosotros aquí tenemos la suerte de tener un camino. Que no lo dio una persona concreta. Pero todos tenemos claro, los que estamos dentro y los de fuera, que el Racing Villalbés es un equipo que generalmente y con matices, siempre busca lo mismo: organización defensiva, conceder pocas ocasiones de gol, atacar rápido, de jugar a ritmo alto, verticales… Pero creo que en el mundo del fútbol se necesita, o que cada sitio concreto necesita que cada equipo concreto se identifique con una manera de entender el fútbol. Aquí vas a la Magdalena, yo fui muchas veces, y el aficionado, el seguidor reclama verticalidad, reclama presión… ese tipo de jugador, aquí, es aplaudido. Lógicamente para mí es más fácil entender esto porque me formé aquí, pero si soy entrenador y cambio de club, haré por entender la idiosincrasia de ese club. Lo que la gente necesita, lo que a la gente le gusta. Esto es un espectáculo. Tenemos que darle a la gente lo que busca y se identifique con lo que ve en el campo. Uno de los objetivos del entrenador tiene que ser que el aficionado se identifique con el equipo. Con lo que ve en el campo y disfrute de esa forma. Yo creo que es una gran suerte que aquí nos caractericemos por una forma concreta de vivir este deporte. Y la gente de fuera que viene aquí rápidamente se empapa de lo que es el club y el equipo. Yo lo trasladaría al club porque nuestros cadetes, juveniles, entienden el fútbol de la misma manera. Eso es super enriquecedor y creo que es el mayor tesoro de un club de fútbol.

 

«Mi gran ilusión es esa: conocer tanto el juego que me permita adaptarme a cualquier contexto y situación.»

 

FdB: ¿Crees que el formarte ahí y que te asocien con esa idea futbolística, puede ser una etiqueta que no tiene nada que ver o que realmente hay entrenadores que sus equipos siempre tienen la misma concepción de juego, puede ser un factor que pueda sumar o restar en determinados sitios? O lo ves como algo neutro.

S.L: Yo creo que ahí hay varios perfiles de entrenador. Sí que hay entrenadores que sienten el fútbol de una determinada manera, y que tratan de explotarlo al máximo. Yo creo que en el fútbol profesional eso sí que se demanda mucho. Queremos un entrenador de ataque posicional, o uno de defensa y contraataque… Normalmente cuando las cosas van mal recurrimos a un tipo de entrenador concreto y cuando empieza la temporada y queremos soñar en grande, recurrimos a otro. Yo creo que esas etiquetas en fútbol profesional sí que son reales. En mi caso, yo siempre digo lo mismo, yo tengo una forma de sentir el fútbol, evidentemente, no podría decir lo contrario. Pero mi gran reto como entrenador y mi principal objetivo como entrenador es, sobre todo, conocer el juego. Si yo soy capaz de entender el ciclo del juego e ir mejorando y creando una base en esos conocimientos del juego formándome, preparándome cada día, espero algún día, ser un entrenador que “domine” el juego. Y eso me permitiría entrenar en cualquier circunstancia, en cualquier equipo y en cualquier contexto. Evidentemente a mí me gustan una serie de condiciones, una serie de cosas, pero que yo creo que tampoco van ligadas en exceso a un determinado modelo. Yo creo que a todos nos gusta un equipo defensivamente organizado, sea en un posicionamiento más avanzado o más replegado. Creo que a todos nos gusta atacar y llegar muchas veces a la portería rival. Hay equipos que lo consiguen dando muchos pases, teniendo mucha continuidad en el juego, con circulación de balón, y hay otros equipos que lo consiguen, por el perfil de los jugadores, llegando más rápido a portería rival con ataques directos o contraataques. Pero a todos nos gusta pisar área continuamente, que no nos generen ocasiones de gol… El cómo conseguirlo depende un poco más de los jugadores que del entrenador, teniendo en cuenta que siempre va a haber matices y ese gusto futbolístico del entrenador que lo va a llevar por un camino.

Pero mi gran reto como entrenador es saber moverme en todos los ámbitos y contextos. Y en función del perfil del jugador, del equipo, de la idiosincrasia de ese equipo, ejecutar un plan u otro. Pero eso pasa por la formación. Yo creo que muchos entrenadores no comulgan con esta idea porque tampoco están preparados, porque no conocen el juego lo suficiente. La clave es entender el juego, tanto en el momento con balón como sin él, y cuál es la mejor forma de ejecutarlo teniendo en cuenta las características y los objetivos que tiene el club esa temporada y del gusto futbolístico que hay en ese contexto. Y a partir de ahí, llevarlo a cabo. En el ámbito en que nos movemos nosotros creo que es distinto. Puede haber algún caso concreto, pero es distinto. Esas etiquetas no son tan… muchas veces recurres a entrenadores que por proximidad puedes incorporar… La capacidad de adaptación de un entrenador a cualquier modelo, creo que es una de las características más importantes que debe tener. Y para mí ése es el gran reto. Igual es una utopía. Hay compañeros míos que me dicen que es imposible, que no serían capaces de entrenar a un equipo que no sienten como suyo…. Mi gran ilusión es esa: conocer tanto el juego que me permita adaptarme a cualquier contexto y situación. Y en eso estamos. Y ese camino es el más enriquecedor que puede tener un entrenador.

FdB: ¿Dónde crees que están, si lo vislumbras, el techo del Villalbés? O el siguiente paso a dar. Si mirar hacia más arriba. Si mantenerse como club histórico de Tercera y que pueda surgir un año puntual de mirar hacia arriba como está ahora instalado…

S.L: Sí. Bueno, yo creo que estamos en una reestructuración dentro del mundo del fútbol español que nos hace tener dudas de cómo va a ser esto después de la pandemia y de estas categorías nuevas. No sabemos en qué escenario nos vamos a mover ni cuál va a ser la capacidad de los clubs. Yo creo que ahora mismo, si hablamos de este contexto que tenemos ahora, sin hablar de algo que va a suceder después con la reestructuración, yo creo que sería muy complicado que hubiera un Racing Villalbés en Segunda B. Hace falta mucho más apoyo. A nivel económico, tenemos una gran suerte de contar con un patrocinador aquí que lleva muchos años apoyando como es Président y el Concello evidentemente, que también apoya. Pero haría falta un salto cualitativo para que un equipo de un pueblo de Lugo pueda aspirar a un fútbol semiprofesional que sería ese de Segunda B. El Racing tiene que aspirar fundamentalmente a ser un club modelo en fútbol base. Sobre todo, porque aquí también se entiende el fútbol o se entiende el club ligado directamente a la cantera, que una serie de jugadores del primer equipo sean de casa… Yo creo que cuidar ese fútbol base y ser un club modelo en ese fútbol de base, más allá de las categorías. Evidentemente las categorías ayudan en ese proceso formativo. Ahora mismo el club está bien posicionado en ese sentido. Hay muchos jugadores de la provincia, no sólo de Vilalba. Hay jugadores de la provincia, incluso del sur de Lugo que quieren venir a jugar aquí. Ese debe ser el objetivo. Ser un club modelo en fútbol base y no perder esta categoría en el equipo sénior. Yo creo que esta categoría es muy bonita, tiene un nivel muy alto de entrenadores, un nivel cada vez más alto de jugadores…

Vamos a ver cómo afecta la reestructuración, pero estamos viendo esta temporada que de los 24 equipos 8-9 entrenan en un horario “profesional”. A la mañana o primera hora de la tarde. Una categoría muy exigente para nosotros. Creo que deberíamos salvar la categoría y estar aquí muchos años. Yo creo que cada vez hay más diferencia entre Tercera División y Preferente. Ahí se está abriendo una distancia sideral en cuanto a recursos y profesionalidad. La sociedad también está cambiando. Los chavales que llegan de juveniles se identifican menos con los equipos… No sé muy bien por qué. Se comprometen menos con los clubs.

Pero aquí lo tenemos claro, y la gente lo tienen claro, que aquí en Vilalba hay que cuidar la formación, el fútbol base y empezar a poner piedras hacia arriba desde ahí. Y luego seguir siendo un club referencia en Tercera División, que, repito, para un pueblo de Lugo como el nuestro, es una categoría muy exigente y tenemos que tratar de cuidarla. No sé si realmente somos conscientes del nivel que hay y sería importante mantenerlo. Y esa dificultad, pero ese reto que sería poder estar en Tercera División con jugadores de casa. Movernos ahí en esas arenas, en ese contexto, sería lo que nos debe motivar aquí y ser un club distinto a los que pueda haber en esta categoría o entorno.

FdB: ¿Cómo es llegar en mitad de temporada a un equipo, debutando en la categoría en este caso, en que hay un periodo donde en unos días compites y los puntos hacen falta, al no haber sido en un parón? Y qué importancia tuvo, que ya comentaste un poco antes, el conocer tanto a tus jugadores como a los del resto de la liga para realizar un diagnóstico más rápido de lo que necesitaba el equipo y qué podías hacer para ayudar a mejorar al equipo.

S.L: Fue muy complicado. Yo creo que pasó tan rápido que no me di ni cuenta de lo que pasamos en esas semanas. Era una angustia… Sobre todo, porque cuando se me ofrece… yo acepté antes de darme cuenta bien de todo. Enlazado con lo que hablábamos antes, que tiene sentido, cuando en mi objetivo a medio-corto plazo mi objetivo era entrenar en Tercera División, y te llega de esta forma, con el equipo último y el descenso acechando. Era la jornada 10 pero el equipo tenía muy pocos puntos. Yo lo pensaba después. ¿Y si descendemos qué pasa? A mí esa angustia sí que hizo que las primeras semanas lo pasáramos mal. Para mí era cumplir un sueño, pero en una situación completamente amarga en la cual no se puede disfrutar de ese sueño. Tú imagina que sueñas algo, pero no lo puedes disfrutar porque la situación te amarga y te consume. Aparte de ser entrenador era aficionado porque es mi club. Evidentemente, eso no lo puedes transmitir. Evidentemente también, yo sabía que con los mimbres que teníamos íbamos a ser capaces de competir y de sacar el equipo hacia arriba, pero el inicio fue complicado. El enfrentarme a los jugadores el primer día fue fácil porque yo tenía plena confianza en el grupo, sobre todo en el que llevaba tiempo, porque sí que hay un grupo de jugadores que llevan más tiempo en el equipo y yo tenía total confianza en que ese grupo de jugadores iba a ser capaz de revertir esa situación.

Después, desde el punto de vista táctico, de preparar al equipo, muy complicado porque no había tiempo. Esa semana teníamos un derbi… Esa semana, creo recordar, que el lunes no se entrena… para que el club pudiese preparar también la salida del otro entrenador, que creo que también es algo necesario, y que un club debe cuidar. Llego un miércoles. Y domingo derbi con el Polvorín. Intentamos sobre todo limpiar la cabeza de los jugadores. Yo creo que en ese primer momento los entrenadores tenemos que intentar limpiar la mente de los jugadores. Quizá un cambio de entrenador genera un efecto positivo en las primeras semanas, pero tenemos que darle continuidad después, sobre todo si los resultados al principio no son los adecuados. Crear un contexto en donde el jugador se sienta seguro y pueda disfrutar. Eso hace que pueda rendir por encima que antes.

Después, hablar mucho con los jugadores. Saber qué sensaciones tienen, que ejerzamos de psicólogos, que es algo que debemos tener siempre presente. Estar muy cerca del jugador o muy distante en función de la situación, pero contar siempre con el jugador y con su mentalidad. Si el jugador cree en lo que hacemos y ve que lo que le proponemos le va a acercar a ganar, pues el jugador va a tirar con nosotros. Y si el jugador duda de lo que estamos proponiendo va a provocar un efecto negativo. Limpiar la mente y ejecutar un plan o simplificar ese plan para que ellos lo puedan ejecutar de la mejor manera. Y a partir de ahí ir creciendo con los puntos.

Yo creo que, evidentemente, cuando uno coge un equipo sin pretemporada no podemos, aparte en una situación tan mala, ya digo, éramos últimos cuando empezamos, no podemos intentar inventar nada. Hacer un cambio radical en 4-5 entrenamientos sería irreal, utópico y un error por mi parte. Lo que intentamos esa primera semana con las tareas es que el jugador se fuera con la sensación a casa de que estaba entrenando bien, de que ahí había un cambio. Que los entrenamientos estaban saliendo bien, que él estaba disfrutando en los entrenamientos, que lo que él estaba haciendo estaba teniendo un efecto positivo… Y estar muy cerca del jugador. Ser muy cercano, hacerle ver que, como grupo, iban a ser capaces. Y a partir de ahí, ir creciendo. En estas categorías, la manera que tenemos los entrenadores de crecer son los resultados. Hablábamos antes de que a los entrenadores nos tiene que preocupar el trabajo que nosotros hacemos mucho más que los resultados, pero realmente al jugador lo que le importa es ganar. Si el jugador gana va a disfrutar más porque le va a parecer que… en cambio, si pierde la sensación va a ser distinta. Y a raíz de ahí ir mejorando al equipo para acabar siendo el equipo que queríamos ser con ese contexto y eses futbolistas.

El inicio no fue fácil porque el primero lo perdimos, el segundo lo ganamos… pero en general, los primeros resultados no fueron del todo positivos hasta el inicio de la segunda vuelta. Pero mi sensación era de que el equipo creía en lo que se estaba haciendo. Y eso es lo más importante que tiene que tener un entrenador. Si tú no eres capaz de ganar, pero el jugador ve que eso es lo que le va a guiar a la victoria, vas a tener tiempo y capacidad de poder ir dando pasos y mejorar al equipo. Decía Nafti, que lo tenemos cerca, que en el fútbol no hay proyectos. Y es cierto en cierta medida. Yo creo que es una frase que todos tenemos claro, que, en el fútbol sénior, de competición y profesional, que es así. Y los resultados es el mejor camino para tener tiempo para que el equipo ejecute el fútbol de la manera en que tú lo sientes. Además, somos privilegiados de tener un grupo de jugadores, que llevan ya cierto tiempo en el equipo, como el que tenemos. Son gente de la casa, que hace que sientan el equipo de otra manera. Y después, que le trasmitan a los nuevos, a los que vienen de fuera, cómo se debe respetar y cómo se debe sentir el escudo. Eso para un entrenador tiene un valor incalculable.

FdB: Ahora ésta es tu tercera temporada. No completas ninguna, pero tercera. ¿Cómo choca esa exigencia en el día a día con el desgaste que supone, tanto el mensaje como el propio entrenamiento para esa gente que lleva ahí desde que llegaste? Cómo mantener que ese mensaje siga vivo. Y que ese día a día en el entrenamiento el jugador no sienta que hace lo mismo, sino que mantiene la esencia, digamos, pero modificando cosas.

Y por otra parte, hablamos antes del ADN de Villalba y de este equipo. ¿Cómo es el perfeccionar y evolucionar la idea, pero sin perder la identidad? Yo creo que las cosas que no cambian nada, empeoran. Especialmente, con los jugadores que más tiempo que llevan que están más “cansados” de escucharte, que nos obliga a renovar un poco el mensaje.

S.L: Yo tengo muy mala suerte porque el primer año llegué en la jornada 11, el segundo nos lo paró la pandemia en la jornada 27, y este año tenemos un formato exprés muy exigente a nivel de puntos por los 8 descensos. Llevo 3 temporadas y parece que no fui capaz de completar un ciclo. En relación a lo que tú me decías de cómo mantener la ambición, sobre todo del jugador en el día a día, yo creo que lo primero que tenemos que hacer, sobre todo en esta categoría… Yo tengo la suerte de disponer de un cuerpo técnico ahora mismo con segundo entrenador, preparador físico, entrenador de portero, fisioterapeuta… Eso es un lujo, el poder trabajar de esa forma. Delegar, enfocar a cada persona en su rol y aprovechar las cualidades de cada persona en ese rol te va a desgastar menos a ti, y eso hará que el entrenador no esté tan encima de los jugadores y hará la relación más llevadera para todos. Yo era de los entrenadores que me gustaba hacer yo todo, tener todo controlado, que no se me escapase nada… con el tiempo voy viendo que es muy importante delegar, rodearse de personal cualificado y después ser capaz de darle un rol, dentro del cuerpo técnico, en función de las características.

Después, cada temporada fuimos cambiando cosas. La primera temporada grabábamos los partidos, pero no hacíamos un análisis tan profundo. El segundo año empezamos a hacer vídeo con los jugadores y cambiando también nuestra metodología a nivel de tareas. Fuimos dándole una vuelta al modelo de juego: el primer año, muy simple, para conseguir resultados. Basándonos sobre todo en no encajar goles para a partir de ahí poder crecer. El segundo, intentamos hacer más cosas con balón, en gran parte por el perfil de jugador que incorporamos. Y este año estamos intentando darle otra vuelta. Yo creo que cambiar cosas en el método, a nivel de semana, es importante. que las tareas no se repitan, sobre todo año tras año. Tú durante la temporada puedes hacer un tipo de tarea e ir repitiendo más o menos, aunque a mí no me gusta. Nunca repito tareas. Salvo un par de tareas que son de confort de los jugadores, porque queremos que el jugador disfrute porque le gustan, como puede ser el rondo clásico. Queremos que desconecte. Pero me gusta que las tareas no sean iguales. Aunque el tipo de tarea sea igual, que tenga siempre matices y mantener viva esa motivación del jugador al ir a entrenar y tenga las orejas levantadas escuchando lo que tú le vas a decir porque cada entrenamiento tiene una cosa nueva. Es fundamental. Y distintas estrategias a lo largo de la temporada que haga que las dinámicas sean distintas año tras año. Los entrenadores, para mantener esa motivación, debemos cambiar cosas. A mí ese tipo de estrategias me dan mucha tranquilidad y creo que pueden funcionar. Si este año veíamos el vídeo el viernes pues el año que viene lo vemos el jueves y el viernes hacemos otro tipo de cosas. Ir cambiando esa metodología, dándole vueltas. Si puede ser, perfeccionándola. Creo que es fundamental. El saber cuál es tu momento y cuál el de tus ayudantes…

Y después una relación de mucho respeto. Considero que yo soy un entrenador muy temperamental, que me gusta imprimir ese carácter con el que yo vivo el fútbol y me gusta imprimírselo a mis jugadores. Y eso hará que la relación se vaya desgatando. También estas tres temporadas que son un poco atípicas, me dejan con sabor agridulce en ese sentido porque llevamos 3 años y sólo llevamos 45 partidos de liga. Ojalá todo se pueda mejorar y la situación pueda volver algún día a cauces normales. Pero yo entiendo que ellos me ven como una persona de club. Yo no soy un entrenador que llega al club, hace su trabajo y se marcha. Yo estoy en el campo desde las 4 de la tarde hasta las 11 de la noche. Que trabajó en el club, que es de Vilalba, que fue coordinador, entrenó a los juveniles, es aficionado, socio… Esa visión que puedan tener ellos de persona de club también me hace tener un poco de cancha con respecto al jugador. Y no sólo verme como un entrenador. Mucha importancia al día a día. Ir cambiando cosas. E ir perfeccionando al equipo. Y eso hará que no sea haga monótono. Y eso que yo soy un entrenador muy cansino porque soy una persona que está continuamente encima del jugador. Pero veremos. Esa es una pregunta que deberían contestar los jugadores mejor.

 

«Conseguir que los 20 jugadores de la plantilla se sientan titulares es uno de los grandes retos que tienen los entrenadores.»

 

FdB: Ahora con el COVID cambiaron determinadas normas. Cómo gestionas ese aumento en el número de jugadores en la convocatoria. Más jugadores que viajan y no juegan.

Y cómo choca esa cultura de entrenamiento exigente como es la vuestra con jugadores que no entran al campo, aunque ahora sí entran en la convocatoria para que no se desenganchen porque si los pierdes también el grupo se ve afectado en esa dinámica de entrenamientos.

S.L: En relación a la primera, ahora manejar la convocatoria el viernes es super sencillo. El domingo a primera hora, cuando ponemos la alineación en el vestuario ya es un poco más complicado. Y cuando acaba el partido es peor. Nosotros tenemos un ámbito que nos permite tener un plantel corto. Yo le llamo corto a 19 jugadores. Con las fichas sénior no completaríamos la convocatoria. En este caso tenemos un juvenil con el que contamos siempre, por eso digo que nuestro plantel es de 20 jugadores, con lo cual todos podrían venir convocados. Pero evidentemente dentro de esa plantilla hay roles. Hay 2-3 jugadores que están empezando, que están empezando a asomar la cabeza y adaptándose a la competitividad que exige esta categoría. Hay también dos jugadores que vienen de Preferente con mucha ilusión, jugadores más contrastados, incluso alguno que puedo jugar en 2ªB, y todos con un rol concreto dentro del equipo. Yo creo que es fundamental, cuando tú incorporas a jugadores tienes que ser totalmente sincero y decir lo que piensas sin importar la reacción que puedan tener e ir de la mano de lo que tú creas.

A partir de ahí, dentro de lo que es la convocatoria del equipo, teniendo en cuenta que siempre va a haber bajas, para mí es un reto importantísimo adaptarnos a este formato de los 5 cambios. Primero, a nivel de gestión de grupo es fundamental. Entiendo que es complicado porque los partidos tienen un ritmo y adaptarse a ese ritmo desde fuera no siempre es fácil, en función del contexto, perfil de jugador que es… Pero para mí como entrenador es un reto. A nivel táctico nos permite cambiar muchísimas cosas. Y en gestión de grupo nos permite ser capaz de enganchar a 16 jugadores cada partido. Los 11 más 5 cambios y hacerlos sentir importantes a todos y que ellos realmente se vean importantes. Para mí es una motivación y algo en que yo estoy trabajando mucho, y que me gustaría perfeccionar poco a poco para ser capaz de dar soluciones al equipo, tener a todo el mundo en esa rueda…

¿Cómo hago yo con ese jugador que juega menos? Mucha cercanía. Seguramente, no al día siguiente… yo también fui jugador y por mucho que veas que el entrenador está haciendo lo adecuado tienes eso dentro que te hace pensar que tú también podrías haber jugado y que tú también podrías haber disputado minutos. No ese mismo día, ni al siguiente, pero con el paso de los días ir ganándote a ese jugador desde el punto de vista psicológico preocupándote por él. Yo, quizás por la experiencia que tuve con algún entrenador, lo importante es que el jugador vea en el día a día que es uno más. Yo tuve un entrenador que trataba mucho mejor a los titulares que a los suplentes. De aquéllas pensaba: qué error. No me parece que ese entrenador le esté dando importancia o preocupando lo suficiente. Pero quizá ese momento me hizo ver algo para cuando yo fuese entrenador saber manejar mejor esa situación. Esas ganas de corregir al jugador que menos minutos jugó creo que es la mejor manera para que recupere esa motivación que perdió, seguramente, el domingo y pueda seguir aportando y algún día ser de la partida.

Yo creo que a todos los entrenadores nos gustaría que todos los jugadores fueran titulares. Yo estoy muy contento con la plantilla que tengo. A nivel de recursos creo que cada año fuimos mejorando la plantilla desde que estoy. Este año creo que tenemos una plantilla de mucha calidad. En ese sentido, creo que cualquiera puede disputar minutos. Por ejemplo, tenemos un juvenil que está siendo titular. Estoy muy contento. Pero la mejor forma de motivar a ese futbolista para seguir aportando al grupo, pero sobre todo para que él esté preparado para cuando le toque ser de la partida, es focalizar, corregir, estar pendiente del en los entrenamientos… y creo que es fundamental eso en los entrenamientos para conseguirlo. Yo le doy mucha importancia, seguramente por experiencias que tuve como jugador con otros entrenadores que me hicieron ver que hay manejar bien ese tipo de situaciones.

Después, en el caso que tenemos nosotros, hay dos jugadores que acaban de subir de juveniles: son esponjas, están muy contentos en el equipo y nosotros con ellos. Es un lujo poder trabajar con ese perfil de jugadores. Tienen esa ambición de querer ser de la partida, de ser importantes, pero saben cuál es su camino. Saben que tienen que tener paciencia. En el fútbol de hoy en día, sobre todo en los jugadores jóvenes no es algo habitual. Ojalá sigan este camino que están siguiendo porque seguro que llegarán lejos. Pero nosotros como entrenadores tenemos que darles importancia y estar pendientes de ellos. No cuesta nada estar pendiente de un jugador en concreto que a lo mejor no está en un buen momento porque no jugó, por ejemplo. Y teniendo personal suficiente en el cuerpo técnico, creo que es una situación que se debe manejar y creo que no todo el mundo hace. Conseguir que los 20 jugadores de la plantilla se sientan titulares es uno de los grandes retos que tienen los entrenadores. Teniendo en cuenta, evidentemente, que después hay alineaciones y los jugadores son conscientes y por la semana van viendo por dónde vas enfocando el equipo. Pero el que se sientan importantes y motivados todos los jugadores es uno de los grandes retos de los entrenadores. Voy dejando así retos en cada pregunta. Esta es fundamental y es algo que a mí me motiva mucho.

FdB: ¿Qué capacidad crees que tienes de intervención en el descanso en los partidos? En qué sueles poner mayor énfasis. Y cómo las limitaciones por el COVID, que prima el que sea más breve incluso que antes.

S.L: Sí. Bueno, nosotros lo que hacemos es juntarnos los cuatro entrenadores. La fisioterapeuta no porque seguramente esté dentro con algún jugador en la camilla. Nos juntamos fuera en la puerta del vestuario y damos cada uno su opinión. Hacemos balance de lo que cada uno está viendo. Este año tenemos la posición del segundo entrenador, Kike, que está en la grada con el entrenador de porteros viendo el partido. Tienen una visión muchísimo mayor. Yo creo que eso también da para debate también. Si los entrenadores tenemos la mejor posición para tomar las decisiones que debemos tomar y que se presupone que tenemos que tomar, porque yo tengo muchas dudas de que sea la mejor visión para poder hacerlo. Al final, somos los que tenemos que tomar las decisiones y estamos peor colocados que todo el mundo. Pero esa visión que tienen ellos… además Kike en este caso está conectado con pinganillo al preparador físico, a Jandro, que está en el banquillo. Ahí tenemos una comunicación fluida. Incluso bajamos la cámara y vamos anotando minutos porque en el descanso, en el vestuario, tenemos una pantalla que nos permite ver esas situaciones.

Nos reunimos los cuatro. A veces ellos, con esa visión, sí que te dan un detalle distinto de lo que tú puedes estar apreciando a pie de campo. Y al final acabo hablando yo. Vamos a hacer esto, esto y esto. Y con la información que ellos me transmiten tomamos la decisión, de si vamos a seguir así o vamos a cambiar determinadas situaciones. Si podemos reforzar algo con vídeo, que lo estamos haciendo, me parece algo importante de cara al jugador porque entiendo mucho mejor algo cuando lo está viendo que cuando se lo estás explicando cuando tiene que ser algo rápido, no hay margen para poder entrenarlo y tiene que ser un detalle. Creo que esa aportación de vídeo al descanso es muy buena.

Entonces, solemos estar 5-6 minutos fuera. Ahí les insisto en que estén en total silencio, que no sólo descanse el cuerpo sino la mente. A partir de ahí, entro, e intento ser lo más breve posible, un par de minutos. 3-4 cosas claras. Si tenemos que reforzar algo con vídeo, lo reforzamos. Y en algún caso incluso les pregunto qué sensación tienen ellos en determinada cuestión o en algo que me interese. Porque muchas veces el jugador tiene una visión o una sensación totalmente diferente a la que tienes tú. Es importante conocerla, creo. Somos muy reacios a veces a que el jugador pueda opinar o comentarnos. Y creo que es un error. Si queremos que ejecuten un plan y los protagonistas no tienen voz, creo que es tirarnos piedras contra nuestro propio tejado. Entonces, a veces termino preguntando a un determinado jugador, un grupo de jugadores, una línea… qué sensación tienen en determinada cuestión y si nos está costando más o menos. Pero sí, breve y conciso. A mí me gusta que los jugadores, claro, ahora la situación es más complicada, que todos los jugadores, incluso los suplentes estén ahí. No entiendo que los 11 titulares y además teniendo 5 cambios, es algo que no entenderé nunca, que los 11 jugadores que están jugando estén en el vestuario, que tú, digamos, des las claves para la segunda parte y que los jugadores suplentes, que van a tener que entrar, seguramente alguno a los dos minutos, pues que estén peloteando en el césped. Yo no soy capaz de entender eso. Me gusta que estén todos ahí y que sepan, en función del minuto en el que tengan que entrar sabe ejecutar el plan. Porque a mí me gusta, según empieza la segunda parte, poner a 3 jugadores a calentar, porque en fútbol nunca sabes. Es un juego de estrategia. El rival te puede marcar un gol. Puedes tener que cambiar cosas. Puede haber una lesión… yo creo que en cualquier momento puedes tener que hacer una variación y es importante tener a los jugadores preparados. Con lo cual, yo soy de poner a 3 jugadores según empieza la segunda parte y que todos, a poder ser, estén en esa charla al descanso para que sepan por dónde va a ir el plan en esa segunda parte.

Tengo que decir, ahora en el tema del vídeo, nosotros tenemos la suerte de la aplicación Scout10 que nos facilita mucho el trabajo. El primer año, por ejemplo, no lo teníamos. Empezaba a haberla. Creo que es fácil intuir por dónde va a ir la estrategia de partido y conocer a los rivales lo suficiente para saber por dónde puede ir la variación en la segunda parte si vamos ganando, perdiendo… Eso con el vídeo se simplifica mucho. Y es algo en lo que estoy muy enfocado últimamente, el fin de semana, poner con libreta, papel y boli, a pensar por dónde puede ir el partido si vamos ganando, empatando o perdiendo. Qué variaciones podemos ejecutar en cada contexto y cuando llegues al partido poder tener todo lo más controlado posible, dentro de que el fútbol es un deporte cambiante. Pero sí anticiparme a lo que puede suceder después en el partido.

FdB: Antes de la siguiente pregunta, sólo un apunte sobre la posición del entrenador, que comentaste hace un momento. Decía Lillo algo así como que el entrenador tenía que estar a pie de campo porque al jugador había que exigirle desde el mismo nivel en el que estaba el jugador. Servía al entrenador también cómo veía el jugador el juego. Aunque obviamente el tener gente arriba te da más información. O diferente al menos.  

S.L: Antes de que sigas, el jugador está dentro del campo, pero ve el fútbol de manera vertical. Tiene una delante y una detrás. Nosotros las tenemos a los lados. Tenemos una visión totalmente distinta. Yo debato mucho con Óscar Gilsanz, que es muy amigo mío, y él siempre dice que los entrenadores nos tenemos que acostumbrar a mejorar nuestra vista en esa posición. Un poco lo que decía a lo mejor Lillo, que estar a su misma altura es importante, estar cerca para transmitirle, que te sientan, poder apretarlos, darles tranquilidad… lo que sea. Pero tenemos que educar nuestra vista desde esta perspectiva. Y a lo mejor sí, con el paso de las temporadas iré educando mejor la vista, pero tengo la experiencia de que esa primera temporada en Tercera tuve una sanción de 5 partidos y estuve en la grada, y la sensación es totalmente distinta. Ves el fútbol distinto, estás mucho más tranquilo con la vista desde arriba. Cuando estoy abajo, tengo la sensación, cada vez que el rival pasa de medio campo, de que va a pasar algo. En cambio, cuando estás arriba estás muy tranquilo. Ese partido en San Lázaro con el Compos, yo estaba en una cabina arriba, hablando por pinganillo con el preparador físico y él estaba muy nervioso. Parecía que no dábamos salido de nuestra propia área. Estábamos en un bloque bajo… y yo estaba arriba disfrutando y super tranquilo porque realmente creo que no nos tiraron a portería en la primera parte, aunque la sensación sí era que el rival tenía la pelota, continuidad en el juego, que te costaba salir… Yo creo que esa posición hace que estés mucho más tranquilo. Y una persona en estado de tranquilidad va a decidir mejor. Y esa perspectiva es mejor porque te va a beneficiar a la hora de tomar decisiones. Pero creo que nos tenemos que educar un poco en esa visión a pie de campo e ir perfeccionándola.

FdB2: Después, siempre creo que hay 2-3 jugadores que aportan información más significativa desde dentro. A otros no les vamos a sacar nada. Pero otros incluso van a ser capaces de tranquilizarte a ti. Lo que decías que desde el banquillo se ve de otra manera. Y también en esas reuniones que decías de 4 personas, creo que algún jugador podría aportar muchas cosas.

S.L: Sin duda.

FdB: Hablabas antes de la cantera. Qué importancia crees que tiene el primer entrenador en el desarrollo de la misma. Y qué carencias percibes en el jugador que llega, ahora que eres entrenador del primer equipo, que no eras consciente cuando eras entrenador de cantera. Si hay algo que pasaras más por alto y ahora te des cuenta de la importancia.

S.L: En relación a lo último. A pesar de ser entrenador de cantera, yo siempre estuve muy ligado al primer equipo. Primero como jugador, y después siguiendo al equipo todos estos años, conociendo los jugadores, la categoría y siendo consciente de la dificultad que tiene jugar en Tercera División. Muchas veces estamos en un equipo de juveniles y nos parece que nuestros jugadores son muy buenos, que tenemos mucho talento y que fácilmente, después, ese jugador puede llegar. No es tan fácil. No es que mi visión sea distinta cuando era entrenador de cantera con respecto a ahora. Es parecida o la misma más o menos. Conocer la categoría te hace darte cuenta de que la dificultad es enorme.

Después, con respecto a la primera. Sí creo que el entrenador tiene importancia en ese desarrollo. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el objetivo. Si desde el club, a mí se me transmite que es importante cuidar eso. Que debemos caminar entre esas aguas de salvar la categoría o ser un equipo que se asiente en la categoría y, además, dar continuidad a la gente de abajo… tenemos que tener esas dos cosas presentes. Y a partir de ahí ser capaces… por eso la función de primer entrenador es la más difícil que hay en el fútbol seguramente. Aparte de tener 20 jugadores y hacerlos sentir importantes, tener que ganar… tenemos que caminar a veces, incluso, entre varios objetivos y ser capaces de llevarlos a buen puerto. E ir caminando y resolviendo problemas y conflictos a medida que van surgiendo. Pero creo que sí es importante. Hay entrenadores que se sienten más identificados con la cantera y otros que menos. Y le van a dar más importancia.

A partir de ahí, sin más. Tampoco creo que sea relevante. Esto puede sonar a ventajista. Acaba de debutar con nosotros un juvenil. Pero debuta porque está preparado. Porque era lo mejor para el equipo en ese momento y porque pensábamos que estaba preparado para jugar en ese momento o en ese contexto. No es que yo haga debutar a nadie sin que el jugador se gane las cosas. Y ningún entrenador va a tirar piedras contra su propio tejado. A partir de ahí sí que hay entrenadores que son más facilitadores y otros que menos. Pero sí tiene que ir por delante con los objetivos del club y el qué me encarga el club. Y muchas veces los entrenadores pensamos más en nosotros mismos que en el trabajo de club. Y eso es algo que los dirigentes, deben cuidar. Creo que hay entrenadores que van un poquito más buscando su camino, que lo que buscan son resultados para poder crecer. Y otros entrenadores que sí nos identificamos con el proyecto y con la manera de trabajar, por eso aceptamos el cargo. Y a partir de ahí todo nuestro trabajo va enfocado en sacar el máximo partido del equipo dentro de las circunstancias en las que estamos y que nos propone el club.

Evidentemente, sí hay algo motivacional en esto. De los jugadores que tengo ahora en el primer equipo, a tres los empecé a entrenar en benjamines/alevines. Y ahora están aquí conmigo. Ese proceso sí que es super enriquecedor y sí que es algo que hace que le des valor al trabajo de fútbol base de todos esos años. Seguramente habrá otros que también podrían estar o que no están, pero estos sí que se ganaron estar. Y ser tú partícipe de ese proceso es algo también enriquecedor. Pero, sobre todo, que los entrenadores tengamos los pies en el suelo, que sepamos qué circunstancias se nos piden desde el club, y ser facilitadores. A partir de ahí son los jugadores los que se ganan las cosas y son titulares, suplentes y los que hacen que unos lleguen y otros no. Eso lo tengo clarísimo. Lo que no vamos a hacer los entrenadores es tirarnos piedras sobre nuestro propio tejado. Pero también entiendo, poniendo un ejemplo a mayor nivel, que el entrenador que tiene que ir a la Real Sociedad o a Osasuna, por poner un ejemplo. Tiene que saber a dónde va, qué circunstancias tienen esos clubs y el entrenador que va al Real Madrid, al Barcelona o al Atlético de Madrid, tiene que saber sus circunstancias. Y si no somos capaces de adaptarnos a eso, creo que ahí está uno de los problemas que pueden tener muchos entrenadores y que se deben corregir. Lo más importante siempre son las circunstancias de cada club y los objetivos que se te imponen desde la dirección. Y a partir de ahí poder ejecutarlo. En esos casos, por ejemplo, nadie entiende que el entrenador de Osasuna o la Real Sociedad, no sea un facilitador de oportunidades para los chicos.

Yo creo que, lo que podemos ser con respecto a la cantera los entrenadores de los equipos es que seamos facilitadores de oportunidades. ¿Cómo se facilitan esas oportunidades aquí? Teniendo una plantilla más corta para que esas oportunidades se puedan dar. A partir de ahí yo voy a decidir quién juega en base a qué méritos se hacen. Y un error que yo tengo cometido bastante estos últimos años es que se intenta proteger tanto a un jugador o se intenta facilitar tanto las cosas a un jugador que hace que ese jugador no valore la posición en la que está, que no le dé valor al nivel donde está y que con el paso del tiempo pierda ilusión. Y al final, lo que tú creías que era importante para que ese jugador llegase y que fuera importante en su equipo, se convierte en un problema. Hay que mantener siempre el nivel de exigencia super alto, pero sí que en la planificación facilitar esa situación.

FdB2: Un matiz nada más. Me parece difícil de gestionar. Por ejemplo, el debut de un jugador. Esa primera frase que decías de esta pregunta. Estoy de acuerdo en que no debemos, o no podemos, regalar nada. No nos estaríamos haciendo un favor ni mucho menos. Ni a él.

S.L: Ni a él. Eso es lo que digo yo. El más perjudicado en esa situación es siempre el jugador. Con el paso del tiempo, mi experiencia me dice que hacer eso es un error. La preparación a nivel mental que deja a un jugador el hecho de haberse ganado las cosas, tiene un valor incalculable, y va hacer que esa mentalidad ganadora le acompañe para siempre.

FdB2: Pero sí somos responsables, tenemos en nuestra mano, visibilizar el camino de poder llegar. Y a lo mejor, ese pequeño gesto de esos 5 minutos, esos 10 minutos, que le puedas dar un día, que puede ser, no un regalo, pero sí que, a lo mejor en igualdad de condiciones, se los des a un jugador que esté un pelín por debajo a lo mejor, pero que vea que sí que se puede, puede que abra la mentalidad del jugador a medio-largo plazo. Que no es mentira, que sí hay posibilidades, que si ando… Siempre y cuando consigamos que signifique que si sigue así es el camino. Es un hilo muy fino.

S.L: Muy fino. Y muy complicado. Manejar bien esas situaciones es tan importante, como difícil.

FdB2: Pero sí que tenemos la responsabilidad de decir… por ejemplo la Real Sociedad. Que llega un jugador del B y juega a lo mejor antes que uno que está en el banquillo que es del primer equipo. Si lo merece… por un lado. Y por otro lado, a lo mejor no estuvo mejor o no está por encima del que está en el banquillo, del primer equipo, pero sí esa puerta que le abres permite que el resto de compañeros suban el nivel, viendo que existen posibilidades de llegar.

S.L: Desde luego. Incluso, en el caso de la Real pasará también, no conozco en profundidad, pero por ejemplo en nuestro caso. Nos pasó con otros ejemplos como Villares o Vérez, que ahora también está en el primer equipo. Que en una época importante para el club, cuando se consigue el playoff, fueron capaces de asomar la cabeza, tener tranquilidad… Yo creo que el jugador que llega desde abajo se gana el respeto en el día a día, en los entrenamientos. Cuando el resto del equipo ve: “hostia, no somos capaces de pararlo”, pasa a ser uno más. Y eso se gana en el día a día. Es un proceso al que le hay que dar tiempo. Pero ese respeto se gana en el campo. Hay ahí una relación entre los jugadores que hace que ese respeto se gane o no, en función de lo que se demuestre. En el caso concreto que tenemos nosotros entre manos, es un jugador que se lo ganó. El año pasado no estuvo tan bien, pero este año desde a pretemporada demostró que es uno más y que está al nivel de los demás. Los jugadores van entrando en ese bucle, lo van viendo como uno más, y pasa a ser normal. Pero hay que ser exigente. Si ese jugador no lo hace bien tendrá que ir al banquillo. Sobreproteger y regalar, en formación, sobre todo en estas edades que empiezan a estudiar fuera, que tienen una vida un poco… todos fuimos adolescentes y es una edad complicada. Si además nosotros regalamos y no exigimos, estaríamos haciendo un flaco favor. Y debemos mantener esa máxima exigencia. A partir de ahí, son ellos los que tienen que tirar la puerta abajo y ganarse ese respeto entre futbolistas que existe. Cuidar esos detalles, como decías tú Dani, me parece fundamental. Esa corrección. ¿Por qué no voy a corregir igual a ese juvenil que sube que al capitán o que al delantero centro? Cuidar esos detalles en el día a día hace que el jugador se sienta valorado. Lo que dices tú: si en determinado contexto, esos 10 minutos le van a hacer ilusionarse… y cuidar todos esos detalles… por eso me parece que la labor del primer entrenador es la función más complicada. Tienes que ser capaz de controlar tantas cosas, con tan poco tiempo… La gente sólo les da importancia a 90 minutos de la semana. Me parece tremendamente complicado, pero también es lo que nos motiva y nos gusta de esta profesión.

FdB: Dos apuntes sobre esto que dijisteis, antes de pasar a la siguiente pregunta. Por un lado, comentasteis sobre la Real Sociedad. Yo soy de los que no se cree que ahora de repente en la Real Sociedad surgieran tantos jugadores válidos para el primer equipo. Igual que no me creo que sí surjan en la Real Sociedad y no lo hagan 200km más a la derecha o más a la izquierda. Sinceramente no me lo creo. Creo que es cuestión de que el entrenador viene, los pone y juegan. Aparte de todo el proceso que haya detrás. Pero el último paso es del entrenador que los pone. Lo anterior puede ser igual de bueno que si el entrenador no los pone…

S.L: Yo creo que estoy en un sitio, que dentro de lo que veo del fútbol gallego en general, de equipos que están en Tercera División, somos también una rara avis en ese sentido. No tengo experiencia en otros sitios, incluso no tengo experiencia con anteriores directivas aquí. Pero en el momento en que estoy ahora mismo en el club, aquí hay una confianza ciega en esto. Por ejemplo, que, si en este caso Rares entra y lo hace mal, pero lo intenta y lo merece… Por eso hablaba de facilitadores. Y el primer facilitador tiene que ser el club. Si el club no cree, si no pone medios, si el club no contrata entrenadores capacitados, si no invierta en medios materiales y humanos… Y la idea tiene que ir siempre desde arriba.

En relación al País Vasco, creo que tienen una cultura, no en el fútbol sino en la sociedad, creo que van unos pasos por delante de lo que podamos tener, no sólo aquí, sino cualquier punto de la geografía española. Creo que van un paso por encima en todo. Esa cultura… Aquí habrá jugadores igualmente buenos, de iguales condiciones pero que probablemente no se identifiquen con lo de aquí o que vean más trabas. Seguramente por los hechos que fueron sucediendo en la historia reciente. ¿Cómo se cambia eso? Seguramente sea una de las cosas más complicadas. Por eso al principio hablábamos de que nosotros aquí en Vilalba tenemos una forma de interpretar y de hacer las cosas. Eso es lo más importante que puede tener un club, bajo mi punto de vista. Que la gente se identifique con algo. Mejor, peor… A mí me puede gustar más o menos, pero nos identificamos con algo. Fundamental. Por ejemplo, nuestros cadetes y juveniles que juegan en un estadio como el campo Roca, de hierba natural, que te obliga a ir al límite, a no cometer errores… Eso hace que históricamente, año tras año, acabe surgiendo una mentalidad en los jugadores que los identifica. Y eso se traslada a los jugadores del primer equipo. Y eso es algo muy importante dentro de un club. Tener una historia propia, no copiar, sino tener la nuestra. Eso pasa en el País Vasco, pero no pasa en el resto. El resto lo que queremos es copiar porque otros lo hacen… pero no tenemos un camino que nos identifique. Pero en el País Vasco… digo la Real, digo Athletic Club, digo Club Atlético Osasuna o el Éibar, que a lo mejor a nivel económico tiene más problemas. Sí lo tienen. Eso nos tiene que hacer pensar. No es fácil con la sociedad de hoy en día llegar, en este caso en fútbol, llegar a un club crear una identidad que se mantenga en el tiempo. Vamos dando bandazos. Creo que no es un problema sólo del fútbol sino de la sociedad. Creo que aquí hay jugadores muy buenos, seguro, pero no se identifican. No digo en Vilalba sino en Deportivo, Celta, Lugo… No se identifican con lo que ven, a primeras de cambio marchan si pueden…

FdB: Dentro de los dos puntos que quería comentar, uno lo acabas de decir un poco. Esta sociedad de lo inmediato que perjudica a los jugadores jóvenes en mi opinión. Ahora mismo, si con 18 años no debutaste, incluso en Primera División, casi eres un fracasado que no va a jugar en Primera en la vida. Y antes, jugadores con 22 años a lo mejor todavía… digo jugadores, estrellas mundiales después, ni siquiera habían debutado a esa edad.

Luego, relacionado también con lo que comentabais, cuando estaba en el Athletic de Bilbao Marcelo Bielsa, le achacaron que no debutaban tantos jugadores. Y dijo una cosa que me parece muy interesante: al jugador joven tienen que ponerlo cuando estén seguros de que está preparado y que va a tener continuidad. Que el objetivo no es incrementar la lista de debutantes. Que jueguen hoy 15 minutos, el premio, y después desaparece. Sino que cuando debute es porque está en disposición de competir el puesto a cualquier jugador de la primera plantilla. Era un poco la idea. Yo creo que esa línea fina entre abrirle la puerta para que vean esa posibilidad y “remen” para ir ahí, o darle el premio por factores externos, incluso para mantenerlos en el club, con esa idea de jugar en el primer equipo que después de ese premio, nunca vuelve a suceder. Se debió a un intento de “retención” del jugador a través de ese argumento y ese premio. Cometemos el error muchas veces creo, de dar esos regalos, cuando si se va a quedar por jugar 15 minutos hoy, mañana se querrá ir porque los balones no están inflados a su gusto.

Después de está mini reflexión de esto que estábamos hablando, te lanzo la siguiente. A la hora de fichar, ¿tienes tú los “poderes” para fichar y hacer la plantilla”?

S.L: Sí. Ahora mismo hay una persona en la directiva que está entrando poco a poco, que es Pablo Vivero que fue el capitán… un one club man. Una institución aquí y en la Tercera División. Poco a poco está entrando en el club. Es una persona que conoce la categoría, que conoce la provincia, que conoce lo que siente y necesita el club y el equipo… A mí me gustaría que el poco a poco fuese tomando los mandos de esa situación, pero ahora mismo yo me apoyo mucho en él. No hay mejor persona y más cualificada para hacerlo, y los jóvenes debemos empaparnos de este tipo de profesionales que nos pueden aportar mucho. Como tal, no hay la figura de director deportivo. La máxima responsabilidad ahora mismo es del presidente apoyándose evidentemente en mí persona.

 

«lo que tenemos que hacer siempre, yo creo, es fichar a los mejores jugadores. Fichar a los mejores que podamos y a partir de ahí, el trabajo del entrenador para adaptarlos a la idea. Y de cierto modo, adaptar la idea a esos jugadores.»

 

FdB: Y cómo es el seguimiento de los jugadores para adaptarlos a vuestra idea. Si influyen los equipos de procedencia, por el tipo de juego, por luego visualizarlos en vuestro modelo.

S.L: Sí. Nosotros el año pasado aquí, Jandro, que es el PF, pero se encargaba de esto, hacíamos un análisis del rival y les pasábamos a los jugadores cortes individuales. Este año lo hacemos el sábado por la mañana por WhatsApp. La posible alineación del rival y cortes individuales. 3-4 acciones de cada jugador para que los vean. Hay jugadores que los ven todos, otros que ven los de los oponentes directos… Eso a nosotros nos permite, después, tener esa información. El año pasado lo que hicimos fue crear una base de datos con jugadores de la contorna. Aquí hay varias cosas a tener en cuenta. El modelo de juego, en primer lugar. Tenemos un modelo, una idiosincrasia del club, la idea del aficionado… Y después, en segundo lugar, las posibilidades a nivel económico de poder incorporar. Nosotros no tenemos jugadores de fuera. Hay muchos equipos que trabajan con representantes y trabajan con jugadores incluso de fuera de Galicia. Los meten a vivir por aquí… Nosotros no controlamos eso. Sólo manejamos jugadores que vivan en A Coruña, Lugo, provincia de Lugo, provincia de A Coruña… sin ir ya a la zona de Santiago, Barbanza… Es decir, Coruña norte, Ferrol… A partir de ahí, el casting de posibilidades y la base de datos se reduce. Dentro de eso, a mí me gusta manejar jugadores de Preferente, Tercera División, que podamos incorporar, tener una base de datos con esos vídeos… Pero realmente las posibilidades que tenemos en cada posición son bajas. Tenemos un grupo de jugadores que lleva tiempo en el club. Que son tan importantes como el entrenador, el cuerpo técnico o la directiva. Un grupo que ningún entrenador debe tocar porque creo que es uno de los valores importantes que tiene el equipo y lo debemos cuidar. Ahí ya tenemos un núcleo importante. Jugadores que van a estar aquí mientras ellos lo decidan, siempre y cuando el comportamiento sea el que está siendo hasta ahora. Después jugadores que suben de cantera, que van asomando la cabeza desde abajo. Por tanto, el grupo de jugadores a incorporar es reducido y nos vemos limitados por las localizaciones a las que os comentaba que podemos acceder.

A partir de ahí, tenemos un condicionante, el económico. Traer un jugador de Coruña implicaría un desembolso multiplicado por 2 por 3 que equipos de A Coruña que quieran a ese mismo jugador. Creo que es muy complicado, con dinero, que nosotros podamos competir con otros equipos que están en la categoría. Después, unido a que estos últimos años el Polvorín, filial del Club Deportivo Lugo, aparece en escena, es una complicación más porque ahí hay jugadores que probablemente en otra época, en la que el Lugo no tenía filial, podrían estar aquí en Tercera División perfectamente. Nosotros queremos convertirnos, sin tener en cuenta al filial del Lugo, en el equipo referencia de la provincia. Que los jugadores, si pueden ser de la cantera mejor. Tener jugadores de la provincia, que se identifiquen, por cercanía, con lo que puede ser el club. Y luego, creo que en A Coruña hay también un abanico importante de jugadores que poder incorporar.

En lo que viene siendo el perfil, el modelo… muchas veces en esta categoría, o esa es la sensación que tengo yo, no fichas al jugador ideal para tu modelo o en base a unas estadísticas, que ahora está muy de moda el Big Data. Este año a nosotros nos marcha un central, Josito, con unas determinadas características. Y no metemos sus características en un Big Data y nos salen 10 jugadores y fichamos a 2. Fichamos lo que podemos dentro de nuestro mercado y las circunstancias. Y a partir de ahí, el trabajo del entrenador es adaptar nuestro modelo, la idea del club, al perfil de jugadores que en cada temporada podemos incorporar. Este año en el sitio de Josito incorporamos a Bruno Caballero que es un jugador distinto. Arriba pasamos de tener a Diego Rey, que es de un perfil, a Santi Gegunde que es un perfil totalmente distinto. Dani Pedrosa en el sitio de Álex Pérez, o de Aitor por Sito. Perfiles distintos. Es muy difícil que nosotros podamos sustituir pieza por pieza, dentro de nuestro modelo. Muy complicado. Apenas se da.

Si coges el equipo que hizo playoff esa temporada con Óscar Gilsanz, hay muchos jugadores que se marcharon. Y ves el equipo que tenemos ahora. Hay muchos jugadores que siguen, pero también muchos que son totalmente distintos en cuanto a circunstancias y características. Y lo que tenemos que hacer siempre, yo creo, es fichar a los mejores jugadores. Fichar a los mejores que podamos y a partir de ahí, el trabajo del entrenador para adaptarlos a la idea. Y de cierto modo, adaptar la idea a esos jugadores. No todos los equipos van a jugar igual. Siempre hay que darle retoque, matiz, a cada situación. Es algo que este año estamos haciendo y creo que nos estamos adaptando bien a eso. Para nosotros es muy difícil cambiar hombre por hombre cada verano.

La idea del modelo nunca cambia, pero cada temporada tienen que cambiar matices por el perfil de los jugadores. Y ahí está el trabajo del entrenador. Yo no voy a ser quien encasille a un jugador de fuera en nuestro modelo. Yo voy a, con nuestra idea, tener un modelo que nos haga potenciar a los jugadores que tenemos y a los que incorporamos. Y ahí está también otro de los grandes retos. Ser capaz de cambiar siempre algo para que esos jugadores que vienen de fuera para que la idea siga, pero con matices.

FdB: ¿Importa la edad? En relación a la exigencia física que pueda tener el modelo.

S.L: En cuanto a la edad, sí que es cierto que es importante porque nosotros jugamos a un ritmo muy alto de juego. Tanto sin balón como con balón. Sobre todo, en determinadas posiciones sí que es importante. En mediocampo necesitamos un perfil muy concreto de jugador. Que tiene que ser poderoso a nivel condicional. En los laterales seguramente también es una posición importante. En la punta de ataque, para darnos profundidad, necesitamos unas características concretas. Sí que es importante. Es fundamental en determinadas circunstancias trabajar con un perfil joven. Como también es cierto que también necesitamos jugadores con perfil experimentado, que sea capaz de aportar tablas en determinadas situaciones para poder manejar todos los momentos en el ciclo de juego. Pero más que la edad, lo que hace falta es ambición. Que ese jugador tenga hambre, cuide su cuerpo y pueda rendir al 100%, y eso no siempre depende de la edad.

 

«Los propios entrenadores deberíamos darnos más valor. Ser más corporativistas con la profesión. Defender más lo nuestro, al compañero… y no estar esperando a que le vaya mal para coger su puesto. Porque eso a la larga no nos va a beneficiar. Ni a unos ni a otros.»

 

FdB: Los entrenadores, si realmente tú tomas esas decisiones de fichar, te puedes poner más en esa otra posición. Pero a mí me da la impresión, seguramente también porque somos muy rehenes de los resultados, que los entrenadores somos muy quejicas. Siempre vemos pegas en la plantilla. Carencias, falta de no sé qué… Y yo concibo al entrenador como: esto es lo que tienes y tienes que sacarle el máximo rendimiento a lo que hay. Optimizador de capacidades, de rendimiento. Que el entrenador puede decir, evidentemente, que quiere reforzar esto o lo otro, pero que somos a veces demasiado llorones. Mirando demasiado las carencias. Y nuestro trabajo es sacar el máximo de lo que hay. Poniendo un ejemplo malo, si tuvieras que hacer un pastel. No, es que me falta este ingrediente. Ya, pero los que hay son estos, y tienes que hacer algo con lo que hay. Claro que influye el ser tan esclavo del resultado para poder seguir ejerciendo la profesión. De hecho, hay una cosa curiosa. Dentro de unos mínimos, lógicamente, cuanto peor equipo, mejor para el entrenador para tener que darle más vueltas y mejorar como entrenadores, aunque lógicamente es más difícil obtener resultados que es un poco el por qué hablan de nosotros o como conseguimos oportunidades. La clasificación, sin saber nada más de lo que hacemos, dicta bastante cuán buenos somos o no para la gente y los que toman decisiones.

S.L: Creo que sí que nos pasa. Pero me parece que va más ligada a la personalidad de cada uno. Hay personas que son más valientes y miran siempre hacia el horizonte, con lo que tienen. Y otras que buscan problemas. También porque creamos esa sociedad de tener que ganar de inmediato. Creamos, también en fútbol, lo que hablábamos antes, dirigentes que buscan entrenadores que ganen. Y sólo destaca el que gane. En vez de fijarnos en aquel equipo, en aquel entrenador que está bien trabajado, que está bien preparado, pero que a lo mejor no consigue los resultados óptimos, pero ves que ese equipo transmite, que ese equipo da una sensación muy positiva y con lo que tiene, hace un gran trabajo. A mí se me ocurren varios equipos de Tercera División que no están en la zona alta pero que para mí están mejor trabajados que otros que sí están en la zona alta y que yo como entrenador, por eso insisto mucho, porque esto es una página que siguen los entrenadores. Otra gente también, pero fundamentalmente entrenadores. Debemos ser más corporativistas. Afianzar esa idea de que, de una vez por todas nos valoren por lo que trabajamos. E iremos cambiando esa mentalidad de: me falta esto, aquello y lo de más allá. Porque nos centraríamos única y exclusivamente en el trabajo y no tanto en el resultado final, que creo que es uno de los grandes problemas que hay en el fútbol. Los propios entrenadores deberíamos darnos más valor. Ser más corporativistas con la profesión. Defender más lo nuestro, al compañero… y no estar esperando a que le vaya mal para coger su puesto. Porque eso a la larga no nos va a beneficiar. Ni a unos ni a otros.

FdB: Hablábamos del modelo. ¿Crees que realmente existen los modelos? Me explico. Muchos entrenadores tienen una idea y en base a esa idea enfocan los partidos, por decirlo de alguna manera. Realmente lo que existe es: balón, contrarios, equipo propio y espacios. El juego te demanda soluciones para todo. Es verdad que tú puedes tener unas pretensiones, pero creo que es importante, algo que comentabas al principio tú, el dominar el juego, más que dominar algo concreto. Si tú quieres presionar siempre muy arriba la salida del rival, pero el rival busca juego directo desde golpeo del portero, no le puedes presionar esa salida, por ejemplo.

S.L: Yo creo que las dos van enlazadas. A nivel colectivo un equipo necesita tener una idea común para un grupo de jugadores. Evidentemente si no tienen una idea común, esas interacciones que puedan darse carecerán de sentido colectivo. Entonces, creo que es necesario. En fase ofensiva, defensiva, qué hacemos cuando recuperamos y perdemos. A partir de ahí, creo que es un trabajo muy importante, sobre todo en fútbol base. Y digo fútbol base porque creo que es un momento en el que el jugador es capaz de captar y va preparando y enfocando su fútbol. Ese dominio de las situaciones a nivel individual. Si nosotros tenemos jugadores capaces de resolver situaciones de forma individual, en función del espacio y las características del rival, ese jugador va a tener más capacidad para jugar en determinados contextos, en todas las situaciones… Yo creo que también va enlazado con equipos activos y reactivos. Yo siempre hablo de equipos activos, que tratan de llevar la iniciativa a través del balón. Y reactivos, que tratan de neutralizar ese rival para después aprovechar los errores. La idea colectiva, ese modelo, va mucho más ligado a equipos que son reactivos porque dependen mucho más del rival, de cómo el rival los ataca y por dónde, y cómo pueden, tras recuperar, hacerles daño. Y el equipo activo va a tener que resolver continuamente situaciones de 1×1, 2×1 con balón… y esa movilidad conjunta de futbolistas, qué espacios puedo ocupar, qué espacios no, cómo genero espacios para que los aproveche el compañero… Digamos que la idea colectiva va más ligada también a esos equipos reactivos, y la idea de reconocer espacios de forma individual y darle importancia al jugador en ese aspecto, va más ligado a equipos activos, que tratan de llevar la iniciativa. Pero creo que las dos cosas van unidas.

Sí que creo que, en esta categoría, en Tercera División, hay campos de todas las características y dimensiones… no es que sean problemas, porque tenemos adaptarnos a jugar en todos los escenarios y todos son válidos. Pero, evidentemente, que haya campos de artificial de 90×50 o campos de hierba natural de 110×63, cambia el fútbol por completo. Y, sobre todo, en campos de sintético, esas situaciones de duelos, de reconocer espacios, pasan a un primer plano, por encima del sentido colectivo del juego, del modelo y de cualquier situación que pueda tener que ver con el colectivo. Por ejemplo, en esa situación sí que creo que vale más el conocimiento de juego individual por parte del jugador que en un campo como el que tenemos nosotros, que tiene unas dimensiones y calidad del césped que hace que la velocidad del balón sea muy alta y tengas que hacer un buen trabajo colectivo para que puedas atacar, defender… Creo que hay escenarios que exigen ser eficiente en los duelos en situaciones individuales, de espacios. Pero yo creo que va unido a la forma de entender el juego que tiene el equipo. Si es más activo o más reactivo. Y a partir de ahí, sí que un equipo activo necesita jugadores inteligentes, que dominen los espacios, generar movilidades entre varios grupos de jugadores para poder desordenar rivales… Claro, después hay jugadores que no son capaces de hacerlo y necesitan tener un sentido más colectivo del juego. Yo creo que va más enfocado al perfil de equipo y al terreno de juego que nos encontramos cada semana.

 

«Cada vez vemos más equipos que, dentro del mismo 11, tengan la capacidad para poder cambiar sin tener que hacer cambios.»

 

FdB: ¿Qué importancia crees que tiene en el fútbol actual, que cada vez hay más modificaciones dentro de un partido, los jugadores polivalentes que se pueden adaptar a distintos puestos? Bueno, jugadores que saben jugar, mejor dicho. Y con lo que decías antes, importancia también de ser polivalente, no sólo dentro del equipo, sino las ventajas e inconvenientes de jugadores que son “especialistas” en un modelo o una manera de jugar y ser capaz de adaptarse a otra realidad, como puede ser la vuestra.

S.L: A mí la polivalencia me gusta mucho. Es algo a lo que damos mucha importancia. Creo que el fútbol está evolucionando a nivel colectivo a que los entrenadores y los equipos sean capaces de manejar estructuras, sean capaces de cambiar de estructura en ataque y en defensa… Eso necesita un tipo de jugador polivalente, mismo en el 11. Cada vez vemos más equipos que, dentro del mismo 11, tengan la capacidad para poder cambiar sin tener que hacer cambios. Va unido a eso que comentabas tú de saber jugar, pero va unido también a las características físicas del jugador porque hay determinadas situaciones o posiciones que requieren unas demandas u otras. Yo, por ejemplo, tengo un jugador que es el más inteligente sobre el campo pero que no puede jugar por fuera, tiene que hacerlo por dentro. Ahí sí que se puede adaptar a varios roles. Creo que va relacionado con la capacidad física de cada jugador. Pero ese perfil de jugador polivalente es fundamental por lo que digo: el fútbol evoluciona a primero, con los 5 cambios, poder cambiar incluso de modelo. Creo que la tendencia será que los equipos dispongan de 11 jugadores para jugar a una cosa y 11 para otra. E incluso se puedan trabajar de forma diferente durante la semana. Yo creo que el fútbol va a avanzar mucho porque 5 cambios me parecen muchísimos para poder cambiar la manera de interpretar el juego en un mismo partido.

Y después que los equipos tienden a cambiar la estructura en función de si están en fase ofensiva o defensiva. Por ejemplo, el Atlético de Madrid que era un equipo encasillado en una manera de ver el juego, de competir, vemos que Mario Hermoso, por ejemplo, es central cuando tienen la pelota en salida de balón y puede ser lateral si juegan con 4 o incluso con 5 si Carrasco se hunde porque el rival ataque de determinada manera. Ese cambio de estructuras, ese cambio de planteamientos, de ideas, que además con los 5 cambios se refuerza, hace que el jugador polivalente vaya a tener más capacidad de éxito. Y eso es algo que en el fútbol base debemos entender. No encasillar a un jugador en alevines a que sea delantero porque sea más rápido y meta goles. Sino que lo potenciemos ahí pero que juegue por fuera, que juegue por dentro, que pruebe en determinadas situaciones, y cuando llegue a ese primer equipo, que tenga capacidad de adaptarse a cualquier circunstancia. Y les va a permitir ser más competitivos en un mundo del fútbol que es muy complicado. También dejo un reto a los entrenadores de fútbol base: que sean capaces de adaptar a un jugador a jugar por fuera, por dentro… en función de sus características, pero no encasillarlo. Un jugador que sólo sea capaz de dominar un contexto y no se pueda adaptar, con la variabilidad de contextos que hay hoy en día en cada partido de fútbol, va a tener muchas más complicaciones y con el paso de las temporadas, con más razón.

 

«Un jugador que sólo sea capaz de dominar un contexto y no se pueda adaptar, con la variabilidad de contextos que hay hoy en día en cada partido de fútbol, va a tener muchas más complicaciones y con el paso de las temporadas, con más razón.»

 

FdB: En la evolución del fútbol, creo que en España quizá estemos un poco por detrás de, por ejemplo, Alemania, que tiende a presiones altas, ser muy agresivos, verticales… Quizás nos dijeron tanto durante 10 años que el fútbol de aquí era el mejor que nos perdimos un poco. Qué valor le das a ese presionar lo más arriba posible y cómo choca eso, que en fútbol profesional vemos cada vez más que se realizan hombre a hombre, con tu entendimiento de la defensa que es en zona. Y el motivo de por qué esa defensa en zona te gusta más.

S.L: Empiezo por lo segundo. Bajo mi punto de vista, la defensa en zona permite, con menos futbolistas, defender a más jugadores del equipo rival. Dominar eso, para mí, es ir por delante. Necesitamos un perfil de jugador muy responsable, inteligente desde el punto de vista táctico, que sepa manejar espacios cercanos a balón y lejanos, que creo que es algo muy complicado. Sobre todo, sin balón. Pero no lo sé. Veo que la tendencia en fútbol profesional es hombre a hombre. Entiendo que la calidad individual con balón en esas categorías también hace que, en campos grandes, porque ahí sí que todos los campos son iguales, y ahora sin público con más razón, los equipos se preparan igual para jugar en casa que fuera. Entiendo que es difícil recuperar la pelota por esa calidad en esos escenarios y la tendencia del hombre a hombre va un poco por ahí. Pero creo que precisamente, ir hombre a hombre no es la mejor forma para robar y poder contraatacar. La tendencia del juego irá más a atraer muchos jugadores para jugar lejos y ya situarte en mediocampo o campo rival… La defensa en zona en presión alta permite siempre un pase cercano y vas a provocar esa equivocación que es tan importante para poder robar y contraatacar. Pero desde luego a mí lo que realmente me gusta es ser capaz con menos jugadores, que influye la orientación, marcaje estrecho o elástico sobre qué jugador… influyen muchas variables que a lo mejor tampoco se dominan. A mí me apasionan. Condicionar al equipo rival y recuperar donde a ti te interesa me apasiona. No entreno en fútbol profesional y a lo mejor es lo que te decía, que esa calidad individual marca ese tipo de defensa.

Y con respecto a lo que comentabas del fútbol en Alemania, yo creo que el fútbol va evolucionando. Aquí pasamos mucho tiempo bajo la vitola del denominado tiki taka que no es tan fácil de ejecutar como para que todos tengamos futbolistas para poder ejecutarla. Y a lo mejor pasamos demasiado tiempo mirando ese modelo. Desprestigiamos otros y nos despreocupamos de conocer lo suficiente otros modelos. Que como entrenadores a mí me parece un error. Lo primero que debemos saber los entrenadores es conocer el juego y éste se puede ejecutar de distintas formas. Desprestigiamos mucho eso, y ahora me da la sensación de que volvemos un poco con el Éibar, el Cádiz de Álvaro Cervera, el año pasado el Getafe de Bordalás… tipos que realmente conocen el juego y que ejecutan planes de partido en base a los jugadores que tienen. Parece que los volvemos a respetar. A base de resultados, porque se ve que los sacan ante grandes equipos, volvemos a respetar esa manera de interpretar el juego. Sí tengo la sensación de que nos quedamos en un modelo, que absolutamente todos intentamos jugar como Guardiola. Y Guardiola es el mejor y además tenía a los mejores jugadores. Y nosotros, ni vamos a ser los mejores, ni vamos a tener a los mejores jugadores, con lo cual sería un error. Y nos despreocupamos de otros modelos. Se ve claramente en la formación. Siempre acabamos en fútbol base, pero es que muy pocos defensas dominan la defensa de área, por ejemplo. Hay defensas de grandes canteras que tienen que defender en bloque bajo y están preocupados, no están cómodos. Y son defensas.

 

«Bajo mi punto de vista, la defensa en zona permite, con menos futbolistas, defender a más jugadores del equipo rival. Dominar eso, para mí, es ir por delante.»

 

FdB: Importancia que das a las estructuras.

S.L: Bueno. Las estructuras son importantes, sobre todo, para tener un plan de partida. A partir de ahí, le doy mucha más importancia a dónde hacemos la presión, dónde vamos a orientar… con balón, lo mismo. Pero las estructuras lo que hacen es que un equipo parta desde una posición. Al fútbol se juega desde la posición, eso sí que es así. No sólo con balón sino también sin balón. A partir de ahí tú tienes que conocer unos espacios y saber hasta dónde llegan. Creo que las estructuras son importantes, pero mucho más lo son los roles, las movilidades que generas, las zonas que tienen que defender a nivel defensivo. La estructura sería el índice del guion del partido. A partir de ahí hay cosas más importantes que son el sentido del juego y debemos cuidarlas. Cada rol de cada jugador dentro de la estructura y esas sinergias generadas, movilidades, funcionamiento…

 

«La estructura sería el índice del guion del partido. A partir de ahí hay cosas más importantes que son el sentido del juego y debemos cuidarlas. Cada rol de cada jugador dentro de la estructura y esas sinergias generadas, movilidades, funcionamiento…»

 

FdB: ¿A qué das mayor relevancia en las transiciones?

S.L: Entiendo que van ligadas las dos. Defensa-ataque y ataque-defensa. No las entiendo sin el momento previo. Yo creo que, por ejemplo, hablabas de la presión alta. Bajo mi punto de vista, un equipo que quiera contraatacar debe esperar más atrás para tener espacio. Lo más importante de las transiciones, digamos, debe ser el saber ejecutar la parte del juego posicional en ataque o en defensa para que suceda lo que tú quieres que pasa después. Si yo quiero recuperar a 10 metros de la portería, a 30 o a 50, me tengo que posicionar; o si prefiero recuperar en un lado o en otro, dónde tengo que orientar la presión… todo va enlazado de la mano con el momento posicional del juego. Pero, evidentemente, lo que todos los entrenadores, entiendo, buscamos, es ser lo más eficaz y veloces posible. Ser capaz de recuperar y en 2-3 pases llegar a portería contraria, o perder la pelota y rápidamente, en función de la pérdida de la pelota, ser capaz de apretar hacia delante o rápidamente organizarnos. Perfeccionando e ir enlazando ese momento del juego con el posicional anterior. Y, sobre todo, ser eficaces y veloces para poder ejecutarlo lo más rápido posible porque creo que es un momento del juego muy especial. Tremendamente importante para mí, pero es cuestión de segundos. Pero lo importante de las transiciones es antes, qué se condiciona para lo que viene después.

FdB: En todas las categorías sucede, pero en Tercera hay menos juego efectivo que en Primera, por ejemplo. Siempre hablamos de entrenar en especificidad. Si las acciones a balón parado son un porcentaje muy alto del juego del partido, ¿deberían tener más cabida las acciones a balón parado en el entrenamiento de lo que lo hacemos? O si realmente tienen esa importancia, pero por motivos, aunque sea mental, no pueden ocupar tanto tiempo del entrenamiento.

S.L: Yo, sin ninguna duda, creo que sí. Pero es un cambio que los entrenadores tenemos que ir implantando poco a poco. También en Galicia es importante encontrar el momento del entrenamiento para poder hacer pelota parada porque un jugador está más parado, y con el clima que tenemos aquí es algo complejo. También es importante el trabajo del vídeo y que se puedan hacer visualizaciones de ese aspecto. Nosotros lo hacemos. El ofensivo lo metemos cada semana. El defensivo lo metemos cada menos. Pero sí que me parece un momento del juego lo suficientemente importante como para que, a nivel metodológico, cada vez se le preste más atención. No tengo ninguna duda. Pero me parece complicado encontrar el momento. Esta temporada probamos a realizarlo antes del entrenamiento, cuando normalmente suele ser al final. Por aquello de que el jugador está un poco más concentrado al inicio y podamos ganar mayor aprendizaje en ese momento de la sesión que en otro. Pero el jugador se enfría, no está activo. Al final, el jugador tiene ganas de marchar o de focalizar tanto su atención en algo concreto. Tener en cuenta el trabajo de análisis del rival. No consiste en tener 2-3 jugadas. Hay que evolucionar. Ahora mismo todo el mundo sabe, la semana anterior, por los vídeos, lo que vas a hacer. Con lo cual, con una misma estructura o dentro de una misma idea de balón parado ir evolucionando y perfeccionando el balón parado es importantísimo porque sino te quedas obsoleto. Y después, lo que dices tú. En Tercera División es una fase del juego que, en muchos campos, te permite abrir los partidos y ganarlos. Dependes también, y es una de las claves, de tener un gran lanzador. Y unos buenos rematadores. Pero sí que me gustaría, y es algo en lo que indagamos mucho nuestro cuerpo técnico, en mejorar la metodología.

 

«el domingo, después del partido no veo nada. Prefiero desconectar totalmente. Son las únicas 2-3 horas que puedo desconectar en toda la semana»

 

FdB: Cómo es una semana tipo, tanto dentro del campo como el trabajo fuera del campo, de despacho.

S.L: La semana no sé si empieza el domingo o el lunes. O incluso el miércoles. Hay entrenadores que dicen que empieza el miércoles. Poniéndonos en lunes, nosotros lo que hacemos es analizar el partido anterior. A mí ese trabajo… el domingo, después del partido no veo nada. Prefiero desconectar totalmente. Son las únicas 2-3 horas que puedo desconectar en toda la semana y me lo propongo porque sino… Y el lunes, lo primero que hago a primera hora de la mañana es ver el partido de nuevo. Intento verlo, si me da tiempo, a velocidad normal y después a velocidad x2 para poder hacer los cortes y ahí cortar absolutamente todo. Ese tiempo de hacer los cortes me lleva casi toda la mañana, incluso primera hora de la tarde. Después lo que hacemos es la sesión de… bueno, además de cortar, analizar y cortar, preparo la charla postpartido que se da en el entrenamiento previo del lunes, a nivel colectivo. Modelo de juego, equipo propio, qué salió bien, qué salió mal, reforzarlo… charla de 10-15 minutos. Los jugadores dirán que es más tiempo, pero por ahí más o menos jaja. Después en hora y media o dos horas, diseñar la sesión del lunes. Que para mí es una sesión importante porque, lo hablábamos antes. Hay jugadores que no compitieron y necesitan tener esa sensación de competir y estar el miércoles en disposición de poder competir el puesto una semana más. Es una sesión a la que le dedico mucho tiempo, con el preparador físico y el segundo entrenador diseñamos esa sesión. El lunes casi es parte de la semana anterior. Ver y corregir nuestro propio partido del domingo y trabajo compensatorio y regenerativo para los jugadores. Lo que es la sesión: vemos vídeo, salimos al campo, hay una primera parte en la que todo el grupo está con el preparador físico haciendo fuerza preventiva, trabajo de recuperación y después metemos una parte de tarea técnico-táctica. Una tarea de activación que suelen ser rondos, fútbol-tenis, un juego de conservación, más posicional o menos en función de lo que busquemos o de la exigencia del partido. No es lo mismo un campo de buenas dimensiones de hierba natural que sintético… Con más comodines o no, y ahí a los jugadores que no jugaron ya sí que le exigimos ritmo alto. Pero una primera tarea todos juntos.

A partir de ahí, el grupo que más jugó va a realizar un trabajo preventivo individual que tienen en base a un trabajo que les planifica o preparador físico, inicialmente en la temporada. Cada jugador tiene su preventivo individual y lo ejecuta. Y después trabajo de recuperación con la fisioterapeuta, y algún fútbol-tenis de los jugadores que decidan. Ahí sí que dejamos libertad. Jugadores que quieran o no quieran entrenar en función de la carga. Evidentemente, nadie se puede marchar hasta que la sesión acaba. Pero si un jugador prefiera estar con el foam roller y estirar y recuperarse un poquito mejor que lo haga, y el jugador que prefiera hacer un fútbol-tenis o incluso, que tenemos varios casos, algún jugador que decida hacer la sesión con el otro grupo, puede también. Va en función de su elección. El grupo que menos jugó, solemos hacer un par de tareas. La primera va enfocada a velocidad, por los esfuerzos. Son situaciones que tienen que ser explosivas, con cambios de rol, cambios de dirección, a máxima velocidad, arrancando, frenando… un poco por la carga que quiere implantar el preparador físico para compensar los esfuerzos. Suelen ser tareas de transiciones o específicas por posición. En función del perfil de jugador que tengamos. Si tenemos más jugadores de ataque o menos… tareas más de finalización o más tareas de defensa de área… Solemos meter algún circuito con finalización, que tenga acciones individuales de la posición. Y acabamos con fútbol reducido siempre porque creemos que es una tarea en la que el futbolista compite bien y se va con buenas sensaciones a casa para esos jugadores que menos minutos jugaron, que creemos que es importante.

El martes, nos reunimos el cuerpo técnico para desayunar y ahí vemos informe… en este caso el segundo entrenador, Kike, hace de analista y realiza ese análisis previo. Vemos el informe que él nos tiene preparado ese día y preparamos la semana. A nivel de contenidos, tareas y objetivos. A grandes rasgos. Yo no soy capaz de meter todas las tareas ahí. No el plan de partido sino a grandes rasgos lo que va a ser la idea de la semana. En el rato que nos queda por la mañana y por la tarde, yo suelo ver 2-3 partidos del rival. Los últimos o los que por contexto nos resulten más reales con nuestra forma de interpretar.

Miércoles preparamos la sesión más detallada para ese propio día. Suele ser una sesión más de espacios reducidos, más de fuerza. Y ahí Jandro empieza a trabajar sobre los cortes individuales del jugador rival. Queremos meter vídeos a nivel colectivo del rival, y después creemos que, en esta categoría y en todas, pero en esta más, conocer el perfil de jugador que tienes enfrente es fundamental. Saber si ese jugador es veloz, si es de jugar por dentro o por fuera, si va a atacar espalda o es más de ir en apoyo, me parece fundamental. Y yo pongo en común con Kike algún punto de vista que veo en esos partidos que él a lo mejor no añadió, y debatimos un poco sobre ese informe y lo que yo vi del rival. Y empezamos a preparar el plan de partido. Sobre todo, para elaborar las tareas. Sesión de miércoles, espacios reducidos. Buscamos jugadores no mayores a 6 y modelo propio. Solemos trabajar con estructuras de 4+2, de 3-1-2 de nuestra estructura de rombo… qué tenemos que corregir del partido anterior y qué perfeccionar del modelo propio. Queremos que el jugador se vaya con cansancio y sensación de haber trabajado bien. Para nuestro modelo es fundamental que el jugador se vaya con esa sensación. Si queremos un equipo de ritmo alto, tenemos que entrenar a ritmo alto. Máximo dinamismo, pocas pausas… Solemos meter fútbol reducido, rondos de presión, de 3 equipos, de transición, juegos de presión, transiciones, oleadas en superioridad o inferioridad numérica, fútbol condicionado con comodines, situaciones concretas de área… Enfocar por ahí.

El jueves terminamos de enfocar el plan de partido para poder, por la tarde, preparar esas 2-3 tareas que nos permitan preparar el partido. Espacios grandes. Ya nos vamos a situaciones 11×11. Tenemos un rival, nuestra forma de interpretar el fútbol y vamos a buscar esto, esto y esto. Solemos iniciar con una activación y después 3 tareas. Una sin porteros, para que el entrenador de porteros tenga ese momento de trabajo individual. Solemos hacer casi todo posicional, con dirección y desde posición. El jugador más veterano estaba más acostumbrado a otro tipo de tareas, pero lo vamos acostumbrando a esto porque creemos que es mucho más enriquecedor. Y después, en función de rival y partido, sí que metemos mucha caña con el rival. Hacemos partidos por roles, situaciones tácticas que empiezan en un momento concreto para que se dé esa transición. Poniendo mucho el foco en esa situación concreta. Estamos haciendo mucho trabajo también de marcador a favor, marcador en contra… para jugar con esa motivación y aspecto psicológico. Nos está dando buenos resultados, bajo mi punto de vista.

Y el viernes terminamos de preparar la charla con el vídeo, que da Kike, segundo entrenador, que es el encargado de explicarle al jugador el modelo del rival. Ahí Jandro me pasa los cortes individuales para que los vea y el sábado por la mañana se los pueda enviar a los jugadores vía WhatsApp. Esa última sesión va enfocada a las sensaciones para el partido. A veces metemos algo de preparación de partido, si no nos dio tiempo antes. La sensación del jugador. Que se vayan con sensación de que está preparados, en un buen momento de forma… para poder enfocar el partido. Y el perfil de tareas va más enfocado a eso. Tareas lúdicas en inicio, juegos de posición, de balón, incluso terminamos con fútbol reducido para que el jugador se vaya con la sensación de haber competido bien o con un fútbol condicionado para trabajar un aspecto concreto del juego, en función de la semana. Ahí acabamos, con el balón parado. Convocatoria y el sábado seguimos.

El sábado preparamos la estrategia operativa, lo que nosotros le mostramos el domingo al jugador. Este año dimos un salto de calidad con la llegada de Kike. Tenemos una pantalla en el vestuario. Conectamos el ordenador con el HDMI y primero, les presentamos la alineación con la hora a la que tienen que estar cambiados. Y ahí ellos pueden ir pasando las diapositivas y viendo la estrategia de partido. 3-4 detalles con y sin balón. Con esas pizarras con movilidades o movimientos concretos que queremos buscar. Y después estrategia ofensiva y defensiva. 3-4 cositas, por encima. Registrado, primero, para que lo puedan leer, y después con los gráficos. Nosotros les ponemos una hora en el partido a la que tienen que estar cambiados. Ahí entro yo. Antes no. Yo creo que el jugador necesita un espacio para estar tranquilo, para prepararse. Entro. Explico a grandes rasgos el plan de partido y acabamos con algún detalle un poco motivacional, de la clasificación o del momento del partido o de la temporada, para ejercer ese punto motivacional que creo que es importante. El sábado también solemos ir a ver a otros rivales siempre que se puede. Vamos a ver al juvenil para tener controlados a los jugadores. Y también, algo que te decía antes, me gusta imaginarme qué puede pasar en el partido para tener ese plan B, plan C, en función de si vamos ganando, perdiendo, empatando… Esa hora de hacer dibujos y por dónde puede ir la cosa para que no me coja de sorpresa nada. Aun así hay cosas que sí, cosas que no… pero imaginarnos el partido nos permite anticiparnos.

 

«Si el día es miércoles, prefiero ritmo. Si el día es jueves o viernes, prefiero contenido. Pero si tengo que escoger y tú no me das opción, por nuestra manera de interpretar el fútbol y de competir, prefiero ritmo.»

 

FdB: Si tuvieras que sacrificar una con respecto a la otra. Aunque la pregunta sea artificial. Ritmo o contenido. Prefieres sacrificar contenido para que el equipo no pierda ritmo. O ritmo para poder hacer alguna parada más y meter contenido.

S.L: Si el día es miércoles, prefiero ritmo. Si el día es jueves o viernes, prefiero contenido. Pero si tengo que escoger y tú no me das opción, por nuestra manera de interpretar el fútbol y de competir, prefiero ritmo. Porque creo que el jugador va a tener la sensación de estar mejor, entrenar mejor… creo que ese trabajo psicológico con el jugador es importantísimo. Y como nuestro modelo implica que el ritmo alto esté presente en todo momento, creo que si tengo que escoger y no me queda más remedio, prefiero ritmo. En este contexto. Si en lugar de entrenar al Racing Villalbés, entrenara a un equipo de juego posicional, a lo mejor elegiría otra opción, no lo sé.

FdB: Yo creo que el ritmo también, en cierto modo es contenido.

S.L: Sí. Va todo enlazado a lo que hagas con la pelota y sin ella. Pero tú no me diste opción y yo te contesté.

 

«Tenemos que pensar que somos entrenadores y trabajamos para preparar a jugadores, no para preparar a entrenadores.»

 

FdB: Otra “dicotomía” un poco también artificial. Dentro de las tareas de entrenamiento, si tuvieras que darle más peso a una, entre el feedback que le das y el diseño de la tarea, ese escenario que creas.

Y dentro de las tareas, qué momentos seleccionas para intervenir. Si en las paradas entre series, si durante el tiempo propio de la tarea… Si es sólo contenido táctico o también para apretar a los jugadores…

S.L: Lo más importante del entrenamiento es el feedback. Todas las aportaciones que nosotros desde fuera le hagamos al jugador en ese escenario que le estamos condicionando, además, para que él lo vea. Eso es lo más importante. Si no cuidamos eso, lo demás no tiene sentido. En el momento en que yo como entrenador no cuide eso, estaré obsoleto y me apartaré o lo que sea. O espero que me aparten.

Empiezo por la segunda. Intento, pre-entrenamiento, explicar la sesión para que el jugador ya sepa en las tareas por dónde nos vamos a mover. Y antes de cada tarea dar 2-3 consignas más claras. Y con el cuerpo técnico organizarnos. Por ejemplo, le digo a Kike: ponte con la línea defensiva y corrige esto, esto, tal. A mí me gusta estar dentro, no estar fuera. No en espacios reducidos, pero en tareas de jueves, espacios grandes. Pero me gusta estar dentro en lugares estratégicos y corregir. Soy consciente de que hay jugadores que son capaces de comprender y entender lo que les estás diciendo, al momento y ser capaces de interpretarlo rápidamente. Y otros que no, evidentemente. También es cierto que nosotros grabamos todos los entrenamientos y además tenemos una vista aérea bastante buena. Y ahí cuando llego a casa, le doy otra vuelta a la sesión y cómo sucedió. Evidentemente, si tú estás colocado dentro de la tarea, se te escapan cosas, pero yo estoy focalizando en el objetivo real que tiene la tarea, dentro de que a lo mejor es un 10×10, 11×11, focalizamos en un aspecto concreto o en dos, y colocarnos y darle importancia al rol de tu cuerpo técnico en esa tarea para que ellos puedan corregir, ver y estar pendientes de otras situaciones, creo que es importante también. Ahí está el valor de un entrenador. Ser capaz de manejar todo eso para controlar todo lo posible. Pero sí que me gusta tener influencia durante, no sólo estar fuera y estar callado. También por mi carácter. Necesito estar dentro y estar encima dando información.

Y con respecto a lo primero, feedback siempre. Es lo más importante. debemos cuidar las dos evidentemente y soy de los entrenadores que le da mucha importancia a los entrenamientos, quizás demasiada por lo que veo. Pero le doy mucha importancia a cuidar cada detalle, al material, a la preparación del entreno desde el punto de vista organizativo… pero el feedback es lo más importante. Qué queremos hacer, hacia dónde queremos ir… Yo también fui jugador. Muchas veces el jugador, sólo con el escenario no es capaz de comprender. Tenemos que pensar que somos entrenadores y trabajamos para preparar a jugadores, no para preparar a entrenadores. Yo si preparara entrenadores utilizaría un vocabulario y una manera de hacer las cosas. Para preparar a jugadores debemos utilizar otra y debemos tenerlo presente siempre. El escenario es importante, y le doy mucha importancia a eso, repito, pero, el feedback es más. Y después, siempre que el jugador esté más familiarizado con un tipo de tarea ahí ya ganas mucho. Pero el feedback es lo que el jugador espera de ti. Es cómo los entrenadores se ganan a los jugadores muchas veces. La capacidad que tienen con ese feedback de que el jugador vea que es capaz de mejorar con esa información que se le está dando.

FdB: ¿Crees en los automatismos? 11×0 por ejemplo.

S.L: Sí. Sí que creo. Creo que es parte del entrenamiento. Es como analítico, jugado, dirigido… yo creo en todo. Todo utilizado en el momento correcto es importante. Esas situaciones de automatismos de 11×0 es importante para generar un primer contacto entre un grupo de jugadores, entre el sistema completo de jugadores… a partir de ahí, evidentemente, hay que ir dando posiciones en las tareas y complicando, digamos, la situación. Pero los automatismos hacen que ese primer momento sea más claro. Vamos a ir por aquí. A partir de ahí ir metiendo condicionantes, enriquece. Yo creo que no pierde valor. Pasamos de que estaba mal visto eso… Yo creo que todas las maneras de entrenar son buenas si se utilizan en el momento adecuado y con coherencia en base a lo que tú quieres trabajar. Yo creo mucho porque, como jugador, entendía que me aportaba. Esa ejecución sin oposición, te hacía ver que la comprendías, y después te era más fácil de ejecutar el domingo. Pero no nos podemos quedar obsoletos y sólo con eso porque después tenemos un rival. Nosotros en concreto, durante la semana, hay un momento, no siempre, que solemos meter ese tipo de tarea. Mi experiencia me dice que para el jugador es enriquecedora, sobre todo en un primer momento. Esa comprensión de la situación se acelera si se ve ante una oposición como pueden ser muñecos y a partir de ahí vamos metiendo jugadores, incertidumbre. Tenemos que comprender, además, que cada jugador asimila de una determinada manera esas situaciones del juego.

FdB: ¿Cómo es el entrenar en un campo con una superficie (artificial) y unas dimensiones mucho más reducidas que el campo en el que compites el domingo (natural y de grandes dimensiones)? En qué afecta.

S.L: Pues tengo que reconocer que, en un primer momento, parece un hándicap bastante importante. Entiendo que los entrenamientos son situaciones simuladoras de lo que va a ser la competición, y si cambiamos el escenario de forma radical esto debería verse afectado. Pero nos vamos adaptando. En primer lugar, porque en Galicia, por nuestro clima, entrenar tantos días a la semana en hierba natural sería inviable. La calidad de entrenamiento en hierba sintética, para un equipo de nuestros condicionantes, se incrementa. En segundo lugar, pienso que, en un equipo con un modelo de juego como el nuestro, o parecido, le beneficia tender a espacios más reducidos que a espacios más grandes, o el espacio total. Por ejemplo, si queremos trabajar transición ofensiva, tenemos que robar, y si el espacio está condicionado, robaremos más veces. Y después, en tercer lugar, tenemos un condicionante importante respecto a esto. Que al subir habitualmente a entrenar con el primer equipo 4-5 o más jugadores juveniles, en espacios reducidos se puede mantener e igualar mejor ese ritmo competitivo necesario y que nos exige la competición. Aunque los chicos entrenan por estar preparados y tener el nivel, siempre hay un cambio importante en cuanto al ritmo competitivo de Juveniles a categoría Senior.

Los problemas nos surgen, sobre todo, al trabajar situaciones de ataque posicional y ABP. Contra defensas replegadas, que de por si te conceden poco espacio, si tú además te limitas en este aspecto…Y mecanizar situaciones de ABP cambia mucho en cuanto a las distancias. Además, el ritmo de juego no tiene nada que ver. En nuestro campo, A Magdalena, el ritmo es altísimo. Los rivales sufren mucho con la velocidad del balón. En este caso tengo que decir que después de varios partidos, o los jugadores que llevan muchos años, están ya perfectamente adaptados a la hierba natural. En cambio, nos sigue costando más la adaptación a competir en escenarios sintéticos, a pesar de poder entrenar en uno todos los días.

FdB: ¿Qué valoras de un entrenador?

S.L: Personalidad, carácter y, sobre todo, ser fiel a sus ideas.

FdB: ¿Y de un jugador?

S.L: Lealtad y capacidad para adaptarse a lo que se le proponga. Lealtad con el grupo, no con el entrenador digo. Ser capaz de adaptarse a todo lo que se le proponga, creo que es una de las cualidades más importantes. Poniendo por delante siempre que el grupo está por encima de todo y esa lealtad al grupo, para mí, es lo más importante.

FdB: Entrenador desconocido a conocer

S.L: Álex Antón, RC Deportivo Liga Nacional Juvenil.

FdB: Importancia que das a la formación y de qué manera lo haces.

S.L: La base de nuestra profesión yo creo que es esa. Primero porque está avanzando y perfeccionándose, esta profesión, cada minuto. Yo creo que desde hace dos años para aquí las herramientas que podemos manejar ahora… tenemos hasta cámaras que persiguen el balón. Dentro de un par de años tendremos hasta robots que harán… yo creo que como no vayamos perfeccionando nuestro trabajo… Yo creo que el fútbol nunca para de evolucionar. Y el que no es capaz de seguir, se queda atrás. En mi caso, esos debates que tenemos en el cuerpo técnico o con Óscar, que es un gran amigo, creo que es enriquecedor. Ir a todo tipo de formaciones. Cada vez me gustan más las reuniones privadas con papel y boli. El ver otros puntos de vista nos hace ver más cosas y eso nos permite caminar al ritmo que sigue al fútbol que, como digo, lo hace a un ritmo altísimo. Como te quedes obsoleto te quedas atrás en nada.

FdB: Un libro que recomiendes.

S.L: De los últimos, Míreme a los ojitos, de Carlos Lago. Pienso que estamos en una época en la que todos los entrenadores nos preocupamos de buscar la innovación táctica, o de copiar al que triunfa, hacer las mejores tareas… y muchas veces dejamos de lado cosas que son mucho más importantes como que estamos rodeados de personas. Este libro me hizo reflexionar sobre varias cuestiones interesantes.

FdB: Cómo afecta tu vida profesional dedicada al fútbol a tu vida personal.

S.L: Buff. Tengo la suerte que conocí a una persona que me respeta, que le gusta el fútbol, ya le está empezando a gustar y que respeta mucho mi profesión. Sabe que es mi pasión. Los que nos dedicamos a esto, en muy pocos casos podemos desconectar. Cuando estamos haciendo otras cosas… bueno, en muy pocos momentos estamos haciendo otra cosa. Salvo una hora que voy al gimnasio por las mañanas, estoy preparando cosas. Me gusta bastante el baloncesto y ahora me estoy aficionando a ver partidos de Euroliga repetidos cuando llego a casa después de entrenar. Pero a la vida personal… apenas tienes vida personal. Veo muy pocos a mis amigos. Veo muy poco a mi familia porque el fin de semana estás limitado. Pero a mí lo que me reconforta es que mis seres queridos saben que mi pasión es esto. Que mi objetivo es ser algún día profesional de esto y disfruto haciendo esto. Este respeto que ellos me muestran, teniendo en cuenta todas estas cuestiones, a mí me sirve, pero creo que le dedicamos muy poco tiempo a lo que no es fútbol. Y no lo podemos evitar, que sin duda es lo peor. No podemos desconectar. Por eso me propuse que el domingo, después del partido, sí que puedo ver partido si hay Liga, pero desconexión total de lo que es el trabajo en el equipo en que estamos y tratar de evadirse. Aunque si perdemos, debo reconocer que es muy complicado.

 

Muchas gracias Simón!

#caféycharlaFdB

#caféycharlaSimónLamas

@SimonLamasT

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