Café y charla con Gonzalo García «Recoba»

Aprovechando el parón invernal de la liga holandesa, nos citamos con Gonzalo García García, uruguayo de nacimiento pero ya desde los 15 en Galicia. Es, desde principio de temporada y, tras dejar el fútbol de primer nivel y con tan sólo 36 años, técnico del FC Twente, equipo de la Primera División holandesa, conocida como la Eredivisie. Su equipo camina por los puestos medios de la clasificación tras el ansiado ascenso de la temporada pasada, en la cual ejerció como segundo entrenador del conjunto de la ciudad de Enschede. Lo conocemos futbolísticamente como Gonzalo «Recoba».

Como jugador, abandonó las filas de la cantera de la SD Compostela con destino al Real Madrid en edad juvenil, pasando por el conjunto blanco, AD Alcorcón, Mérida UD y CF Palencia antes de hacer las maletas para buscar nuevas experiencias en otros países. En Holanda: AGOVV, SC Heerenveen, Heracles, FC Groningen y VVV Venlo, estos últimos en la máxima categoría del fútbol holandés. En Chipre: AEK Larnaca y Anorthosis, ambos en Primera. En Israel Maccabi Tel Aviv Y de vuelta a Holanda, Heracles en Eredivisie. De ahí, y tras una grave lesión, volvió a su casa futbolística para disfrutar de un año en la SD Compostela en 3ª División.

Tras su retirada en el conjunto compostelano, y sin apenas margen, se enroló en las filas del Esbjerg FB, donde dio sus primeros pasos realizando tareas de segundo entrenador, consiguiendo el ascenso a Primera División de Dinamarca. Al año siguiente, vuelve a Holanda donde, como segundo entrenador del FC Twente, consiguieron también el ascenso a Eredivisie. Ahora, en la primera categoría del fútbol holandés es el máximo responsable de un FC Twente que ha comenzado la liga de manera excepcional y que camina, con media liga avanzada, por lo puestos medios de la clasificación.

 

Café y charla, fútbol, arrancamos…

FdB: ¿Por qué entrenador?

G.G: La verdad es que en los últimos años de jugador, cuando ya empecé a tener más lesiones, más problemas, ya me fui… un poquito en mi cabeza ya empecé a pensar en ello. Siempre lo pensé realmente, desde muy joven. Me gustaba jugar y me gustaba el juego. Jugarlo, sobre todo, que es lo más divertido. Pero el juego en sí me gustaba y siempre pensé que en algún momento iba a ser entrenador o por lo menos que iba a intentarlo. No sé si quiero hacerlo por muchos años, pero que quería probarlo lo tengo claro. Enseguida, cuando me lesioné, un director deportivo que trabajó conmigo cuando era jugador me lo dijo directamente: «en el momento en que no puedas seguir jugando quiero que vengas a trabajar conmigo de entrenador». Y nada, me dieron la oportunidad. Él creía que podía ser un muy buen entrenador y estoy trabajando con él desde ese momento.

FdB: ¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de ser entrenador?

G.G: Lo que más me gusta, lo mismo que de jugador, que es el juego en sí: el poder crear cosas, el poder hacer cosas, la competición, el competir, el tener un poco de estrés, el día a día, el vestuario… Y lo peor, lo mismo que de jugador: la política…

FdB: Lo que está fuera del fútbol digamos, lo que rodea.

G.G: Lo que rodea. Cada año parece que es más importante. Me cansó ya como jugador y como entrenador me cansa bastante.

FdB: Empezaste como segundo entrenador hace un par de años y ahora estás como primer entrenador. ¿En qué rol te sientes más cómodo? Y un poco al hilo de lo que decías, si como segundo entrenador tengas “un poco más de fútbol” porque como primero estás más expuesto, hay mucha más gestión de aspectos tan importantes como el juego.

G.G: Me gusta primer entrenador porque me gusta ser el que toma la última decisión. Me cuesta no ser el que tome esa última decisión. Pero también te digo que de segundo entrenador se puede hacer lo mismo o más, depende de con quien trabajes. En mi caso pude hacer casi más de segundo entrenador que de primero. De primero vives casi en una pelea constante con todos y de segundo sólo te centras en la parte del juego, la parte táctica, quién juega, quién no juega… Siendo primer entrenador ya te miran diferente los jugadores… Y ya tienes que entrar en un mundo que a mí se me da muy mal. Sí que es verdad que me gusta ser más el primer entrenador porque me gusta organizar y tomar la decisión, pero ser segundo entrenador, depende de con quien trabajes, puede ser buenísimo.

FdB: Siempre hay un poco ese debate sobre si los jugadores de élite como tú tienen ventaja o no para ser entrenador. ¿Qué crees que te aporta el haber sido jugador de élite con respecto al que no lo ha sido? Y enlazado con esto, cuando eres jugador, evidentemente dependes de tus compañeros, pero ahora como entrenador no puedes intervenir como cuando estabas en el campo. ¿Cómo llevas eso?

G.G: Me frustra mucho a veces. Pero es parte del juego. En lo otro, en la primera pregunta, estoy de acuerdo. Creo que si has sido jugador es más fácil vamos a decir, pero creo que es lógico, porque llevamos toda la vida en el fútbol. Desde dentro del fútbol. Creo que un jugador, si quiere, que no quiere decir que todos lo hagan, porque he de decir que para mí la mayoría de los jugadores hacen lo que les dicen, sin pensar el porqué. Pero el jugador que le interesa, tiene una base de aprendizaje que no la tiene alguien que no haya sido jugador. No quiere decir que para ser buen entrenador se tenga que haber sido jugador, pero creo que es una ventaja bastante grande. Porque estás en el vestuario, has tenido buenos entrenadores de los que, si quieres, has podido aprender, y podías analizar lo que el entrenador decía y las reacciones que se sucedían en el vestuario. Que eso, si no estuviste, no lo viviste, es muy difícil de saber. Porque también es verdad que los que han sido jugadores, yo he jugado muchos años en Primera, pero también he tenido muchos años de cantera, y eso es todo tiempo que estás aprendiendo. Y yo creo que eso no lo aprendes en un curso. Creo que el curso está bien para darte una base de algo, pero no es la realidad.

FdB: Tú que estuviste como jugador en muchos países diferentes. No es que en cada país haya un fútbol diferente, pero sí que geográficamente, lo países más el norte serán bastante diferentes que España, por ejemplo. ¿Cómo crees que te ayuda, como entrenador, las experiencias que has vivido como jugador estando en diferentes países? Y qué diferencias encuentras en estos contextos tan dispares.

G.G: Hombre, al final, lo que tienes que hacer, como entrenador, es llevar a un grupo de gente y creo que, si has podido estar en muchos sitios, puedes entender reacciones, puedes entender formas de ser diferentes que si no lo has tenido. Yo ahora, por ejemplo, en el equipo tengo jugadores de Georgia, de Japón, holandeses por supuesto, españoles… No es lo mismo. Yo nunca había tenido un japonés. Había tenido compañeros japoneses, pero este es diferente. Es verdad que siempre te ayuda porque te puede preparar, ver lo que puedes esperar, lo que le puedes decir a alguien, lo que no le puedes decir, cómo se lo tienes que decir… te ayuda, pero al final es lo que va saliendo.

Es muy diferente. El holandés pregunta mucho. Son más sensibles. El español es un poco parecido, son sensibles también pero igual tiene que ver con la generación. Son una generación ahora que viven de Internet, Instagram y que viven de aparentar más que de ser. Yo creo que eso lo hace todo muy superficial, es el momento todo, no invierten tiempo ni sacrificio si el resultado no es inmediato. Eso hace que le dé un poco más de dificultad, pero al mismo tiempo sí que es verdad que tienen más información y entonces ya entienden cosas más fácil.

FdB: Hablo un poco desde el desconocimiento. Pero dos países como Holanda y España que culturalmente son muy apasionados del fútbol. ¿Se nota la diferencia de jugadores de esos países o dentro de ellos? No sé si Chipre o Dinamarca si tienen esa pasión.

G.G: En Chipre hay mucha pasión. Es el sitio donde más “locura” he visto. En Dinamarca no. Allí el fútbol es un deporte. Ellos tienen sus vidas, sus hobbies, y el fútbol es una cosa… como debería ser realmente. Vas, te diviertes como aficionado y la gente no se enloquece.

FdB: ¿Y eso lo notas en el jugador?

G.G: Sí. He jugado con bastantes jugadores suecos, escandinavos, a lo largo de mi carrera. Y son apasionados también. Al final son competitivos. Pero sí que es verdad que son más fríos. Cuando vas al país de ellos sí que lo ven más… tienen más deportes también. No se vuelven tan locos como puede pasar en Holanda. Y en Holanda depende del sitio también. Hay equipos y clubes que son más tranquilos. Depende del aspecto cultural. Es verdad que en Dinamarca lo ven como más allá. Allí el fútbol es un deporte más, como el balonmano. Y en Holanda, por ejemplo, en mi club, son muy apasionados. Es un club que acaba de ascender, con el menor presupuesto y es difícil… en Holanda, es verdad que, dependiendo de la zona, pero son muy apasionados. En Dinamarca no. Sí es verdad que tienes un grupo, por supuesto, como hay en todos lados, pero lo ven más lejano el fútbol.

 

«como jugador he sido difícil de convencer. Me decían que era difícil, pero ahora me gustaría que hubiera más jugadores así. Prefiero uno que haya que convencer porque una vez que lo logras, hace las cosas, y porque aparte, las entiende. Y no que las haga y no sepa por qué.»

 

FdB: ¿Ha habido algún entrenador que te ha influido para querer ser entrenador? O si crees que tenéis esa “potestad” para poder hacer que el jugador se interese por ello.

G.G: No sé. Mira, he tenido más entrenadores que no me han gustado que los que me han gustado. Y quizás los que no me han gustado me hicieron pensar en que querría ser entrenador en algún momento. Después he tenido algún entrenador que me ha gustado y que estaba bien con él. Creo que me han influenciado tanto unos como otros, pero no creo que me hayan influenciado para ser entrenador porque siempre he tenido mi forma… como jugador he sido difícil de convencer. Me decían que era difícil, pero ahora me gustaría que hubiera más jugadores así. Prefiero uno que haya que convencer porque una vez que lo logras, hace las cosas, y porque aparte, las entiende. Y no que las haga y no sepa por qué.

Hay entrenadores que porque no me gustaban me daban ganas de ser entrenador, y otros que me gustaron o porque los tuve alguna vez y decía: por fin, ahora entiendo claramente lo que yo pensaba. O lo que discutía con otros. Pero bueno, en el fútbol son todo opiniones, por lo tanto, es difícil saber quién tiene razón.

FdB: ¿Qué valoras de un entrenador?

G.G: Primero tiene que tener conocimiento. Después creo que tiene que ser directo, con personalidad para decir las cosas que cree que tiene que decir. Tiene que saber trabajar con gente que entienda y que sepa, no con gente que te diga lo que quieres escuchar. Sobre todo, eso, ser directo y darle la vuelta a la tortilla con los jugadores. Y tienes que saber de lo que hablas. Lo peor que te puede pasar como entrenador es explicar algo, que alguien te pregunte por qué y quedarte trabado. Ahí estás muerto, ya perdiste el respeto. Y también pierdes el respeto si no eres honesto, no eres directo. Es verdad que no hay que dar toda la información, pero hay que dar la que sea necesaria. Y rodearte de gente que sepa trabajar. Y te tiene que gustar, está claro. Mucho.

FdB: Tú tienes una idea de juego marcada. ¿Crees que es aplicable a cualquier equipo? Siempre hablamos de que es una idea de juego más complicada, que no todos los jugadores son capaces de llevar a cabo, pero también vemos que entrenadores como Setién que en diferentes equipos es capaz de lograrlo. Y en cierto modo asumimos que en fútbol profesional los jugadores tienen unos “mínimos” para poder llevarlo a cabo. ¿Es realmente posible? ¿Falta gente que se atreva realmente?

G.G: Es una buena pregunta. Y no es fácil. Yo, en mi interior, creo que tu forma de jugar es aplicable en cualquier situación. De todas formas, el qué es la forma de jugar, la filosofía es otro tipo de pregunta. Hay cosas que para mí no son negociables. Porque no las veo de otra forma que no sea de una manera. Porque creo que tampoco podría convencer a nadie. Yo creo que tú tienes una forma de jugar, pero tienes que saber todas las otras, o entenderlas. Porque es lógico, porque tienes que hacerlo. Pero yo tengo mi forma de jugar y no te puedo convencer para que hagas todo lo contrario a lo que yo creo porque estaría dando un mensaje que no me creo y es difícil. ¿Qué pasa? Que en el fútbol profesional empiezan a aparecer muchas cosas y hay momentos que dudas. Y es complicado, es un momento complicado.

Mira, nosotros, por ejemplo, empezamos este año muy bien. No perdimos durante 8-9 partidos. De repente, en un momento, la presión hizo que algunos jugadores dejaran de hacer cosas que venían haciendo y tuvimos que cambiar algunas cosas. Es verdad que todavía nos está costando porque parece que de repente, las cosas que hacíamos muy bien no las podemos hacer más. Y las hicimos los 9-10 primeros partidos del campeonato más pretemporada, que jugamos contra el Schalke, con su mejor equipo y lo hacían. Pero sí es verdad que es difícil, y dependiendo de lo que quieras hacer, los jugadores tienen que entenderlo.

Yo creo que hay diferente tipo de entrenadores. Hay entrenadores que la forma es más simple y que todos los jugadores pueden hacerlo. Pero hay entrenadores… no voy a decir que es más difícil porque si es muy difícil es malo, porque no puedes pretender que todos te entiendan, pero sí que son más entrenador, entrenador. Hay diferentes tipos de entrenadores. Si eres un entrenador de esos tienes que tener cuidado de que en posiciones claves, porque al final son posiciones claves, tienes que tener el tipo de jugador que necesitas, porque sino es muy complicado. A mí, por ejemplo, la posición de 6. Juego con dos ochos por delante y tienen que tener un tipo de cualidades. Sino es muy difícil. Si no tengo esas cualidades tengo que inventar quién juega. O un 9 específico. Un mediocampista se convirtió en 9. Bueno, cuando funciona todo el mundo te lo aplaude, pero en el momento en que no ganas dos partidos ya empiezan a decir: “ah, pero no es 9”. Es complicado. Y hay que tener la personalidad para mantenerte. Y no es fácil.

FdB: Martí Perarnau que escribió, La metamorfosis, explicó que el Manchester City en su primer año sufrió algo que denominó “la curva del aprendizaje”. Un inicio muy bueno, mostrando muchos conceptos, después una fase de estancamiento y finalmente volvieron a remontar. ¿Crees como entrenador, que puede estar pasándoos eso?

G.G: Sí. Empezamos con una etapa de aprendizaje que fue rapidísima. Jugando partidos contra equipos mucho mejores que nosotros en presupuesto y que los ganamos. No sólo los ganamos, sino que los jugamos mejor que ellos. Pero sí que llegamos a un momento en que nos quedamos un poquito estancados. Y cuando tienes un equipo humilde, y necesitas de verdad a 3-4  jugadores bien para poder hacer algo… Si pasa en Barcelona imagínate en los demás. Pero sí que es verdad que cuando los jugadores repiten y repiten y repiten, hay pocos jugadores que tienen la capacidad para querer seguir aprendiendo. Realmente creo que lo que pasa muchas veces se olvidan o no entienden por qué están jugando bien. Lo hacen una semana, dos, tres… y poco a poco van haciendo un poquito menos, un poquito menos, un poquito menos de lo que les hizo ser buenos, y cuando te das cuenta es difícil volver a ese nivel, cuando quieren dar ese cambio mental es complicadísimo. Complicadísimo.

Nosotros, por ejemplo, creo que tuvimos una etapa inicial muy buena.

FdB: De hecho, erais el equipo revelación porque nadie se lo esperaba.

G.G: Sí, jugando bien. Y era claro lo que queríamos hacer. Luego perdimos un partido que si lo ganábamos nos poníamos de primeros, inmerecidamente. Jugamos muy bien pero bueno, es un partido que puede pasar, puedes perder. Tuvimos una racha de 2-3 partidos y ahí sí que es verdad que el tema psicológico, anímico les afecta a los jugadores y ya empiezan a entrar muchos otros factores.

FdB: ¿Qué diferencias ves entre fútbol holandés y fútbol español? Y en el tipo de jugador. Por ejemplo, Holanda aquí tiene fama de tener un fútbol ofensivo muy bueno, mucho talento, pero a nivel defensivo existen muchas deficiencias.

G.G: Sí. A ver, en Holanda es una liga que los jugadores son muy jóvenes. Debutan muy jóvenes. Ahora está empezando a cambiar un poco. Nosotros tenemos un equipo con varios jugadores de 19 años en el campo y no se suele ver tanto ya. Liga ofensiva sí que es, pero no es mucho más de lo que puede ser aquí en España realmente. Lo que pasa es que hay diferencia. Los jugadores aquí son más maduros. Es otro estilo. Aquí el juego es más lento, técnico y en Holanda es de mucho correr. Van a toda velocidad, entonces hay más errores. Cuanto más corres y más vas, menos vuelves. O cuando va el minuto 70 ya puedes menos, entonces sí que se ven más goles. Es un poco la forma de jugar, el estilo. Todo el mundo se cree que en Holanda es el Barcelona, el estilo Barça… y hay equipos que lo hacen, pero cada vez son menos. Cuando tienes que pelear por el descenso sí que es verdad que mucha gente creo que eso es peor que otra forma.

FdB: Un poco a raíz de eso y con respecto a cómo terminabas la anterior, evidentemente que el estado emocional es muy importante siempre, pero ¿crees que para ese estilo de juego en concreto es especialmente importante?

G.G: Sí. Yo creo que sí. Por ejemplo, a mí no me gusta que tiren el balón, que lo despejen, que lo tiren para arriba directamente ni mucho menos. Me gusta salir jugando siempre o casi siempre. Y para eso necesitas personalidad. Necesitas, confianza primero, y personalidad. Si ganas los partidos o si vas bien, y la gente está contigo y te anima está bien pero si juegas en tu campo con 30.000 personas y fallas el primer pase y se hace sentir el ruido y la siguiente no quieres… es lógico. Tiene que ver con confianza, tiene que ver con muchas cosas. El juego es muy de cabeza. Si tú ves jugadores cómo pueden estar jugando 5-6 partidos y ves al mismo jugador los últimos dos te parecen dos personas totalmente diferentes. No te puedes creer la diferencia que hay. Pero eso tiene que ver con la calidad también. Los jugadores de calidad pueden hacer cosas, manteniendo durante más tiempo un nivel medio…

FdB2: Durante más tiempo.

G.G: Claro. Mantener ese nivel medio. Lo mínimo de ellos es esto. Pero los jugadores que tienen menos nivel pueden jugar a buen nivel 2-3 partidos, pero el día que juegan mal… corren para cualquier lado, los pases… ¿Por qué? El corazón va más rápido que la cabeza y llega un momento que no va. Y movimientos que hacías fáciles como que se olvidan. Y pasa. Y pasa. Es una putada, pero pasa. Y como entrenador es muy difícil cambiarlo, porque realmente cosas que estaban claras y que entrenaste dos días antes parece que se van. Entonces tienes que buscar soluciones para el momento. Y luego claro, eso te da a entender el nivel del jugador. Buscar uno mejor o si no puedes seguir con él y convencerlo a tope (risas). Son muchas cosas. Pero sí que tienen que tener confianza y personalidad para equivocarse. Pero claro, eso o se tiene o es muy difícil tenerlo. Hay jugadores que cuando todo va bien son muy buenos y cuando el viento viene en contra desaparecen… pero desaparecen. Ni de buenos días. No quieren. Entonces es complicado. Eso es nivel, calidad.

FdB: Qué importancia das, que entiendo que mucha, pero ¿cómo le haces ver al jugador la importancia del juego sin balón? El aficionado y nosotros a veces también nos focalizamos mucho en el balón, quizá también por la televisión que es lo que nos muestra y nos acostumbramos a ver así los partidos, pero lo que pasa lejos del balón es muy importante también. Especialmente a los jóvenes que tienen menos experiencia.

G.G: Es difícil porque la mayoría de los jugadores son espectadores también. Incluso aunque tu propio equipo tenga el balón están mirando y están viendo lo que pasa. Y cuando pasa algo reaccionan. Van reaccionando en lugar de ir ya ellos… Es difícil porque hay gente que es complicado que lo pueda entender por falta de concentración. Por ejemplo, en nuestra forma de jugar, intentamos que entiendan, por medio de vídeos, después de algún partido… Nosotros tenemos posiciones asignadas cuando tenemos el balón. ¿Por qué? Porque cuando alguien tiene el balón tiene que tener un par de opciones. No creo que… siempre dicen que el jugador creativo… el jugador creativo necesita opciones. Tenemos posiciones en el campo y realizamos repeticiones. Ataques 11×0… y que todos los ejercicios que hagas, tengas unas posiciones. Entonces, eso, repitiendo y repitiendo y repitiendo, mostrando vídeos…

FdB2: Evoluciones.

G.G: Evoluciones… Después tenemos unas zonas marcadas con líneas para ver dónde tienen que hacer los movimientos para llegar al otro lado… intentas hacer muchas repeticiones y luego mostrarle los vídeos. Pero no es fácil. Yo reconozco que al principio ellos quieren hacer todo lo que les digas y lo hacen. Cuando ya ven que uno juega menos que otro empieza la desmotivación y ya se empieza a caer todo. Entonces tienes que volver otra vez y volver otra vez… repeticiones de cosas que ya hacen menos… Les muestras vídeos de cuando jugábamos bien por qué era y qué es lo que pasaba con respecto a ahora que no lo hacemos. Cuando tienes el balón y perdemos la pelota mira qué pasa si estamos así colocados. Y mira ahora qué pasa si estamos de la otra manera. No tienes opciones, la pierdes y ahora todos a correr para atrás. Pero no es fácil. Pero tiene que ver con lo que hablábamos antes. Nivel, entendimiento de lo que se hace y por qué… o tiene que ser muy disciplinado. Si es muy disciplinado también vale. Sino es complicado. No sé si hay una receta realmente. Repetir, repetir y repetir. Vídeos individuales, vídeos en grupo, machacar… Entran muchas cosas. No tiene que ver con Primera o Quinta. Hay egos. El mismo ego que hay en Tercera División te lo encuentras en Primera, o incluso más. Y uno juega bien dos partidos, sale en dos periódicos y ya empieza a cambiar su forma… Y son tantas cosas a veces que se te escapan. Y es lo que te decía antes, en un momento lo hacían y después no…

FdB2: Desconcertante.

G.G: Desconcertante. O salió de suerte antes… Es complicado a veces saber hasta dónde entienden. Ahí entra el idioma también. Entran otras cosas que hacen que sea más difícil. Chicos jóvenes, para los que es su primera experiencia fuera, que no entienden el idioma… Si no le sale natural y no entienden, es complicado. No es fácil a veces que todos lo entiendan.

FdB: Bueno, es un deporte donde hay 20 personas y personalidades diferentes. Es uno de los juegos que más jugadores tiene, con la dificultad que conlleva.

G.G: Es verdad. Y depende de la forma de jugar es más difícil. Es verdad. Yo he jugado con entrenadores que cualquiera podría haber jugado allí. Es una cosa positiva, si lo miras por ese lado. Pero también es simple. Simple no es malo eh. Pero simple es simple. También ese entrenador cuando yo le decía: «si yo sigo a este hombre hasta allá cuando tengamos el balón estoy ahí». «Pues sí», era su respuesta. Lástima. Muy simple. Tú lo que buscas es que tus jugadores se encuentren en la mejor… Nosotros queremos presionar para atacar. Cuando perdemos el balón lo queremos rápido y lo queremos para atacar. No queremos: toma el balón y nos quedamos… Pero es más complicado hacerlo así. Todos tienen un rol y todos tienen que cumplirlo. Como uno te falle, vale. Pero si te fallan dos ya estás muerto. Te pasan por todos lados. Hay que buscar el equilibrio y depende de los jugadores que tengas. No es fácil acostumbrarte a lo que tienes, porque tú lo tienes en tu cabeza muy claro. Es difícil adaptarte a lo que tienes, pero tienes que intentarlo.

 

«Para mí, en cómo jugamos nosotros, el equilibrio es, cuando tenemos el balón estar organizados porque sino en el momento en que lo pierdes estás arruinado.»

 

FdB: Hay una palabra que justo acabas de mencionar. Normalmente con ese estilo de juego se habla muchas veces de la palabra equilibrio. Yo cuando empezaba a ver fútbol, por ejemplo, se hablaba de que para que existiera equilibrio tenía que haber doble pivote: uno “defensivo” por así llamarlo… De repente Guardiola mete jugadores que supuestamente no poseían esas cualidades que parecía demandar el equilibrio y resulta que era el más equilibrado de todos y el que mejor defendía. Y el año pasado sale el Ajax que parecía una especie de caos, en el que aparecían jugadores por cualquier parte y eran capaces de ganar a los equipos top de Europa. ¿Cómo gestionas tú eso y cómo lo valoras? El equilibrio.

G.G: Para mí, en cómo jugamos nosotros, el equilibrio es, cuando tenemos el balón estar organizados porque sino en el momento en que lo pierdes estás arruinado. Y no tiene que ver con las características realmente. Un poco sí que tiene. Porque lo que sí he aprendido estos meses es que es muy romántico decir que juego con jugadores que no corren o que no tienen fuerza y el físico me estoy dando cuenta que tiene mucho que ver en el juego. Tienes que tener unas capacidades técnicas, pero tienes que tener una capacidad física y de competir. Si no lo tienes es muy complicado, sobre todo a más nivel porque juegas contra gente con calidad y competitivos. Pero para mí el equilibrio es, cuando tenemos el balón, estar bien colocados. Tenemos unas posiciones asignadas porque eso hace que en el momento en que lo pierdas no estés desorganizado y puedas presionar. O por lo menos no te puedan superar a 5 personas. A mí no me gusta que haya muchos jugadores por delante del balón. Me gusta, tienes que tener jugadores, pero depende de la capacidad que tengan tus jugadores de superar líneas en los pases.

FdB: De no perder el balón. Si lo vas a perder con 7 jugadores por delante…

G.G: Claro. A mí me gustan los pases largos. Este pase en diagonal así. Hay momentos para hacerlo. Pero normalmente me gusta ir llegando con… porque creo que es más seguro también. Creo, todos dicen que somos muy ofensivos, pero para mí somos más defensivos que la mayoría. Pero la gente cree que como no le pegas el balón para arriba y vas llegando junto, que eres ofensivo. No. Porque yo juego contra equipos que se supone que son defensivos, pero que cuando tienen el balón tienen a 6 jugadores por delante de balón. Para mí eso es ser ofensivo. Para mí es ser desorganizado. Y esos equipos se supone que son más defensivos que nosotros.

Intentamos ir paso a paso. Y eso para mí es el equilibrio. Nosotros cuando hablamos con los jugadores, lo primero que tienen que entender son las distancias entre ellos. Que para mí eso es lo las importante. Junto con su posición, son las distancias. Que, si el jugador que está, yo soy el 6, y el 8 se va 10 metros yo me tengo que ir 10 metros. Porque si no me voy se crean 20 entre nosotros y si la perdemos es una distancia que no puedes recorrer. Y si un jugador de buen nivel, con que reciba en esa zona estás muerto. Ya no puedes ni salir ni nada. Tienen que correr todos para atrás. Entonces, cuando atacamos tenemos que ir moviéndonos todos como bloque. Por ejemplo, nosotros no nos abrimos todos. no me gusta. Bueno, sí que me gusta. Si soy el Ajax no me importa tener el balón y…

FdB: En función de la calidad lo puedes hacer más o menos.

FdB2: Te sientes más protegido.

G.G: Claro, porque le das el balón a un jugador de esos y la controla, y aunque le vengan a presionar, no la pierden. Entonces, si nos abrimos hay mucha distancia si la perdemos. Lo primero que hablamos con ellos son las distancias, posiciones. Y eso para mí es el equilibrio. Y en los partidos que lo hicimos bien, competimos contra cualquiera, porque compites contra cualquiera. Porque puedes competir hasta con el Ajax. Nosotros lo hicimos durante… no sé, 60’. Íbamos ganando 2-0, nos metieron el 2-1 en la primera llegada a portería… que es calidad también. Nosotros teníamos a 7 jugadores y ellos eran 2. Ziyech metió un centro atrás, quedó rebotada, vino otro y entró. Nosotros tuvimos las siguientes dos ocasiones frente al portero, que fallamos. Y en una contra de una jugada que llegamos y fallamos, y nos marcaron el 2-2. Al final, son detalles. Pero para mí son las distancias, el que siempre tienes algo que hacer… Si tú eres el lateral izquierdo y el balón está en el extremo derecho, tú tienes algo que hacer, porque sino, eso es lo que te quita el equilibrio. Lo que hace que estés mal. Si el lateral derecho desborda, el central derecho se transforma casi en un lateral derecho. No llega a ser, pero tiene que acompañarlo, mantener la distancia con ese lateral, porque si la pierde, él es el primero que presiona. Pero el otro central tiene que venir y el lateral viene. Nos movemos todos en esa zona. Eso para mí es el equilibrio. Más que decir: tengo a Makélélé. Hombre, si tienes a Makélélé o a Kanté, bienvenido sea.

FdB2: Puedes permitirte más lujos.

G.G: Bienvenido sea. Y meto a Riquelme ahí porque el otro va a llegar. Puede defender en 20 metros, en 30 o en lo que sea. Pero en el Barcelona incluso, Busquets no te puede defender en 20 metros. Te defiende si juega con jugadores inteligentes y él se mueve bien, no pasa nada. pero si juega tal… ya estás buscando características individuales, que es donde entra el físico.

A mí me pasaba a veces. Yo me rompía mucho o me cansaba mucho y no tenía esa capacidad física. Y eso es un hándicap en el jugador de ahora. Juegan contra el Ajax y todo el mundo dice: «cómo trabajaron». Y miro los resultados de ellos y corrieron 10km más que el otro equipo. Van de Beek corrió 13km y pico. Para tener el balón también tiene que haber movimiento sino no puedes. Eso es lo que tiene el Ajax. Conozco un poco al entrenador, hemos hablado. De hecho, antes del partido vino a hablar conmigo un rato de fútbol, que le gustaban algunas cosas… Y a mí me encantan la mayoría de las que hacen. Pero yo no haría las cosas que hace él. Él piensa en el hombre a hombre, pero claro, ellos juegan con el desorden muchas veces. Nosotros estábamos organizados, les cerrábamos las 3 líneas de pases que ellos utilizan y pudimos marcarle varios goles. Les hacíamos embudo… Su juego es ofensivo, es muy alocado, precioso de ver. Pero claro, tienen que correr. Corre una barbaridad ese equipo. Son más agresivos que el equipo que puedas pensar como el más agresivo, deportivamente hablando. La calidad tiene que ver con eso también. Sino no puedes competir. Y me fastidia decirlo. Yo era todo lo contrario como jugador. Pero son cosas que vas aprendiendo.

FdB2: Por necesidad. Lo vives. Una cosa es hablarlo y otra las necesidades, ver cómo te superan.

G.G: Claro. Nosotros los primeros partidos teníamos una forma de presionar y cuando teníamos el balón teníamos unas posiciones. ¿Qué pasó? Que jugamos contra equipos que empezaron a jugar directo arriba. Porque se dieron cuenta de que físicamente nos complicaban mucho. Y no es porque estuviéramos separados, porque el balón caía donde nosotros teníamos tres y ellos uno, pero ese uno era muy fuerte. Y al final, si no ganas esos balones, en dos balonazos te meten dos goles. Y tienes que estar seguro que cada vez que llegues metas porque sino estás muerto, no puedes tener siempre el balón.

Atacar sin espacios es lo más difícil que hay. Y al final necesitas jugadores que tengan recorrido, que sean agresivos… lo necesitas. Es difícil. Juegas contra equipos que sólo con eso y con orden ya está. Tienes que ser muy bueno con la pelota. Y hay pocos jugadores muy buenos, que se vayan de dos o tres. Muy pocos. Eso es lo más difícil de encontrar. A máximo nivel hablo. Claro, porque los defensas son más rápidos, más fuertes, juegas contra defensas que los pasas y están otra vez ahí. Antes pasabas al defensa y ya está. Lo veías una vez. Sólo Puyol volvía otra vez. Ahora están rapidísimos. Están súper fuertes los chavales. Son explosivos, saltan muchísimo, corren muchísimo… es mucho más complicado, es mucho más físico.

 

«Los equipos buenos hacen lo mismo durante más tiempo, y eso es la calidad. Hacer lo mismo durante los 90 minutos más 5, sin cambiar»

 

FdB: Evidentemente porque tienen los jugadores y entrenadores top, pero los mejores equipos son los que menos tiempo entrenan porque juegan miércoles-domingo. ¿Por qué se nota tanto a estos entrenadores como Guardiola o Klopp? Son los que menos entrenan en el campo me refiero. Luego imagino que, con vídeos, etc… Y que tienen jugadores top.

G.G: Sí. Primero porque tienen calidad. Entienden lo que les dicen. Si tú le dices algo al jugador, y son inteligentes, lo hacen. Y después que lo pueden hacer a mucho ritmo porque juegan miércoles y domingo porque siempre están a alta intensidad, nunca bajan el pistón. Nunca tienen una semana larga que se adormecen un poco. Siempre están pum, pum, pum, pum. Yo creo que se nota la mano, primero porque son buenos entrenadores, por supuesto, y luego porque los jugadores… al final los que juegan son los jugadores. El entrenador, por supuesto, te da una forma de jugar, te da confianza… pero claro, si el jugador es bueno y tú le dices: mira, hacemos esto, y el jugador lo entiende y lo hace, ya está. No hay que hacer mucho más. Esto no es ciencia espacial, aeronáutica… esto es fútbol. Presionas así. Son detalles pequeños. Si miras a Klopp… son pequeños detalles. No es todo lo que quieres crear e imaginar. Son pequeños detalles, cerrando 3-4 líneas de pase. Y luego la calidad cuando tienes el balón. Cómo moverte, cómo tal. Pero si tienes jugadores que bum, bum, bum, corren todos al espacio es precioso, pero cuando la pierdes estás hundido. Si corren cuatro al espacio quiere decir que si ese muchacho la pierda hay cuatro que ya se fueron. Más el que la perdió, más alguno que estará abierto… son detalles. A veces escuchas hablar… la historia de la ciencia… no. No. Yo tuve muchos entrenadores que hablaban, hablaban y hablaban. Después tuve a Paulo Sousa, por ejemplo, que decía cuatro cosas y tenía todo el sentido y todo tenía un porqué. Es tan fácil como hacer 4-5 cosas… que por hacer esas 4-5 cosas te salen 10 cosas bien. Si haces 3 cosas bien ya te salen menos cosas bien. Y si haces una ya no te sale nada a lo mejor. Y si haces todo mal ya es a lo que salga. Tiras una moneda al aire, que es lo que pasa muchas veces. Pero es depende de los jugadores que tengas en el campo, porque ellos lo tienen muy claro cuando empiezan. Los primeros 25-30 minutos tú puedes ver muy claro lo que el entrenador quiere. En los equipos que son buenos lo puedes ver durante 90 minutos. En los que son menos buenos lo ves durante 30, porque después ya hay 2-3 que se les sale la cadena y ya es a lo que salga.

Cuando en las segundas partes vas empeorando. Te vas desorganizando, desorganizando… tiene que ver con calidad. Los equipos buenos hacen lo mismo durante más tiempo, y eso es la calidad. Hacer lo mismo durante los 90 minutos más 5, sin cambiar, ni más ni menos. El jugador no tiene que cambiar, tiene que hacer lo mismo. Y el que tiene menos calidad deja de correr una porque cree que no tiene tanta importancia y en esa jugada es donde te la… Son detalles. A veces simplemente es tener claro lo que quieres hacer y repetirlo. O eso es lo que yo más o menos aprendí.

 

«creo que ahora los entrenadores están más preparados pero que a veces es un poco peligroso porque veo entrenar a niños pequeños que entrenan como profesionales. Y eso es peligrosísimo porque claro, solamente aprenden eso.»

 

FdB: Por tu experiencia como jugador y entrenador de élite. ¿Crees que el jugador llega con tanto bagaje táctico como creemos? Y si se hace necesario más trabajo individual para que el futbolista mejore como jugador y después repercuta en el equipo.

G.G: Creo que necesitan trabajo individual. Yo creo que ahora los entrenadores están más preparados pero que a veces es un poco peligroso porque veo entrenar a niños pequeños que entrenan como profesionales. Y eso es peligrosísimo porque claro, solamente aprenden eso. Por ejemplo, el jugador que sale de la cantera del Barça, les cuesta adaptarse a las cosas que son distintas a las que les enseñan desde que son pequeños. Y no entienden otra cosa. Algunos lo aprenden rápido y a otros les lleva más. Para mí deberían aprender todo, porque el fútbol no es solamente jugar como juega Guardiola, ni Simeone porque el fútbol son muchas cosas y depende de muchas cosas. Yo creo que el problema a veces es eso. Los entrenadores de niños jóvenes miran demasiado al Manchester City o al Barcelona… y hace que sea complicado. Pero para mí el trabajo individualizado es importantísimo. Y cosas básicas. A veces las cosas básicas son las mejores. Creo que porque los entrenadores sólo les enseñan… no están haciendo mejor al jugador, le están enseñando una forma concreta de jugar. Y eso es peligroso porque tienes que hace un jugador de fútbol. Y un jugador de fútbol son muchas cosas. Si Ramos no va bien de cabeza no es Ramos, es un buen central. Y Busquets si no va bien de cabeza no puede jugar en el Barcelona. Mínimo tiene que saber saltar y darle de cabeza, mínimo. Tienes que jugar con perfil izquierdo y derecho si quieres jugar en el centro sino tienes que jugar en una banda y jugarte el 1v1. Pero un jugador de verdad tiene que tener los dos perfiles y visión de los dos lados, no sólo para un lado, sino eres un jugador limitado. Y eso se trabaja individualmente. Algunos lo cogen y otros no.

FdB: A la hora de entrenar, tú hablabas de que quieres que los jugadores entiendan el juego, que no reproduzcan simplemente. ¿Piensas que los jugadores están receptivos a esa compresión del juego?

G.G: Depende.

 

«A mí me gustan los jugadores que quieren hacer algo diferente, que aprenden. Pero es muy difícil porque cuando fichas a alguien no sabes cómo es.»

 

FdB: Porque hay entrenadores que prefieren 2-3 automatismos por decirlo vulgarmente, también porque muchas veces no hay tiempo.

G.G: Sí, sí. Depende. A mí me gustan los jugadores que quieren hacer algo diferente, que aprenden. Pero es muy difícil porque cuando fichas a alguien no sabes cómo es. Lo que hablamos. Cuando se empieza todo el mundo tiene la cabeza y quiere hacer las cosas, pero cuando van pasando los partidos ahí te vas dando cuenta los jugadores que quieren. Y eso se ve cuando tienes uno o dos malos resultados. Ya ves los jugadores que quieren llevarlo a su zona. Por varios motivos: o porque no le da para hacerlo de otra forma. Que lo que pides, ellos no lo pueden dar. O por propia protección de falta de confianza… no sé. Y porque los grupos son complicados. Pero yo creo que hay de todo. Hay jugadores que quieren mejorar y que quieren ser buenos… pero me imagino que como en todo, no pasa sólo en el fútbol. Pasa en todo en la vida. Hay gente que quiere y gente que dice: «yo con esto estoy tranquilo, no me saques de esto, que es lo que sé hacer». Hay otros que quieren mejorar, pero claro, mejorar tiene un riesgo, porque te puedes equivocar. Pero también te puedes equivocar de la otra forma, eso no lo sabes. Porque si vas a lo seguro o lo que tú crees seguro… eso no lo sabes, porque sino habrían salido campeones todos en todos lados. Nada te da una seguridad, pero le da seguridad personal al jugador. Al central claro que le es más fácil pegarle para arriba. Menos responsabilidad. Pero claro… yo no quiero ese tipo de jugadores. De todas formas, el mensaje tiene que ser muy claro muy simple. A mí, cuando empiezan con las palabras y frases raras de libro… no. El fútbol es un juego. Y lo más complicado es que lo entiendan y tener jugadores así.

FdB: No sé tan arriba, pero normalmente los jugadores creen que entrenando bien tienen más opciones de entrar al equipo. Se supone que deberían entrenar bien. Pero, ¿en qué te basas tú para hacer la alineación? Muchas veces responde más a una cuestión de estrategia el jugador que escoges.

G.G: Sí, a ver. Hay muchas cosas. Estados de forma, estratégico un poco… pero claro, para eso tienes que tener distintos tipos de jugadores, que no es fácil. Eso lo puede tener el City. Pone a Sterling o a Bernardo Silva, que son diferentes. Si tienes un perfil sólo, pones al que esté mejor.

FdB: ¿Puede ser que haya jugadores que casan tan bien juntos que haya muchas más posibilidades de que juegue uno si juega el otro que si no lo hace?

G.G: Sí, eso sí. Eso lo creo.

FdB2: Sinergias.

G.G: Yo cuando jugaba había jugadores con los que te entiendes fácil porque pensáis de la misma forma o tenéis el mismo nivel de pensar, ya sea bueno o malo. Y con otros… Yo era buen pasador. Yo tenía jugadores que cuando yo recibía ellos sabían que yo los veía. Entonces tiraban el desmarque. Hay otros que si no le dices: “vete”… Tú intentas ver eso. Al final es un pase, un movimiento en un momento determinado y que el otro lo vaya a ver. Y si no están conectados entre ellos da igual. Incluso aunque tengas movimientos mecanizados si no tienen un mínimo de sensibilidad entre ellos… y no es fácil eh. No es fácil. Cada vez es más difícil eso.

Yo tenía compañeros que cuando el entrenador daba la alineación, rezaba para que jugaran porque con ellos sabía que me divertía. Si entraban otros, bueno… era un partido. Te diviertes porque las cosas se hacen fáciles. A mí me gustaría encontrar 3-4 que se entienden así. Tiras el balón el primer día, pa-pa-pa, ya está. Esos juegan. Ahora vamos a ver quiénes juegan alrededor. Pero tienen que jugar los que saben jugar al fútbol. Pero no es fácil.

Suele pasar que hay uno que juega bien al fútbol y es al que normalmente rajan. Los compañeros se suelen quejar del que es el mejor del equipo.

FdB2: ¿Por qué?

G.G: Porque es el más listo y el que entiende mejor las cosas que hace.

FdB2: Y no gusta.

G.G: No es que no guste, es que el resto no lo entienden. No tienen el mismo nivel. Por ejemplo, jugadores tipo Xavi, si en vez de jugar en el Barcelona estuviera jugando a otro nivel… Son jugadores inteligentes que necesitan a otros alrededor que los entiendan. Normalmente cuando alguien mira a un jugador dice como en la Play Station: velocidad, tal y tal. Pero eso son cosas individuales que no se pueden medir porque todas estas cosas pueden estar bien, pero si no están conectadas no sirven para nada. Puedes tener un jugador que sea rapidísimo pero que si no sabe para dónde correr… Aparte tienen que tener la personalidad. Yo creo que Xavi lo que tiene es personalidad. Eso también es el nivel que hablamos. Yo imagino que Xavi y esta gente mantendría el nivel… Pero es igual. Si Xavi empieza a dar vueltitas y nadie hace movimiento, se come el balón al final. Da igual lo bueno que seas. Lo tendrás 5 segundos más pero no puedes estar 30 segundos con el balón en los pies. Pero han sido los más rajados. Riquelme, Valerón… Pero son los mejores, son los que entienden el juego diferente. Les faltan cosas, obviamente. Sino serían Cristiano Ronaldo, bueno o ya Messi que es el otro. No sé. Siempre han sido criticados esos jugadores y siempre lo serán.

FdB: ¿En qué te fijas más durante el partido? Y en qué crees que puedes influir más durante el descanso de un partido aparte de con los cambios.

G.G: De momento, por lo que he visto, lo primero es la organización. Es sencillo cuando ves que alguno no está haciendo las cosas que tienen que hacer. Esa es la parte sencilla. El tema es cuando es más anímico. Es muy difícil cambiar una mentalidad. Tienes que pegar una revolución tremenda. No sé si cuatro gritos… yo no soy mucho de gritar. Pero hacer un par de cambios o algo.

Durante el partido es verdad que es bastante complicado. No siempre. Pero yo lo que miro es si tenemos las posiciones que tenemos que tener cuando tenemos el balón, si estamos presionando bien, si el rival hace una cosa diferente para intentar presionar diferente… O nos ha pasado algún partido que no teníamos por dónde agarrarlo y hemos cambiando la forma de jugar totalmente, jugar a la contra. Ahí sí que haces uno o dos cambios. Intentas mirar ese tipo de cosas. Hay veces que es muy difícil influenciar. Pero eso, yo lo que miro es si estamos haciendo las cosas con balón y sin balón. Si aun así no va la cosa, aunque estemos haciendo lo que tenemos que hacer, intentar buscar alguna solución. No creo, por ejemplo, que durante el partido… la baza de cambiar durante el partido, una vez yo creo. Yo a veces veo que cambian una vez, otra vez, otra vez… Eso lo puede hacer el City. Pero no se puede hacer a otro nivel porque vuelves locos a los jugadores. Porque aparece el estrés… Al final, si calidad y estrés no están equilibrados es muy complicado que el jugador se pueda concentrar en lo que tiene que hacer.

FdB: ¿Cuál crees que es tu mejor cualidad y algo en lo que tengas que mejorar como entrenador?

G.G: Tengo que mejorar, creo, por ejemplo, ahora estoy en el Twente que es un equipo grande del país. Tengo que ser más políticamente correcto. Me pasaba como jugador, no sé si lo voy a conseguir. Quizás en no tomarme a veces las cosas de forma personal. Tomarme más distancia. No esperar más de la gente de lo que tú crees que te pueden dar porque después viene la frustración, la decepción.

FdB: ¿Un entrenador “desconocido” que recomiendes?

G.G: Hay buenos entrenadores en Holanda. No sé qué decirte. El del AZ es muy buen entrenador y tiene buenos jugadores. El entrenador que está ahora en el Utrecht. Muy ofensivo, con mucha movilidad en ataque. El RKC, que son los últimos, pero juegan muy bien al fútbol. Hay muy buenos entrenadores, pero tienen que tener la suerte de que se les dé…

FdB2: Tienen que coincidir cosas. Jugadores…

G.G: Sí, tienen que coincidir cosas. Si tienes un equipo con gente joven, profesional, motivada… se trabaja bien.

 

«De un jugador valoro, entre otras cosas, que les guste el fútbol más que la vida del fútbol»

 

FdB: ¿Qué valoras de un jugador?

G.G: Muchas cosas. La calidad, por supuesto. Lealtad. Que no sean egoístas. Que les guste el fútbol más que la vida del fútbol. Mentalidad. Ganas de trabajar y de mejorar… ese tipo de cosas. Que sea inteligente. No de que sepa ciencia, pero inteligente para saber qué es lo necesario, que entienda, que quiera aprender… y que lo pueda llevar a cabo. Y personalidad. Si no tiene personalidad…

FdB: ¿Cómo afecta toda esta vida de fútbol de cambiar de países tanto, por ejemplo, a tu vida personal?

G.G: Bastante. No todo es fácil por supuesto. Ya lo hice como jugador, pero no ves a tus padres, a tu hermana, a tu familia… Estás lejos de ellos y tienes un trabajo que es bastante esclavo porque trabajas muchas horas. Y ahora de entrenador más. De jugador se trabaja más de lo que la gente cree también, se trabajan muchísimas horas. Estás lejos de la familia… pero bueno es lo que te gusta. Estás con estrés… aunque yo reconozco que no soy una persona que me estrese mucho, pero sí que me enfado, y eso me quita mucha energía. En otras cosas también te frustrarán, pero en el fútbol están un poco más encima de ti. El fútbol al final es una opinión y cada uno… Pero hay gente que no debería dar su opinión porque no tiene una base para poder hacerlo. Yo no le pido al del café que me explique cómo lo hizo.

 

Muchas gracias Gonzalo!

#caféycharlaGonzaloGarcia

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