Es de sobra conocida la importancia del entrenamiento en el fútbol base. El proceso de aprendizaje de cualquier futbolista viene fundamentado por un largo camino de experiencia y formación. La competición es un estímulo muy rico para el aprendizaje de un sinfín de habilidades en el futbolista, ya que el componente emocional intrínseco a un partido es muy difícil de conseguir artificialmente. No obstante, y pese a que ese componente emocional no obtiene tanta relevancia como el partido del fin de semana, el entrenamiento ocupa un lugar muy importante en la formación de todo jugador.
Los entrenadores direccionan y manipulan el proceso de enseñanza de sus jugadores mediante la vía del entrenamiento (teniendo, o no, la competición presente).
Una sesión, según la teoría del entrenamiento, se divide en tres partes: calentamiento, parte principal y vuelta a la calma. La pregunta es si esas partes tienen que ser separables en un entrenamiento, es decir, el calentamiento y la vuelta a la calma no pueden estar contextualizadas con la parte principal?
Una tendencia que existe es asociar el calentamiento con el componente condicional, pero no puede hacerse también con balón? Es normal que se quiera realizar una activación fisiológica en los jugadores, sin embargo no es normal por qué tiene que estar descontextualizada del fútbol. En un calentamiento de cara a un entrenamiento de fútbol es necesario que exista un balón de por medio, sino no tendría sentido, de la misma manera cuando un equipo calienta para un partido de fútbol, el balón está presente.
«con esos primeros 10 minutos de carrera continua no estamos calentando para el fútbol»
Es habitual, y a la vez incomprensible, ver a equipos de fútbol calentar con carrera continua, ¿por qué carrera continua? La carrera continua es un método muy válido para el entrenamiento de la resistencia aeróbica si se mantiene en un determinado tiempo, sin embargo con esos primeros 10 minutos de carrera continua no estamos calentando para el fútbol, estamos perdiendo minutos de sesión, el futbolista ha llegado a 140 ppm pero no ha realizado un control de balón con el pecho y no ha dado un pase con el interior del pie. No se produce una optimización del entrenamiento al 100%, hemos puesto al futbolista a correr a un ritmo descontextualizado (recordar también que la carrera continua no se da en un entrenamiento o partido de fútbol). ¿Es realmente la carrera continua un buen calentamiento para un entrenamiento de fútbol?
Hay una infinidad de vías en las cuales direccionar un calentamiento de entrenamiento. Se pueden hacer progresiones de complejidad en los contextos de entrenamiento, empezando por situaciones con un número reducido de jugadores para ir aumentando el espacio, la complejidad y el número de jugadores conforme avanza la sesión. Se pueden realizar tareas técnicas combinadas con estímulos condicionales dotando de un carácter dinámico y con balón. Se puede incidir en aspectos muy concretos de entrenamiento atendiendo a las necesidades de nuestra plantilla (acciones técnico-tácticas concretas según posiciones específicas, potenciar virtudes y paliar déficits de ciertos jugadores de nuestro equipo…). Otra opción es la realización de tareas y ejercicios que busquen una mejora motriz y coordinativa en nuestros jugadores. También existe el componente preventivo al cual deben atender muchos entrenadores, sobre todo los de equipos de jugadores de mayor edad…
«debemos tener muy presente que hay que optimizar los tiempos de entrenamiento»
Sin duda tenemos un amplio bagaje de orientaciones sobre las cuales podemos versar nuestros calentamientos de entrenamiento. Existe una infinidad de aspectos que dominar (sin contar los factores no controlables), debemos tener muy presente que hay que optimizar los tiempos de entrenamiento, ya que es nuestra herramienta de trabajo con nuestro equipo, no podemos perder el tiempo, debemos priorizar en nuestros contenidos, y hay que ser conscientes que dentro de esas prioridades la carrera continua no tiene cabida.
Pablo Martínez
@pablomf17
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