A día de hoy es evidente el progreso de la ciencia, las investigaciones en el campo del entrenamiento deportivo van en aumento y el afán por el conocimiento y el saber también. No obstante, el proceso es largo, el cambio es constante y el desconocimiento también está presente en muchos campos. Hay ciertos temas en los cuales la ciencia aún no ha sentado sus bases empíricas y en los cuales su evidencia no se puede clarificar, uno de ellos, de gran interés en el ámbito condicional futbolístico, es el referido a la capacidad física de la flexibilidad.
Entendiendo el concepto de flexibilidad de una forma general, englobando músculo, ligamento y articulación, debemos valorar su importancia gracias a la posibilidad de realizar movimientos, tanto en actividades cotidianas como deportivas.
Siguiendo a algunos autores como Medveiev, podemos ver cómo clasifican la flexibilidad según el rango de movilidad, estableciendo los siguientes grados:
Flexibilidad de trabajo: rango de movilidad normal utilizada durante la vida cotidiana o durante ciertas actividades deportivas.
Flexibilidad residual: nivel de elongación, siempre superior al de trabajo, considerado como un nivel “extra” o de reserva. Tiene un objetivo puramente preventivo.
Flexibilidad absoluta: nivel máximo de movilidad, solicitada en gestos concretos como puede ser el portero en la articulación del hombro.
Por tanto… ¿Es interesante el entrenamiento de la flexibilidad en futbolistas o en jóvenes futbolistas?, ¿es beneficioso o contraproducente estirar en el calentamiento? ¿hay que estirar en la vuelta a la calma?, ¿sirve para algo estirar?, ¿los estiramientos tienen un factor preventivo?, ¿influye sobre la capacidad del futbolista a la hora de realizar gestos técnicos?…
Desde un punto de vista personal es un error relacionar el entrenamiento de la flexibilidad con los métodos estáticos. Hay que tener presente que se entrena bajo métodos estáticos y dinámicos.
Diferencia de métodos estáticos (izquierda) y métodos dinámicos (derecha).
Al igual que también es un error obviar el entrenamiento de la flexibilidad por catalogarlo como algo poco importante en el rendimiento del fútbol, a continuación se exponen las justificaciones:
Las capacidades físicas están para ayudar a la práctica del fútbol, por tanto el entrenamiento de la flexibilidad contribuye a permitir al futbolista a una correcta realización de los gestos técnicos en lo referido a la amplitud de movimiento, evitando limitaciones articulares y/o musculares. En el fútbol no se requieren niveles extremos de flexibilidad, sí una flexibilidad de trabajo, la cual como entrenadores debemos constatar que existe en nuestros jugadores. No obstante, es recomendable alcanzar una flexibilidad residual para tener un rango articular y muscular de reserva, por si algún gesto inesperado o no habitual es superior a la movilidad de trabajo. La articulación de la cadera es la que necesita mayores niveles de amplitud.
El desarrollo de una buena flexibilidad a la hora de desarrollar ciertos gestos técnicos.
También es importante recordar lo lesivo que es este deporte en especial, por múltiples causas, pero una de ellas es la aparición de acortamientos en determinados músculos, lo cual afecta al correcto equilibrio artromuscular, siendo los estiramientos una herramienta útil en preservarlo. A mayores debemos tener en cuenta que los estiramientos dinámicos pueden mejorar las propiedades del tendón suponiendo una importante arma para la prevención de lesiones tendinosas.
Por otro lado, en la práctica deportiva, un objetivo previo es tener una musculatura más eficiente en lo referido a longitud y tono adecuado para competir, aspecto que podemos conseguir con estiramientos. ¿Estiramientos en el calentamiento? Sí, ¿por qué no? Los estiramientos dinámicos generan un escenario positivo para preparar a la musculatura en su grado de contractilidad y elasticidad, mejorando las prestaciones musculares, aumentando las velocidades de carrera y las acciones de agilidad (Casáis, L. Metodología del entrenamiento de la flexibilidad). Bien es cierto que los métodos estáticos en el calentamiento son contraproducentes ya que reducen el pico de fuerza, inhiben las propiedades explosivas del músculo, los tiempos de reacción, la capacidad de salto… Por tanto debemos evitar su entrenamiento en situaciones previas a la práctica del fútbol.
Y si bien, lo más discutido es si favorecen o no la recuperación muscular, hay dejar en constancia que empíricamente todavía no han podido ser identificados los mecanismos por los cuales el estiramiento podría favorecer el proceso de recuperación. Existen estudios que constatan que los estiramientos estáticos utilizados al final de las sesiones de entrenamiento proporcionan efectos saludables relacionados con la ganancia de movilidad articular y la regulación del tono muscular, no obstante, otros no demuestran que eso sea cierto. En lo que corresponde a mi experiencia personal como deportista y preparador físico, al final de la mayoría de las sesiones de entrenamiento y partidos, los jugadores estiran con el propósito de relajar la musculatura más implicada en la práctica del fútbol.
Con un afán único y exclusivo de preservar la disponibilidad de nuestros jugadores, es interesante conocer el mayor número de factores de riesgo lesional y dominar los factores preventivos de todo lo posible y controlable. La flexibilidad es una capacidad de la cual debemos tener conocimiento de su uso correcto en sus múltiples manifestaciones y en el momento adecuado de entrenamiento.
Pablo Martínez
@pablomf17
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