Mi nombre es Ramón Marcote y os contaré brevemente mis dos últimas experiencias profesionales en Sungai Petani y en Alor Setar, Malasia. En 2015 como Assistant Coach and Head of Fitness Department durante la Liga y Head Coach en la Copa y en 2018 como Head Coach, en ambas ocasiones trabajando para el mismo club, el Kedah Football Association que compite en la Malaysia Superleague.
Anteriormente, trabaje en clubes como el Atlético de Madrid y el Alcorcón. Para el Atlético de Madrid trabajé en dos etapas, la última en la temporada 2016-17 en la Coordinación Deportiva, concretamente en el Departamento de Metodología, Supervisión y Formación.
El fútbol siempre ha sido mi pasión y desde pequeño, como la mayoría, soñaba con ser futbolista profesional, pero, muy a mi pesar, mi techo como jugador se redujo a un breve paso por la Tercera División.
Como el deporte era mi hábitat natural siempre tuve claro que mi vida estaría ligada al él por eso tomé la decisión de estudiar INEF en la Universidad de la Coruña; y como el fútbol era mi pasión, tan pronto me fue posible inicié los cursos de entrenador hasta obtener la Licencia Uefa Pro de Entrenador.
Comencé mi vida laboral como Profesor de Educación Física en Madrid, pero tan pronto tuve la oportunidad me enganché en el fútbol, ahora ya desde el otro lado de la línea blanca. Comencé como preparador físico en las categorías inferiores del Atlético de Madrid y poco a poco fui progresando hasta llegar al segundo equipo del Atlético. Más de una década en un club al que le estaré eternamente agradecido por acogerme y por ayudarme a crecer como persona y como profesional. Pertenecer a un club tan importante como el Atlético de Madrid me animó a continuar mi formación y alimentó el sueño de hacer de mi pasión mi profesión.
Para mi, la formación y la pasión son los pilares de todo. Si pones pasión en lo que haces, si eres consistente, persistente, si estás formado y si además eres una persona con la inquietud de actualizar permanentemente tus conocimientos, entonces, será muy posible que cuando te llegue la oportunidad que estás buscando puedas aprovecharla. Yo trato de mantenerme actualizado para tratar de aprovechar todas las oportunidades que me puedan llegar, poniendo en mi tarea toda la pasión que pueda. De cada experiencia profesional trato de aprovechar también la experiencia personal que supone, la experiencia de vida que me aporta. Todo nos ayuda a crecer como personas y como profesionales.
En Malasia tuve la oportunidad de trabajar en dos etapas diferentes para el Kedah Fa. En la temporada 2015 y en la 2018. Este club, Kedah Football Association, es un club de prestigio en el país que venía de una etapa de varios años anclado en la Segunda División (Malaysia Premier League). Como todos los Clubes de Asia, este club está altamente influenciado por modelo de fútbol inglés, principalmente porque Malasia ha sido una colonia inglesa hasta no hace muchos años, es por eso que el fútbol inglés es el mas seguido por el aficionado malayo.
En este país es difícil encontrar algún club con una filosofía, modelo o estilo de juego definido, en este sentido el país todavía esta en crecimiento. En esta misma situación se encontraba el club para el que yo trabajé. Como todos los Clubes profesionales de este país, viven pendiente del resultado inmediato y no prestan mucha atención al proceso. Las inversiones que hacen en jugadores y/o técnicos extranjeros deben traducirse rápidamente en buenos resultados, si no es así “los proyectos” tienen una fecha de caducidad temprana.
2015 fue una temporada extraordinaria para nosotros. Ganamos el campeonato de Segunda División (Malaysia Premier League), lo que nos dio el deseado ascenso a la Malaysia Superleague. La guinda del pastel fue jugar la final de la copa de Malasia (Piala Malaysia), lo que tuvo una gran repercusión en el país ya que en el trayecto a la final eliminamos a muchos de los mejores equipos del País.
Con mi llegada al club, mi tarea inicial pasaba por convencer a mis superiores de tratar de establecer unas directrices claras de cómo podíamos hacer las cosas, tratar de definir una filosofía, un modelo, un estilo que nos marcara el camino a seguir y así poder implantar una metodología de trabajo. Poco a poco a poco se fue avanzando hasta conseguir implantar un estilo y un modelo de trabajo que se aproximó, salvando las distancias, al estilo que durante la última década ha identificado al fútbol español. El juego combinativo, el dominio del juego posicional, la posesión de balón y la presión alta tras perdida eran algunas de características identificativas que tratamos de implantar (totalmente opuesto al fútbol directo que el equipo venía practicando). El modelo dio resultados (campeón de segunda división, 1 copa de malasia, 1 Fa Cup) y el club lo adoptó como estilo propio al menos hasta el final de la temporada 2018, momento en el que salí del club.
En 2018 se inicia mi segunda etapa en el club. Mi posición fue la Head Coach. En esta ocasión volví en un momento complicado en el país, elecciones generales en el país y elecciones en cada Estado. Los resultados de las elecciones influirían de manera determinante en los clubes, ya que un cambio de gobierno supondría un cambio en todas Direcciones de los clubes ya que son equipos gubernamentales los que gestionan los clubes.
La tarea desde el principio no fue fácil. A excepción de la posibilidad de incorporar a dos jugadores extranjeros, el resto de la plantilla y cuerpo técnico ya estaban cerrados. En países como Malasia no es fácil que te permitan tomar grandes decisiones en cuanto a la plantilla y tampoco en cuento al cuerpo técnico con el quieres trabajar. Tienes que adaptarte y gestionar lo que te ofrecen o lo que allí te encuentras. En esta última temporada únicamente pude participar en la contratación de dos jugadores. El cuerpo técnico era el ya existente, formado por un un Preparador Físico brasileño que hizo un buen trabajo (diferente a como yo entiendo el trabajo de preparación física, pero en líneas generales hizo un buen trabajo). Contaba además con dos Asistentes y Preparador de porteros locales de los que había que sacar el máximo rendimiento (su conocimiento del campeonato, del idioma, de los jugadores, de la cultura y de otras muchas particularidades era esencial para la toma de decisiones en el día a día). Su implicación en el día a día otorgándoles responsabilidades y el hacerles ver que su aportación era realmente importante ayudaban a mantener un clima óptimo de trabajo.
En el Área médica y de fisioterapia contábamos con un Traumatólogo externo que nos agilizaba las valoraciones y los tratamientos de los jugadores ya que trabajaba en el mejor hospital del Estado de Kedah. Contábamos también con dos Fisioterapeutas locales que llevaban el peso de la recuperación de los lesionados.
La experiencia de mi etapa previa en el país, el conocimiento adquirido acerca de las costumbres, cultura y obligaciones religiosas, además del conocimiento que ya tenía de las particularidades del calendario de competición y de los rivales me ayudó a prepararme para afrontar la segunda etapa en Malasia.
La organización del trabajo era totalmente semanal, no había posibilidad de programar a más largo plazo. La semana de trabajo siempre estaba condicionada y supeditada a las contingencias que nos íbamos encontrando.
Cada semana intentábamos realizar al menos una reunión semanal (en ocasiones conseguimos que fuesen tres) para ajustar el microciclo de trabajo, ajustar roles, asignar tareas y funciones, etc. No era una tarea fácil ya que programar actividades, reuniones, etc. que estuvieran fuera del horario habitual de entrenamiento era algo que estaba fuera de lo que estaban acostumbrados, estaba fuera de sus rutinas, por lo que para no romper el equilibrio del ecosistema había que organizarlas de manera cuidadosa.
Las condiciones de entrenamiento fueron mejorando lentamente en el club. En 2015, trabajábamos en un campo de césped artificial en cambio en 2018 el club pudo acceder a un terreno de juego de césped natural muy aceptable. El equipamiento deportivo siempre ha sido muy básico (más o menos el que nos podemos encontrar habitualmente en un club de Tercera o Segunda B españolas). También teníamos la posibilidad de acceder a una piscina abierta para realizar trabajos de recuperación y rehabilitación y a un gimnasio público para realizar el trabajo de fuerza general.
El horario de entrenamiento estaba muy condicionado por el clima, por las obligaciones religiosas de los locales, y en día previo a partido como visitante, por los vuelos disponibles a destino. Los entrenamientos matutinos eran muy temprano, 7.30 o 8:30 de la mañana (a partir de las 10:30 de la mañana el calor y la humedad imposibilitaban la realización de entrenamientos de intensidad y de calidad). Los entrenamientos Vespertinos se ajustaban a las obligaciones religiosas de los locales, normalmente el entrenamiento se desarrollaba a las 17:30 de la tarde, momento en día en el que empieza a descender la temperatura. Excepcionalmente, durante el mes de Ramadán, se realizaban entrenamientos a las 9 de la noche, para que los jugadores pudieran alimentarse e hidratarse antes del comienzo del entreno.
La semana tipo o semana habitual de trabajo solía ser: (semana de baja densidad competitiva- 1 solo partido)
- Lunes: LIBRE O ENTRENAMIENTO DE TARDE
- Martes: ENTRENO DE TARDE
- Miércoles: ENTRENO DE TARDE
- Jueves: ENTRENO DE MAÑANA
- Viernes: PARTIDO CASA
- Sábado: ENTRENO DE MAÑANA/RECUPERACIÓN
- Domingo: LIBRE
Los partidos como visitante necesitaban una planificación cuidadosa. Todos los desplazamientos se realizaban en avión. La duración de los viajes a priori no era un problema (entre 2h-3h), pero la realidad era muy distinta. La climatología del país sufre cambios bruscos e inesperados por lo que en ocasiones los viajes se alargaban hasta las 5-7 horas por retrasos, tormentas, tránsitos, etc. Esto influía mucho en la planificación del último entrenamiento semanal. Al principio optamos por entrenar en la ciudad destino, pero finalmente y cuando era posible optamos por hacer un entrenamiento matutino el día previo al partido antes de tomar el vuelo a la ciudad destino.
En alguna ocasión propusimos viajar el mismo día de partido ya que la duración del vuelo no era más de 1h30´. Nunca fue posible dado que el riesgo de no llegar a tiempo a la ciudad destino para disputar el partido era algo insalvable.
Un hándicap importante que nos encontrábamos en la competición fue que el calendario de competición nunca era definitivo, sino que sufría variaciones importantes a lo largo del año en función de los diferentes acontecimientos que podían ocurrir en el país y que provocaban “breaks” de mayor o menor duración en la competición. El calendario tenía muchos momentos de alta densidad competitiva con varias semanas consecutivas de partidos cada 3 días. Recuerdo un periodo en el que disputamos siete partidos en 23 días. Las competiciones que se juegan simultáneamente son la Liga y la FA Cup. Al finalizar éstas, comienza la Copa de Malasia.
La realidad es que mi llegada a Malasia supuso un choque importante con respecto a todo lo que había vivido hasta entonces en el fútbol. Mi carrera profesional se había desarrollado durante mas de 10 años en el Atlético de Madrid en un ambiente muy organizado y en unas condiciones de trabajo diario envidiables, donde el club te lo daba prácticamente todo, donde cada uno tiene claro cual era su rol y su función y donde la responsabilidad de cada uno es inequívoca.
En Malasia la responsabilidad de aportar orden en el día a día recae sobre el entrenador, las posiciones intermedias no están establecidas, lo que supone un desgaste enorme. Toda la organización, y todas las últimas decisiones, en cualquier área (medica, viajes, relación con los medios, etc.) recaen sobre el entrenador.
A nivel personal también fueron cambios muy bruscos, el clima, la gastronomía, el estilo de vida… todo era diferente y necesité un periodo considerable para adaptarme a la nueva situación. No fue fácil. En las dos ocasiones que tomé la decisión de aceptar la oferta de este club asiático me fui solo, sin ningún compañero, sin mi familia, mi mujer y mis hijos se quedaron en España. La primera vez porque tomé está decisión porque no sabía lo que me podía encontrar allí y la segunda porque ya sabía lo que había (la misma inseguridad y la misma incertidumbre que puede tener un entrenador en España.).
El trabajo en el fútbol nunca es estable, pero en Asia he tenido que sensación de que mucho menos. La presión es alta, las exigencias máximas y la paciencia muy poca. Los clubes esperan mucho de los extranjeros (jugadores y entrenadores) y no tienen paciencia para evaluar el proceso, el trabajo, solo ven y esperan los resultados inmediatos y si éstos no llegan los proyectos titubean a las primeras de cambio. Es por eso que tomar la decisión de trasladar a la familia a un lugar tan lejano no era una opción al principio, al menos hasta ver como iban saliendo las cosas. Esta fue nuestra decisión y creemos que fue la más acertada en las dos ocasiones. Fue un momento duro para todos nosotros, ya que fue mucho tiempo sin estar juntos y sin compartir muchas cosas con tus hijos pequeños. Hoy en día la tecnología nos hace sobrellevar estas situaciones mucho mejor gracias a la multitud de posibilidades de comunicación de que contamos como las videoconferencias. En la medida de la posible conseguimos que mi familia visitase el país en varias ocasiones lo que también fue una gran experiencia para ellos. Cosas buenas que te deja el fútbol. Durante el primer año todo fue un poco más fácil porque yo pude viajar a España hasta en 4 ocasiones por esos largos parones competitivos de los que hablaba anteriormente.
Mi vida en Malasia era muy sencilla. En el estado de Kedah todavía hay una vida bastante tradicional, sin mucha actividad.
Preparar el trabajo diario, dirigir los entrenamientos, atender a los medios y los requerimientos oficiales del club (reuniones y actos) eran mis obligaciones. Tenía unas rutinas personales básicas (desayuno en el Starbucks, comida en el barrio chino siempre en el mismo restaurante “Carpe Diem”, practicar ejercicio en el gimnasio o participar en partidos de exjugadores o de asociaciones a los que era invitado. Un par de veces a la semana solía ir al cine para perfeccionar el inglés y también un par de días a la semana acudía al barrio chino donde había un par de locales donde era agradable disfrutar de una cerveza fría en un país con un clima tan cálido y húmedo (lo que no es fácil en Kedah por su condición de estado musulmán).
Cuando teníamos algún día libre trataba de hacer algo de turismo, pero normalmente había trabajo que hacer o eventos a los que acudir.
Una experiencia increíble, inolvidable y que repetiría sin dudarlo.
Muchas gracias Ramón!
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